Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13. Realización.

Tony había pasado toda la tarde con Loki. Lo había visto pintar lo que parecía ser el parque que estaba cerca de sus casas —al cual iban seguido en su adolescencia a platicar—, pero su atención se centraba en los trazos de lo que parecía ser un cuerpo desnudo. Preguntó de quién se trataba, mientras que con su delgado dedo señalaba la libreta con los bosquejos que se encontraba oculta debajo de algunos materiales de pintura.

—Es Sigyn —contestó el azabache cuando le preguntó de quién se trataba—. Es una sorpresa, así que por favor, no le digas.

Tony estaba disfrutando su último día antes de volver a trabajar, y no se le ocurría alguien mejor que su mejor amigo para divertirse, aunque sólo conversaran mientras éste pintaba.

Tony siempre creyó que era curioso que un artista tan talentoso como Loki se dedicara a hacer tatuajes, pero como se veía tan feliz con su estudio, no le pareció apropiado decir nada. Recordaba cómo en la universidad, éste soñaba con tener sus pinturas exhibidas en alguna galería.

Thor prometió recogerlo cuando saliera del trabajo, pero como de costumbre ya llegaba tarde y Loki comenzaba a verse molesto. Claro que no le molestaría que Tony pasara incluso toda la noche en su departamento, pero le desagradaba lo impuntual que podía llegar a ser en cuanto se trataba de su esposo, y era peor porque no era la primera vez que eso pasaba.

Fue por eso que el castaño tuvo la tonta idea de mentirle a su mejor amigo y decirle que Thor ya lo estaba esperando a una calle de distancia. Loki, no muy convencido, dejó ir a Tony, lo cual tal vez nunca se enteraría que fue la peor idea, porque después de eso, caminó un par de cuadras hasta llegar a una calle bastante transitada para poder esperar.

"Loki tuvo que salir, así que te esperaré a un par de cuadras", y mandó el texto junto con su ubicación.

No tardó en recibir una respuesta por parte de su marido, diciendo que estaba por salir del trabajo y enseguida llegaría por él.

Tony esperaba que eso fuera verdad porque estaba comenzando a anochecer y no llevaba nada con qué abrigarse. Observó a su lado un señalamiento de tránsito y se recargó contra este para esperar un poco más cómodo.

Pronto ya había pasado una hora; el cielo se había oscurecido y las luces de la ciudad comenzaban a brillar más que las estrellas. Si no contaban el tremendo frío que hacía, esta sería una hermosa noche, lo cual solo motivaba a Tony para seguir esperando por Thor. Valdría la pena cuando ambos condujeran bajo el estrellado cielo, y si tenía suerte, estaría de buen humor para pasear juntos por las calles de la ciudad a pie.

La temperatura bajaba a cada minuto que transcurría. Tony ya había comenzado a frotar su manos y abrazarse a sí mismo con la esperanza de entrar un poco en calor.

Ya no podía regresar con Loki porque él sabría que había mentido y eso traería muchos problemas, en especial si le contaba a cualquiera de su familia. Podría entrar a alguna cafetería, pero no dejaba de decirse que su esposo llegaría en cualquier momento y quería estar listo para cuando pasara.

Luego apareció Steve asustándole al comienzo, donde le tendió su chaqueta y Tony había estado muy agradecido por eso, pero al final lo había hecho enojar, causando que lo dejara solo y con frío. Entre más se alejaba el rubio, se arrepentía más y más.

Sin darse cuenta, comenzó a llorar. Se odiaba por no saber qué causaba que las lágrimas cayeran por su rostro: por un lado tenía el hecho de que le había mentido a su mejor amigo, por su propia estupidez se estaba congelando y se exponía a peligros esperando solo de noche; y por el otro lado sabía que debía haber aceptado la oferta de Steve, y que tenía razón en haberlo llamado tonto, y aunque no le gustara admitirlo, la mirada que le dedicó el rubio le había dolido muchísimo.

Pero seguramente la principal causa era que quizás todos tenían razón y Thor no lo amaba tanto como él lo hacía.

Con manos temblorosas, presionó el nombre de su esposo en su lista de contactos para realizar la llamada. Sonaron apenas dos timbres y lo mandó a buzón de voz. Había desviado la llamada.

Seguramente está ocupado, algo importante debe haber surgido en el trabajo, comenzó a justificar Tony, pero con enojo negó con su cabeza. Lo había dejado esperando como tonto muchas veces, y ninguna excusa podía justificar que no tuviera la mínima decencia de enviar un texto para decir que no podía llegar o que llegaría tarde.

—¿Ocurre algo malo, cariño? —preguntó una voz dulce atrás suyo.

Tony secó sus lágrimas con el dorso de su mano antes de voltear, para poner su atención en la linda chica pelirroja de ojos marrones y piel blanca lechosa; estaba abrigada de pies a cabeza. Se veía como una persona agradable, y su tono de voz servía mucho para relajar a Tony.

—Creo que no le importo mucho a mi esposo —confesó con resignación.

La chica le dedicó una cálida sonrisa y se quitó la bufanda para colocarla alrededor del cuello del otro. Tal vez no era mucho, pero le brindaba algo de calor.

—Natasha Romanoff, vivo a la vuelta de la esquina —se presentó—. ¿Por qué no subimos a mi departamento y me cuentas más? —ofreció la chica tendiendo su mano. Tony dudaba en aceptar ya que, aunque se viera amable y fuera un poco más pequeña que él, no dejaba de ser una extraña—. Tengo chocolate caliente y soy excelente escuchando.

Con un mano temblorosa aceptó la de Nat y decidió correr el riesgo. No le serviría hablar con alguien que aún fuera parcial en cuanto a la historia de su matrimonio.

—Vamos, hace demasiado frío aquí afuera y me duele ver lo morado que estás.

Tony asintió y siguió a la chica por la calle. Siempre es lindo hacer nuevos amigos, aunque no dejaba de estar listo para marcar el número de emergencias por si resultaba ser una situación peligrosa.

Mientras tanto, a unas cuantas cuadras de distancia, se encontraba un rubio de ojos azules con la cabeza hecha un lío. Se sentía mal por haber dejado a Tony en la calle solo, pero también tenía el orgullo herido por haber sido rechazado de manera tan estúpida.

Ya ni siquiera consideraba en llamar a Bucky, pero tampoco estaba seguro si podría ir a su casa sin que la conciencia le remordiera por el resto de la noche.

Entonces pasó una patrulla de policía a toda velocidad en dirección a donde había dejado a Tony. Su corazón se hizo pesado en su pecho con todas las ideas que llegaban a su mente, y sin dudarlo, dio la vuelta para regresar a donde había dejado al castaño, sólo para encontrar la esquina vacía.

Siguieron llegando ideas aterradoras a su mente sobre lo que pudo haber ocurrido con el hermoso chico castaño. Su única esperanza era que el idiota de su esposo lo hubiera recogido, o que —aunque pensaba que esto era menos posible— se hubiera decidido a regresar por su propia cuenta a casa.

Steve marcó el número de Tony con miedo, pero la llamada fue desviada después del primer tono, haciendo que su preocupación aumentara más. Volvió a llamar sin éxito dos veces más, y finalmente obtuvo respuesta en su cuarto intento.

—¿Qué quieres, Steve? —contestó Tony molesto.

Steve sintió que por fin podía respirar de nuevo.

—¿Dónde demonios estás?

—Creí que no te importaba...

—Tony... —El rubio se frotó la sien con frustración, pero no dejaba de estar increíblemente aliviado.

—Estoy con una amiga. Después tomaré un taxi a casa.

—Si necesitas un aventón después... —se encontró a sí mismo ofreciendo, pero se detuvo, ya que le parecía que podría ser mucho interés por alguien que quería llevar a la cama, pero no le gustaba la idea del pequeño hombre subiendo con un desconocido a un taxi—. Llámame.

Hubo silencio del otro lado de la línea. También él había sido tomado desprevenido por la oferta, más que nada porque no hace mucho que lo había hecho enojar, pero ahora parecía ser que eso no había ocurrido.

Tony murmuró un suave:

—Gracias —y colgó.

Ya más calmado, Steve pudo ir a su departamento, pero no sin antes ver si Bucky seguía disponible por la noche.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro