Post; Lucifer

El rostro de Elisa se volvió serio y sereno. Después de ese grito desgarrador y una pregunta aún sin respuesta flotaban en el aire volviéndolo denso e incómodo.

Las ganas de odiar a mi madre se intensificaron y con mucha mayor razón devolverla al Infierno era una prioridad.

Pero ahora, la que me preocupaba era aquella mujer que yacía parada a un lado mío, con la vista fija en un punto en la nada. Con un rostro imposible de identificar, si lo que sentía era enojo o la decepción. Estaba tan seria y quieta que no sabía si había entrado en un estado de shock por aquella revelación o simplemente planeaba la manera de por fin dejarme e irse.

─ ¿Elisa, estas bien? ─pregunté, estirando mi brazo para tocar el suyo.

Pero inmediatamente se retiro evitando así que lo tomará.

─ ¿Crees que estaría bien después de enterarme de algo así? ─su voz era tranquilidad, sólo un susurro.

─ Ya una vez me lo reprochaste, pensé que... ─callé, no podía seguir aquella oración. No después de cómo me miró al escuchar mi mala escusa.

Ahora la rabia podía notarse en su bella cara.

─ ¿Porqué últimamente no confías en mi? ¡Ya me lo imaginaba, pero porque no decírmelo!

Empezó a moverse de un lado a otro, zarandeando sus manos y haciendo ademanes.

─ Porque me dejarías, se que Miguel vino a buscarte. Te irías con él y no debes ir al pueblo ─declare. Un segundo después paro su paso, volteó a verme y achicó sus ojos.

─ ¿Te... te tiene amenazado ese tal Belcebú? Por eso haces eso...

─ Niña, ¿crees que Belcebú es mas fuerte que mi Lucifer? Claro que no ─la declaración de mi madre hizo que Elisa por primera vez desde que se presentó aquí, la mirara con odio.

Pero sólo duró un instante porque inmediatamente volvió a mirarme con el cejo fruncido.

─ Debemos ir al pueblo, Lucifer. Por favor necesito ver a mis padres. Dime que ellos están bien ─rogó.

─ Si amor ─conteste, después me acerque a donde estaba parada y con ambas manos tome su rostro y lo acune, viéndola a los ojos directamente ─. Ellos están bien. Pero no debemos ir al pueblo.

─ ¿Porqué tu terquedad de no querer ir al pueblo? ─preguntó serena.

─ Porque hay demasiados peligros Elisa, por eso y más ─confesé frustrado.

Después de esa declaración Elisa se dirigió a la cama y se sentó en la orilla de esta, llevó sus manos a sus rodillas y en curvada miraba al piso fijamente.

Mi madre se removía una y otra vez en la silla donde estaba sentada, su incomodidad me estaba molestado, todo de ella lo hacía.

─ ¡Te quieres largar si tanto te incomoda estar aquí! ─grite rabioso, tanto que Elisa se sobresalto y me miró espantada. Mi madre al contrario de ella, se miraba las uñas con una elegancia y una sonrisa burlona detestable.

Después de su teatrito de su admiración por sus uñas falsas, se levantó de aquella silla dirigiéndose a la puerta. Esperaba que se largará de una vez por todas.

Pero antes de llegar a ella, volteó a mirarme con toda la chulería que solo ella poseía.

─ Me voy, pero sólo para ver como tu padre y yo podemos arreglar todo el caos que crearon ─soltó ─. Pero volveré a buscarte hijo.

Sus declaraciones me daban risa y coraje a la vez. Mi padre se merecía ser destruido, mi odio hacia él era infinito. Y nadie me detendría hasta destruirlo.

Mi madre estaba apuntó de irse pero la voz de Elisa me sorprendió así como sus acciones.

Se levantó de la cama y se dirigió a mi madre sin verme en ningún momento, se acercó a ella.

─ Quiero irme con usted ─pidió.

Me apresure hacia dónde estaban ellas dos, la agarre del brazo y la jale hacia a mí.

─ ¡No! No puedes irte con ella, es igual a mi padre. Te quiere destruir, no lo voy a permitir.

─ Me iré con tu madre y es mi última palabra Lucifer.

─ No, no lo harás.

El enojo empezaba a consumirme, y la rabia empezó a nublar mi mente. Ella aunque trataba soltarse de mi agarre no lo conseguía, pues yo apretaba cada vez más fuerte. Empezó a mirarme con cara de miedo, sus ojos empezaron a notarse cristalinos. Pero la rabia me tenía cegado.

─ ¡Lucifer, por favor suéltame! ─rogó.

Mientras más intentaba soltarse de mi agarre, más mi enojo aumentaba.

─ ¡Lucifer, por favor! ─rogó de nuevo, su voz se quebró dando señal a que el llanto la embriagaría.

─ ¡LUCIFER NO! ─un grito conocido se escucho a lo lejos...

Nota de la Autora:

Hola, disculpen por la tardanza.
Hace poco me pidieron que escribiera una nueva historia de Suspenso, por eso mi tardía en subir el nuevo capitulo de Infierno.
La nueva historia está en una app interactiva que se llama Tap.
Espero por favor se pasen por allí y puedan apoyarme, se los agradeceré de corazón.
Espero sus comentarios, los amo 🖤

Pueden encontrar el link en mi perfil :)
DenisseVzz.