6 de noviembre, 2018

Estoy en la sala de espera esperando a que el médico salga y me llame, los nervios se han apoderado de todo mi cuerpo, muevo mi pierna a una gran velocidad, hasta que la mano de mi acompañante se posa sobre ella. Miro a Jake que me da una sonrisa de esas que dicen: todo va a estar bien.

En mis planes no entraba que Jake lo supiera, pero fue algo inevitable cuando no hacía más que llorar encerrada en mi habitación.

Flashback

- ¿Puedes decirme por favor que está pasando? – todo su cuerpo da señales de lo agobiado que está y su voz no es capaz de disimularlo.

Suelto un sollozo todavía más fuerte y sus brazos me envuelven, sé que está hablando, pero soy incapaz de pensar en algo que no sea el dichoso embarazo.

Sus brazos dejan de envolverme y a través de mis ojos llenos de lágrimas veo cómo va camino al baño, y palidezco, pues he dejado los test de embarazo a la vista.

Cuando sale del baño lleva todos los test en la mano, está pálido, hasta puedo confundirle con un papel.

- Joder Yvonne – los suelta a mi lado, encima de la cama - ¿No podrías habérmelo dicho? – se agacha a mi altura posando sus manos en mis rodillas – mañana voy a llamar a un médico de confianza, no sabemos si estos son fiables – su mirada se desvía hacia ellos – pero si es verdad que estás embarazada no te dejaremos sola – se levanta y me envuelve entre sus brazos.

- Todavía no quiero decírselo a Ashton – le miro con suplica – por favor, no le digas nada.

- No lo haré, tranquila Vonne, estoy contigo en esto, pase lo que pase.

Después de decir aquello le envuelvo entre mis brazos y él besa mi frente.

- Tranquila, no estás sola – susurra.

Fin de flashback

De la puerta sale una chica que es más o menos de mi edad, va acompañada de un chico que besa su mano, los dos están felices, llevo mi mano a mi vientre y una lágrima sale de mis ojos.

- ¿Yvonne Winchester? – dice el doctor mirando por toda la sala.

Jake se pone en pie y tiende su mano para que la tome, y una vez lo hago, los dos entramos a la consulta del doctor.

- Buenos días – saluda el doctor – Yvonne, ¿podrías tumbarte sobre la camilla? Vamos a ver si estás embarazada y de cuánto tiempo – me da una ligera sonrisa mientras se coloca unos guantes.

Asiento y camino hacia la camilla, tumbándome. El doctor sube mi camiseta y baja un poco mi pantalón para extender sobre mi vientre un gel fío, que me hace saltar, y la risita de Jake es lo único que oigo, frunzo el ceño y le lanzo una mirada asesina haciendo que se calle al momento.

- ¿Es usted el padre? – pregunta Jake

- No, tan solo soy un amigo.

El doctor asiente y empieza a mirar en la pantalla hasta que se para en un punto y sonríe.

- ¿Veis eso? – ambos asentimos – es el bebé. Enhorabuena Yvonne, estas embarazada de seis semanas.

Miro hacia Jake que mira sonriente la pantalla y después a mí, toma mi mano y la presiona, y sé que es su forma de darme apoyo.

- Bien Yvonne – dice el doctor mientras me da una toallita para retirarme todo el gel – te voy a recetar unas vitaminas y algo para los vómitos – asiento - ¿te doy ya la próxima cita?

- Claro – respondo y me siento frente a él.

Me entrega un papel con lo que me tengo que tomar, una foto de la ecografía y la próxima cita. Jake sonríe cuando ve la ecografía y me mira. Nos despedimos del doctor y salimos de la consulta.

Mi cabeza da vueltas, estoy embarazada y el padre de mi hijo es uno de los narcotraficantes más buscados de todo Londres, al cual tengo que entregar a la policía, del cual me tengo que vengar, mierda y más mierda.

Mis pensamientos se ven interrumpidos por el sonido que emite el teléfono de Jake.

- Está bien, en veinte minutos estamos allí – responde mientras le miro – yo creo que Yvonne no debería de venir... Tampoco es como que los italianos sean problemáticos – suspira con desgana y termina diciendo: - si sí, vendrá, en veinte minutos estamos allí – cuelga y me mira – era Ashton, tenemos una entrega con los italianos en el muelle, no he podido evitar que vengas, pero prométeme que si algo pasa vas a huir, tienes el bebé de Ashton, si él lo supiera no vendrías a ninguna entrega más, debes decírselo.

- Se lo diré Jake, pero necesito tiempo.

Nadie habla en el coche hasta que paramos frente a una farmacia, miro a Jake con agradecimiento y bajo a por lo que el doctor me ha recetado, y una vez lo tengo, ponemos rumbo a la mansión, que no está a más de cinco minutos de donde nos encontramos.

Cuando llegamos los chicos que vienen a la entrega ya están preparando los coches con todo lo necesario, mientras tanto Jake y yo corremos a nuestras habitaciones a cambiarnos y ponernos ropa adecuada, y en mi caso, tomo las pastillas, pues no quiero vomitar frente a todo el mundo.

- ¿Ya estáis? – pregunta Tyler – os estamos esperando – y es cuando me doy cuenta que Jake está detrás de mí.

Con un asentimiento de cabeza ambos nos metemos en el único coche que queda allí, y con eso ponemos rumbo al muelle.