Post; Elisa

Lo mire, dudando en si reclamarle ese beso. Solo por hacerlo sentir como una despedida.

Pude sentir todo su amor a través de ese beso que minutos antes nos habíamos dado, ahora solo nos mirábamos como completos desconocidos. Regresamos en silencio siguiendo el mismo recorrido que habíamos tomado, al llegar de nuevo al parque pude observar que se habían unido tres personas más, Miguel, Rafael y un tercer hombre, Gabriel debía ser. 

Nos miraban con los brazos cruzados sobre su pecho y un semblante muy tenso, no quería acercarme a ellos, el vacío empezaba a sentirse dentro de mí. Los nervios recorrían cada parte de mi cuerpo y el dolor se acentuaba en mi pecho. 

Cuando al fin llegamos junto a ellos, dirigí mi vista inmediatamente a Rafael. Podía sentir su mirada desde que aparecimos y mientras nos acercamos jamás despegó su mirada de mí, podía sentirla pesada, juzgadora pero a la vez con mucha tristeza. Después mire a Miguel, él al contrario de Rafael sonreía guiñándome un ojo. 

─¡Que bueno que no hiciste nada estúpido! ─soltó Rafael claramente refiriéndose a mí.

Lucifer se adelantó un paso, se notaba su enojo hacía aquel ángel pero lo detuve tomándolo de un brazo. Me miró confundido, negué tratando de hacerle saber que Rafael no valía la pena.

Pude notar como trataba de tranquilizarse, respirando profundamente. 

─Dejémonos de juegos infantiles y de su triangulito amoroso niños ─exclamó Gabriel a todos ─. Debemos llevarnos a Elisa ahora.

Retrocedí un paso, soltando a Lucifer. No quería irme con ellos, no otra vez. Pude notar como ambos ángeles en un segundo se posicionaron a mi lado, como Lucifer dirigía su mirada hacía el piso sin ni siquiera mirarme ni reaccionar a lo que ellos querían lograr.

─¡NO! ─grite con todas las pocas fuerzas que quedaban en mí.

─Elisa debemos protegerte, no tardan en llegar los demonios ─explicó Miguel.

─No seas terca y has lo que te dicen ─exclamó Rafael con su voz llena de odio y molestia.

Me resistía completamente, luchando en soltar mis brazos del agarre a la cual me tenían sometida pero, al ver el semblante de Lucifer mi animo y ganas se fueron marchitando, la decepción empezó a llenar mi ser y fue suficiente el ver que no peleaba por nosotros lo que hizo que acabaran mis ganas de luchar. 

─Esta bien me iré con ustedes ─murmure después de un silencio doloroso ─. Pero vendrá Stef conmigo.

Ambos ángeles aceptaron mi petición, me preparaba para encaminarme al lado de mi amigo pero antes pase frente a Lucifer que se había alejado de mí mientras yo me resistía a mi destino. Cuando pase justo en el momento adecuado levantó su mirada, me miró pero seguí, seguí mi camino. Si era lo que él había tratado sin tomarme en cuenta, entonces no me importaría lo que sintiera.

Mientras caminaba y me alejaba cada vez más de él, pensaba en el momento que tanto había estado esperando, nuestro encuentro. 

Me dolía que todo fue un fracaso.

─Stef, nos iremos con Miguel ─le informe en cuanto llegue a su lado ─. Solo estorbaríamos en sus planes.

Stef asistió sin decir ni una palabra.

─¿A donde iremos? ─le pregunte a Miguel mientras veía como se acercaba a nosotros.

Cuando estaba a punto de contestarme, un estruendo y una densa niebla empezó a llenar el ambiente del pueblo. Rafael llegó tan pronto a nuestro lado, tomando posición de defensa juntó a Miguel. Gabriel, Lucifer y su padre atentos a lo que sucedía a nuestro alrededor.

La temperatura descendió más de lo habitual, no sabía lo que pasaba. 

Pero la idea de que "ya era demasiado tarde" empezó a instalarse en mi cabeza.

Después de unos minutos, una risa macabra y siniestra se empezó a escuchar. Los vellos de mi cuerpo se tensaron, todos buscaban el lugar de donde provenían aquellas burlas y cuando lo encontraron todos dirigieron su mirada hacia aquel lugar. 

Mire a Lucifer...

Su rostro no detonaba ni una emoción, estaba serio, solo miraba aquel punto en la nada cubierto de niebla y oscuridad... pero de pronto sonrío.

Estaba sonriendo inexplicablemente...

─¡DEMONIOS! ─gritó Rafael de la nada.

─¿Qu-é... qué pasa Elisa? ─preguntó Stef, tomando mi mano y jalándome hacía atrás. Con el toque de su mano podía sentir su miedo, los nervios lo traicionaban. Y la valentía que había demostrado antes de emprender el viaje se iba desvaneciendo. Pero lo comprendía, lo comprendía perfectamente.

─¡Miguel! ¡¿Qué sucede?! ─grite.

─Tenemos un visitante ─respondió con voz dura.

Pude notar como los tres grandes ángeles estaban tensos ante la llegada del desconocido, pero cuando pase mi mirada a los demonios estos sonreían. 

Entonces la neblina se disipó, y una sombra oscura a lo lejos se observó. Venía hacía nosotros, el miedo más nos controlaba. 

Y cuando estaba a solo ya unos cuantos pasos de nosotros entonces lo reconocí...

─No puede ser ─murmure mirando a mi amigo a la vez que él me miraba con un rostro lleno de confusión.

El hombre que había llegado a nosotros, vestía de traje con una cazadora de cuero negra. Al igual que él mismísimo diablo sostenía un bastón, no sabía si era porque en verdad lo necesitaba o solo para aparentar. 

Y...

Estaba exactamente igual a como lo recordaba...

A como lo había visto la última vez...

─¡Hermano! Que alegría verte de nuevo... ─en cuanto la bienvenida salió de los labios de Lucifer, el visitante corrió hacía él, cuando llegó tomó a Lucifer del cuello. Con ambas manos lo levantaba y ahorcaba.

Quería gritar, correr a su lado aunque no lograra nada. Me estaba martirizando ver como lo maltrataban. El hombre después de un momento lo bajó pero en cuanto lo hizo, un golpe en el abdomen hizo que Lucifer se doblegara y cayera al suelo de rodillas.

─¡LUCIFER! ─grite de nuevo histérica. Solo sentía la mano de alguien de nuevo sosteniéndome.

El hombre levantó la  vista en cuanto escuchó mi grito.

─Mira nada más ─soltó con una voz fastidiosa y ronca ─. La adorada Elisa, ¿Cómo estas cuñadita?

 El miedo abandonó mi cuerpo y dio paso a la furia hacía aquel sujeto. La rabia se apoderaba de mi ser, una rabia que jamás había sentido en toda mi vida. Quería correr hacía él y también ahorcarlo con mis propias manos, quería venganza.

─Borra esos pensamientos y sentimientos de tu ser Elisa ─ordenó Rafael.

─¿Quien es él, Elisa? ─interrogó Stef. 

─El demonio al cual mi hermana le hizo caso, el demonio por la cual mi hermana se suicidio ─respondí. 

Stef me miró sorprendido y después dirigió su mirada hacía aquel, hacía Leviatán. 

─¡Ya relájense, vengo en son de paz! ─comunicó, levantando ambas manos hacía el cielo.

No había notado cuando Lucifer se había levantado, miraba a su hermano con los brazos cruzados sobre su pecho, sabía que él tenía el mismo pensamiento que yo... "mentiras y más mentiras".

Entonces de pronto antes de que todos lográramos reaccionar de alguna forma, el cielo empezó a oscurecer, las casas, edificios se prendieron en llamas y el calor se hizo insoportable.

A nuestro alrededor sujetos desconocidos empezaron a aparecer rodeándonos, nos superaban en numero. Risas, burlas y una que otra palabra grosera llegaban a mis oídos, el temor empezaba a dominarme de nuevo. El miedo a los desconocido se hacía presente y ni la presencia de los ángeles a mi alrededor ayudaban a calmarlo. 

Lucifer me miró al fin, note en sus ojos el mismo terror que a mí me consumía pero sabía claramente que el miedo no era por su persona, el miedo era por mí. 

Las risas se intensificaron, los gritos de una joven llegaron a mis oídos.

La voz de ella, resonó en mí...

«¡NO, NO, NO, NO PUEDE SER!... NO, NO, NO, NO»

¡ANGELICA!

NOTA DE LA AUTORA:

MIL DISCULPAS, han sido unos días difíciles aunque no es excusa pero ya aquí esta después de varios días, aquí esta el capitulo. Espero les haya gustado y que lo estén disfrutando mucho ya que son los últimos :,(  ya que también tengo mucho que dedicarle a mis otras historias, por si no las han leído les invitó a leerlas, les encantara tanto como esta :D

Espero sus comentarios que siempre me alegran la vida.

Besos y abrazos, su amiga...

Denisse'Vzz :)