Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 18

Post; Elisa

El frío del bosque me calaba hasta los huesos, cansada, hambrienta era como me encontraba en este momento. Los sonidos que producía el bosque ahora ya no eran tan agradables, se habían convertido en algo aterrador. Deambular por tanto tiempo empezaba a afectarme, no sólo físicamente sino que la razón tambaleaba en mí.

Después de un tiempo de dar vueltas, me acuclillé en una roca que estaba situada junto a un gran roble. Me senté sobre la tierra humedecida, llevando mis piernas a mi pecho y con mis brazos las envolví protegiendo mi tambaleante cuerpo. Quería mitigar aunque fuera un poco el viento helado que me golpeaba.

Pero no funcionaba, cerré mis ojos tratando de distraer mi mente, no quería pensar en el frío viento que provocaba que mi cuerpo temblara, que golpeaba las hojas de los grandes pinos y hacía que emitieran un chillido molesto al rozarse unas con otras.

La única distracción que sabía podría funcionar eran los recuerdos. Y aunque fueran dolorosos, lo intente...

Hace dos meses...

Los rayos de sol entraban por la ventana de la cabaña, se había quedado abierta y el sereno fresco entraba haciendo que cubriera mi cuerpo con la delgada sabana que estaba posada a un lado. Lucifer yacía boca bajo con su rostro hacia mí en el otro extremo de la cama, me acomode de lado para poder visualizarlo mejor, los rayos iluminaban su fuerte espalda. Pase mi mano, sobando musculo por musculo, haciendo que por mi contacto se moviera un poco contrayendo cada parte de su hermosa anatomía. Me sonrió aún con sus ojos cerrados...

─ Que delicia despertar así ─contestó, abriendo al fin poco a poco sus hermosos ojos grises.

─ ¿Enserio Lucifer?  Se te da bien aparentar que lo haces.

─ Si amor mío, tú estimulando cada parte de mí ─soltó, de nuevo esbozando su sonrisa perfecta y riendo a carcajadas. Tomé una almohada y lo golpee con ella.
Nos sumergimos en lo que se podría describir una auténtica batalla de almohadas, hasta que la suya choco contra la pared y de pronto él se posicionó sobre mí. Tenía sus piernas a cada lado de mi cuerpo, con sus manos sostenía mis muñecas sobre mi cabeza, inmovilizándome por completo.

Me zarandeaba quería liberarme de su agarre y mientras lo intentaba con todas mi fuerzas, reía, reía demasiado. Hasta que me soltó y sus manos se trasladaron hacia mi rostro, acunándolo, con las yemas de los dedos acariciaba mis mejillas, mirándome directamente a los ojos. Pero después de unos minutos su silencio empezó a incomodarme, solo me miraba fijamente.

─ ¿Sucede algo? ─pregunté, llevando una de mis manos a su mejilla, cerró sus ojos fuertemente como si le doliera mi contacto.

Entonces me soltó y se recostó de nuevo junto a mí. Me posicione nuevamente de lado, quería saber que le sucedía.

Dime, ¿Qué te sucede? ─insistí de nuevo.

─ Nada, solo un sentimiento de vacío. Como si... Te perdiera ─confesó, su voz era débil, triste.

─ Pero aquí estoy, siempre lo estaré.

No dejaba de mirarme, en sus ojos podía ver una tristeza y aunque sonreía sabía que lo fingía todo. Estaba preocupado, lo podía notar. Así que en mi mente trataba de acomodar y hallar las palabras adecuadas para que diluyeran esos sentimientos que se apoderaban de él.

─ Lo que siento por ti es irreal, lo sé. Pero es sincero Lucifer. Jamás había amado tanto a alguien que hasta podría arriesgar mi vida o hasta algo más con tal de protegerte, y jamás, pero jamás te abandonaría. Sería como... Si me arrancarán el corazón.

─ Te amo, Elisa. Tú eres mi prioridad, tú me devolviste la esperanza, la esperanza de saber que hasta alguien como yo, puede también ser feliz.

Sonreí, me acerque más junto a él y lo bese...

Sonreí de nuevo, el recuerdo borro de mi cuerpo el frío que sentía unos momentos antes. Sabía que era patético utilizar un recuerdo para mitigar mi estado pero lo necesitaba tanto. La culpa caía sobre mí y el coraje empezó a extenderse por todo mi cuerpo. Era mi culpa, haber escapado de él para conseguir respuestas que aún ni siquiera tenía. Si me hubiera quedado, tal vez Lucifer ya las hubiera respondido pero me deje llevar por el impulso.

Ahora me daba cuenta de las estúpidas decisiones que tomé.

─ Que lindo recuerdo Elisa ─una voz arisca, hizo que abriera mis ojos.

─ ¿Qué haces aquí? ¡Largo! ─grite con todo la fuerza que me quedaba pero mi cuerpo estaba demasiado débil.

─ Al fin te diste cuenta que tus decisiones siempre son estúpidas ─escupió ─. Como ya te dije una vez, sigues siendo una niña que no sabe que sus actos llevan a consecuencias.

Las lágrimas amenazaban por salir y no era más que puro coraje contenido.

─ Anda llora, llora como una niña pequeña. Es lo único que sabes hacer.

─ ¡Largo! ¡Largo! Pará ser un ángel eres demasiado odioso.

─ ¡Vamos, vamos Elisa! ¡Levántate y corre!

Deje de abrazar mi cuerpo, pose mis manos a cada lado de el sobre la tierrilla y hierba para impulsarme, me levante y corrí. Corrí de nuevo sin dirección alguna, con las lágrimas resbalando sobre mis mejillas, con el viento golpeándome el rostro. Dejando atrás a la ilusión de Rafael que atormentaba mi mente. 

Las lagrimas no paraban de salir, mis ojos me ardían a consecuencia del viento que me golpeaba. La neblina se fue extendiendo, no veía ya el camino pero eso no me detuvo, seguí corriendo sin mirar atrás, hasta que lo siguiente que sentía fue el barro embarrándose en toda mi cara y cuerpo. Tropecé con al parecer una rama, mi pie estaba enredado en ella. 

No podía levantarme, mas bien no quería hacerlo. Quería quedarme aquí, tirada, hundiéndome en la miseria, que la hierba y la tierra me ocultaran, ya no saber del mundo era mejor a seguir sufriendo esta vida.

Grite, llore, patalee, hice de todo para liberar lo que tenía guardado dentro de mí.

Pero entonces cuando estaba haciendo lo más patético que he echo en mi vida, un sonido me distrajo. Mas bien unos murmullos...

─ ¿Hay alguien allí? ─pregunte, esperando que quien sea quien estuviera allí cerca, contestara. 

Y de nuevo los murmullos se intensificaron, cada vez más. Esperaba con toda mi alma que no estuviera perdiendo la razón, como hace un momento.

Me levante como pude, y me senté en el sitio. De pronto la tierra empezó a moverse y lo que al parecer era una puerta al infierno se levanto del suelo lleno de tierra y unos ojos me vieron del interior. 

Pegue un grito y me arrastre los mas rápido que pude hacia atrás, chocando con algo tras de mí.

No podía creer lo que estaba viendo, lo que parecía ser un hombre salía por debajo de la tierra. Su gran sombra se notaba tambaleante, mientras caminaba hacía mí se sacudía sus ropas, el miedo recorrió mi cuerpo por completo, mi piel se erizaba pero ya no sabía si era por el viento helado o por el temor de tener aquella persona ante mí.

─ ¿Estas bien? ─la voz de aquel tipo no era dura, era suave como si quisiera tranquilizarme o decirme que era inofensivo. 

─ ¿Quién, quién eres? 

Cuando llego hasta mí, se arrodillo y entonces lo pude ver mejor con el rayo de la luna iluminando su rostro, es un joven, moreno y ojos color miel. Nos miramos, llevándome una mano a mi pecho tratando de calmar mis escandalosas respiraciones. Él en cambio extendió la suya hacía mí.

─ No temas, soy humano. Te ayudare ─exclamó tranquilamente. 

La mano en mi pecho recorrió el camino hasta llegar a la suya, no sabía porque reaccionaba de esta manera, pero siempre pasaba, confiaba siempre en gente que no conocía. Pero algo dentro de mí me decía que ya no temiera más, y en cuanto nos tocamos, pude sentirlo.

─ Confía en mí ─hablo de nuevo, yo solo podía mirarlo. Apretó mi mano y jalo de ella ─. Vamos tenemos una guarida secreta, allí abajo.

─ ¿Tenemos?

Antes de bajar, volteó a mirarme y con una sonrisa, asintió.  

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro