Capítulo 1
Post; Elisa.
La lluvia arrasaba el bosque y junto con el viento, pegaban contra la ventana de la fría cabaña. Los fríos venían y los meses pasaban.
Y aunque en la chimenea ardiera el fuego, el lugar se sentía helado y vacío.
Yacía en la cama, mirando el techo. Cuando...
La puerta se abrió, dejando entrar un torrente aún más helado, haciendo que con la manta que cubría mis piernas me tapara completamente y ocultara mi rostro con la almohada, escondiéndome de aquel sujeto que acababa de llegar y que entró mojando todo a su paso, sentándose a un lado mío, sobre mi cama y quitándose la ropa empapada, tirándola al piso.
Se acomodo, entrando en ella y tapándose también con aquella cobija que hacía de mi refugio personal, mientras yo fingía completamente que dormía, con los ojos cerrados me acomode de lado mientras él me abrazaba por detrás y giraba al igual que yo.
Sentir su respiración en mi cuello tras de mí, era una sensación embriagadora, delirante. Hasta hace unos meses era encantadora pero dejó de serlo con los días. Ahora era si, delirante, adictiva, controladora.
Con la llama aún encendida de la pasión y el deseo de amar ciegamente, convenciendo a mi mente cada día del amor inquebrantable que debía sentir aunque ya solo fuera pura costumbre.
Mentiría diciendo que ya no lo amaba, porque aún lo hacía.
Lo amaba cada minuto, día, mes, cada vez más y más. Y eso me daba temor, mucho miedo porque me aferraba a él como el viento se aferraba a la lluvia que estaba ahí afuera.
─ Se que estas despierta ─murmuro en mi oído, abrazándome cada vez más fuerte y estrechándome contra él ─. ¿Porqué finges?
Trague el nudo que se había formado en mi garganta, que me impedía responderle. Después de unos minutos, tomé la desicion de sincerarme al fin con él.
─ Sabes porque finjo, porque me trago todas las preguntas que quiero hacerte ─respondí sincera.
Quite su brazo, y me gire sobre la cama. Pará así tenerlo frente a mi, con sus ojos clavados en los míos.
Suspiré.
Puse mis manos sobre su pecho desnudo, y lo aleje un poco de mí. Necesitaba espacio, lo único bueno era que la cama era suficientemente grande.
Pero en un segundo con las suyas retiró las mías y me acerco de nuevo a él, abrazándome.
Me acurruque, poniendo mi mejilla sobre su pecho caliente. Apretó su abrazo y empezó a canturrear.
La melodía no me sonaba.
Al terminar, murmuró;
─ Tengo miedo de perderte, tengo miedo a esas preguntas que tratas de hacerme. Y tengo miedo... A tu reacción por las respuestas.
─ ¿Es que... Acaso no lo entiendes? ¿Qué en lo nuestro ya no hay salida? ─lloriqueé y las lágrimas amenazaron por salir.
─ Elisa, solo ten en cuenta que nunca verás la faceta que tomó cuando no estoy contigo.
─ ¿Eso que quiere decir? ─cuestione con miedo.
─ Qué... Cuando no estoy a tu lado, soy el demonio despiadado que todos conocen ─confesó.
─ Pero, pero tu habías dicho que solo castigabas a los pecadores.
─ Eso cambió.
Un escalofrío corrió por mi espalda, y mi boca al fin permaneció cerrada, temía por más respuestas. Pero aguantaría mi destino estaba escrito, así lo había decidido yo. Cerré mis ojos, tratando de dormir un poco más entre sus brazos.
°°°
" La noche era más oscura de lo normal, corría por en medio del bosque abandonado, se escuchaba a lo lejos los animales que habitaban en el.
Corría y corría, huyendo de algo pero no sabía exactamente de que.
Hasta que de pronto frene de golpe, ya que un individuo apareció ante mi.
Lo reconocía, sabía quién era.
Me sonrió con ganas y en ese instante que iba a llamarlo...
Desperté."
Desperté por los rayos de sol que entraban por la ventana, el bochorno se sentía en el ambiente.
Despertando sola, lo cual era raro.
Me levante y baje mis pies descalzos al piso, quedándome por un momento sentada sobre la cama, era como si mi mente quedara en blanco, concentrándome solo en una zapatilla huérfana a unos cuantos pasos de mi.
Solo pensaba en ese rostro, en ese sueño.
Que no me di cuenta, cuando se abría la puerta del baño y salía Lucifer.
─ Pensé que seguías dormida ─replicó y fue ahí que me di cuenta, que solo lo cubría una toalla sujeta a su cintura.
Volteé a mirarlo, tomándome un momento para apreciarlo, su pecho, sus brazos, musculo por musculo marcado.
Y mientras yo hacía eso, el se acercaba más y más a mí.
Hasta que lo tuve enfrente mío, poniéndose en cuclillas y quedando a la altura que pudiera visualizar sus hermosos ojos grises.
─ Me puedes comer con la boca, no solo con tus ojos ─murmuró meloso.
Se levantó de golpe, y con su manos me aventó sobre la cama, subiendo sobre mi.
Empezó a besarme, sus besos embriagadores, introduciendo su lengua en mi boca, y después mordiendo mi labio inferior que hizo que gimiera.
Sentir su bulto duro sobre mi pierna, hizo que mi excitación aumentará. Mi manos recorriendo lo que antes mi vista no pudo dejar de ver, mientras me besaba, mientras nos devorábamos mis manos recorrían sus brazos desnudos, luego su espalda hasta bajar a sus muslos que apreté con diversión y lujuria.
Su boca poco a poco se desplazó, bajando por mi cuello besándolo despacio, lento. Gemí más de placer.
Mi cuerpo quería más, más de él.
Y él quería más de mí.
Hasta que de pronto la imagen de mi sueño apareció de nuevo en mi cabeza.
Retire a Lucifer de golpe, con la respiración acelerada, sus ojos habían cambiado e igual que yo estaba confundido.
─ ¿Qué te sucede, Elisa? ─preguntó, parándose y acomodándose de nuevo la toalla.
─ Nada, nada. Necesito una ducha.
Me pare lo más rápido que pude, y corrí al baño. Encerrándome para evitar que hiciera más preguntas.
Mi respiración seguía agitada pero ya no tanto por aquel momento de pasión y calentura sino más bien por el recuerdo que me había atormentado en sueños.
"¿Porqué después de un año aparecía de nuevo?"
Sabía que no lo soñaba por nada, claro por experiencias anteriores, sabía que mi sueños siempre significaban algo. Pero, ¿qué era lo que sería esta vez?
Entre a la regadera dispuesta a que el agua caliente dispersara mis pensamientos y me relajara. Que me diera tiempo de pensar mi siguiente excusa dicha a mi amor.
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