Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

12. James 'Bucky' Barnes.

Por más que se había negado, no había forma de librarse de la cita a ciegas que su mamá había organizado. Aún no sabía cómo se veía, solo le había dicho su madre que estuviera en cierta cafetería del centro a las 6:00 p.m.

Llegó diez minutos tarde y se sorprendió un poco al ver a un castaño de cabello largo sentado de espaldas a él. Caminó demasiado lento en dirección al hombre, y vaya sorpresa que se llevó al verlo de frente: tenía el cabello largo y castaño, ojos azules, labios rosados y buena figura a pesar que era más pequeño que él.

Su cabello no se ve tan suave como el de Tony, pensó Steve antes de saludar al hombre delante de él. 

—Hola, soy Steve, mucho gusto.

Le saludó con un beso en la mejilla, que fue correspondido.

—James, me dicen Bucky. Eres más guapo de lo que dijo mi madre.

Steve sonrió coqueto. Sabía que era guapo, pero nunca está de más escuchar a los demás decirlo en voz alta.

—Gracias, tú también —se sentó en la silla frente al hombre—. Así que eres chef, ¿no?

—El mejor de la ciudad —sonrió con orgullo. El rubio sólo pudo regresar una sonrisa algo forzada—. Trabajo en La Terraza, ¿lo conoces?

—Todos lo hacen —respondió honestamente. 

Era el restaurante más de moda y ostentoso de la ciudad. La gente iba más por el estatus que ofrecía el establecimiento que por la comida. Steve odiaba ese lugar.

Ambos permanecieron unos minutos en silencio. El castaño esperó a que el otro dijera algo más respecto a su lugar de trabajo, mientras que Steve no quería mentir sobre la comida insípida que suponía era obra del hombre frente a él. No le parecía lo suficiente interesante.

—¿Y tú eres un abogado? —preguntó James como un intento de seguir con la conversación.

—Así es, trabajo en Clemmen's Co.

Los ojos de su acompañante parecieron brillar de emoción. Era el bufete de abogados con mayor renombre en la ciudad; era bien sabido que cualquiera de sus trabajadores podía ganar cualquier caso.

—Entonces debes ser un excelente abogado... e imagino que debes ganar bastante bien.

El comentario en sí sonaba bastante interesado, pero su expresión no coincidía con ella; se veía inocente de cierto modo.

—No tanto en realidad, hago muchos casos pro-bono —explicó.

—Y eres buena persona además. Qué interesante.

Luego de eso siguieron conversando. Bucky no era desagradable como Steve había pensado en un inicio, pero había algo que no le permitía disfrutar realmente la tarde con ese hombre. No parecía ser mala persona, pero tampoco daba la impresión de ser alguien bueno.

Los ojos de Tony son mucho más hermosos, volvió Steve a pensar sin querer mientras veía fijamente los orbes azules del otro.

—Me han dicho que tengo ojos hermosos —sonrió ampliamente al darse cuenta de la mirada del otro, y su sonrisa no es tan radiante—. Debo decir que no estaba seguro de venir hoy.

—Ya somos dos —mencionó Bucky—. Supongo que nadie va con emoción a una cita a ciegas.

Steve le dio la razón en eso.

—Quién sabe, tal vez la noche tenga un final feliz.

James sonrió muy satisfecho, entendiendo el doble sentido que implicaban las palabras de su acompañante. 

—Y pensar que mi madre esperaba que dejara de lado mi vida indecorosa esta noche —hizo comillas ante la forma en que su progenitora con frecuencia describía su vida. Steve estaba encantado con lo que escuchaba.

—Entonces no habrá problema si no despierto en tu cama a la mañana siguiente.

—O si no te vuelvo a llamar —completó el más bajo.

Steve sonrió con picardía. 

—Supongo que no estaría mal tener tu número por si enfrento una noche solitaria.

James soltó una pequeña risa y le dio su número, ya que ambos parecían tener un mismo interés en común y podrían sacarle provecho a aquello.

—¿Tu casa o la mía? —preguntó Steve, y luego de recibir una sonrisa coqueta, pidió la cuenta para que pudieran retirarse a disfrutar su noche.

—Te seguiré en mi auto —Bucky le guiñó el ojo para salir del restaurante.

Steve tardó un poco más en salir del restaurante, ya que había querido pasar al baño antes.

Estaba por entrar a su coche cuando vio a Bucky parado en la esquina con una expresión de tristeza y se rodeaba el torso con sus propios brazos para reunir algo de calor... Pero Bucky llevaba una chaqueta en el restaurante.

Se acercó para poder ver qué estaba mal, ya que el chico se veía hasta cierto punto perdido.

Entonces se dio cuenta que se trataba de Tony, y, sin pensar mucho, mandó un mensaje al número que Bucky le había dado para estar en contacto: dijo que se fuera a su casa porque había surgido algo importante.

Steve siguió acercándose hasta estar suficientemente cerca del castaño.

—¿Cuánto la hora? —preguntó de broma.

—¡¿Qué?! —preguntó Tony muy asustado, dándose la vuelta para ver bien al hombre. Steve rió al ver su expresión de susto, pero paró en cuanto notó que el castaño tenía las puntas de los dedos moradas al igual que sus labios.

—Mierda —se quitó el abrigo que llevaba puesto y se lo puso al otro alrededor de los hombros—, ¿qué haces afuera de noche sin algo para abrigarte? —lo regañó.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Tony confundido y sin saber si estaba bien aceptar el abrigo.

El rubio bufó.

—También tengo una vida. Salí a cenar con un amigo y te vi aquí parado temblando de frío.

—Estoy esperando a que mi esposo me recoja para ir a casa —miró su reloj—, solo que está un poco retrasado.

Steve frunció el ceño, recordando la noche en el bar, cuando observó a Tony esperar por su esposo más de una hora, y sintió su sangre hervir.

—¿Cuán retrasado? —preguntó, apretando la mandíbula.

—No lo sé, un poco —se acomodó mejor la chamarra y se encogió de hombros.

—Ya sé que para ti esperar no es difícil, dime cuánto —se acercó más con una pose muy imponente que hizo retroceder al castaño.

Tony se mordió los labios y agachó la vista con vergüenza.

—Casi una hora.

Steve soltó una bufido que parecía risa, cosa que molestó mucho al más bajo.

—¿Y por qué no has tomado un taxi?

Era una buena pregunta, pero la verdad es que Tony ni siquiera había considerado la idea, ya que significaría perderse un paseo en coche con Thor y no estaba dispuesto a eso.

—Porque no debe tardar en venir por mí —respondió obvio.

—Vamos, yo te llevo a tu casa —ofreció el rubio, pero el otro negó rotundamente—. ¿Por qué no?

—Porque dijo que vendría por mí y sé que lo hará —Tony se paró derecho para no mostrarse asustado frente al otro.

Steve se pasó una mano por la cara con frustración.

—Eres más tonto de lo que pensé.

—¿Disculpa? —preguntó Tony, furioso, al mismo tiempo que se quitaba la chamarra del otro hombre para devolverla, pero éste se negó a aceptarla—. No quiero nada tuyo.

—¡¿Y prefieres esperar aquí muriendo de frío por otra hora para ver si tu maridito viene por ti?! — gritó Steve lleno de frustración, asustando un poco al otro, quien no respondió—. ¡Bien por mí!

Tomó su abrigo de un tirón y caminó hasta su coche, dejando a Tony solo en la esquina, abrazándose a él mismo.

—¡Ultima oportunidad! —gritó Steve desde su auto en dirección al castaño, pero éste sólo agachó la cabeza y miró hacia el otro lado—. Como quieras —murmuró esto último para entrar en el vehículo y alejarse conduciendo.

Apretaba el volante con tanta fuerza que sus nudillos se veían blancos. Perdió una buena follada por querer ser buena persona, aunque tal vez aún podía llamar a Bucky.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro