CAPÍTULO 8.
*****
Tras haber salido con Luna, Viktor decidió volver al departamento que había alquilado en el pueblo de Hogsmeade, decidió caminar con la capucha puesta, debido a que estaba cansado y no quería lidiar con las personas que lo observaban o se acercaban a él de manera estrepitosa.
En ese momento sólo pensaba en echarse en su cama por unos segundo para después tomar una ducha y dormir. No podía negar que lo había pasado bien junto a Luna, sin embargo había algo que no lo dejaba de rondar.
Abrió la cerradura de su apartamento con una llave y también deshizo el encantamiento. Para su sorpresa, fue demasiado sencilla abrirla por lo que se dió cuenta de inmediato que alguien había estado allí; su corazón y sus sentidos se alertaron y abrió la puerta de un tirón.
Su cuerpo se relajó pero no pudo evitar el enojo y la molestia.
— ¿Qué mierda haces aquí, Ulianov? — cuestionó Viktor al verlo sentado en su sofá con una copa de vino en su mano, estaba jugando con ella de tal manera que el líquido giraba en el interior.
Ilarion sonrió y se quedó observándolo durante unos segundos, escrutandolo con los ojos penetrantes que poseía.
— Querido Ilarion ¿Cómo estás? ¿Qué ha sido de tu vida? — jugó con sarcasmo —Pues estoy bien Viktor, te he extrañado —habló con una voz similar a la del búlgaro —También te extrañé amigo.
Viktor hizo una mueca de desagrado y se apoyó en uno de los muros.
— ¿Terminaste de jugar, Ilarion? ¿Cómo entraste aquí?
—Amigo querido, sabes que conozco todos tus secretos y todos tus pasos, créeme que colocar Bulgaris perpetis a modo de clave no es muy creativo—soltó, dándole un trago a su copa ¿No me abrazarás, cabrón de mierda?
Viktor e Ilarion sonrieron luego de eso y se acercaron, se dieron un abrazo lleno de camaradería, palmeándose la espalda y diciendo algunos insultos en noruego.
— ¿Cuándo llegaste? No pensé que vendrías aquí.
—Pues mi vida en Ucrania no estaba siendo tan entretenida, mis padres estaban interesados en casarme y sabes que eso no es para mí —soltó sin más —Decidí venir, después de todo, en Londres está todo más intenso ¿No es así, Krum?
— Así dicen—murmuró el búlgaro, su amigo jamás actuaba impulsivamente, por lo que le intrigaba que no tuviera otras intenciones —¿Y, qué vas a hacer aquí? ¿Piensas quedarte por mucho tiempo?
—Pues veremos sobre la marcha, eso lo hace más interesante —siseó y paseó una de sus manos por su cabello—Al menos me doy cuenta porqué no has dado señales de vida, estás bastante ocupado por lo que me dí cuenta hoy— le molestó haciendo alusión a cómo y con quién le había visto hace unas horas atrás.
Viktor frunció los labios y le miró con desinterés, creó una sonrisa ladina en su cara y emitió una carcajada.
— ¿Qué hacías allí, acaso me estabas siguiendo?
— Oh, no ¿Cómo crees algo así de mí, Viktor? Sólo quería comer algo bueno y de calidad y supe que ese era uno de los mejores restaurantes —señaló —Siempre te ha gustado la buena vida ¿No campeón?
— ¿Tenías que ir a meter tu trasero allí? Después de todo ya estabas instalado en mi casa —soltó con propiedad.
Ilarion emitió una carcajada sonora.
— Mira, de todas las cosas que pensé que podía encontrarte haciendo, jamás pensé que te hallaría en una actitud melosa de ese calibre ¿Una cita en el Oubrum? No sabía que eras de ese estilo —se rió.
El búlgaro se tensó repentinamente.
—No es lo que tú crees Ilarion, sabes que. . .
— Sí Viktor, yo sé de sobra lo que hacías en ese lugar, sin embargo debo admitir que me sorprendió mucho tu compañía — mencionó — ¿No sabía que ahora te gustaban las de dieciséis? ¿No crees que puedes meterte en problemas legales? ¿Ya fuiste a hablar con sus padres? ¡Oh, no tuviste que ir a pedir permiso por ella! Ahora entiendo porqué la cena duró tan poco y no fue aquí —insinuó.
Viktor suspiró pacientemente y dejó que su amigo hablara con esa ironía tan característica de su persona.
— Luna es una chica simpática Ulianov, no todos somos como tú, que sólo entabla una conversación con la intensión de algo más con las chicas.
— Ay amigo, eres peor que yo; ambos lo sabemos— refutó —No tienes porqué hacerte el santo conmigo y debe de interesarte bastante, esa cuenta debió de salir costosa —replicó.
— No trates de pasarte de listo ¿Dónde vas a quedarte? —inquirió Krum de manera más directa.
— Pues aquí ¿O dónde más? No creo que vayas a echarme a la calle sólo porque quieres tener tu departamento a solas para después traer a la bella Luna Lovegood ¿O me equivoco?
—Te conozco Ilarion, no quiero tu desorden y todo lo que eso implica aquí en mi casa —declaró —Ni siquiera creas que te mantendré, si quieres quedarte aquí, tienes que aportar en los gastos.
Ilarion sonrió y levantó las manos a modo de tregua.
— Tranquilo amigo, no voy a interferir en tus planes y en nada por el estilo — dijo con interés —Tampoco voy a acercarme a la linda Luna, pero si es que tiene alguna amiga debieran presentarmela ¿Eso es lo que hacen los amigos, no? Y por temas de gastos no te preocupes, puedo sacar de sobra, asalté la bóveda de mis padres antes de venir aquí, y ya encontraré algo en este país, nadie le dice que no a esta cara esculpida por los ángeles, lo sabes.
— ¿Vas a decirme en verdad a qué has venido Ilarion? Porque dudo que tu viaje sea de fines turísticos o un viaje de placer ¿O me equivoco?
Ilarion dejó unos momentos sus ojos sobre los de Viktor y pudo percibir que el búlgaro no había perdido en nada sus cualidades y ese toque intimidante que solía poseer en la escuela.
— Sabes a lo que he venido, Krum —soltó sin más —No necesitas que te lo diga, eres inteligente ¿De lo contrario, tú tampoco estarías aquí, cierto?
— No interfieras en mi vida Ulianov, si eso se mantiene así no tendremos ningún problema, lo sabes.
— Exactamente lo sé, pero sabes que siempre será bienvenido un viejo amigo para los nuevos desafíos ¿Sabes de qué hablo, no es así? — le preguntó de manera inquietante — ¿Por cierto, no tienes algo más fuerte? No sabía que ahora sólo bebías vino, como los filósofos o los artistas — sonrió.
Viktor le observó con atención y una sonrisa se instaló en sus labios. Ilarion seguía siendo el mismo de siempre y eso le agradaba.
*****
El lunes comenzó y con eso las clases en Hogwarts se retomaron luego de unas semanas de fiesta y algo más de distensión. Los exámenes iniciales estaban muy cerca y ya podía comenzarse a sentir la tensión en el ambiente estudiantil. Por otra parte los entrenamientos para Quidditch habían comenzado y también las pruebas para ingresar a los equipos correspondientes.
— ¿No sabía que tú eras el nuevo capitán del equipo? — habló Luna mientras descendía la colina con Theo, iban juntos a la clase de criaturas mágicas como ya era costumbre. Ambos habían cruzado bastante palabra y habían estrechado lazos en el tiempo que llevaban siendo compañeros de esa clase en particular.
Theo no solía hablar casi con nadie pues era un año mayor, en la clase la mayoría de los estudiantes lo observaban con recelo, ser de Slytherin traía de la mano esas repercusiones. No obstante al muchacho de oscuros cabellos no le importaba, no le interesaba la amistad o llevarse bien con ninguno, pero con Luna las cosas habían surgido de manera natural.
—Draco renunció a inicio de año a su puesto de buscador y capitán, por lo que ascendí al puesto debido a que tenía antigüedad y conozco la táctica.
Luna se sentó en un madero y Theo en el césped, a la espera de que la profesora llegara al lugar. La rubia no pasó por alto el hecho de que Malfoy hubiera dejado el equipo, recordaba que hacía años luchó por entrar y su padre había comprado escobas Nimbus 2001 para poder que le admitieran, por lo que no entendía que ahora hubiera dejado el equipo, más cuando era capitán y gustaba de competir con Harry Potter cada vez que podía.
— ¿Eso es enserio? —no pudo aguantar su curiosidad, no por ella, si no porque su mejor amiga ya había mencionado el hecho de que Draco estaba actuando muy extraño y que prácticamente no se veían, siendo que ellos eran muy cercanos y tenían un tipo de relación.
— ¿Sí, porqué la pregunta? ¿Quieres ser capitana del equipo de Slytherin? —le molestó Theo y ella negó.
— Me llama la atención que haya renunciado, es lo que siempre quiso. Además —se atrevió a decir —Tori me ha dicho que hace bastabte tiempo ha estado actuando extraño y ella no sabe porqué, creo que esto es parte de su errático actuar.
Luna observó como Theodore frunció los labios, claramente el chico algo sabía que no quería mencionar, supuso que era debido a que Draco era su amigo cercano y su lealtad era hacia él.
—Luna, Astoria es una exagerada —susurró entre risas, para tratar de desviar la atención —Draco siempre ha actuado de la misma manera impredecible, si uno quisiera entenderlo realmente tendría que estar días enteros pensando en cómo trabaja su mente, realmente es extraño, hace las cosas porque sí —comentó —Y eso desde niño, no creo que realmente haya algún motivo real o fatal como Astoria debe de pensar, además creo que los problemas de ellos como pareja deben solucionarlos ellos como tal, no debemos entrometernos o nos veremos salpicados por el drama.
—En eso creo que tienes razón.
—Créeme, no quieres ver el versus Malfoy-Greengrass, demasiada intensidad — señaló y en eso ambos colocaron atención a la profesora quien había llegado.
Luna abrió su cuaderno de notas y comenzó a tomar apuntes con prolijidad, esta clase sería teórica y después observarían a las hadas que se hallaban a un claro a unos metros del bosque. Theodore se percató de que la caligrafía de Luna era muy bella y ordenada, también se fijó en que era bastante excéntrica hasta con sus útiles escolares, tenía un montón de bolígrafos muggles y cosas que claramente no había adquirido en el mundo de la magia, lejos de incomodarle; eso le llamaba más la atención y curiosidad con respecto a ella.
— ¿Te gustan los objetos muggles? —susurró, rompiendo la atención de la rubia para con la clase.
— Oh, sí. Un día fuimos con mi padre a una librería en Londres muggle y casi me vuelvo loca; habían muchas cosas que aquí no se ven para nada ¡Derroché mucho dinero!
—No entiendo, porqué comprar cosas de ese estilo si existe la magia que lo puede hacer por tí mismo. —cuestionó el Slytherin.
—Pues por eso, hay cosas que debemos haber nosotros mismos y ko dejárselas a nadie más —acotó la chica —En lo que a mí respecta, me fascina hacer muchas cosas como lo hacen los muggles, regar el jardín, cultivar, escribir, cocinar. —dijo sonriendo.
Y Theo también lo hizo.
Le llamaba mucho la atención la mente y la manera de pensar de la Ravenclaw, era bastante analítica; entendía porqué Rowena la había escogido mediante el sombrero seleccionador.
Luego de unos minutos se pusieron de pie y fueron en dirección a donde la profesora había encomendado, no tenían permitido alejarse ya que ella iba tras ellos. Theo observó la manera en la que la rubia disfrutaba del paisaje y miraba todos los detalles del bosque, de verdad que disfrutaba de las cosas simples, entendía la repentina fascinación que había comenzado a sentir por sus ocurrencias.
También entendía la repentina fascinación que Viktor mostraba por ella.
El día en que Luna cantó en Hogsmeade, él había disfrutado mucho de ver y oír cantar a la rubia, pero no pudo no notar que Viktor Krum se hallaba en un sitio más alejado para admirarla. Theo no solía inmiscuirse en las cosas que no le incumbían, pero esto le llamaba demasiado la atención, al igual que Luna.
— Luna ¿Puedo preguntarte algo sin que pienses que soy un entrometido?
— Por supuesto —respondió ella sin dejar de mirar y anotar cosas en su cuaderno.
— ¿Desde cuándo eres amiga de Viktor Krum? —soltó sin más.
Luna sintió sus mejillas enrojecer sin mayor motivo aparente. Disfrutaba de aquellos encuentros con Viktor, pero estaba segura de que a ella le gustaban más que a él.
—Pues no es que seamos amigos tan cercanos, solamente simpatizamos y nos hemos topado.
— ¿Pero no es que él te invitó ayer a salir? ¿Cómo una cita?
Ella se sobresaltó al escuchar la mención a su salido del fin de semana.
— No, no fue una cita. Él sólo estaba siendo amable conmigo —concluyó, de hecho ella solía pensar en eso para no hacerse falsas expectativas, porque si era sincera, la compañía del búlgaro había sido inesperada y no contaba con que le agradara tanto.
— ¿Amable? No sabía que un famoso era amable con una chica porque sí.
— Creo que eso lo dices porque no has hablado con él, es muy agradable. Además solimos hablar de cosas en común, él comenzó con su trabajo en el Profeta y quería saber sobre cosas del Quisquilloso—murmuró, pues no quería dar mayores detalles de su cita.
— ¿Cómo lo pasaste ayer? ¿Puedo saber dónde fueron?
— Lo he pasado muy bien, fuimos al Oubrum, para almorzar y nos hemos quedado allí conversando pues hay una vista hermosa desde allí —respondió Luna sin ocultar nada.
— Vaya ¿El Oubrum es un um sitio bastante romántico, no crees?
— ¿Tratas de decirme algo Theodore?— preguntó la chica de manera dudosa.
— Pues sólo quiero que tengas cuidado, Luna.
Él no creía para nada en esa amabilidad repentina –como decía Lovegood – además no podía negar que sin pensarlo había entrado en un conflicto de intereses propios.
Viktor se le había metido entre cejaby ceja y estaría muy al pendiente de él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro