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Capítulo 24

Jesse y yo estábamos acostados en mi cama, así como la mañana en la que me había marchado de su lado. Está viendo hacia el techo, en el que hay estrellas que brillan en la oscuridad de un tono verde claro y luminoso, mi mejilla está en su pecho y mis piernas se entrelazan con las suyas. El silencio nos consume por completo aunque sabíamos que teníamos mucho de qué hablar.

Sin embargo no fui la que empezó la conversación, no quería arruinar este momento. Cuando lo vi en aquel edificio no parecía él, era su voz pero su rostro se miraba demacrado, me sentí culpable cuando admitió que no había podido dormir bien, que junto con Sebastian y el resto habían intentado buscar alguna solución para encontrarme pero al estar aquí, las protecciones evitaban que cualquier hechizo localizador diera conmigo así que cuanto salí, ellos pudieron rastrearme. Todos sostenían armas, cosa que nunca los había visto hacer, pero lo habían hecho por mí, por traerme de vuelta con ellos.
–Pensaba en ti antes de dormir, así cuando cerraba mis ojos podía verte a mi lado. –Dice sin verme, aún mira hacia las estrellas.
Aprieto mis labios por la sorpresa. – Yo te imaginaba aquí conmigo, imaginaba que me abrazabas hasta que quedaba dormida. – Me acomodo más cerca de él, si es que eso es posible.
–Me pregunto cómo habrían sido las cosas si ambos fuéramos humanos, totalmente ajenos de este mundo. Me pregunto cómo habrían sido las cosas.
–Nos habríamos encontrado de una forma u otra, lo sé.
Sonríe, sueña despierto.
–Todo pasa por una razón, creo que mi destino era encontrarte.
–Jesse. – Lo llamo con voz suave.
–Dime. – Contesta con voz risueña.
–¿En qué momento te diste cuenta de que me querías?
Se queda callado un segundo y su respiración cambia.
–Creo que no sucedió de golpe, fue creciendo poco a poco, cuando sucedió lo de la fogata y supe que estabas ahí algo cambió en mí, sentí miedo y me pregunté por qué me sucedía eso, por qué me preocupaba tanto por alguien que no era mi familia, nunca había sucedido antes. En ese momento no tuve respuestas, tampoco me detuve para pensarlo, salí como loco a buscarte y te vi ahí, en medio de esos cuerpos inertes, te cargué, sentí tu dolor y preocupación pero yo me sentía aliviado porque estabas bien, eso que sentí cuando te vi viva... es la misma gratitud que siento al ver a mi familia viva a diario, luego de esa noche supe que habías cambiado algo en mí, algo era diferente. En cuanto hicimos aquella apuesta supe que iba a perder porque estaba enamorado de ti.
Alzo mi mirada hacia su rostro y descubro que me mira de una forma que no puedo describir, hay amor en su mirada, también temor y anhelo.
Mi corazón brinca, se mueve y cae para luego repetir el proceso.

Suavemente muevo mi mano hacia su cabello y luego a su cuello para acercarlo a mí. Me besa, sus labios suaves y fríos contra los míos. Sus manos se mueven hacia mis caderas y se mueven con delicadeza. No digo nada porque no tengo palabras suficientes para responder a eso, así que lo beso porque todo lo que quiero decirle, él lo interpreta con mis labios.

–No sabes lo agradecida que estoy por haber hecho este sacrificio por mi. – Nos separamos, sus ojos se entornan luego de haberlos mantenido cerrados.

–No tienes que agradecer nada, voy a estar para ti siempre. – Me besa la frente y nos quedamos nuevamente en silencio escuchando las palpitaciones del otro.

Estamos en la sala cocinando sopa instantánea y es cuando empezamos a hablar.
–No puedo creerlo. – Digo bebiendo del café que me tiende. – Zack y Sebastian realmente han cambiado.

Está de espaldas y tengo una gran vista de él. Me doy cuenta de que me encanta la idea de que me cocine, aunque sea sopa instantánea, la visión de él yendo de aquí a allá buscando los utensilios de cocina es perfecta.
–Sí, cuando te fuiste y dejaste esas cartas nos dimos cuenta de que la guerra estaba por empezar y que no podíamos quedarnos atrás, no pensábamos unirnos a Caín pero queríamos traerte de regreso, tener nuestro pequeño ejército así que Zack y Sebastian empezaron a desarrollar sus dones al cien, empezaron con cosas leves. Zack movía los sillones de la casa, luego la mesa y luego sacudió la casa. – Mi boca se abre por el asombro. – Si, fue un día loco. Sebastian empezó a meterse en las mentes de todos, fue incómodo. Primero su voz se escuchó como susurros y luego fue aumentando. Abby, si sigue practicando será capaz de controlar mentes.

Entonces un pensamiento me golpea. – Jesse. – Lo llamo. – Mi tono demasiado fuerte y preocupado. – Ellos no son orígenes, Caín lo sabrá.
Jesse suelta aire mirando el suelo. – Ellos sabían los riesgos al venir y los tomaron.

–Pero... nadie puede saberlo.
–Las reglas del juego cambiaron, nosotros los jugadores también debíamos hacerlo.
Se acerca con dos tazas, ambas llenas de sopa y fideos. –¿tenedores? – Pregunta.
–En uno de los cajones. – Le digo oliendo lo increíble que están las sopas.
– ¿Qué...?
Levanto la vista y descubro a Jesse con mi celular. Trato de fingir una sonrisa inocente.
–A veces las ganas de llamarte eran demasiadas. – Me encojo de hombros.
Me tiende mi tenedor con una sonrisa acusadora.
–Entonces... – Digo enrollando los fideos en las puntas del tenedor. –¿Estarás listo para entrenar mañana?
Tuerce el gesto. – No creo que sea tan pesado.
–Eso dices... luego no podrás ni sentarte. – Me río.
–Mi padre me había enseñado algunas tácticas de lucha de pequeño, también trucos para controlar mi poder y créeme eran entrenamientos duros.
Sonrío tristemente, podía ver que aún le dolía frescamente su muerte.
Le conté más detalles de lo que había sucedido, sacamos el tema de Cody, quedó impresionado, aún no podía creer que estuviera vivo al igual que yo.

–Aunque el tal Caín sea bueno después de todo aún no me agrada. – Admite. –Y no me preguntes porqué Abby.

–Umm entonces ¿cuál es la razón?
Sonríe negando. – Chica lista. – Dice refiriéndose a mi juego de palabras –. La razón es que no me gusta la manera en que te mira, no digo que sea una mirada de acoso sino...como si quisiera protegerte o algo así y en cierta forma le agradezco que te haya cuidado pero esa mirada sólo la tiene alguien que quiere a alguien.
Mi ceño se frunce. –¿Por qué lo dices?
–Porque yo te miro de esa forma, conozco esa mirada, la tuve por meses, aún la tengo.
Sus palabras me golpean pero me parece algo descabellado, Caín era un líder y me trató de la misma manera que todos y aunque fuera como Jesse dice... jamás lo vería de esa forma. No era malo y ya lo sabía pero había algo extraño, tal vez en su manera de ser reservada, eso no me permitía verlo de esa forma, además mi corazón ya le pertenecía a alguien y ese alguien está sentado justo frente a mí.
De repente la puerta se abre e Isabel se detiene de golpe en medio de la sala. – Oh perdón, pensé que estabas sola. –Mira a Jesse.
–Puedes pasar. – Le digo sonriendo. – Aún no los he presentado.
Ella le acerca sonriendo. – Jesse, ella es Isabel, mi amiga. Isabel, él es Jesse, mi novio.
Ambos se tienden la mano sonriendo. – Oh, he escuchado mucho sobre ti. – Le dice a Jesse. – Todo era Jesse aquí, Jesse allá. Incluso temía que sacara mis ojos y los guardara en una cajita bajo su cama porque decía que le recordaban a los tuyos. – Se limpia un falso sudor de la frente. – Gracias a Dios estás aquí, eso no será necesario.

Me río de sus bobadas, no sabía de donde sacaba tantas. – Bueno, a lo que vine. Caín quiere que nos reunamos todos en la cabaña de armas, todos. – Dice mirando a Jesse.

–Está bien, iremos a avisarle al resto.
Quince minutos después estamos reunidos en dicho lugar.

Caín había hablado con cada uno de nuestro grupo. Primero con los hermanos Anderson, luego con Jesse y conmigo, con los hermanos Galeano y luego con James, estábamos esperando a que ambos terminaran de hablar en un rincón, por seguridad había una pequeña pared que nos impedía escuchar lo que decían. Caín ahora ya conocía todos los secretos. Sabía lo que Zack y Sebastian eran, su pasado, el de Jesse... y ahora el de James y mi madre.

Estaba nerviosa, estaba helada.
Elías me había dicho de antemano a qué iba todo esto y es que hoy iniciaba el proceso de saber cuándo sería la reunión de los cazadores.
Vi como Caín anotaba algunas cosas en una libreta al igual que hizo con todos nosotros y luego ambos se levantaron y la pared fue eliminada. Todos nos pusimos de pie al instante.

–Bien, he terminado de hablar con todos ustedes. Es momento de hablar de lo que en verdad importa, James nos dará la información necesaria.

–Es un cazador ¿cómo sabemos si va a decirnos la verdad? si lo torturamos sacaría toda la verdad pero así, conversando como amigos no...

–No es necesario hacer nada de eso. – Le digo molesta por su brusquedad.

Me mira mal y luego se gira hacia Caín. –¿Confías en él? ¿En ellos?

–No puedes confiar en nadie realmente, porque cualquiera puede traicionarte. – Contesta Caín de forma seria. – Pero estoy seguros de que ellos quieren lo que nosotros, con eso me basta.

Natasha se queda callada y asiente.

–Elías por favor acércate. – Pide y él va. Ambos se ponen tras la mesa mientras que todos nosotros estamos de pie al otro lado. –James, tu también.

Cuando lo hace, los planes empiezan a fluir.

–Los cazadores se reúnen una vez al mes en algún punto del mundo¿es eso cierto?

–Si. – Dice James. – Así es.

–¿Puedes darnos detalles?

Asiente.

–Es una gran reunión, ocurre en lugares poco habitados, como pueblos fantasmas y bosques, el lugar tiene que ser espacioso ya que somos una gran cantidad.

–¿Sólo cazadores? hay legendas que dicen que ustedes fueron creados por los hechiceros.

–Las leyendas son sólo leyendas.
–¿Cuál es la verdad entonces, James?

James no se mira preocupado, no hay arrugas en su frente como deberían empezar a notarse a su edad. Puedo ver sus brazos cubiertos por tinta negra, desde las muñecas hasta el cuello, parecen llamas, llamas negras pero no puedo descifrarlo bien.
Caín hace esa pregunta y todos esperamos la respuesta con el pulso acelerado.

–Tal vez no sea del todo falso. – Admite el cazador. – Hubo una vieja lucha. Los primeros orígenes y los hechiceros. Los hechiceros se sintieron amenazados y se lanzaron contra ellos, fue cuando descubrieron que estos eran inmortales, luego los orígenes contraatacaron y murieron varios hechiceros, desde ese día la verdadera guerra empezó. Los orígenes le hicieron cosas terribles a los hechiceros por venganza, los expusieron al mundo y muchos más murieron, el mundo ya sabía de su existencia y los hechiceros decidieron esconderse pero eso no significa que dejaran la guerra en paz. No. Lo contrario, crearon un plan, crearon a los cazadores. – Esto me suena familiar, miro a Zack recordando aquella vez en que él y yo hablamos del tema, hipótesis, mitos y todo lo que tenía que ver con nuestro mundo oculto. Era verdad, la mayoría delo hablado aquella vez era verdad.

–¿Qué son? – Pregunta Caín, disimula la impresión de la noticia pero su voz sale extraña.

James frunce el ceño. –¿Aún no lo saben? – Pregunta incrédulo.

–Si lo supiéramos no te hubiese preguntado ¿no crees? – Dice Caín en modo grosero.

–Los orígenes empezaron a reproducirse pero estos no eran como los primeros, cada generación era más débil, más mortal así que los hechiceros aprovecharon eso, ellos maldijeron su sangre y crearon reglas.
–¿Nuestra sangre? – Pregunta Natasha.

–Sí, la sangre de los orígenes. Los hechiceros raptaron a unos cuantos orígenes, los explotaron y trataron como experimentos y crearon un hechizo para evitar que se reprodujeran más, no hay hechizo que pueda acabar con una raza entera así hicieron lo que pudieron. Infectaron la sangre de esos orígenes y luego los soltaron borrándoles sus memorias.

–¿Cuál es el punto realmente?¿qué nos hicieron? – Pregunta Caín.

–Cada vez que daban a luz a un niño, este no era un origen, era una falla.
Mi respiración se corta y aún no puedo asumir lo que escucho, la mano de Jesse se cierra abruptamente sobre la mía. – De ahí viene el origen de las fallas pero se preguntan ¿si los infectaron como es que somos lo que somos ahora? bueno, los primeros orígenes se dieron cuenta del problema y actuaron rápido, hicieron lo mismo, raptaron a unos hechiceros y los obligaron a revertir el hechizo pero era tarde, había demasiados niños infectados, algunos incluso ya eran mayores. Sin embargo encontraron una solución, buscaron un nudo suelto y lo encontraron. Las parejas que habían dado a luz no eran del mismo tipo de orígenes, estaban mezclados, el fuego por el hielo, los primeros se plantearon la hipótesis de que esa fuera la cura y entonces volvieron a cambiar las cosas. Se prohibió el mantener una relación con el tipo contrario de origen. Tenía que ser Hielo con hielo y fuego con fuego. Para fortalecer el mandato, los primeros orígenes con ayuda de algunos hechiceros crearon otro hechizo o como le digo yo. Maldición. El del alma gemela. Los orígenes ahora estaban obligados a enamorarse de un alma en especial y esta siempre sería de su mismo tipo, así lograron preservar su legado. El problema genético según ellos estaba arreglado, a toda falla que encontraron los asesinaron o... al menos eso creyeron. Una vez más los hechiceros aparecieron en el juego, enojados porque sus planes fueron arruinados, reclutaron a todas esas fallas, las entrenaron y les dieron armas para volverse en contra a aquellos que una vez les dieron la espalda. Los cazadores somos esas fallas, con el tiempo no sobró más de un origen rebelde que se metió con las leyes y procreó a una falla, entonces crecimos en número y nuestra misión era destruirlos... a ustedes.

Mis ojos se dirigen hacia los Anderson, están blancos cual papel, sus ojos desorbitados y sus bocas abiertas.

Jesse estaba igual y parecía estar a punto de caer.
Era demasiada información, todo parecía irreal. Los cazadores... eran como nosotros, en sus genes a pesar de que fueron modificados todavía corría sangre de origen. Zack y Sebastian, hijos de un origen de hielo y uno de fuego eran como ellos, con las enseñanzas y armas correctas podrían ser cazadores también.
Todo empezó porque los hechiceros y los orígenes no podían soportarse los unos con los otros. Los hechiceros maldijeron nuestra sangre porque nosotros también atacamos.

El tema de las almas gemelas era como un truco de magia, estábamos condenados a amar a una persona que no elegiríamos. Eso no es real, el amor no es real. Es magia. Nos hacen creer que amamos a nuestra alma gemela pero en realidad no lo hacemos. Todo es una mentira.

Aprieto la mano de Jesse sin poder hablar.

Tanto hechiceros como orígenes éramos seres perversos. Ambos querían poder, querían reinar. Ambos bandos tenemos la culpa.

No puedo creerlo, no puedo creerlo. Todo eso se dio y ¿la información no nos pertenecía? teníamos el derecho de saber la verdad, saber que nuestro destino no estaba escrito así como nos hicieron creer por nuestra alma gemela, no, nosotros escribimos nuestro destino día a día.

Los medio orígenes no tenían culpa de nada y los trataron como basura, los primeros orígenes lo taparon todo para que su sangre no se mezclara con nada más que la propia.

–Ve con ellos. –Le logro decir a Jesse. – Ve.

Jesse no lo piensa dos veces, corre hacia sus hermanos y los abraza con fuerza, en la esquina, Zack Y Sebastian lloran en el hombro de su hermano.
–Esto... esto es difícil de manejar. – Dice Natasha. – Es algo complejo.

–Lo es, pero es la verdad, no hay otra forma de contarlo. A no ser que sea la historia resumida. Ambos, hechiceros y orígenes no se toleraban, ambos atacaron, los hechiceros quisieron cortar su existencia y envenenar su sangre pero no lo lograron porque su misma gente apoyó a los orígenes y crearon una cura, una mentira llamada "las almas gemelas". Lo que nos da a entender que todos son unos egoístas. Los hechiceros por empezar todo, por no dejar todo en pez y los orígenes por ser demasiado engreídos y seguirles el juego a los hechiceros. Ellos trataron de asesinarnos por ser fallas quisieron seguir siendo puros y no pensaron en que éramos capaces de sentir también, nos trataron como basura y nos desecharon pero como dicen, hierba mala nunca muere y aquí estamos ahora, asesinando a los que trataron de asesinarnos.
Caín ya no se mira tan seguro que antes, está igual de afectado que todos en la sala.
Pero yo estoy preocupada por Zack y Sebastian, antes se sentían excluidos por ser lo que eran y ahora que saben cómo sucedió todo deben sentirse peor.

Camino hacia ellos, Zack me mira a través de sus gafas empañadas y torcidas. Me acerco y deja el hombro de Jesse para abrazarme, siento la humedad de sus mejías y escucho sus sollozos cerca de mi oído, es un niño, un niño herido.

Tiembla bajo mi abrazo y le acaricio el cabello. – Zack, tranquilo, estoy aquí. – Cierro los ojos tratando de absorber su dolor. – Estoy aquí.

De alguna manera soy capaz de sentir su dolor, sentirlo como si fuera mío, como si estuviera en sus zapatos.

–Soy un monstruo. – Murmura contra mi. – Soy una falla, algo que no debió existir.

Lo hago callar. – No digas eso. – Lo regaño. – No lo digas, sabes que no es así. Eres capaz de tantas cosas, eres diferente pero eso no es malo. Ninguno de nosotros somos capaz de hacer lo que tú, lo que Sebastian hacen.

No dice nada, sigue llorando. – Ellos les temían, porque ustedes son una raza más fuerte. – Le digo suavemente y es lo que en verdad pienso porque lo son.

–Entonces es por eso que hacen todo esto. – Escucho la voz de Caín pero no lo miro. – Por venganza. ¿Pero en qué te diferencias tú? ¿Por qué estás aquí?

La respuesta de James viene de inmediato. – Porque me enamoré de una origen y le soy leal a pesar de que ella eligió a su alma gemela.
Mi pecho se encoge. Mi madre y mi padre.

–¿Estás dispuesto a darle la espalda a tu gente por ella?

–Si, el amor te hace hacer cosas que no te imaginas, si ella estará segura entonces haré cualquier cosa. Le daré la espalda a cualquiera con tal de proteger a los que quiero.

–Entonces necesito más información.

–Les daré lo que necesiten.

–Quiero saber cuándo, a qué hora y en qué lugar va a ser la próxima reunión, ese día atacaremos.

–Nos reuniremos el último día de este mes, hay un pueblo en Inglaterra que está abandonado, ya nadie vive ahí, ese será nuestro punto para reunirnos, la hora exacta es al mediodía.

Zack había dejado de temblar, yo dejé de respirar, el último viernes de este mes. Teníamos tres semanas, el treinta y uno de de Julio se daría todo. El tiempo se nos estaba agotando.

–Estaremos listos para entonces. – Murmura Caín y no sé si se lo dice a sí mismo o a nosotros.

–Pero no puedo estar todo el tiempo metido aquí, ellos van a pedirme informes, tratarán de comunicarse conmigo.

–Está bien, pero siempre estarás vigilado.

–¿Es todo por hoy? – Pregunta James.

–Te necesito aquí mañana por la mañana, tenemos que ver los puntos por dónde atacar y los detalles exactos del lugar.

–Mañana conversaremos todo eso, lo prometo. Ahora tengo que ir a ver a Sarah y decirle que todo está bien. Que su hija lo está. – Un escalofrío viene de mi espalda pero no me muevo.

–Puedes irte, Natasha te acompañará hasta el lugar que decidas ir.

Escucho la puerta mágica abrirse y luego cerrarse.

Todos se quedan en silencio y luego escucho el sonido de las botas de Caín acercarse.

–Quiero pedirles disculpas. – Zack se aleja un poco de mi sorbiendo su nariz.
–¿Por qué? – Pregunta con voz ronca por el llanto.

–Por lo que acaba de pasar, yo... no sabía la verdad de todo esto.

–No tienes porqué disculparte. – Dice Sebas.

–Sé cómo se sienten. – Dice él.

–No, no lo sabes. – Contesta Zack.

Caín sonríe y hace que Zack arrugue su frente. –Yo no soy un origen normal, tampoco soy un medio origen. – Dijo medio origen, no falla y le agradezco por usar el término correcto. – Soy un híbrido entre las razas enemigas. Mi padre era un hechicero y mi madre una origen de fuego y sé lo que es ser repudiado por todos, el ser juzgado por lo que soy. Sé cómo se sienten pero déjenme decirles, ser diferente no es malo, lo normal es aburrido.

Zack sonríe levemente viendo sus pies. – Pero algunos no comprenden eso.

–Que se fallan al diablo, la gente siempre odia o teme lo que es diferente porque ellos no lo son sé tú mismo sin temor alguno. – Caín palmea su espalda.

Recuerdo lo que decía el diario de su madre, que él podría cambiarlo todo, estaba a punto de hacerlo. Estoy segura de que ella en estos momentos está orgullosa de su hijo.

–Gracias. – Murmura Zack, sus ojos verdes ahora están bordeados de un color rojo que hace juego con su nariz.

–Si necesitas hablar... cuando quieras.

Zack y Sebastian asienten y Caín se aleja.

–Lo siento Abby, he mojado tu camisa. – Se ríe Zack.

–Tranquilo, cuando quieras. – Le guiño el ojo.

Jesse me mira, asiente con la cabeza.

–Bueno, dejando el tema de que somos diferentes, aún más de lo que pensábamos... centrémonos en que tenemos tres semanas para pelear. – Dice Sebas.

Los hermanos Galeano se acercan y abrazan a los chicos, Jesse se me acerca y se coloca a mi lado.

Todos nos reunimos en un círculo, Caín no se pone en medio esta vez. –Tenemos que acelerar los entrenamientos, ustedes tienen que empezar mañana.

Hay un problema, un gran problema. Yo no he cambiado y no podría enfrentarme a todo eso sin mis poderes. Miro a Caín y por alguna razón comprende esa mirada, sabía en qué estaba pensando, era hora de cambiar, de acelerar el proceso.

–Caín. – Lo llamo. – Cuando dijiste que había una manera en la que podía acelerar el proceso de mi cambio...¿era verdad?
–Por supuesto.

–Bien, es tiempo de hacerlo. – Digo decidida.

Jesse se tensa a mi lado y todos se miran entre sí.
–Tú decides cuando. – Responde él.

–Tenemos que avisarle a la gente. – Dice Jordy. – Tenemos que prepararlos psicológicamente y apresurar el cargamento de armas. Si hay más gente que se nos puede unir entonces hay que llamarlos.

Cody e Isabel se miran el uno al otro, hay preocupación en su mirada, yo miro a Jesse, sus ojos azules se miran igual de preocupados. Ahora ya sabíamos cuánto tiempo nos quedaba para prepararnos.

–¿Qué pasa si... atacáramos en la siguiente reunión? así tendríamos más tiempo – Dice Isabel.

–No podemos, ahora un cazador sabe nuestro plan, puede cambiar de opinión, podría hacerlo en este momento, cualquier cosa podría pasar en ese tiempo.
–Está hecho entonces. – Dice Elías. – Tenemos tres semanas para dejar todo establecido. Empezaré a llamar a más gente.

–Yo apresuraré a los del cargamento de armas.

–Nosotros empezaremos a entrenar mañana mismo a tiempo completo. – Dice Jesse a mi lado.
–Mi poder se liberará en esta semana. –Digo yo. – Aún tengo que elegir el día.

–Bien, mañana nos reuniremos de nuevo en el almuerzo. – Anuncia Caín.
Todos salimos de la cabaña, el aire me golpea y lo siento demasiado frío contra mí.

Toda la historia vuelve a repetirse en mi mente y aún es difícil de entender, había partes que costaba creer como el que lo de "las almas gemelas" fuese una cura para evitar que "las fallas" se reprodujeran junto con nosotros. Todo era una mentira y no sabía cómo sentirme con eso porque significaba que las almas gemelas no existían, todo era parte de un hechizo que implantaron en nosotros para evitar que nos enamoráramos del origen equivocado, pero el hechizo era demasiado poderoso, lo suficiente como para controlar nuestros corazones y hacerlos palpitar por alguien más. Debe haber un hechizo que cambie eso, debe haberlo.

Tal vez era egoísta de mi parte tener esperanza con mi relación con Jesse en estos momentos pero era inevitable no pensar en esa oportunidad, si lográramos eliminar eso entonces podríamos querernos sin miedo de que alguien más llegue y ocupe un espacio en nuestro corazón, uno lo suficientemente grande como para separarnos. No solo nosotros seríamos libres de escoger nuestra pareja, todos lo seríamos.

Cuando llegamos a su cabaña les preparo un té a cada uno y luego me siento con ellos, los hermanos Galeano están con nosotros también.

Nos quedamos sentados en silencio. Yo miro un punto fijo en la mesita de en medio, mis ojos recorren el florero de cristal y las flores de plástico en él.

Aquí estábamos, un origen, dos medio orígenes, dos hechiceros y una origen que estaba por cambiar. Todos con terror y tristeza en su mirada sabiendo que sus vidas no serían las mismas dentro de tres semanas. Todo podía fallar, todo podía salir bien y luego ¿qué? ¿Realmente seremos libres? ¿Siquiera estaremos vivos luego de que esto termine?
Hay tantas posibilidades en mi cabeza, buenas y malas. Me aterran las malas. Podría venderlos a todos, podría morir.

–Esto va enserio. – Dice Sabrina. – No es un juego de niños, es la guerra. – Su voz sale aterrorizada. – Tenemos tres semanas para prepararnos...
–Podemos morir ahí. – Dice Sebas.
–Recuerden por qué lo hacemos. – Dice Zack, su voz ronca por el llanto. – Luego de estos seremos libres, no más cazadores, no más muertes a nuestra especie, es un sacrificio que debemos realizar por nosotros y por las futuras generaciones.

–Hay algo más. – Digo, todos voltean a verme. – No termina ahí porque si logramos desaparecer a los cazadores seguiríamos presos de algo.

–¿De qué? – Pregunta Sebastian con el ceño fruncido.

–De nuestros sentimientos. – Digo mirando a Jesse. – Los hechiceros mezclaron la sangre de los orígenes y utilizaron magia. Lo que ignoran es que crearon una nueva especie, algo nuevo que no tiene ni el poder de una ni de la otra y los primeros orígenes pensaron que eran orígenes dañados. A causa de eso establecieron reglas para nosotros, no enamorarnos del origen contrario a nosotros, también sufrimos un cambio, utilizaron un hechizo, la implantaron en nosotros y nos hicieron creer que nos enamorábamos de una persona pero en realidad no era así, todo es parte de ese hechizo, todo es mentira. No existen las almas gemelas, es una idea que nos hicieron creer para tapar lo que había sucedido años atrás, si pudiéramos revertirlo... si pudiéramos saber cuál era ese hechizo, podríamos liberarnos también de eso, seríamos capaces de elegir con quien queremos estar sin temer a encontrar a alguien más y que todo se arruine. – Jesse me mira fijamente meditando mis palabras en su mente pero es Sebastian quien habla.

–Hay un problema Abby, no todos los hechizos tienen un contra hechizo, un ejemplo es lo que pasó con los medio orígenes, estaba hecho, no podía revertirse y entonces crearon otro hechizo para nivelar el anterior. Nosotros no sabemos ni qué hechizo usaron, tampoco somos tan fuertes como los que lo crearon. Es casi... imposible lo que quieres.
–¿Hay alguna posibilidad? – Pregunto mirando el suelo. – ¿De qué nos libremos también de eso?
–No me pidas una respuesta de inmediato. – Asiento. – Pero trataré de investigar lo que pueda.

Sé que no podremos hacerlo. Posiblemente los primeros orígenes son los únicos que saben cuál es aquel hechizo, ellos y los hechiceros que los ayudaron. Pero ellos a estos años ya están muertos, los únicos que viven y vivirán por siempre serán los primeros, eso nadie puede cambiarlo.

Luego de una hora de silencio decido marcharme, es noche y mañana hay entrenamiento.
Me levanto del sillón y me despido de cada uno de ellos, cuando llego hasta Jesse, él me abraza y besa mi cabeza. – Buenas noches. – Le digo tratando de sonreír. – Nos vemos mañana a las seis en punto.

Asiente. – Duerme bien.

Camino fuera y veo a la gente reunida alrededor de la fogata, Caín está con ellos y sé lo que está haciendo, los está poniendo al tanto de todo.
Voy hacia mi cabaña y la siento vacía de nuevo.

Lo primero que hago es ir hacia mi cama y sentarme contra la cabecera, era momento de pensar en mí.

Estaba aterrada y no sólo por la guerra sino por mi cambio. Iba a dejar que mi poder saliera a la luz y una vez más el viejo temor vuelve. ¿qué pasa si no logro controlarlo? ¿Qué pasa si luego de haber cambiado todo lo demás lo haga? temo no ser la misma, temo no tener mis mismos pensamientos y temo dejar de amar a Jesse.

El hechizo era tan fuerte como para cambiar el amor de todos los orígenes, yo no sería la excepción.

Jesse es mi primer amor, el único chico que he amado de esta manera tan intensa, con él en mi vida todo cambió, sólo de pensar en sus ojos me hace querer sonreír y lo hago, lo hago a través de las lágrimas que ahora salen de mis ojos, lo hago a través de mis sollozos. Sonrío por él, porque él me hace feliz.

Escucho como unos pasos se acercan en el pasillo y no logro limpiar mis lágrimas a tiempo, él está ahí parado al borde de la puerta y me está viendo llorar. Con el dorso de mi mano limpio lo que puedo. –¿Cómo entraste? – Pregunto levantándome.

–Tengo algunos trucos. – Dice sin sonrisa alguna.
Un sollozo se escapa de mi garganta sin poder evitarlo y viene hacia mí. Sus brazos me envuelven a mí alrededor y puedo sentir como si entendiera mi dolor, mi temor.
Quiero seguir sintiendo esto por él luego de que el cambio ocurra, quiero seguir siendo yo pero más fuerte. Por primera vez odio realmente a los primeros orígenes y a los hechiceros por habernos puesto esta maldición.
–Todo estará bien. – Murmura cerca de mí.
–Todo estará bien. – Repito asintiendo.    

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