Capítulo 17
Faith
Noah vino furioso hasta mi tomando mi brazo y jalándome hasta la casa, no tuve ninguna reacción, no tenía sentido negarlo cuando ellos creerían lo que querían.
—¡Noah, suéltala! —le pidió su prometida viniendo tras nosotros —Ella no es la única culpable, Jake era quien la tenía acorralada, no sabemos si...
—¡No la defiendas! Estoy harto de esta situación —entramos a la casa deteniéndose en la zona donde mis padres se levantaron confundidos al ver cómo mi hermano me traía, me soltó como si mi tacto le quemara —pregúntenle a su hija qué estaba haciendo
Lauren apareció con Jake atrás, este último pidiéndole que lo perdonara que había sido mi culpa. Me mantuve erguida mirando a las dos personas frente a mí que pasaban sus ojos de Jake a mi, seguramente cuestionándose si hija había sido capaz de volver a hacer lo mismo.
—Hizo lo mismo otra vez papá —lloró señalándome —¿Por qué te empeñas tanto en querer quitarme a mi esposo? ¿No ves que está casado conmigo? ¡Basta, estoy cansada de que seas una puta ofrecida!
Mis padres voltearon a verme con la mirada decepcionada y otra vez hicieron que me sintiera así con ellos, negué con mi cabeza mientras mi pecho se oprimía de dolor.
—¿Cómo los encontraron preguntó mi padre?
—La tenía recargada sobre una palmera, estaban a punto de besarse —dijo mi hermana y mi Noah lo confirmó.
—Esto es el colmo, Faith, ¿qué es lo que está mal contigo? ¿Qué mierda de mujer eres?
—Thomas —mamá trató de calmarlo
—Thomas nada. No reconozco a mi propia hija, no te eduqué así. ¿Cómo le puedes hacer esto a tu hermana? ¡Está embarazada, Faith!
—Y otra vez comenzarán con lo mismo, nunca me preguntarán qué fue lo que sucedió y sinceramente esta vez ni me molestaré en decirles ni explicarles nada. Si quieren saber lo que verdaderamente ocurrió miren las cámaras de seguridad, estábamos frente a una.
Vi a Jake palidecer, a mi padre enmudecer y a mi mamá afirmar que irían a verla, que esta vez confiaría en mi. Lástima que ya no me conmoviera su gesto, el error lo habían cometido hace cinco años. Subí a mi habitación escuchando llamados diciéndome que no huyera de nuevo y enfrentara las cosas, pero yo no tenía ánimo de seguir escuchándolos.
Cerré la puerta y me apresuré a buscar mi celular para desactivar el modo avión, con mis manos temblando seleccioné su contacto y llevé el aparato a mi oreja.
Uno, dos, tres y contestó.
—Te escucho —su profunda voz consiguió calmarme
—¿Puedes venir por mi, por favor? Necesito que me saques de este lugar, Mattew.
—¿Donde estás?
—Te estoy mandando la ubicación —rápidamente comencé a teclear mandándole el dato.
—Tienes tanta suerte que esté por la costa, en media hora estaré ahí. Ahora mismo ordeno que preparen el helicóptero.
La llamada se cortó, guardé el móvil en la bolsa del pequeño short que vestía, recogí mi ropa metiéndola a la maleta lo más rápido que pude, a este punto no pude seguir conteniendo las lágrimas.
Mi vida era una completa mierda.
Di vueltas por la habitación sintiéndome impaciente, una discusión se escuchó abajo y la algarabía de mi hermana chillando con que lo soltara, quizá ya habían visto las cámaras desde todos los ángulos.
Recibí el mensaje de Mattew diciendo que estaba a cinco minutos. Tomé la maleta para abrir la puerta y jalarla escaleras abajo donde se estaba dando un show de ring, mi hermano golpeando a Jake, seguido de papá.
—Faith, hija... ¿a dónde vas? —mamá se apresuró a mi encuentro.
—Venir aquí ha sido un error, arruiné sus vacaciones y está claro que aún no pueden perdonarme, no me tienen confianza y soy como una extraña —las aspas del helicóptero se empezaron a escuchar y yo me apresuré a la salida sintiendo los pasos de mi familia tras de mi.
—¿A dónde vas, Faith?
—Hija, espera
No me detuve, seguí caminando a la pista donde el helicóptero aterrizaba y Mattew saltaba de él, mi corazón se aceleró al verlo caminando hacia mi.
—¡Faith! —papá tomó mi brazo deteniéndome pero en un brusco movimiento me solté de su agarre.
—¡Faith, nada! Ya no quiero escucharlos, ustedes nunca lo han hecho conmigo por lo que no tengo un motivo para escuchar sus absurdas palabras. Siempre me juzgaron sin saber mi versión, creyeron ciegamente en su otra hija, intenté tantas veces hablar con ustedes y lo único que recibí fueron insultos.
Mattew tomó mi maleta de mis manos y se la pasó a uno de los hombres que venían con él, vi los rostros llenos de confusión en mi familia, seguramente teniendo pensamientos sobre mí que esta vez si eran acertados.
—¡¿Saben qué pasó esa maldita noche?! —les grité a mis padres —¡Me drogaron! ¡No sé qué pasó conmigo porque no lo recuerdo!
Vi el dolor reflejarse en sus rostros, los cuales no querían seguir viendo, tomé la mano que Mattew me extendía y caminé a su lado, me ayudó a subir al helicóptero y me dieron los accesorios necesarios para el vuelo.
Mi mirada se perdió en el azul del mar, al menos esta vez no me tendrían como la puta qué quería arrebatarle el marido a su hermana y desbaratar su felicidad. Pero me enojaba que de no ser por las cámaras de seguridad probablemente estaría siendo desterrada de la familia.
El helicóptero comenzó a descender hacia una pista privada en una bonita mansión, me ayudó a bajar y manteniendo la mano en mi cintura me guió hasta el interior de la mansión, me ofreció algo de beber a lo que me negué. En este momento no se me apetecía nada, sólo quería dejar de pensar y eso era casi imposible.
—Gracias —murmuré cuando se sentó a mi lado y me miraba con curiosidad.
—Puedes agradecérmelo más tarde —me guiñó un ojo y yo sólo atiné a sonreírle —aunque me gustaría saber tu apuro por salir del paraíso de los Petterson.
Mi sonrisa fue reemplazada por una mueca. Hablar del tema con otra persona no era algo que me gustara hacer, pero con él extrañamente me sentía en confianza.
—Me encontraron con el marido de mi hermana —alzó sus cejas pero no dijo nada —me acorraló en un coco y mis hermanos llegaron y se hicieron sus propias ideas, me llevaron con papá y me acusaron de ser una zorra que se acuesta con los maridos de otras mujeres —solté una pequeña risita volteando a verlo —y eso es cierto, pero sólo lo he hecho con un solo hombre.
—¿Es así? —me devolvió la sonrisa. —¿Qué fue lo que realmente sucedió, Faith?
—Es una historia larga, no sé si cuenta con el tiempo suficiente, jefe.
—El resto de la tarde, así que continúa —hizo un movimiento con las manos.
—Hace un poco más de cinco años con mis amigos salimos a celebrar que ya nos habíamos graduado, todo en mi vida iba perfecto, era la vicepresidenta de la empresa de mi padre, me había esforzado tanto para ganarme ese puesto, trabajaba y estudiaba, vivía completamente ocupada por lo que había desistido de tener pareja, no quería distracciones que me impidieran alcanzar mis objetivos.
»Esa noche la estábamos pasando bien, Rebecca, George y Jake, el marido de mi hermana y en ese entonces, un gran amigo. Éramos bastante cercanos, lo poco que recuerdo es que estábamos bebiendo, él estaba alejado de nosotros conversando con otras chicas en la barra, yo estaba en la pista bailando junto con Becca y su novio —me llevé la mano a la cabeza sintiendo esa punzada de dolor de nuevo —momentos después Jake se acercó con una copa en su mano, la bebí y después de eso me mareé, más de lo normal y luego sólo sé que desperté en una cama completamente desnudo con él a mi lado y a mi hermana lanzándoseme encima, gritando insultos y sacándome del apartamento de su marido. Yo no estaba bien, seguía mareada, la vista la tenía empañada y cómo pude llamé a mi amiga para que fuera a recogerme.
»Rebecca estaba asustada por mi estado, me llevó a la clínica donde me realizaron algunos estudios que arrojaron aún permanecía bajo efectos de la droga, estaba en shock, jamás había consumido esa porquería y ni por muy ebria que estuviera lo hubiese hecho —para este punto algunas lágrimas se habían resbalado por mi mejilla, sorbí mi nariz y rehuí del contacto visual —le conté a Rebecca lo sucedido en el apartamento de mi hermana, ella pidió que me revisaran para saber si hubo contacto sexual pero me negué a saber el resultado, los señores Baker estuvieron ahí, me llevaron a su casa porque yo no tenía el valor de ir a la mía, tenía miedo de la reacción de mis padres y de que no creyeran en mis palabras.
—Mírame, Faith —pidió alcanzando mi mentón para buscar mis ojos y con sus pulgares limpiar mis lágrimas —Lo que sea qué pasó, no fue tu culpa, es claro que alguien controló tu cuerpo a su voluntad.
—Lo sé, pero aún es difícil para mi —sorbí mi nariz —¿Sabes? El tiempo que estuve con los Baker me atormenté con lo que dirían mis padres, debatiéndome si me creerían o no —solté una risa amarga —y a la final ni siquiera me dieron la oportunidad de hablar, mi padre me quitó el cargo de la empresa como castigo, me dijeron palabras hirientes que jamás voy a olvidar, mi hermana se encargó de difamarme en todos los medios, viví una pesadilla con los reporteros y en las noches no encontraba paz queriendo recordar lo que sucedió.
Él me atrajo hacia su cuerpo envolviéndome en sus brazos, me aferré a su pecho dejándome ser débil y permitirme derramar las lágrimas que me causaba recodar lo sucedido, el dolor que mi familia volvió a causarme y el hecho de pensar en que mi hermana pudo estar involucrada en todo esto.
—¿Recuerdas la fecha de ese día? —preguntó luego de unos minutos
—Jamás la olvidaré
—Perfecto, ¿y quieres saber lo que sucedió?
Me aparté de su pecho para poder mirarlo dudoso sin saber a qué se estaba refiriendo.
—Si tú lo deseas puedo investigar qué sucedió, tengo el poder y los contactos necesarios para volver a ese día. Sólo necesito tu consentimiento y tu colaboración al brindarme los nombres de los sitios y las fechas.
Limpié mis lágrimas con la esperanza resurgiendo en mi ser, sintiéndome preparada para enfrentar lo que me atormentaba y poder demostrar mi inocencia. Porque si de algo estaba segura es que era inocente.
—¿Harías eso por mi? —pregunté en un hilo de voz
—Haría lo que fuera por ti, Faith —me lancé a sus labios conmocionada con todo, cerré mis ojos disfrutando del placer que me daban sus labios y en la manera tan instantánea de corresponderme de la misma manera, su mano se aferraba a mi cintura y su lengua acariciaba la mía en un perfecto compás.
—Tengo mucho qué agradecerle esta noche, señor McConnell —murmuré contra su boca.
—Demasiado, y aún no olvido el asunto de tu noviecito —dijo con desdén apartándose de mi boca.
—¿Cuál? Porque a diferencia de ti, yo si estoy soltera.
Sonrió volviendo a unir nuestras bocas por unos minutos más, me moví hasta sentarme en sus piernas y profundizar más el beso, enredé mis manos en su cabello mientras las suyas apretaban mi trasero.
—Vamos arriba —dijo luego de un momento, yo sonreí con picardía y me apresuré a levantarme tomando su mano y dejándome guiar por él, abrió una puerta doble mostrándome una gigantesca y muy bonita habitación, toda la estancia olía a él por lo que deduje sería suya.
—¿Dónde quiere tomarme, Señor McConnell? Hay muchos sitios interesantes aquí —dije observando cada lugar e imaginando las posturas que podría hacer.
Su ronca voz me humedeció aún más, se acercó por mi espalda y me pegó a su pecho, tomó con su boca el lóbulo de mi oreja mordiéndolo suavemente logrando que jadeara su nombre.
—¿Empacaste muchos trajes de baño? —soltó mi oreja y descendió a mi cuello repartiendo besos húmedos hasta llegar a mi hombro y enterrar sus dientes ahí.
—Si, ¿por qué?
—Para que me los muestres, linda.
—¿En mi? —pregunté dándome una cachetada mental al recapacitar en la estupidez que había preguntaba.
Él rió.
—Por supuesto —dio un último beso antes de apartarse y caminar hasta su closet —pero antes deseo cenar en algún lugar de la ciudad.
—¿Podríamos hacerlo aquí? —pedí sintiéndome tímida y más cuando se volteó a verme con el ceño fruncido
—¿Por qué?
—Ando huyendo de la prensa —su expresión se relajó y asintió.
—Bajaré para ordenar que nos preparen algo —asentí viéndolo salir, solté un suspiro sintiéndome liviana.
Me di una ducha y me vestí con algo playero, un vestido por encima del traje de baño. Al bajar él se encontraba en el linving frente al televisor, se estaba transmitiendo un partido de béisbol y parecía bastante entretenido. Me senté sobre sus piernas, siendo recibida por su brazos y pequeño beso. Me gustaba sentirme así, tener atención sin tener que pedirla.
No lo distraje y sólo lo acompañé tratando de entender el juego, los deportes no eran de mi gusto pero tampoco me desagradaba verlos, sólo tendía a aburrirme.
—La cena está lista, señor —una de las empleadas llegó a avisar.
—Ahora vamos —contestó dejando de ver la pantalla para verme a mi y sonreírme, besó mis labios unos segundos antes de levantarme para ir al comedor, rodeó mi cintura y me pegó a su cuerpo.
Mi estómago rugió en cuanto sentí el olor de la comida, reí apartándome de él para sentarme al lado de la cabecera, no desaproveché ningún segundo para empezar a comer y llenar de energías mi debilitado cuerpo. Todo estaba tan delicioso que acabé con todo lo que había en mi plato.
—Me pregunto si te quedó espacio para el postre —comentó con un doble sentido que lo entendí a la perfección.
—Claro que si, de hecho con ese postre nunca me doy a basto.
—¿En serio? ¿Tanto te gusta?
—Como no tienes idea, cada que lo pruebo quiero más y más.
—Que interesante.
—Delicioso —me levanté dispuesta a marcharme del lugar —te estaré esperando en la piscina.
Caminé sintiendo su mirada en mi espalda, una que me hacía sentir desnuda aún cuando estaba vestida. Me senté en una de las tumbonas, sacando mi móvil para llamar a mi amiga, odiaba estar tan distanciada de ella.
—Hola —contestó al otro lado de la línea.
—Hola —musité tímida —¿cómo estás?
—Mejor que tú, eso es seguro —su tono de voz sonaba distante.
—¿Sigues enojada conmigo? —pregunté temerosa de oír su respuesta.
—No es que esté molesta, Faith, pero lo que estás haciendo no está bien, saldrás lastimada de esto, las relaciones que comienzan mal terminan de la misma manera. No quiero volver a verte rota, suficiente has tenido con todo lo que ha pasado en tu vida como para sumarle más. Si, me enojó que me mintieras, pero entendí que es tu vida y no le debes explicaciones a nadie. Sólo espero que seas consciente de lo qué haces, que a nadie dalas más que a ti misma.
—Lo sé, pero no puedo dejarlo, cuando sopeso la idea ligeramente la descarto.
—Soltaste a uno para aferrarte a otro, necesitas terapia, Faith. Esto no está bien, debes aprender a estar sola, aprender a amar sin dependencias.
Ella tenía toda la razón, pero me faltaba fuerza de voluntad para hacerlo, al final no era tan fuerte como quería creerlo.
—Voy a buscar ayuda —solté —porque realmente la necesito, estoy mal Rebecca, logré recordar un poquito de lo sucedido esa noche.
Por un momento hubo silencio al otro lado de la línea, sólo podía escuchar su respiración.
—¿Qué tanto?
Le relaté lo sucedido con Jake y mi familia en la isla sin omitir ningún detalle, también en que me había decido por buscar la verdad, ya no podía seguir evitando lo que sucedió ni permitir que me siguieran señalando como lo peor.
También le comenté que Mattew me apoyaría, no pareció agradarle mucho la idea pero tampoco se opuso, lo cual agradecí. También le conté lo sucedido con Aiden y cómo estaba afectándome todo, Rebecca era como mi psicóloga, me escuchaba, me daba consejos y me decía la verdad, era directa y jamás se guardaba nada.
Cuando terminé la llamada lo miré a él recargando sobre el marco de la entrada a la casa, estaba serio mirando a la nada, su cuerpo tenso, muy diferente a cómo estaba hasta hace unos momentos.
Me levanté de la tumbona yendo hacia él y abrazarme de su torso descubierto, vestía sólo una bermuda. Dejé un pequeño beso al lado de su corazón y voltee a verlo.
—¿Qué te sucede?
Me miró haciendo una mueca.
—Demasiadas cosas, quiero huir de ellas pero parece que me persiguen a donde quiera que vaya.
—Eso suena bastante mal.
—Ven —me jaló hacia la orilla de la piscina —tu compañía es tan agradable, me relajas.
Nos sentamos con los pies sumergidos en el agua, yo permanecía en mi bañador preparada para entrar al agua y nadar un poco, eso ayudaba a relajarme y que la cabeza se me enfriara un poco.
—Tú tienes el mismo efecto en mi —sonreí recostándome sobre su brazo y agitando mis piernas en el agua.
—Pero aún así te irás.
—Tengo que hacerlo, es mi futuro.
—Lo entiendo, tu plan de negocios es excelente, no veo inconvenientes para que no logres todo lo planeado.
—Lo he estado pensando y aceleraré el proceso de lanzamiento, he contactado nuevos diseñadores y lo que están preparando es más atrevido y sensual, los aromas también lo son, si gustas puedo llevarte unas muestras.
—¿Por qué quieres adelantarlo?
—Debo aprovechar todo este escándalo, mucha gente a comenzado a seguirme en redes sociales, la prensa está detrás de mi, es el momento ideal.
—¿No harás pública tu rompimiento con el actor? —su voz sonaba un poco molesta cada que hacía referencia a Aiden.
—Aún no, como te lo dije, voy a sacar provecho de toda esta situación. Será como publicidad gratis.
—Piensas en todo.
—Eso trato. ¿Me dirás alguna de esas cosas que te atormentan?
Su cuerpo se tensó, por largos minutos no dijo nada y descarté el que fuera a decirme algo. Mattew era demasiado reservado y era lógico que no me tuviera tanta confianza, aún cuando yo si la tenía en él.
Pero él era muchas cosas, era impredecible y sinceramente me sorprendió que hablara.
—Llevo mucho tiempo solicitando el divorcio a Giorgia y ella se niega a hacerlo, he perdido la cuenta de las veces que se le ha hecho llegar la demanda y jamás la firma. Ayer le llegó otra y me ha llamado para chantajearme con divulgar algunas cosas si sigo insistiendo con el divorcio.
—¿Qué cosas?
—Algunos secretos de mi familia que si llegan a oídos de la prensa nos destruiría.
—¿Tan graves son? —me sorprendí
—Si y en realidad no sé qué hacer —se llevó la mano a su sien, masajeando como si su cabeza doliera, quizá así lo era —ya no quiero seguir atado a ella, Faith, quiero que de una vez por todas salga de mi vida.
—¿Puedo preguntar por qué has llegado a aborrecerla?
—No sé cómo ni cuándo llegué a ese punto, ella ha dicho muchas cosas de mi, haciéndose la mártir de tener un esposo egoísta y que toda su carrera luchó por ello para lograr sus sueños. Cuando no fue así, si bien nunca quise que se fuera tan lejos por tanto tiempo nunca le impuse nada, le tenía mucho cariño y quería formar una familia con ella pero cuando me dijo que jamás arruinaría su carrera con un embarazo decidí que sino compartíamos los mismos deseos lo mejor sería tomar cada quien su camino.
»Pero como sabrás me metí a la política y mi padre indicó que no sería bueno para mi campaña un divorcio. Ella nunca estuvo a mi lado, volvió hasta que no tenía una carrera, cuando las agencias preferían tener a mujeres más jóvenes. De lo contrario seguiría fuera del país creando escándalos y metiéndose con el que mejor le conviniera.
—Estoy lejos de ser el mejor esposo pero de verdad quería intentar hacerlo bien con ella —terminó de decir, y yo me quedé sin palabras enmudeciéndome al escucharlo abrirse a mi.
—Supongo que tendrás que seguir con ella —dije después de un largo rato.
—Si, supongo.
Me deslicé al agua y tomé su mano animándolo a entrar, no se hizo mucho del rogar, nadamos un rato disfrutando del silencio y de nuestra cercanía, compartiendo un momento íntimo sin llegar a ser sexual y eso me gustaba.
—¿Y si te tomas esas vacaciones que te debes? —pregunté de repente
—Sólo si me acompañas —murmuró viniendo a mi y tomándome en sus brazos.
—¿Quieres que lo haga?
—Si
—Me vendría bien antes de sumergirme por completo en el trabajo. ¿Algún lugar en mente?
—Un fin de semana en Bora Bora, ¿qué dices, vienes conmigo? —preguntó rozando nuestros labios.
—Claro que si.
______________
No me aguanté hasta el jueves, amoo esta novela y ansío que puedan leerla completa 🫶🏻
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