Ante nosotros se alza imponente un macabro muro de huesos, en tan aciaga estructura solo existe una única entrada; una pesada puerta de metal tan negro como el cielo sobre el cuál está se erige. Todos estamos enfrente de la unica entrada y Silver da un paso adelante y alza la voz
—¡Abran está puerta! ¡Queremos pasar! Y por respuesta un demonio se asomo y gruño con indescriptible asco para después ignorarnos por completo, apenas este nos ignoro otra voz muy gutural nos gritó desde una posición desconocida
—¡Aquí en la ciudad roja no queremos vivos, lárgate por dónde viniste y déjanos en paz! Dicho eso está claro que estás criaturas son ajenas a entender con palabras, con un movimiento de mi mano le pedí al mago de hielo apartarse, este cumplió mi petición haciendo además que las chicas se aparten con él unos metros. Me acerqué a la entrada, encendí mis puños con fuego -de un suave color azul en ese momento- y di un puñetazo con todas mis fuerzas, desconozco si mi ataque mando a volar a los indolentes guardias o solo dejaron sus puestos y me usaron como excusa; crucé la puerta abierta de par en par ahora y lo que antes creí un atardecer eterno ahora se me revela su verdadero porqué. Un inmenso cementerio se muestra ante mí, pero ningun sepulcro está cerrado pues de cada uno brota una intensa llama lo bastante caliente para que un herrero trabajé cualquier metal -o esa es mi estimación- lo que en conjunto crea el macabro resplandor naranja. Aprovechando que no había guardias tras el muro las mujeres y yo buscamos alguna prenda que ponernos, ellas solo encontraron fragmentos de tela con los que rápidamente elaboraron algo que las cubre mejor que mi bufanda y los restos de mi ropa, por mi lado encontré pantalones, playera y un abrigo largo de tela negra, también encontré junto a la ropa un arma muy extraña, tome todo, me vestí y guarde el arma en el mismo lugar que el oro. Ya vestidos Irene me devolvió mi bufanda lo cual yo agradecí -y disfruté mucho oler su aroma en la prenda hasta que fue destruida-, volvimos a caminar y pedi a Silver explicar mi duda pendiente. La explicación me dejó perplejo pues no entendía como Silver solo pudo sacar a medias a Irene, Karen, Ur o a Ikaruga de sus respectivas prisiones pero cuando yo las rescaté no hubo problema. Al fin llegamos ante el señor del círculo un enorme demonio con alas de murciélago, cuerpo de hombre y cabeza de cabra macho; este ser estaba ocupado mandando a sus guardias -demonios que parecen una copia en miniatura suya-, les ordena en que tumba arrojar a cada nuevo recluso que los piadosos jueces mandan allí, al parecer noto por si mismo nuestra presencia pues dejo a los demonios trabajando y me gritó
—¡Oye tú, el vivo; temo que tu viaje se acabó aquí, una sacudida derrumbó todos los puentes desde aquí hasta el último círculo; yo Baphomet señor de los herejes lo aseguro! Agradecí la información pero seguimos nuestro camino pero unos cientos de demonios cabra me taparon el paso, al parecer consideran una terrible grosería el como le hablé a su señor, bueno si quieren pelea con gusto se las doy. Su fuerza no me decepcionó para nada, casi me vencen un par de veces, quise reponer fuerzas comiendo un poco del fuego de esas tumbas, el fuego supo horrible a punto estuve de vomitar. Por curiosidad quise asar a uno de esos demonios cabra y probar su carne, el sabor fue mucho peor por lo que mi estómago no resistió y vomité todo el contenido de mis entrañas. Me juré no volver a probar nada en aquel lugar, ¡Cómo extraño los ríos de magma del limbo!

Llegando al final del círculo en efecto el camino estaba bloqueado por enormes trozos de piedra, con un rugido de bellas llamas azul pálido -en opinión de las mujeres- derreti el obstáculo y volvimos a descender al séptimo círculo.

Durante los quince días que Natsu vivió en el palacio personal de la princesa el ambiente era sumamente pacífico, se acostumbro con la misma rapidez  al silencio como a los gritos en su prisión. Si era honesto consigo mismo no creyó posible volver a comer o siquiera dormir como antes, esa muchacha peliverde y sus cuidados son realmente muy especiales; hablando de ella realmente disfruta su compañía así como la de Lissana. No sé opone a la idea de casarse con ambas bellezas y quizás tendría un par o dos de amantes, no habría problemas pues es el rey de los dragones.

En la tarde del último día de su retiro Natsu volvió a vestir la ropa negra con la que volvió a aparecer en su mundo, en la entrada del palacio lo esperan Laxus, su esposa y sus hijos Yuri y Makarov para llevarlo al gremio. Ambos magos se saludaron con un apretón de manos y el rubio hizo las presentaciones, Natsu no evitó mostrar su sorpresa pues creyó que el rubio se uniría con Mirajane, la rubia modelo orgullosa y oronda se ufano de ganarle a la peliblanca incluso en el amor. Una vez todos presentados se subieron al transporte que los llevará a Magnolia, Natsu entre plática y plática confirmo algunas cosas que escucho de Hisui y Liss. Confirmo que Gray se casó pero no con quién él esperaba, sino con una muchacha nacida en una aldea cercana al pueblo natal del mago de hielo; la pareja blonda le confirmo el nombre de la chica Haru Fullbuster y además la pareja acaba de tener a su primer hijo Silver. En cuanto a Juvia, estuvo deprimida un tiempo pero lo superó y ahora confecciona con sus propias manos peluches de todos los miembros -excepto Gray- en especial del mago de fuego. Sus cinco visitantes le interesan mucho, corroboró que Lucy es escritora y modelo; Liss cuida a Happy y a veces modela; Mira renunció a ser maga y ahora es modelo y camarera; Cana dejo de ser maga pues cayó aún más en el alcoholismo y se acuesta con desconocidas, ahora va a terapia y trabaja como modelo y camarera en el gremio; Ever ya no hace misiones ya que a veces trabaja de mesera en restaurantes de la ciudad o modela. Lo que más le llamo la atención fue la muerte de Alzack y la relación de Romeo con Asuka.

Finalmente llegaron a Magnolia y el grupo descendió del vehículo mágico, el propio Natsu pidió hacer así para volver a acostumbrarse a la gente. El grupo camina tranquilamente por las calles de la ciudad, el pelirrosa sonríe por dentro agradecido por no respirar ese aire sulfuroso ni escuchar los horridos gritos de su prisión, en lugar de esos horrores escucha la risa de los niños y millones de aromas distintos entre si estimulan su olfato, en medio de sus pensamientos una linda voz femenina lo llama
—¡Señor Natsu! Al buscar el origen de la voz el mago de fuego noto que quien lo llamo es Juvia Lockser, la familia Dreyar opto por adelantarse al gremio mientras los dos magos conversan, aunque de hecho solo la maga de agua hablaba Natsu solo la observa notablemente sonrojado, los pensamientos del mago son rotos por la maga quien tuvo que gritar para lograr llamar la atención del hombre
—¡Señor Natsu, le estoy hablando! Dijo la mujer con un adorable e infantil puchero, Natsu de nuevo se embeleso admirando la ropa de la mujer de magia tan opuesta a la suya; su atuendo consiste en un vestido blanco marfil con adornos en azul turquesa, complementados con guantes de seda de encaje sin dedos color marfil y en los bordes una franja de azul turquesa, su hermoso cabello azul está ondulado y lo lleva suelto sin sombreros, su maquillaje es muy ligero y lleva lápiz labial color rosa.
—Discúlpame Juvia algo me distrajo ¿Que me decías?
—Responda primero a Juvia que lo distrajo.
—No me creerías si te digo— cuando dijo esto la maga lo veía con tal seriedad que mejor optó por hablar sin tanto rodeo
—Por Juvia, Natsu se distrajo por Juvia.
—¡Señor Natsu no imite a Juvia! Además Juvia no hizo nada para distraerlo señor Natsu. Susurro esto último
—Tal vez tú no pero tu belleza si
—¿Natsu está coqueteando conmigo? -Pensó la peliazul sonrojada- No esta nada mal y parece más maduro y guapo con esa ropa ¡Que diablos lo quiero para mí! Pensaba la mujer para si misma y sin darse cuenta sus manos buscaron por si solas las del pelirrosa y su cuerpo se aproxima coqueto al del pelirrosa; Juvia despierta de sus delirios porque siente el intenso calor que irradia el cuerpo del mago, al ver su entorno nota sus manos enlazadas con las del mago y lo cercanos que están sus cuerpos; sin pensarlo un segundo los labios de Juvia buscan hambrientos los del pelirrosa dando como resultado un salvaje besuqueo que solo freno cuando el cuerpo de ambos amantes exigió el aire indispensable para vivir.

—Eso estuvo increíble querido Natsu. Susurro la maga aún jadeando levemente mientras abraza al pelirrosa
—No se tú pero yo quiero mas. Contesto él al oído de la maga quien volvió a sonrojarse pero sonrió levemente
—Entonces ¿Desde ahora quiere hacer hijos con Juvia querido Natsu? Juvia es una chica a la antigua, primero Juvia quiere boda. Volvió a susurrar la chica abrazándose más fuerte al pecho del hombre, este envolvió  su delicada cintura con sus brazos.
—Quería hablarte de eso, me gustas; pero también me gustan Lissana y Hisui, si estás de acuerdo con eso me gustaría formar una familia con ustedes tres, entonces ¿Quieres casarte conmigo? Juvia lo pensó un momento, fue relativamente fácil para la mujer decidirse; se aferrará con uñas y dientes a ser una de las señoras Dragneel -aunque preferiría ser la única señora Dragneel-
—Juvia acepta encantada, espero que mi amado futuro esposo me compré un hermoso anillo. Natsu le sonrió y tomo con delicadeza sus femeninas manos y la abrazo, la maga de agua lo entendió como una promesa.
—Vayamos al gremio, de seguro lo esperan ansiosos amado esposo. Juvia tomo del brazo al pelirrosa y lo guío al gremio, la hermosa sonrisa en su lindo rostro de porcelana la hacen lucir aún más guapa.

La familia Dreyar llegó a Fairy Tail y anunció que el pelirrosa llegará en cualquier momento, todos sonríen como hace años no lo hacían; tal parece que en efecto Natsu Dragneel es la alegría del gremio de las hadas, pero una pareja luce más sorprendida que todos; se trata del matrimonio Redfox Gajeel y Levy Redfox, los hijos de estos, la pequeña Remy y sus hermanitos los mellizos Gale y Mare. En una mesa aparte cuatro mujeres se arreglan y maquillan ansiosas y a la vez deseosas de poder resaltar su belleza, esa mañana las cuatro acapararon los mejores salones de belleza de la ciudad arreglando su cabello. Desde que llegaron al gremio hace pocas horas lucen sus mejores vestidos y se aplicaron sus mejores perfumes, ignorado por esas cuatro dos mujeres también quieren verse hermosas para el recién llegado; solo que ellas optaron por la sencillez y su encanto natural, estás son Lissana Strauss y Bisca Cornell.

Al fin tras una infinita espera llegó la tan esperada visita, pero no llegó solo pues una sonriente maga de agua lo abraza muy cariñosa del brazo derecho y el mago no parece incómodo con ello, cuando la pareja llegó a la barra del gremio la maga de agua soltó al fin al pelirrosa pero se despidió con un pequeño beso en los labios y otro en su mejilla, del cuál quedo la marca del lápiz labial en la piel del mago de fuego, luego de hacer eso la maga de agua fue a buscar a Lissana Strauss para platicar con ella
—Señorita Lissana, me alegra encontrarla ¿Podemos hablar? La maga de agua pregunto con seriedad
—Claro Juviecita, dime ¿Que necesitas?
—Es acerca de Natsu ¿Podemos ir a un lugar más privado? Al nombrar al pelirrosa la mujer peliblanca cambio totalmente su semblante
—Esta bien, en Fairy Hill's no habrá nadie a esta hora ¿Hablamos en tu habitación o en la mía? Respondió la peliblanca.
—En la suya señorita estará bien ¿Le molesta si preparo algo de té? A la Strauss le gustó la idea y ambas salieron del gremio, pero lo que ninguna de las dos moto fue que una mujer escuchó su conversación y las siguió.

De regreso en el gremio todos notaron el enorme cambio que sufrió Natsu durante su ausencia, todavía sonríe pero es una sonrisa mucho más discreta y su explosiva personalidad se calmó por completo, dándole -a juicio de las mujeres del gremio- una apariencia más madura y sexi -para las pocas solteras presentes rasgos muy atractivos-, pero dicha personalidad solo sale a flote con sus seres queridos y eso quedó demostrado al reencontrarse el mago de fuego y su fiel compañero e hijo adoptivo Happy, el adorable exceed azul. Ambos lloraron por el tiempo separados pero también rieron por las ocurrencias del gatito azul; el tierno momento fue cortado por la siguiente generación de magos de Fairy Tail
—¡Salamander, pelea contra nosotros! Clamaron al unísono Yuri Dreyar, Gale y Mare Redfox así como Fernando Fernández. Hijos todos de Laxus, el matrimonio Redfox y Erza respectivamente.
—¡Si ellos pelean contigo yo también quiero! Gritaron Gajeel y Cobra al mismo tiempo. Natsu sonrió levemente y, guiado por Cana quien sostiene el abrigo del pelirrosado se dirigió afuera del gremio, hacia el área detrás del mismo para no dañar algo innecesariamente. Un segundo después todos lo imitaron.

La batalla contra los pequeños fue bastante rápida, pues un leve golpe detrás de sus pequeñas cabezas logro noquearlos, aunque el hijo de Laxus logró darle al pelirrosa una potente descarga que solo logró destruir parte de su playera negra dejando expuesta parte de su piel así como algunas de sus cicatrices. Las cuatro modelos ahogaron un grito lleno de angustia al ver esas marcas, quizás no vieron como fueron hechas ni las sintieron en carne propia pero lo que sienten por el mago de fuego hace que sientan esas crueles heridas en carne propia. Nadie al parecer ha notado las heridas así que los siguientes en luchar fueron el dragón slayer del hierro y el del veneno. Esta pelea duro solo un par de minutos más solo debido a los buenos reflejos de ambos magos asesinos de dragones; logrando Gajeel hacerle al pelirrosa un par de cortes que para su mala suerte solo cortaron lo que queda de su camisa, pero al final tales reflejos son imposibles de mantener por mucho tiempo y terminaron igual que los niños, inconvenientes en el suelo; Natsu solo alzó su puño en señal de victoria y al notar el estado de su camisa se quitó lo que quedaba de esta y su torso quedó desnudo, pero al fin todos pudieron ver lo que aterro a las modelos. Mil cicatrices adornan la parte visible del cuerpo del mago las cuales van desde quemaduras hasta garrazos, mordidas e incluso marcas de armas.

Mientras tanto en Fairy Hill's Liss y Juvia llegaron al fin a la habitación de la peliblanca, la peli azul lleva consigo un juego de té así como varios sobres de hojas secas por los cuáles pasaron al visitar la habitación de la maga de agua así como la maga peliblanca lleva varios postres, dulces y galletas. Detrás de ellas las sigue una mujer peliverde a la cual jamás notaron, ambas magas entraron a la habitación y mientras Juvia calienta el agua en la tetera y pone las tazas en la mesa Liss sirve los bocadillos así como leche y azúcar, mientras esperan a que el agua hierva iban a sentarse para comenzar a tratar el tema que las trajo allí en primer lugar: Natsu Dragneel, a punto estaban de hablar cuando alguien toco a la puerta, Lissana fue a atender la visita sorprendiéndose al ver de quién se trata
—¡Bisca, que sorpresa! ¿En qué te puedo ayudar?
—Siempre tan amable linda, necesito hablar contigo ¿Puedo pasar? Es algo difícil de explicar y quisiera hablar en privado. Ambas mujeres entraron y mientras Bisca saludo a Juvia mientras se sienta la peliblanca coloca una tercer taza en la mesa con su respectiva cuchara. Para cuándo la peliverde entro en la habitación el agua en la tetera empezó a hervir haciendo que está suelte un alegre pitido, mientras Juvia sirve el agua caliente y cada una escoje que té quiere tomar Bisca suelta su razón para estar ahí
—Veras Liss quisiera...