Capítulo 27
Faith Petterson
1 mes después
Verificaba que todo estuviera en orden con los productos que estaban listos para exportarse, varias tiendas exclusivas de diferentes países como Italia, Francia y España habían solicitado mis productos, la marca aún no estaba lista para tener su propia tienda en otros países. Hasta el momento solo una estaba en marcha, los índices de comercialización eran muy buenos y habían superado por mucho a cuando pertenecía a los anteriores dueños.
La fatiga que me producía estar en bodega me ponía de mal humor, volviéndome tediosa con los empleados cuando no hacían el trabajo correctamente.
—¿Es todo?
—Si, señorita Petterson.
Al percatarme que todo estaba en orden regresé a mi oficina, tomando un pequeño descanso en lo que un pequeño mareo pasaba. Después de pensarlo mucho había decido continuar con el embarazo, mi conciencia no me daba para deshacerme de él y mi lado masoquista estaba emocionado por albergar algo suyo en mi vientre.
Con una sonrisa tonta acaricié el aún plano vientre, imaginando cómo sería su bello rostro, si iba a parecerse a él o a mi. Al día siguiente que me enteré fui con el obstetra para verificar que todo estuviera en orden y que procedieran a quitarme el implante, muchas veces cuando se utilizaba este método anticonceptivo podría producirse un embarazo ectópico. Fue una suerte que no fuera mi caso.
Estaba decidida a tener a mi bebe sola, quizá con el tiempo tuviera el valor de decírselo a él pero por los momentos no. Después de esa noche no había vuelto a saber nada de él, bloqueé su número para evitar el contacto y poder superar todo.
Hacía unas tres semanas empecé a asistir a terapia, me estaba ayudando un poco pero sería mentir si dijera que ya lo estaba comenzando a olvidar o dejar de querer, puesto que cada que lo recordaba una sonrisa boba aparecía en mis labios. Y tal vez ahora las posibilidades de olvidarlo eran más que nulas al llevar el fruto de nuestro pecado en mi vientre.
Tenía a gente que me apoyaba, mi amiga y su familia. Con la mía aún los evitaba, no asistí al compromiso de mi hermano, no contestaba a ninguna llamada de mis padres. Con todo lo del embarazo olvidé por un momento lo de Jake, esta semana pondría la denuncia con ayuda del señor Baker. Al no hablar más con mi ex amante tuve que dejar de lado su ayuda y buscar la del padre de mi amiga.
—¡Buenos días! ¿Cómo está la futura mamita? —mi amiga entró con bolsas de comida y las acomodó sobre el escritorio —Estaba paseando por el centro comercial cuando miré unas preciosuras que no pude evitar comprar.
De una bolsa sacó pequeñas prendas de bebé, el mismo diseño en diferentes colores.
—Es muy pronto para eso, Becca —tomé los pequeños mamelucos mirándolos con ilusión. Eran tan hermosos y diminutos, parecían ropa para muñeco.
—¡Claro que no! —sonrió —Y como aún no sabemos su sexo compré en dos colores, azul y rosa.
Reí sin apartar la vista de ellos, una pequeña lágrima salió de mis ojos dejándome llevar por el sentimentalismo.
—Gracias, Becca. Esto es un bonito detalle de tu parte.
Sonrió tomando asiento en una de las sillas.
—No lo agradezcas, quiero ser la tía favorita de ese bebé.
—Si sigues así, lo serás. A parte que serás la única tía que tenga.
—Si, pero hay que esmerarse. Mi meta es ser la tía que consiente todos sus caprichos —se quedó pensando con una sonrisa tonta en sus labios —George dice que será un niño.
Él era otro emocionado con la noticia, no podría sentirme más afortunada con ellos dándome su apoyo y consintiéndome en todo. Incluso la señora Alicia me había pedido mudarme con ellos para cuidarme mejor.
—Falta mucho para saberlo —sólo tenía diez semanas de embarazo, a penas y comienza a ser un feto.
—¿Cuándo le dirás a Mattew? —preguntó mirándome con curiosidad, todavía no le decía de mi decisión de no decirle nada.
—No se lo diré.
—Es su derecho, Faith. No puedes negárselo —frunció el ceño cambiando el tono de su voz a uno más serio. El que empleaba cuando se enojaba.
—No quiero que piense que quiero atarlo a mi con un bebé.
—Por Dios, Faith. No puedes seguir pensando como una muchachita de veinte años. Al decirle no le estarás pidiendo que se case contigo, sino para que sepa que será padre y será decisión de él ser parte o no de esto.
Mi decisión era irrefutable, dijera lo que dijera no iba a ceder. Ya había tomado una decisión, mi bebé sólo sería mío.
—No voy a discutir esto contigo, Rebecca.
Se cruzó de brazos e hizo silencio, alcancé las bolsas para ver que había traído, la saliva se me hizo agua en cuanto miré la tarta de fresa. Se había vuelto mi postre favorito en estas últimas semanas.
Comí casi todo lo que trajo, afortunadamente no volvió a hablarme del tema y sólo se concentró en conversar en las cosas que le compraría al bebé, buscando posibles nombre e imaginando cómo sería. Trayendo recuerdos de cuando éramos pequeñas y las pelas que teníamos entre las dos. Terminé riendo con ella y despejándome de la amargura que me ocasionaba pensar en él.
Después que se fue seguí trabajando, supervisando el desfile de algunas modelos, revisando diseños y recibiendo llamadas de posibles clientes. Me sentía tranquila por lo bien que marchaba todo, pero cuando llegaba a casa y sentía la soledad envolverme sólo me abrazaba de piernas llorando. Nada de lo que planeé en mi vida estaba como lo quería, siempre que me imaginé tener un bebé me veía al lado del padre.
¿Cómo le iba a explicar a mi bebé que su padre jamás supo de su existencia? Seguramente me culparía, pero prefería eso a tener que explicarle que su padre nos rechazó y no quiso saber de nosotros.
Sonaba egoísta, pero ahora mismo sólo importaba mi salud mental. Porque si él llegaba rechazarme terminaría hecha pedazos y esta vez no tendría la fuerza para recogerlos y recomponerme. Preferiría vivir con la duda.
Al día siguiente decidí dar un paseo por el centro, buscando ropa de talla más grande puesto que en algunos meses más la que tenía no iba a entrarme. Iba tan distraído que no me fijé cuando un sujeto chocó agresivamente conmigo ocasionando que mi cartera callara al suelo y se dispersara todo lo que traía en el interior.
—Lo siento —murmuró el sujeto recogiendo mis cosas y pasándome el bolso.
De mala manera lo tomé, mi hombro dolía ante el duro impacto. Seguí caminando buscando lo que necesitaba, permanecí haciendo compras al menos dos horas hasta que decidí que era suficiente y regresé a la empresa.
Revisé reportes financieros y aprobé algunos presupuestos para compra de materia prima. También revisé el catálogo de la marca quedando complacida con el resultado.
A eso de las tres recordé que debía llamar a Alicia para avisarle que no podría ir esta tarde, hoy era la prueba del vestido de mi amiga pero me sentía demasiada angustiada para salir. Los mareos eran un asco y ni hablar de las náuseas.
Abrí mi bolso buscando mi móvil pero no estaba, fruncí el ceño haciendo memoria de cuando lo había utilizado por última vez.
«Quizá lo dejé en mi habitación» pensé, no lo había utilizado en todo el día. Desistí de llamar y preferí marcharme para llegar a tiempo a la casa de mi amiga.
—Querida —su madre me saludó con un beso en la mejilla —pasa, Rebecca está junto a las demás en su habitación.
Hice una mueca, seguramente estarían los familiares de George. Con pereza subí los escalones, escuché el murmullo de las voces de las mujeres que conocí la ocasión pasada. Me detuve pero Alicia llegó a mi lado obligándome a entrar.
Saludé a las presentes y tomé asiento en la cama, esperé pacientemente para que Rebecca saliera con el vestido puesto, se veía hermosa con un vestido de blanco puro, de corte sirena que marcaba cada curva de su cuerpo. Un escote corazón y de mangas transparentes con pequeñas aplicaciones en ella.
—Te ves hermosa —dije viendo la felicidad desbordar de ella, me parecía tan bonito este tipo de uniones completamente genuinas.
—Lo sé —contestó limpiándose las lágrimas de sus ojos, las víboras que tenía George por familia se acercaron a dar sus halagos, unas a hacer pequeñas críticas que consideré fuera de lugar pero que mi amiga ignoró por completo.
También me hicieron probar el vestido de dama de honor, era en color bronce y con escote recto. Era muy bonito pero el que se me marcara mi pequeño vientre me hizo hacer una mueca y preferí no salir para evitar habladurías entre las presentes.
En lo que estaba vistiéndome escuché un jadeo y a mi amiga venir hasta donde me encontraba, estaba pálida lo que me preocupó prestándome qué había pasado.
—Faith... —enmudeció cuando su madre apareció atrás de ella.
—¿Qué sucede? —pregunté alzando una ceja ante su extraño comportamiento.
—Ven, siéntate —me llevó hasta un sillón en su vestidor y le hizo un gesto a su madre para que cerrara la puerta —necesito que mantengas la calma con lo que te voy a decir, recuerda respirar para no entrar en un ataque de pánico.
Lo que decía sólo me podía nerviosa, las suposiciones empezaron a formularse en mi cabeza y el ver que Alicia llenaba un vaso de agua me puso los bellos de punta.
—No sé cómo pero se acaban de filtrar fotos tuyas y de Mattew a la prensa —abrí los ojos de la sorpresa y con el pánico entrando a mi cuerpo, mi respiración se volvió irregular pensando en todo lo que conllevaba esto. «No, esto no puede estar pasando» No podría soportar una vez más las señalizaciones, No cuando aún no había desmentido lo de Jake. —Y eso no es todo...
Mi pecho vibraba, pasé las manos de por mi cabello imaginándome lo peor.
—También se ha filtrado un video.
«¡Maldita sea!»
Mi respiración se cortó, un sudor frío recorrió mi cuerpo a la vez que mis manos temblaban. No sabía que hacer, ni siquiera era capaz de emitir palabra, las voces de ellas dos se escuchaban lejanas y mi cuerpo no respondía a las órdenes de mi cerebro.
A lo lejos escuché como Alicia llamaba al señor Baker y como mi amiga luchaba por tranquilizarme. Minutos después sentí como me tomaban en brazos y me sacaban del lugar.
Con dificultad respiraba un poco, una punzada de dolor en mi vientre me hizo soltar un grito y sentí como algo espeso bañaba mis piernas.
—¡Es sangre! ¡Llamen a una ambulancia! —gritaba la voz de mi amiga.
«Mi bebé» pensé en mi debilidad, no quería perderlo. No quería perder lo único bueno de todo este desastre, pese a no haberlo planeado y no esperarlo me había aferrado a la idea de tenerlo.
—No hay tiempo, preparen una camioneta y llamen al hospital para que los mejores médicos nos estén esperando —ordenó el señor Baker mientras corría a la salida conmigo en brazos.
Aún con la vista empañada vi cómo entrábamos a la camioneta y está se ponía en marcha de inmediato.
—¡No cierres los ojos! ¡Faith abre los ojos! —me pedía él tomando mi rostro dándole pequeñas palmadas, mis ojos se habían vuelto tan paseados, la oscuridad me llamaba y me parecía que la única salida al dolor era la inconsciencia.
—Mi bebé... —alcancé a decir antes de perderme en la oscuridad y olvidarme del mundo, hasta de mi misma.
....
Mattew
"Faith Petterson la nueva amante del Senador y empresario Mattew McConnell.
Parece ser que la empresaria e influencer, Faith Petterson no pierde tiempo en cuanto a relaciones se refiere. A tan sólo un mes de la ruptura con la estrella de Hollywood Aiden Wells, se filtran fotos de ella junto al Senador en las playas de Bora Bora, y por si esto no fuera poco también se filtra un video de ambos teniendo relaciones sexuales. Según nuestras fuentes, esto no es reciente y se rumorea que sucedió cuando el Senador aún estaba casado con la modelo Giorgia Griffin, y ella con el actor Aiden Wells. Esto deja mucho que decir de ambos, cabe mencionar que hace unos años Faith fue acusada de ser la amante de Jake Smith, el esposo de su hermana. Parece que algunas costumbres no cambian y que no siempre se aprende de los errores."
Lanzó el iPad a la pared con fuerza haciéndose pedazos de inmediato, no puedo controlarme después de haber leído la basura de artículo, no tuve necesidad de abrir el video cuando ya sé cuál es.
Busco de inmediato el celular y marco el número de Rhys, este contesta de inmediato y lo pongo al tanto de todo.
—Necesito que elimines ese video de la red, no quiero que quede en ningún sitio y a quien lo comparta que le hagan llegar una demanda.
—Es complicado bajar ese tipo de contenidos, por lo general la gente lo descarga y...
—No me importa lo que tengas que hacer, sólo baja el maldito video e investiga cómo es que se filtró —demandé sintiendo la sangre caliente, destruiría a quien lo hizo y nos expuso de esta manera.
Faith se me vino a la mente y la preocupación me invadió, debía estar muy mal con esta noticia. Algo tan intimo a la vista del mundo.
Corté la llamada y esta vez le hablo a mi abogado para que se encargue de investigar quien fue, necesitaba la información para ya y entré más la buscaban más rápido lo encontrarían.
Giorgja se me vino a la mente, era la principal sospechosa luego de haber perdido todo cuando nos divorciamos hace algunas semanas. Si ella había hecho esto me haría cargo de destruirla no sólo a ella, sino a toda su familia. Nadie iba a jugar conmigo, mucho menos ella.
Salí apresurado de mi oficina ignorando las miradas de los empleados, para estas alturas ya todos habían visto el video. Subí a la camioneta dando la dirección de la casa de Faith, aunque no me quisiera necesitaba verla, me urgía hacerle saber que todo se solucionaría.
Las personas solían ser más crueles con las mujeres cuando sucedían este tipo de cosas. La doble moral de algunas mujeres al juzgar a otras cuando ninguna de ellas era exenta a ser expuestas de tal manera con algo tan normal.
No me cansaba de marcarle pero el celular estaba apagado, seguramente no quería que nadie la molestara. Al estar frente a su casa bajé de inmediato para tocar el timbre sin obtener resultado, recordé la vez que escondió una llave delante de mi y me apresuré a buscarla. Cuando la tuve abrí la puerta y entré de inmediato buscándola en cada rincón del primer piso, incluso en el pequeño jardín.
—¡Faith! —subí las escaleras de dos en dos sin dejar de llamarla, busqué en su habitación, en el baño, en todo el maldito piso y no estaba.
Mi teléfono vibró y contesté rápidamente cuando el remitente era Rhys.
—El video ya no está disponible y cada que alguien intente subirlo o enviarlo, ya sea por Whatsapp o Bluetooth no podrá —informó recordándome el por qué siempre recorría a él para este tipo de cosas.
—Bien, ¿qué hay de la persona que lo filtró?
—Necesito más tiempo para averiguarlo, en cuanto lo sepa te llamaré.
Salí de la casa de Faith y esta vez me dirigí a la empresa, la desesperación por encontrarla me estaba superando, la leve angustia por no saber su paradero.
—Buenos días, señor McConnell —me reconoció la asistente —si busca a la señorita Faith ella no se encuentra aquí, salió temprano.
—¿Sabes donde puedo encontrarla?
—Me temo que no.
¡Maldición! Ya no sabía dónde buscarla.
—¿Puedes conseguirme el número de Rebecca Baker?
La asistente asintió y me pidió que la siguiera, de algo me había servido presentarme como la pareja de Faith. La mujer se detuvo frente al escritorio y buscó en el directorio el número de la amiga de su jefa. Lo apuntó en una nota y me la tendió.
No le di ni las gracias y me apresuré a la salida mientras anotaba el número para luego marcar. No contestó por lo que procedí a haberlo cinco veces más hasta que por fin lo hicieron.
—¿Quién habla? —preguntó de mala manera, pareciendo histérica y es que seguramente esto no eran los mejores momentos para atender una llamada de desconocidos.
—Señorita Baker, habla Mattew McConnell —comencé a decir cuando soltó un resoplido —Me urge ver a Faith, si tiene una idea de donde está o si...
—Faith está entrando a emergencias —soltó en un sollozo —se puso muy mal con la noticia y ahora mismo está inconsciente... ella está muy mal, señor McConnell
Su llanto no le permitió continuar hablando y a mí parecía que me habían dando un cuchillazo en el corazón, mil cosas pasaron por mi mente y todo era en el peor escenario.
—¿En qué hospital está? —pregunté, más bien demandé desesperado y es que ella me importaba más de lo que creía. En tan poco tiempo se volvió una pieza importante en mi vida y durante estas semanas no hubo momento en el que dejé de pensarla o añorarla.
Su amiga me dio el nombre del hospital y si la orden de inmediato para que me llevaran hasta allá.
«¿Qué le habrá pasado? ¿Tendrá problemas con el corazón?» Era la única explicación que encontraba para que ahora mismo se encontrara en emergencias.
Al llegar salí caminando a prisa, casi corriendo hasta el interior del hospital, no tuve que preguntar en recepción sobre ella porque Rebecca y los señores Baker se encontraban ahí, no me intimidé ante sus miradas puesto que ahora no era un secreto para nadie nuestra cercanía.
—¿Cómo está ella? —le pregunté a la amiga que yacía sobre los brazos del que reconocía era su prometido.
—No lo sabemos —se sorbió la nariz mirándome con los ojos llorosos —por favor, dígame qué bajó ese video, mi amiga no se merece todo lo que le está pasado, es injusto como la están atacando...
—El video ya fue bajado y ahora mismo están investigando cómo fue que llegó a manos de la prensa.
Ella asintió y volvió a encender la cara en el pecho de su novio, la imagen de ella haciendo los mismo conmigo la vez que volé a la isla para sacarla de ahí vino a mi mente. La preocupación se hizo más grande ante los rostros desencajados de los presentes, no había que ser muy inteligente para darse cuenta que algo no me estaban contando y que el caso era más grave de lo que pensaba.
Pasó alrededor de media hora donde permanecí en la sala de espera por resultados, un médico salió acercándose a los Baker y no dudé en acercarme.
—¿Cómo está doctor? ¿Están bien?
«¿Están?» fruncí el ceño sin comprender «¿Había alguien más con ella?»
—La paciente se encuentra estable, afortunadamente pudimos evitar un aborto espontáneo... —dejé de escuchar quedándome helado con lo que acababa de decir. «¿Aborto? ¿A caso Faith estaba embarazada?» —el ataque de pánico provocó las síntomas, es recomendable que la paciente no sea expuesta a noticias fuertes que le causen estrés en demasía.
—¿Ella está embarazada? —fue lo que salió de mi boca y por la reacción de los demás supe que se habían olvidado de mi presencia.
—Si, tiene aproximadamente diez semanas de embarazo —empecé a hacer cuentas y todo apuntaba a una sola cosa. «No puede ser posible» Ella dijo que se estaba cuidando y...
¡Maldición! ¿Era por esto que no quería verme?
—¿Podemos verla, doctor?
—Si, dentro de un momento la trasladarán a una habitación y podrán entrar. Por favor, evítenle el estrés para que esto no vuelva a ocurrir.
Solo retrocedí y me dejé caer en la silla, clavé la mirada en mis zapatos y me llevé las manos entrelazadas en la cabeza. Sentí como se sentaban a mi lado, era su amiga.
—Ella no quería que lo supieras —alcancé a oír —el bebé es tuyo.
De eso no tenía dudas, la vez que me confirmó que estuvo con su exnovio es una fecha antes, lo que quiere decir que ya estaba embarazada cuando sucedió.
—¿Por qué no me lo dijo?
—No soy la indicada para decírtelo pero... —hizo una pausa tomando una larga respiración —no quería que pensaras que se embarazó a propósito.
Solté un bufido, no pensaba decírmelo. Me estaba negando el derecho a saber que vamos a tener un bebé. No sabía cómo tomar la noticia ni sabía que sentía al respecto.
Nunca pensaría eso de ella, por alguna razón confiaba en ella. A pesar de cómo habían sucedido las cosas no creía que fuera una mala mujer, era innegable que habíamos conectado de una forma especial.
Cuando miré que la pasaron inconsciente en una camilla frente a nosotros me di cuenta de lo que en verdad significaba esa mujer para mi. No era un simple gusto sexual, ella me gustaba más allá del sexo y eso era algo que sabía desde hace mucho, desde que decidí llevarla de vacaciones y complacerla en todo, de no importarme si me la follaba o no. Me bastó sólo tenerla en mis brazos y sentirla cerca.
Faith estaba equivocada en una cosa y yo también al negarme tanto a ello.
Me había enamorado.
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