Tony entró a su casa listo para preparar un gran desayuno para su mejor amigo.

Odiaba admitirlo, pero se había divertido bastante con Steve. Su primera impresión de él no había cambiado mucho: aún creía que era un completo patán que no cree en ser fiel a la persona que ama, pero como amigo parecía ser alguien que valía la pena. Al menos era divertido.

Puso una playlist alegre para bailar y cantar mientras cocinaba. El desayuno era su comida favorita y prepararlo nunca fallaba en ponerlo de buen humor.

Su pequeña presentación en vivo de Black on Black de AC/DC fue interrumpida por su mejor amigo, quien tocó el timbre de la casa. Corrió para recibirlo, y en cuanto abrió la puerta no pudo evitar saltar de emoción para envolver al otro chico en un fuerte abrazo.

—¡Loki! Me alegra tanto que hayas venido.

El recién llegado le miró raro por instinto.

—Hola cielito, ¿por qué estás tan feliz? —recibió una mirada llena de confusión de parte del castaño, y completó—: Lo cual es maravilloso, pero me marcaste diciendo que Thor te había dejado plantado.

Tony frunció el ceño.

—Tienes razón. Creo que ya se me pasó.

El castaño lo invitó a pasar hasta la cocina donde ya se encontraban varios platos con comida en la mesa, produciendo una gran felicidad en el azabache, quien tomó asiento, encontrando un plato con cubiertos listos.

—No sabía que esperábamos a toda tu familia. ¡Esto es muchísimo!

Tony se sonrojó desde la entrada de la cocina al escuchar eso. Tal vez sí se había excedido un poco, pero podría ponerle algo para llevar e incluso llevarle algo a Thor.

—Supongo que estaba tan emocionado que no me di cuenta...

Las facciones de Loki se suavizaron.

—¿Hace cuánto que no cocinas por las mañanas para alguien más?

El más bajo se encogió de hombros, aún parado en la puerta de la cocina.

—A veces le llevo el desayuno a Thor.

—Lamento haber dejado de visitarte frecuentemente —Loki lo miró con sus ojos turquesa llenos de culpa.

Tony sonrió levemente.

—No tienes que disculparte, me alegra que te esté yendo muy bien con tu estudio de tatuajes —se encogió de hombros.

—No es excusa para no ver mi pequeño Tones.

El nombrado rió ante el apodo que no escuchaba desde la universidad. Se sentó junto a él en la mesa, listo para servirse un plato con fruta y yogur.

Ambos estaban comiendo mientras se ponían al día con sus vidas, justo cuando Loki recordó el motivo por el que había venido en un principio. No quería hacerlo, pero sabía que tenía que preguntar.

—¿Entonces qué pasó anoche?

Tony lo miró con sus ojos marrones llenos de confusión, luego se abrieron más al entender la pregunta.

—Pues Thor me invitó a salir al bar donde nos conocimos, pero ya sabes... —rodó los ojos, llevándose otro bocado de fruta a la boca—. Trabajo.

—Lo siento tanto. Es un tonto por dejarte plantado...

Tony sonrió, negando con su cabeza.

—No, fue por trabajo, no puedo enojarme con él por eso.

—Me sorprendes. Yo estaría cortando sus camisas en este instante.

—Admito que sí estaba molesto, pero Steve me alegró mucho esta mañana —contestó entre risas por el comentario de su amigo, quien lo miró sorprendido al escuchar un nombre desconocido.

—¿Steve?

—Un sujeto que coqueteó conmigo anoche.

Loki se atragantó con un pedazo de carne y su amigo le extendió un vaso con jugo lo más rápido que pudo. Tardó un par de segundos en normalizar su respiración, y cuando lo hizo, le envió al castaño una mirada de asombro e incredulidad.

—¿Engañaste a Thor? —preguntó Loki, sorprendido.

—Claro que no —rió.

—¿Y cómo es que eso te alegró?

Con eso, Tony procedió a contarle a su mejor amigo cómo se había encontrado con Steve en el supermercado esta mañana y todo de lo que habían hablado, incluyendo que pasó de pensar que era un ser despreciable, a creer que era una persona agradable.

—Aunque sus chistes son pésimos.

—No lo sé, Tony —comenzó Loki—, no creo que sea buena idea salir con un sujeto que claramente quiere acostarse contigo...

Tony bufó.

—No pasará nada mientras que yo no quiera.

—Pero ¿qué pasará si llegas a querer?

El castaño se volvió a reír sonoramente. De ninguna manera querría serle infiel a Thor; lo amaba demasiado como para hacerle eso.

—Eso no pasará, y tampoco es como que vaya a volver a verlo. Fue una coincidencia que estuviera ahí esta mañana.

—Como tú digas, Tony.

El castaño no quiso continuar hablando de eso, por lo que mejor cambió de tema a algo que seguro distraería a su amigo.

—¿Cómo va todo con Sigyn?

Loki se llenó de sorpresa ante la pregunta, pero luego fue remplazada con una gran sonrisa.

—Excelente.

Tony se quedó mirándolo esperando que continuara, pero cuando no lo hizo, decidió insistir.

—¿Qué tal va su tienda de ropa?

—Muy bien. Ella y sus amigas en serio lo están haciendo de maravilla.

Sonrió complacido por obtener más palabras de su amigo, pero aún quería saber más.

—Hace mucho que no hablo con ella —Tony comenzó a recoger sus platos para lavarlos, sin dejar de tomar atención a su invitado—. Quizás la visite a la tienda, necesito un regalo para mis hermanos.

Loki tosió.

—Seguro que le encantará. Cuando lo quieras hacer, dime y vamos juntos.

—Pues tenía pensado llevarle algo de comida a Thor ahora, pero creo que mejor vamos a la tienda.

—Tonterías —ayudó a su amigo a recoger la mesa—, él en serio agradecería por tu desayuno. Podemos ir otro día.

Se mordió el labio pensando. Hace tiempo que no iba a la oficina. También extrañaba a Rhodey, así que sería matar dos pájaros de un tiro. 

Al final terminó por hacerle caso. Guardó algo de la comida que había sobrado del desayuno en recipientes y lo colocó en una linda bolsa térmica.

Seguro Thor se alegraría mucho al verlo.