Capítulo 30
Post; Elisa
─¿Me podrías explicar a que te refieres con eso, Rafael? ─pregunte osca, me empezaba a cansar. Sabía que sus misterios los utilizaba para su beneficio.
─Pensé que estabas molesta conmigo ─contestó petulante.
Solté un bufido ruidoso, tanto que Stef volteo y nos miro un momento, aunque no duro mucho ya que después sigo mirando hacía el frente siguiendo su camino. Caminamos tras él, a una distancia considerable parecía que quería mantenerse alejado de nosotros pero a la vez estar con cercas para enfrentar lo que sea que este en pueblo.
─¿Ahora también te preocupas por el humano? ─la pregunta de Rafael me tomo por sorpresa ─. Bueno aunque siempre debió ser así.
El cambio en su voz me provoco ternura y tristeza, con la confesión de Rafael sabía que él se preocupa por mi, a su manera pero lo hacía. Tenía razón en sus palabras, me preocupa por Stef ya que había cambiado totalmente su relación conmigo desde que empezamos nuestro viaje, sabía que algo le molestaba y me preguntaba que era. Por otro lado Rafael también estaba en mis pensamientos, me dolía no poder corresponderle. Y no lo entendía ya que hace unos días lo odiaba.
«¡¿Qué rayos pasaba conmigo?!»
Me pare de pronto, llamando la atención de Rafael.
─¿Qué pasa conmigo Rafael? ─la pregunta salió de mi en un lamento. Ahora que me ponía a reflexionar mejor, me daba cuenta de muchas cosas.
Rafael se acercó a mí quedando de frente, posó sus manos sobre mis hombros y sus ojos me miraron directamente, sabía a lo que me refería.
─Tienes una capacidad de querer a los demás, de encariñarte rápido, de preocuparte. Por eso aunque tu hermana te hizo demasiadas cosas malas jamás la pudiste odiar ─explicó, pero aún yo no podía entender sus palabras.
─¿Tiene que ver con la confesión que me hiciste? ─interrogue, aún mirándolo a los ojos.
─Si, Elisa ─confesó.
─¿Me podrías explicar? Por favor ─rogué, sentí mis ojos arder y después una lagrima rodo sobre mi mejilla.
Rafael retiró su mano derecha de mi hombro para limpiar las pequeñas lagrimillas que rodaban en mi rostro, lo seguía mirando y pude notar como curveaba una esquina de su boda dándome una pequeña sonrisilla ladeada, asistió.
─Pero debemos seguir caminando ─las palabras salieron de su boca de un modo diferente, eran suaves sin una pizca de hostilidad. Me dejo de mirar, para dirigir su mirada al frente ─. Creo que tu amigo se esta desesperando.
Seguí su mirada y note a un Stef parado con los brazos cruzados sobre su pecho pude notar también su rostro, como curvaba sus cejas, torcía su boca. Rafael tenía razón, se veía molesto.
Empecé a caminar, aún me sentía agobiada, confundida. Tome el brazo de Rafael y lo entrelace con el mío, él me miro sorprendido aunque después se relajo sabía que podía percibir mi estado de animo, yo solo en este momento necesitaba a alguien de apoyo. Necesitaba aferrarme a algo que me mantuviera en el hoy y no me dejara caer.
Alcanzamos a Stef y en cuanto lo hicimos, empezamos nuevamente nuestro recorrido.
─No se si lo sabes ─comenzó Rafael carraspeando ─. Pero tu madre tuvo varios abortos antes de poder engendrarte a ti.
Asentí, lo sabía pero yo tenía un pensamiento diferente al que tal vez Rafael creía. En ese tiempo después de la tragedia y de enterrarme sobre el pacto de mis padres, siempre pensé que mamá lo había echo a propósito para no sufrir cuando le quitaran a uno de sus descendientes.
Me mantuve en silencio, esperaba que Rafael continuara.
Él me miro y asistió.
─Cuando se entero nuevamente de su embarazo, cuando se entero que tu venías en camino ─silencio, lo mire y pude notar que él me miraba a mí con un brillo en sus ojos, sentí calidez. Un momento después de nuevo dirigió su mirada al frente ─. Me llamó, me pidió que la sanara, que lograra su embarazo.
─¿Eso quiere decir que, quería acabar con el pacto pronto? ─pregunte horrorizada.
─No Elisa ─río ─. No se de donde sacar esos pensamientos, deja que continúe.
Asentí de nuevo. Ya había perdido la cuenta...
─Ella en verdad quería un hijo, creme que pensábamos lo mismo, todos. Sabíamos del pacto, no no podemos involucrar pero el jefe me dio el permiso para cumplírselo a tu madre. Y así lo hice solo que con una condición...
En ese instante Rafael paro su andanza de nuevo.
─Eres parte ángel...
─¡¿QUÉ?! ─grite sorprendida ─No, eso no es cierto.
─Es cierto, por eso eres así. Solo una parte, claro.
─¿Pero porqué esa condición?
─No lo sabemos, solo Él sabe lo que hace ─soltó mirando al cielo.
─Y ¿Angélica también fue...? ─formule la pregunta en automático pude notar la tristeza en mi voz, tenía razón Rafael, la amaba y extrañaba a pesar de todo.
─No, después de convertirme en tu ángel guardián me enterré que nuevamente tu madre estaba embarazada. Ahí si yo no tuve nada que ver, jamás lo supimos y lo dejamos pasar.
─Ella sufrió las consecuencias de mis padres.
─Lo se, no se si te acuerdes pero estuve allí ese día.
─Y entonces desde que nací, ¿Eres mi ángel guardián? ─curiosee con una sonrisa.
─Ya no lo soy, pero te sigo cuidado ─respondió devolviéndome la sonrisa ─. Pero no fue al instante de que naciste, fue dos años después. Conozco tu historia Elisa hasta el momento que lo conociste a él.
Y de nuevo caíamos a la mención de Lucifer, pude notar también el cambio en su voz ya que volvía a ser la misma hosca y sarcástica de siempre.
Suspire preparándome para las preguntas.
─Aún me sigo preguntando como te enamoraste de él. Pero creo que no lo sabré, ¿verdad?
Negue en silencio, solo con el movimiento de mi cabeza.
Un recuerdo de hace un año llegó a mi...
«Acabábamos de llegar a la cabaña, teníamos apenas unos días habitándola. En esos momentos y solo cuando estaba Lucifer, me acompañaba a salir alrededor y disfrutar la naturaleza. Era tan rico llenarse de vida con la vegetación y con la compañía de algunos animalillos que rodeaban y salían a saludar.
Estábamos sentados a la orilla de la puerta, platicando. Cuando de pronto escuche un llanto, un gorgorito cerca de nosotros se empezó a escuchar. Rápidamente me pare y acudí a donde se escuchaba el sonido. Al llegar ahí me di cuenta que un pequeño pajarito estaba herido y no dejaba de trinar. Un momento después Lucifer llegó a donde estaba, vio lo mismo que yo.
Un pajarito herido, tirado sobre sus alas en la maleza. Y entonces Lucifer lo tomo en sus manos y lo acuno, me miro, regalándome una sonrisa. Cerro sus manos alrededor de el y cerro sus ojos. Cuando los abrió me miró nuevamente enseñándome sus dientes perfectos y con un movimiento me señalo sus manos, y en cuanto las vi... las abrió dejado escapar al pajarito que volaba sano.
Nos sonreímos y me tire a sus brazos, después volvimos a la cabaña. »
Solo yo conocía su ser y así sería... por el momento.
Nota de la Autora:
Hola mis lectores, me agrado mucho que en el capítulo pasado comentaran y respondieran a la pregunta, pude enterrarme que su favorito obviamente es Lucifer. Para mí aparte es Rafael jeje :D
Espero les este encantando esta historia que ya muy pronto llegara a su fin, espero estén resolviendo el misterio que rodean a este pueblo en especialmente a la familia de nuestra protagonista. Otro aviso que quisiera darles es que ya me pueden buscar en Face en el banner anterior deje mi perfil y si mandan solicitud con gusto los aceptare.
Pregunta de hoy: ¿Cuál es su momento favorito de la historia? Los leo, saludos.
Denisse'Vzz.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro