Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23

Sé que todos pensamos lo mismo en estos momentos. Hay más cazadores.
Todos nos pusimos alerta, sabíamos que si eran demasiados nuestro plan fallaría, veníamos armados pero no lo suficiente como para iniciar la guerra hoy, todos, absolutamente todos, moriríamos en el intento.
–Natasha y Elías al frente. – Murmura Caín a mi lado, me señala la parte de atrás.
–Pero... – Me quejo.
–Ve atrás Abby, no sabemos cuántos son y alguien tiene que cuidar al cazador.
Asiento dándole espacio a Natasha para pasar, me quedo al lado del hombre, mis sospechas se confirman cuando miro lo sereno que se encuentra.
Natasha y Elías están al frente esperando a que ellos salgan.
Pero nada sucede y eso es lo peor, ninguna puerta se abre y no se produce ni un ruido más.
–¿Falsa alarma? – Pregunta Isabel por lo bajo.
–Eso parece. – Murmura Caín

Miro al cazador a los ojos y me confunde una vez más la forma en la que me mira, como si quisiera saber quién soy.

No hablo con él, no me acerco más y continúo apuntándole con el arma.

Algo hace que me estremezca, al principio pienso que es Isabel o Cody quien toca mi brazo pero cuando me giro no hay nadie, entrecierro los ojos y dejo de apuntarle al cazador para apuntar hacia un espacio vacío en la esquina del pasillo justo frente a mí. Nadie se alertó más que yo, todos estaban pendientes de lo que pasaba más allá del pasillo.

Entonces lo escuché, tuve que repetirme esas palabras nuevamente en la cabeza para comprender que era su voz.

–Baja el arma Abby. – Dice la voz de Jesse, venía de la nada, estaba tan cerca, tan cerca que non tuvo que alzar la voz para escucharlo.

Sin embargo no había nada ahí, nada ni nadie.

Mi corazón casi cae ante su voz pero mi mente está inquieta, no es él, si lo fuera entonces podría verlo, debe ser un truco de los cazadores.
Sostengo el arma con más fuerza y siento como una mano fría agarra mi muñeca.
Su tacto, es su tacto.

–Baja el arma por favor.
Su voz, su tacto.
¿Soy estúpida por no disparar?
–Jesse. – Murmuro con voz entrecortada.
No lo veo pero mi cuerpo reacciona de la forma en que reaccionaría si sí lo hiciera.
–Soy yo. –Murmura.
Ahora lo siento, siento su presencia. No puedo describirlo pero sé una cosa, en realidad es él pero es invisible. Sebastian debió poner un hechizo en él... en todos.

Lo que significa que ellos pueden estar justo ahí donde las armas apuntan.

–No deberías estar aquí. – Digo bajando el arma.
–Tienes que venir conmigo ahora, Abby, no pueden llevarse a James.
James, ese nombre lo cambia todo.
Miro hacia atrás, hacia el cazador, frunce el ceño en mi dirección.
Luego miro hacia el frente, hacia donde Jesse está o donde siento su presencia.
–No, ustedes tienen que salir de aquí.
–Abby. – Murmura Caín desde el frente. –¿Ocurre algo?
¡Claro que sí! quiero gritar. Este es un maldito desastre.
–No... Sólo estaba asegurándome de que los bomberos aún no estuvieran cerca.

Me mira confundido pero asiente girándose para hablar con Cody.

–Vete. – Le digo a Jesse, no, le suplico que se vaya.
Siento sus brazos a mí alrededor, ahora puedo olerlo. Menta y jabón. Es él, realmente lo es.
Quiero llorar, quiero gritar y devolverle el abrazo.
–No me voy de aquí sin ti. – Susurra en mi oído. – Se nos acaba el tiempo.
Miro al grupo. – Falsa alarma. – Dice Caín para todos. Me enderezo y actúo normal. – Prepárense para marcharnos.
Todos se dispersan bajando sus armas. – Están aquí. – Dice el cazador, su voz es ronca y tranquila

–Cierra la boca. – Le riño mirando a mi alrededor, Caín está empezando a recrear el portal.
–¿Cuantos están aquí? – Le pregunto a Jesse.

–Todos estamos aquí por ti Abby, nuestras madres nos esperan en una camioneta. – No digo nada, estoy en shock. – No pueden llevarse a James, no se los permitiremos, por favor diles que paren, diles que no irás con ellos.

Sus palabras duelen al igual que mi cabeza y corazón.
Se me hace un nudo en la garganta.

No podía hacerlo, no podía irme con Jesse aunque quisiera. Esto lo empecé porque quería verlos seguros a todos ellos, luego se convirtió en un reto para mí, ser mejor, se valiente y fuerte. Lo logré, yo cambié, mis pensamientos cambiaron, no soy la Abby débil, la lenta, la que no sabía defenderse, no más. Pero mis sentimientos no cambiaron, no se endurecieron como los del resto, sigo queriendo a Jesse, sigo queriendolos a todos. Mi cabeza y mi corazón empiezan una guerra sobre la decisión que debía tomar.

Irme con Jesse e ignorar mis planes anteriores, ver a mi familia y amigos de nuevo pero no luchar contra los cazadores, ser como éramos antes, unos prisioneros o...

Dejarlos otra vez, seguirlos queriendo a distancia pero protegiéndolos con mi vida, llevarme a James con nosotros y hablar con el grupo lo que antes habíamos planeado antes de unirme a ellos.

No pude tomar la decisión. – El tiempo se acabó. – Murmura Jesse.
Entonces lo miro, está frente a mí y no es el único que apareció de la nada. Del otro lado del pasillo armas se levantan contra nosotros. Zack está al frente, es el único desarmado. Sebastian Galeano está al lado de Zack y le apunta a Caín quien estaba de cuclillas creando el portal, el cual se desintegró gracias a Sebastian.

El grupo de Caín se mueve rápido y en un abrir y cerrar de ojos, parece una cadena de la cual nadie queda libre de ser apuntado por un arma.

–Nadie se mueva. – Dice Zack. – No queremos disparar primero. – Ha cambiado, todos ellos lo han hecho. No parece el mismo chico dulce que conocí meses atrás, él evolucionó de alguna manera, puedo verlo.

–¿Qué es lo que quieren? – Pregunta Caín, su arma levantada hacia Sebastian.
–Queremos al cazador y a Abby. – Dice Jesse a mi lado. Tiene un arma también pero no le apunta a nadie. – Nadie tiene que salir herido.

Alguien se ríe. – Patéticos. – Reconozco la voz de Natasha. – La única razón por la que aún no están muertos es porque son importantes para Abigail.

Tengo que parar esto, ellos no son así ni Jesse tampoco.
Lo miro suplicante. – Tienen que irse ahora.

Su brazo se estira hacia mí pero me alejo, apuntando nuevamente hacia el cazador, no sé por qué tal vez necesitaba apuntarle a alguien.

La mirada de Jesse emana dolor, está herido. Yo lo herí.

–Paren todo. – Digo en voz alta, nadie se mueve ni me apunta con un arma.

Yo era la única que podía pararlo.

Miro a Jesse una vez más antes de caminar hacia adelante en medio de los dos bandos.
Cuando estoy en medio miro a Caín, me asombra ver que no está alterado o enojado, sus ojos me buscan y cuando encuentran parecen aliviados.
–Bajen todos las armas. – Miro a ambos lados bajando la mía. – Ahora.
Se miran entre sí con odio, el primero en hacerlo es Caín, su mentón se eleva.

Repentinamente siento calor, mucho calor hasta el punto de que mi mirada se nubla. Es agitación y la adrenalina mezclados.

Todos empiezan a bajar las armas lentamente, Sabrina aparta el arma lejos de Natasha y esta hace lo mismo, Jared es el único que no hace caso a lo que le digo y le apunta a Caín, está en medio y puedo ver cómo su cuerpo se agita por las respiraciones agitadas.

–Baja el arma Jared. – Pido.

No lo hace.

Siento miedo, él podría disparar, es muy impulsivo.

Me acerco, no a él, sino a Caín y me pongo frente a él, tapando con mi cuerpo el suyo.

La mirada de Jared es de desprecio, alertas se levantan en mi cabeza cuando sigue sin hacer lo que le digo y por lo contrario, avanza hacia nosotros, está frente a mí, aun apuntando.

–Quítate de en medio Abby.

–No Jared, tú aléjate.

–Jared. – Lo llama Jesse, me doy cuenta de que Jesse se ha acercado a mí, está casi a mi lado. – Baja el arma.
Mi hermano está demasiado alterado pero lo hace.

Todos quedamos en silencio y podemos escuchar desde afuera el sonido del camión de bomberos.

–No tenían que hacer esto. – Les digo. –Estoy bien, yo decidí irme.

–Porque tenías miedo. – Dice Zack. – Lo entendemos, entendemos que lo haces por todos nosotros pero esta no eres tú, no puedo reconocerte.

–Soy yo Zack. – Le aseguro. – Sólo que cambié y veo que no soy la única.

–Entonces, si sigues siendo la misma entenderás quién es él. – Señala a James.
–Lo sé, no pensaba lastimarlo.
–Tú no, ellos si. – Señala a Caín.
–No es lo que pensábamos, ninguno de ellos lo es.
–Te lavaron el cerebro.
–No, me abrieron los ojos y en el proceso me hicieron fuerte.
Su ceño se frunce. –No vendrás con nosotros. – Dice con pesar, sus ojos parecen querer leer los míos a la distancia y parece que ha acertado.
–Tengo mis razones.
Jesse se coloca a mi lado y luego camina hacia el lado de los suyos y lo miro de frente.
Parece demacrado, hay bolsas oscuras bajo sus ojos y su cabello está revuelto.
–No lo entiendo. – Me dice. –¿No piensas hacerlo ni por tu familia? ¿por mí?
Sonrío tristemente. – Te equivocas Jesse. – Es justamente por eso que lo hago.

Niega con la cabeza. – No estás razonando bien, Abby, podemos luchar juntos.

–¡No lo entiendes! – Mi voz se quiebra y mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas. – Es justo eso, no quiero que peleen porque no quiero perderlos, no quiero perderte.
–Tú tampoco lo entiendes, me estás matando.
Sus ojos brillan por las lágrimas también, lo odio por eso, lo odio por sufrir por mí, no lo merezco.
–No podemos hacer esto ahora y aquí. – Dice Cody. – Tenemos pocos minutos antes de que nos descubran aquí.

Aparto la mirada porque me lastima verlo asi, miro a Caín. – El portal. – Le digo.
–Tampoco podemos dejarlo así, hay cosas que deben hablarse. – Contracta Zack.
Todos discuten a mí alrededor pero yo sólo estoy pendiente de Jesse.
–Voy a unirme a ustedes. – Dice Jesse mirándome.
–No... – Trato de hablar pero no me deja.
–No estoy hablando contigo Abby, se lo estoy diciendo a él. –Señala a Caín con la cabeza.
El portal está listo lo que significa que tenemos cierto tiempo hasta que Caín empiece a debilitarse de nuevo.
–Jesse... – Lo llama Zack.
–No Zack, no puedo perderla de nuevo. – Ahora se dirige a mí. – Voy a luchar contigo, me lo permitas o no.
Se acerca a mi. – Voy a luchar por ti, contigo, a tu lado.
Todo mi mundo cae, mi corazón también y mis emociones se mezclan. No debería sentirme e esta manera, debería empujarlo lejos pero no puedo... no más.
Miro a Caín. – Yo...
Asiente. – Puede unirse, todos pueden hacerlo si quieren.
Jesse me abraza y suelta aire en mi cuello. Lo abrazo con todas mis fuerzas y cierro los ojos ante su cercanía, lo había extrañado tanto.

–Estamos listos para irnos entonces. – Dice Cody. – Debemos hacerlo ahora.
Nos separamos y veo como uno por uno va pasando por el portal.
–Yo también voy. – Dice Zack en tono decidido.
–No. – Dice Jesse.
Zack sonríe, mira a Sebas quien asiente y luego mira a Jesse de nuevo. – Tú no me mandas hermanito.
Sebas y él caminan hacia el portal.
Sabrina y Sebastian se miran y luego también lo hacen.
Cody e Isabel guían a James al portal y pasan juntos.
Quedamos Jesse, Caín, Jared y yo.
Lo miro, me regresa la mirada llena de furia y fuego.
Karum se queda a su lado.
–No puedes dejarme, no puedes dejar a mamá.
–Tengo que hacerlo.
–Eres una cobarde. – Ruge. – Si cruzas ese portal, nunca más te atrevas a regresar.
Jesse me agarra la mano y la aprieta levemente.
Empieza a guiarme hacia el portal.
–Cuida a mamá Jared. – Le digo.
Jesse está a mi lado mientras cruzo, miro a Caín antes de que todo desaparezca excepto el contacto de Jesse.

Caemos pero caemos juntos, el suelo es duro bajo nosotros y nos incorporamos a tiempo para dejar pasar a Caín, nuevamente el portal se desvanece detrás de él.

Todos estamos agrupados en la cabaña de armas.
Jesse está a mi lado abrazándome mientras que Zack y Sebastian admiran las armas.
Natasha, Elías y Jordy están unos apartados de nosotros.

Cody e Isabel se unen a los hermanos de Jesse para hablar, escucho como Zack habla con Cody como si aún no pudiese creer que está vivo, bueno, lo entiendo, yo estuve igual o peor.

Los hermanos Galeano se nos acercan. – Bueno. –Dice Sabrina. – No es lo que esperaba que pasara. – Me sonríe y le devuelvo el gesto, acurrucándome a Jesse.
–¿Ahora qué? – Pregunta Sebas inspeccionando el lugar.
Miro hacia el trío al fondo de la cabaña. – Ahora lucharemos juntos. – Dice Jesse.

–Espero que así sea. – Dice Caín acercándose. Me mira y luego a Jesse. – Necesito saber si están en esto realmente. – Le hace señas al trío de atrás y se acercan. – Atención. – Dice alzando la voz. – Acérquense todos.
Los hermanos Galeano se colocan a mi lado, el resto hace lo que Caín dice y se colocan en un círculo a su alrededor. – No podemos permitirnos fallar, tenemos planes y vamos a seguirlos pero si hay alguien aquí que vino por impulso y no porque realmente lo quiera, puede irse. – Su voz es dura, sus facciones son duras.
La habitación queda en silencio. – Bien. – Dice. – Entonces empezaremos con el proceso. Elías les explicará lo que necesitan saber pero ustedes deberán explicarnos cosas a nosotros, veo que tienen algún tipo de lazo con el cazador, quiero saberlo todo, luego de eso Abby los guiará a sus cabañas y les mostrará el lugar, Jordy les dará el horario de sus entrenamientos, Natasha por favor acompaña a Abby. Cody e Isabel ustedes se encargaran de... – Mira al cazador.

–James. – Responde. – Mi nombre es James.
–Bien, se encargarán de James y lo vigilarán. – Ambos asienten.
–Vengan por aquí. – Dice Elías señalando los sillones. – Jesse me mira y asiento para que vaya, me da un beso en los labios antes de irse. Mi corazón late cada vez más rápido.
Quedamos Caín y yo. – Quiero agradecerte por no dejarlos ahí.

–Sabes que lo planeado al principio fue traerlos a todos aquí, las cosas se dieron diferentes pero al final tuvo el mismo resultado.
–Gracias de todas formas.

Asiente. – Pero sabes que serán como los demás, nada de rebeldías, nada de quebrantar las reglas.

–Lo entiendo, hablaré con ellos.
Nos quedamos en silencio viendo como Elías les explica lo que a mí al principio. –¿Estás feliz? – Pregunta con voz suave y baja.
–No lo sé. – Admito. – Tengo miedo de que algo les pase, ahora sólo queda mi mamá, la de Jesse y Jared ahí afuera.
–Los cuidaré a todos.
Frunzo el ceño. –¿Por qué lo haces? – Me atrevo a preguntar.
No muestra emociones. – Es complicado, no lo entenderías.

–Puedo tratar.
–No, voy a serte claro, no quiero que lo sepas y es mejor que dejemos esta conversación aquí.
Lo miro confundida pero no digo nada más. –¿Qué tal si me dices qué pasa con ese cazador?
Suelto aire. – Bueno... es complicado. – Bromeo. Lo capta y ríe levemente. – No uses mis palabras contra mí.
–Bien, bien. Todo empezó cuando mamá era joven y conoció a un chico, a James...
Me acerqué a Jesse y lo abracé por la espalda.

Había pasado una hora y media, me había cambiado de ropa y Caín me había dado las llaves de las respectivas cabañas. Jesse, Zack y Sebas compartirán una cabaña, Sabrina y su hermano irán en otra. Todos quedan cerca, los hermanos Thompson en la cabaña de al lado y los hermanos Galeano junto a la cabaña de Isabel. Caín me da la noticia de que acompañaré a su grupo a las próximas misiones y me felicitó por lo bien que hice todo.
Zack es el que más pregunta, el resto se limita a escuchar.
Jesse me agarra las manos mientras lo abrazo y las acaricia.
–Nada de esto era como pensaba. – Me dice en un murmullo.
–Créeme, sé por el remolino de pensamiento por el que estás pasando pero todo estará bien, te acostumbrarás.
–Estaré bien porque estaré contigo.

Coloco mi mejilla en su espalda y cierro los ojos. Me sentía completa.
Al terminar la charla Natasha se me acerca. – Estoy lista. – Dice en tono cortante de nuevo.
–Pensé que no actuarías así conmigo. – Le digo lo más cortés que puedo, Jesse está hablando con sus hermanos en la otra esquina de la cabaña.
–Entonces te has equivocado, nada ha cambiado entre nosotras.
–Y eso es lo que no entiendo ¿qué es lo que hay entre nosotras? no te he hecho nada.
–No me agradas, punto.
–Bueno, eso es inmaduro.

Rueda los ojos. – Tu opinión me vale, ahora dile a tu noviecito y a tus amigos que se apuren. Estoy desperdiciando mi tiempo.
Me muerdo la lengua para evitar decirle más.

Me dirijo hacia ellos. – Bueno, ¿listos para conocer sus cabañas? – Pregunto animada.
–Sí, espero tener baño propio. – Dice Zack.
–Eso lo veremos ahora.
Tomo de la mano a Jesse y empezamos a conducirnos fuera.
Antes de ir a las cabañas les doy un tour por todo el lugar, vamos hacia los espacios de entrenamiento, hacia la barrera invisible y les explico algunos aspectos de cómo funcionan las cosas aquí.
–¿Así que tenemos que madrugar para hacer ejercicio? – Pregunta Sabrina de manera desganada.
–Sí, durante la mayoría del tiempo, los fines de semana son libres.
–Así que has estado entrenando. – Dice Jesse. – Se nota.
Me sonrojo y sigo hablando. – Ustedes entrarán conmigo aunque si suben a un nivel superior irán con otro grupo.
Avanzamos hasta llegar a las cabañas correspondientes. – Esa es mi cabaña. – Les digo. – Sabrina y Sebastian, ustedes se quedarán en esta. – Digo guiándolos. Abro la puerta y los dejo entrar.
Sebastian deja salir un silbido.

–Genial. – Dice Sabrina sentándose en su nuevo sillón.

–Ambos tienen habitación propia y un baño compartido. Hay ropa deportiva y ropa casual en sus armarios.

Zack y Sebas también entran. Lo primero que hace Zack es abrir la nevera, saca una lata de energizante y la abre.

–Oye hermano, eso es mío. – Se queja Sebastian. – No han pasado ni cinco minuto y ya estás asaltando mi cocina.

–Acostúmbrate viejo. – Dice Zack sonriendo.

–Bueno, los dejo. – Le digo a Sabrina, que es la única atenta, asiente.

–Gracias Abby.

–No, gracias a ustedes por estar aquí. Zack, Sebas vamos.

Jesse no se separa de mi lado mientras cruzamos hacia la cabaña que les corresponde, es más grande que la mía pero no tan grande que la de Caín.

–Los dejo hasta aquí. – Dice Natasha, no le contesto y se va. Es una pena, pensé que que podríamos llevarnos bien algún día.

Les abro la puerta y entran.

–No puede ser. – Dice Sebas.

Es realmente bonita, hay un pasillo con cuatro puertas, una gran sala y una cocina. Zack se deja caer en el sillón, al ver que Jesse no entra, lo guío yo misma.

–¿Les gusta? – Les pregunto.

–¡Me encanta!. – Dice Zack

–Si. – Dice Sebas

Miro a Jesse.

–Tú estás al lado, es perfecto. – Sonríe de lado.

Avanza viendo los detalles, abre las puertas de la encimera y luego recorre el pasillo abriendo puerta por puerta, lo acompaño.

Entra en la última habitación y sé que esa es la que escoge.

Es grande, tiene las mismas cosas básicas que yo y como mi habitación al inicio casi no hay adornos, Isabel y yo habíamos acomodado todo y decorado hasta el mínimo rincón.

–¿Así es tu habitación? –

–Lo era, le di mi toque.

–Puedo...¿puedo ver tu cabaña? – Pregunta nervioso pero sonriente.

Asiento. – Claro que sí, vamos.

Zack y Sebastian están comiendo sándwiches. – Chicos iré con Abby a su cabaña. – Les avisa.

Zack sonríe. – Suerte hermano.

Jesse rueda los ojos y nos vamos.

Notaba algo en él, no parecía del todo tranquilo. Sonreía pero no era sincero.

¿Cómo iba estar bien, había dejado a su mamá. Me siento culpable y egoísta por haberlos arrastrado a esto y aún más egoísta por sentirme feliz de tenerlo aquí conmigo.

Abro la puerta de mi cabaña y lo dejo pasar.

–No estás bien. – Le digo en cuanto lo hace, cierro la puerta y lo miro a sus ojos demacrados. – Y sé que soy la culpable.

Se deja caer en el sillón.

Niega con la cabeza con gesto cansado. – No, claro que no.

–Lo dices para no hacerme sentir mal. – Me siento a su lado. – Sé lo que sientes ahora, eso es lo que yo sentí cuando los dejé, sé a quien dejaste atrás o crees haberlo hecho, déjame decirte que no está desprotegida, hay gente cuidando, gente de este lugar.

–No es sólo eso.

–¿Entonces qué es? – Quiero saber.

–Cambiaste y tengo miedo de que lo que sentías por mí también lo hiciera. – Sus palabras están llenas de dolor, todo él emana vapor, un vapor helado y ligero.

Tomo su rostro en mis manos, acaricio la parte bajo sus ojos y sus labios ahora un poco secos y pálidos, luego los beso queriendo traerlos a al vida.

–Nunca podría dejar de amarte Jesse Thompson.

Sus ojos azules brillan de repente y se abren como platos.
–Tú...¿has dicho que me amas?

Me doy cuenta de que lo dije, no planeaba decirlo simplemente salió de mi porque eso es lo que siento hacia él. Amor.

–Si Jesse, te amo. – Digo sonriendo, una lágrima cae por mi mejilla y mi corazón se hincha de sentimientos.

Su voz sale entrecortada cuando habla. – Yo también te amo Abby.

Y me besa, nos juntamos en un beso intenso y me siento como en el cielo. Sus labios me hacen sentir bien, cuando está conmigo y siento como su temperatura fría me envuelve me siento como él, un orígen de hielo, siendo yo una de fuego. Una comparación aparece en mi mente mientras enredo mis dedos en su cabello negro azabache y profundizo el beso.

Jesse era el cielo y yo era el infierno, juntos éramos un infierno helado.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro