24. Al fin.
—Sigyn, no es lo que tú crees —habló Tony, siendo el primero en atreverse a decir alguna palabra—. Eso pasó mucho antes de que ustedes se conocieran, incluso antes de que yo conociera a Thor.
—Y aún así te pintó a ti en vez de a mí —la rubia agachó la mirada con tristeza—. Lamento haberte pegado, sé que tú no eres el culpable aquí.
Sigyn le dedicó una última mirada llena de rencor a Loki antes de propinarle una cachetada aún más fuerte que la que recibió Tony. Luego se fue del lugar con su amiga, siguiéndola de cerca, diciendo palabras de aliento y orgullo por la forma de salir del lugar.
Loki estuvo a punto de ir tras ella para darle una explicación, pero fue detenido por Thor, quien con toda su ira acumulada le dio un puñetazo tan fuerte que lo mandó directo al piso. De forma inmediata alertó a los otros dos hombres que seguían en la sala.
—¡Thor, detente! —gritó Tony interponiéndose entre ambos hombres—. ¡Ya escuchaste! ¡Solo pasó una vez y fue mucho antes de que entraras a mi vida! ¡No significó nada para ninguno de los dos!
Rhodey se disculpó antes de salir de la habitación con prisa, diciendo que debía darles privacidad, pero no se fue lejos; se quedó en la entrada de esa sección para evitar que cualquier persona entrase para ver la incómoda escena. Estaba listo para intervenir si las cosas se ponían más feas.
—¿Y por qué te pintó si no significó nada para él? —preguntó Thor, furioso. Deseaba volver a conectar su puño con el rostro de Loki (donde lo había querido por mucho tiempo).
—Justo por esto... —contestó el azabache, levantándose del suelo. Tenía la boca teñida de rojo por la sangre que había salido del golpe—. Quería provocarte. Que Tony viera la bestia que eres.
Tony lo miró confundido.
—¿Qué demonios, Loki?
—Pregúntale qué hacía en mi casa —Loki miraba con odio al rubio—, porque fue algo bastante parecido a lo que ocurrió aquí.
Ahora fue el turno de Thor de recibir la mirada marrón de su esposo llena de confusión y tristeza, pero por sobre todo, de decepción.
—¿Fuiste a golpear a mi mejor amigo? —Tony se acercó a su pareja con los brazos cruzados y la voz temblorosa—. ¿Fue acaso por celos?
—¡Algo mucho mejor todavía! —gritó Loki de nuevo como loco al ver que el interrogado no planeaba responder en su defensa—. Fue porque vi algo que él no quería.
Tony colocó su mano sobre el pecho de su esposo y lo vio directo a los ojos, antes de hacer esa pregunta que le comía desde adentro:
—¿Qué vio?
Thor miró los ojos marrones llenos de lágrimas de su esposo, y supo más que nunca que había metido la pata hasta el fondo. También sabía que después de esto no habría vuelta atrás. Tendría mucha suerte si el castaño le dirigiera siquiera una mirada.
El ambiente se llenó de silencio, mezclado con todas las emociones que flotaban en el aire: enojo, tristeza, decepción y alegría de parte de Loki.
—Su nombre es Brunnhilde —habló finalmente el hombre—, la conocí hace como un año. La vi cantando en un bar y yo... quedé prendado de ella. Tomamos una cerveza cuando terminó su turno y al final de esa noche fuimos a su departamento.
» Me sentí terrible toda esa semana porque no podía dejar de pensar que acababa de arruinar lo mejor que me había pasado en la vida, pero por algún motivo, regresé cada fin de semana y la historia se repitió una y otra vez. —Estiró su mano para acariciar el cabello de Tony, pero éste se apartó de golpe. Lágrimas caían sin control de sus ojos.
—¿Ella sabe que estás casado? —preguntó Tony con dolor. No sabía si eso ayudaba, pero quería saber.
Thor se tomó su tiempo, pero finalmente asintió.
—Dile dónde te encontré, cabrón —ordenó con fuerza Loki.
—Loki... —Se giró para ver a su mejor amigo con cansancio—, en este momento no te quiero ver. Por favor, ve a arreglar las cosas con Sigyn.
—Tony, no te voy a dejar...
—¡No te quiero aquí, por favor! —gritó Tony, molesto.
—¡Yo no soy el malo aquí! —Solo recibió una mirada suplicante y éste se fue enojado con la cabeza gacha, pateando algunas cosas en su camino.
Cuando por fin estuvieron solos, se volvieron a ver mutuamente. Thor aún mantenía un poco de su compostura, mientras que Tony se veía completamente roto. El rubio de nuevo intentó tocarlo, pero el más bajo se alejaba de su toque como si este le quemara.
—¿Qué es lo que Loki tanto quiere que digas? —Sonaba completamente derrotado—. ¿Qué puede ser aún más importante?
—Me vio salir de una tienda de ropa de bebé... —También se empezaron a formar lágrimas en sus ojos—. Voy a ser papá.
Para su sorpresa, Tony comenzó a reír. Al principio solo un poco, pero después fue de forma descontrolada. Le costaba creer lo irónica que era la situación.
—Y pensar que pasé todo este tiempo esperando que quisieras adoptar un bebé —sonrió con amargura—, ahora resulta que tendrás uno sin mí.
—Puedes ser su otro papá. Unos días estará con su madre, y el resto con nosotros —Quiso razonar, pero no llegaba a ningún lugar—. Será lo que siempre quisiste.
Tony negó. El enojo se apoderaba de él, pero aún mantenía su sonrisa melancólica.
—Te aseguro que no es nada como lo que yo quería.
Thor dio un paso hacia adelante para poder acariciar el rostro del castaño, y le dedicó una mirada llena de cariño.
—Sé que es un poco diferente, pero sé que tú y yo podemos superar cualquier cosa juntos.
—No lo entiendes, siempre creí que se podía perdonar una infidelidad si aún había amor —se alejó un poco más de su todavía esposo—. Pero en este momento, no me siento precisamente amado.
—Tony, te amo...
Thor se volvió a acercar esta vez sin ser alejado, incluso logró rodear la cintura del otro con sus manos y se aseguró que lo viera directo a los ojos, para convencerlo de que era cierto lo que decía.
—¿Hubo otra persona además de... —Intentó recordar el nombre que había dicho Thor hace unos minutos—... ella?
Pudo ver la culpa atravesar los ojos azulados del hombre, y su labio tembloroso no ayudaba a engañarlo tampoco. Ya sabía la respuesta, y esta vez no necesitaba escucharla para estar seguro.
—Adiós, Thor.
Salió del lugar sin escuchar nada de lo que decía Thor para detenerlo, tampoco las preguntas de Rhodey sobre si se encontraba bien. En su lugar, tomó una última copa de champagne y salió del lugar con el corazón roto y algo de alcohol en su sistema, lo que hizo tomar una decisión que en su momento parecía la mejor.
Se subió a su auto, y antes de arrancar, hizo una rápida llamada a Natasha, pero después apagó su celular para evitar que cualquiera pudiera contactarlo. Condujo hasta el otro lado de la ciudad, al apartamento que sólo había visitado una vez antes en su vida.
No sabía qué decir o hacer, tampoco sabía lo que esperaba yendo a media noche. A este punto solo actuaba por instinto, y eso hizo cuando la puerta finalmente se abrió, mostrando a un apuesto rubio de ojos azulados sin camiseta.
—¿Tony? —preguntó Steve con los ojos entrecerrados. Seguramente estaba dormido cuando tocó a la puerta.
—Nunca he hecho nada como esto —le habló Tony con emoción.
—¿Hacer qué?
Pero Tony no respondió con palabras, solo se lanzó a los brazos de Steve y comenzó a besarle. El rubio lo recibió con gusto, tanto que lo levantó sin cuidado. Cuando sintió las piernas del castaño rodear su cadera, lo llevó hasta su habitación.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro