02
Cuándo estuve en el limbo por primera vez no pude fijarme en ningún detalle de su geografía ni notar algo destacable del lugar, pero en esta segunda visita puedo notar varias cosas; en primer lugar el guardia que custodia el unico camino es, de hecho, un minotauro de colosal tamaño, cuatro metros de estatura; músculos gruesos como las raíces del cerezo de Magnolia y duros como el acero y el detalle que creo aterrorizaria a cualquier persona cuerda, en la piel de la criatura ví macabras fisuras tan minúsculas como las venas de mi cuerpo pero a través de las mismas distinguí claro como el agua cómo fluye el magma por aquél cuerpo con la facilidad de la sangre por el mío. La temible criatura sostiene un hacha de acero tan bañada en sangre que solo la parte afilada no está cubierta en una gruesa capa de óxido.
Otro detalle que distinguí es que al igual que el lugar dónde me subí al bote de aquél anciano, estábamos en un lugar sin montañas, colinas o formaciones naturales; solo la extraña red de cuevas donde Silver, su equipo y yo nos refugiamos. Entonces salí de mis pensamientos y encare a la infernal bestia, fue algo difícil para mí pues por mi magia dragón slayer mis sentidos están muy por encima del humano promedio y la bestia frente a mi hiede a azufre, sangre y carne putrefacta. Corrí con todas mis fuerzas mientras envolví mis puños con magia de fuego, al estar a unos cincuenta metros de la bestia salte y envolví mis piernas en fuego y a través de estás lance una llamarada para impulsarme aún más; debí tomar a la criatura por sorpresa pues solo ese golpe basto para noquearla. Con lo que no conté fue con el detalle de que el escándalo resultante atraería a los jefes de esta zona; por lo que Silver me explicó durante nuestro entrenamiento esos jefes vendrían a equivaler a los magos santos si estos tuvieran zonas a su cargo.
Las criaturas que se acercaban a mi y a la bestia inconsciente a mi lado parecían espectros a juzgar por su piel ceniza y sus ropas devoradas por polillas, viejas y mohosas. Pero también parecían reyes, tan ricos que nunca encontré comparación, los reyes me vieron y parecían discutir entre si entre susurros y al fin, luego de concluido su debate uno habló
-¿Quién es el responsable de esto? Preguntó apuntando al minotauro golpeado e inconsciente
-¡Fui yo, Nat..! Intenté decir mientras caminaba al frente de ellos, iba a decir mi nombre pero uno de los reyes alzó la mano y extendió su palma derecha como si exigiera silenció, y entonces el tercer rey habló
-Sabemos quién eres Natsu Dragneel, eres quien venció y quién asesinó a Acnologia; además de tener una larga lista de asuntos, serás juzgado por los tres jueces.
-¡Pero no he hecho nada malo..! Quise alegar pero no me lo permitieron
-Un cargo más en tu contra, nadie viene aquí que no sea culpable, prepárate mortal. Y en cuanto terminaron de hablar los tres jueces me lanzaron una especie de luz, está me cubrió todo el cuerpo durante un minuto, y cuándo está se apagó los tres estuvieron callados durante lo que me pareció una eternidad, tristemente para mí solo paso un minuto de tiempo; entonces hablo el primer juez
-Culpable de violencia
-Culpable de gula. Dijo el segundo apenas el primero calló y entonces ambos giraron a ver al tercer juez que yace sentado en medio de los dos, este tras permanecer mucho tiempo callado dijo
-Inocente. El veredicto desató furicas protestas de los dos primeros jueces pero él no se inmutó y exigió silencio para explicarse
-Quizás sea culpable de ambos pecados pero en su alma y corazón hay bondad, lealtad y todo lo que aquí falta. No podemos dejarte salir por las grandes puertas pues por allí solo está permitido que las almas entren, la única salida está en el último círculo pero nuestro rey nunca ha dejado salir a nadie.
-Lo convenceré aunque sea a puños. Y partí contento trotando rumbo al camino que despejé hace rato. Anduve mucho tiempo hasta que volví a toparme con Silver y las chicas, me dí cuenta que se detuvieron a esperarme a orillas de un nuevo entorno; no puedo describir cuánto sufrió mi piedad al ver un océano de gentes ser levantadas por un viento huracanado con tal facilidad y ser torturados con tal crueldad, cada persona sufría el ser estrellado contra riscos y piedras de un filo imposible. Los gritos de esos pobres -y los de todos los condenados- hicieron que me fuera imposible dormir siquiera una hora hasta que pise el octavo círculo, Silver me explicó que en el primer círculo; donde me encontré con ese viejo, yacen todos aquellos seres faltos de fe en los dioses que no hicieron nada ni remotamente destacable con sus míseras vidas, la única pena sufrida es no poder remediar su situación en el paraíso no los quieres pues ahí exigen perfección y, por otro lado el infierno -donde fui a parar- también los rechaza para privar a los condenados hasta de la poca gloria que estos representan. Por su parte el primer círculo es llamado limbo, a diferencia de los primeros condenados en este círculo no hay ningún castigo ni pena más allá de no estar en el paraíso, vienen a dar al mismo todos aquéllos que no pasaron por los ritos de iniciación de la fé de sus mundos y que además no hayan hecho nada demasiado malo pero tampoco nada demasiado bueno. Y en donde estamos ahora es el segundo círculo, donde se castiga el deseo desenfrenado hacia cualquier cosa -incluído el sexo-, más conocido como lujuria. A pesar de que toda el área es azotada por violentos vientos y escarpados precipicios existe un camino por el cuál se camina seguro, el equipo Silver y yo anduvimos por todo aquél camino hasta que llegamos a dónde debería estar el camino que desciende, las chicas y yo nos sorprendimos al encontrar el camino bloqueado por una horrible criatura de tres cabezas, con la boca de cada cabeza sopla sin descanso, a veces solo dos bocas soplan a fin de que la tercera descanse, rotando cada vez la cabeza que goza del merecido descanso -al menos supe que origina esos terribles vientos huracanados-, de algún modo enfoque toda la compasión e impotencia que sentí desde que entré en este lugar en el fuego que produce mi magia, desde que entrene con Silver e Irene mi fuego pasó de ser rojo y anaranjado a ser amarillo intenso, al enfocar mis emociones en mi fuego este se calentó aún más volviéndose color marfil. Volví a usar el fuego que expulsan mis piernas como propulsor y me lance a golpear a ese demonio, igual que con el minotauro lo cogí por sorpresa pero a diferencia del primero necesite dos poderosos golpes para noquearlo. Debo confesar que se sintió bien darle a esas personas al menos una hora de descanso de su tormento, con eso en mente descendí al tercer círculo.
Las horas habían pasado y Natsu Dragneel contó su historia, en el lugar lo acompañan el rey Toma E. Fiore y los diez magos santos. Laxus -quinto mago santo- y Jura Nekis -sexto mago santo- conocidos del mago pelirrosa estaban impresionados por la historia al igual que el rey hasta que los cuatro primeros magos santos exigieron pruebas de tan fantástica historia, es entonces cuando Natsu saca de una dimensión de bolsillo -a través de un portal- el arma de fuego más extraña que se ha visto jamás, el cañón es de metal pero toda su superficie esta surcada por hilos de magma asemejando arterias, mientras que el mango está hecho de carne humana y, funcionando como mirilla puede desplegarse un nauseabundo ojo de pupila amarilla e iris rasgado como serpiente, Natsu puso el arma en el estrado donde los magos santos están sentados, estos corrieron a examinar el extraño artefacto con notable curiosidad. Con los magos entretenidos con ese artefacto el pelirrosa se quitó la ropa dejándose solo la ropa interior, solo el rey puso atención a esta acción; se horrorizo el pobre al ver qué cada milímetro de la bronceada piel del mago está cubierto de horribles y crueles cicatrices, algunas ni siquiera han cicatrizado y habló el rey muy preocupado
-Natsu tienes que dejar que te revisen esas heridas.
-Sería agradable volver a pisar un hospital. Dijo el hombre con un nudo en la garganta mientras perdía el conocimiento.
Al día siguiente los líderes de todos los gremios legales de Fiore se reúnen en el concejo mágico, se reencuentran alegres y charlan como viejos amigos antes de la reunión, en ese momento Sting Eucliffe -maestro de Sabertooth- se dirige a hablar con Laxus Dreyar, quien está distraído atendiendo una llamada por videolacrima con su esposa Jenny Realigth, la razón tiene que ver con todo el movimiento del día anterior; cuando Natsu cayó inconsciente todo el concejo escoltado por el rey fueron a buscar al mejor doctor del continente mientras los guardias reales escoltan al pelirrosa a una de las habitaciones tamaño real más cómodas posibles. Mientras el doctor examina al aún dormido mago Laxus llama a su esposa y le explica rápido y de forma algo exigua que pasó prometiéndole contar todo en una carta con más detalles y calma. En cuanto la llamada termino Laxus escribió dicha carta y pidió ser entregada lo más pronto posible. Para ventaja del maestro Jet en ese momento cumplía una misión de entrega exprés de correo, le pidió entregar la carta lo más pronto posible y el hombre cumplió, el gremio le estuvo muy agradecido y a la vez tenían miles de preguntas, Jenny los tranquilizó asegurando que cuando Laxus llegará con Natsu todo quedaría debidamente aclarado y explicado.
-Maestro Laxus tiempo sin verlo.
-"Luego te cuento que la reunión está por empezar". Laxus terminó su llamada y respondió a Sting mientras le aprieta la mano.
-¿Cómo ha estado maestro Sting? Y el rubio menor lanzo la pregunta del millón
-¿Sabe sobre que será la reunión maestro? Laxus miro alrededor suyo como si temiera decir lo que no debe y al fin habló
-Se trata de Natsu, apareció ayer y... Creo es mejor que todos escuchen la historia de boca del rey, es tan increíble que... Yo lo vi y no me lo creo.
Tal como dijo Laxus al poco rato todos los maestros ingresaron a la sala, el rey Toma estaba en medio del lugar y enfrente suyo hay una mesa donde yacen gruesas carpetas y un extraño aparato. En cuánto todos tomaron asiento el rey empezó a hablar
-El día de ayer aproximadamente a las diez de la mañana soldados del consejo nos reportaron la captura de un hombre misterioso, al interrogarlo dijo llamarse Natsu Dragneel- al oír el nombre de su ídolo Sting abrió grandes los ojos por la sorpresa, más no interrumpió al rey -, la identidad del sujeto pudo comprobarse mediante huellas dactilares, lectura mágica, comparación de auras y gracias al ex criminal Cobra, el dragón slayer del veneno, termino de confirmar su identidad gracias a su olor y un análisis completo de su mente, debido al cuál sufrió una fuerte impresión de la cual por suerte se recupera satisfactoriamente.
Los maestros quedaron impresionados, pero el regreso del mago número uno de Fiore plantea mil preguntas nuevas por cada una que se responde; no quisieron faltar el respeto a su rey así que optaron por seguir escuchando y al final preguntar lo que aún se tenga duda.
-Aclarada la identidad del mago, se le dió algo de comer y una comoda cama; según reporta el personal del consejo en cuánto al hambre el mago está bien pues comió veinte platos de carne y otra veintena de antorchas, pero nos comentaron que solo pudieron hacerlo dormir una hora, si intentaban hacerlo dormir más tiempo, súplica entre sollozos que callen los gritos. Una joven quiso pedirle un autógrafo pero lo sorprendió al hablarle y reaccionó derribando a la joven; me alegra comentarles que la joven solo sufrió un susto pero tuvo su autógrafo y una foto con el jóven. Alrededor de las dos de la tarde Natsu Dragneel se sentó donde estoy yo y compareció ante mi y los diez magos santos, le pedimos explicar dónde estuvo por tantos años, no sé opuso en lo más mínimo pero si nos pidió guardar el secreto y en cuanto a mi respetaré su deseo. Nos contó lo ocurrido durante horas, al final los cuatro dioses pidieron pruebas y el señor Dragneel se las dió; mostró su piel en la cuál hay numerosas cicatrices además de esto— el rey tomo el aparato de la mesa y se lo mostro a los anonadados magos, para devolverlo a su lugar —, solo unos cuantos magos y eruditos han visto esa cosa, ninguno sabe decir lo que es; volviendo al tema, como los magos santos estaban concentrados en el aparato que acaban de ver, yo fui el primero que vió las cicatrices en su cuerpo ¿Cómo podría describirlas? ¿Atroces?¿Crueles? ¿Inhumanas? Obviamente me preocupé por él y le pedí ir al hospital, se alegro con la idea pero antes de dar un paso cayó inconsciente, mandé buscar al mejor doctor y a Natsu lo llevaron al dormitorio más cómodo del consejo. El doctor empezó a examinarlo a las nueve de la noche aproximadamente y concluyó cerca de las seis de la mañana de hoy, el doctor descansa desde entonces; aunque como ya es más de mediodía debe estar despierto ya— justo en ese momento se escucha que tocan a la puerta, el maestro de Cuatro Cerberus se ofrece a abrir la puerta; el rey accede pero lo sigue a unos pasos de distancia, al abrir la puerta se ve al doctor que revisó al pelirrosa y atrás de este una mujer que ni siquiera saludo, apenas vió al rey se fue. El doctor pidió permiso para ingresar al lugar y obviamente le fue concedido, apenas la puerta se cerró la misteriosa mujer volvió y se acercó a la puerta buscando escuchar a escondidas.
—La información que compartiré con ustedes y su majestad a continuación corresponde al estado de salud física y mental del mago Natsu Dragneel, obviamente obtuve el consentimiento del propio señor Dragneel aunque me pidió recalcar que esta información sea considerada como parte de la promesa que usted su majestad y el joven mago hicieron ayer. El rey accedió y llamo unos guardias, en cuanto estos aparecieron pidió que todos los elementos busquen en todo el consejo mágico oídos indiscretos o posibles espías, mientras los guardias hacen su trabajo el doctor siguió hablando
—Cómo quizás sepan anoche su majestad buscó un doctor, yo fui elegido y me explicó la situación. Me sorprendí al volver a ver al mago Dragneel, en resumen empecé a examinar al paciente y su estado...
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