Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10. Elevador.

Decir que Tony estaba molesto era poco, porque a pesar de haber intentado por todos los medios convencer a su esposo de que lo acompañara, igual tendría que ir solo a la fiesta de despedida de la familia de Evandro, y todo con la tonta excusa de que le cae pesada la comida "árabe" (como Thor insistía en llamarla a pesar de que lo hubieran corregido infinidad de veces).

—No debes comer nada, sólo tienes que estar ahí para que sepan que les deseas un buen viaje —le había insistido Tony con la esperanza de convencerlo.

A lo que recibió como respuesta:

—Que quieras que vaya no es lo mismo a que yo tenga que ir.

Eso fue lo último que dijo Thor para después abandonar el lugar con una sonrisa triunfante (que era proporcional al ceño fruncido de Tony).

Era por eso que se encontraba aún muy enojado frente a la puerta de la casa de su amigo, pero como la agradable persona que era, no podía permitirse arruinar el humor de la familia que está por emprender un viaje a su país natal.

Por suerte todo el enojo se fue cuando abrió la puerta y se encontró a un pequeño niño de seis años, con el cabello oscuro y la piel pálida que hacía mucho contraste con sus ojos pardos. En cuanto el niño reconoció a Tony, saltó a sus brazos con felicidad.

—¡Murat, ven aquí! —dijo Tony levantando al niño con completa naturalidad, y es que luego de convivir casi dos años con el niño, le había agarrado mucho cariño—. ¿Acaso no te han dicho nada sobre no abrir la puerta a extraños?

El niño rió, llevándose las manitas a su rostro.

—Mis papás están ocupados.

Y el niño no mentía. Cuando entró a la cocina con Murat aún en brazos, se encontró con la pareja demasiado ocupada con la comida como para notar su presencia. El hombre estaba cocinando y su esposa colocando todo en charolas y llevándolo al jardín trasero. Casi chocó con el anfitrión, lo cual hizo reír al pequeño niño.

—¡Tony! ¿Hace mucho que estás ahí? —preguntó Evandro, esquivándolo.

El mencionado bajó al niño y tomó otra bandeja con comida para ayudar a la mujer.

—De ser así, te hubiera ofrecido mi ayuda mucho antes —respondió, colocando lo que transportaba sobre una mesa que se veía bastante llena con comida. Ahora se preguntaba cuánta más estaría preparando Evandro.

—Eres un completo sol —besó su mejilla a modo de saludo y ambos regresaron a la cocina—. Adalet, ¿podrías alcanzarme el jengibre molido? —La nombrada sacó lo pedido de un estante algo alto y se lo pasó.

—¿Necesitas ayuda? —ofreció Tony al llegar a su lado, oliendo el delicioso estofado que estaba siendo preparado.

El hombre esparció un poco del polvo amarillento sobre la cacerola y después la tapó. Éste se volteó para atraer al castaño en un abrazo a modo de saludo, que fue bien recibido por el más pequeño.

—¡Ah, küçük adam! Gracias, pero por fin he terminado.

No pudo evitar pensar en las muchas bandejas con comida que estaban afuera. Según le había dicho el hombre, esto sería un evento pequeño, pero igual preguntó:

—¿Esperas a muchas personas?

Evandro rió y tomó a Tony por los hombros, guiándolo a la sala donde su hijo se encontraba coloreando en su cuaderno.

—Mi madre siempre me dijo que debo ofrecer comida abundante en exceso antes de un viaje para la buena suerte —le explicó, dejándose caer sobre el sillón con cansancio.

—¿Es una tradición turca? —preguntó curioso, al mismo tiempo que veía de reojo el dibujo del pequeño. Era lo que parecía ser un gato naranja.

—Yo más bien diría que es tradición de su madre. 

Evandro se incorporó en la habitación la mujer y le ofreció una galleta de avena a Tony, que la aceptó gustoso, al igual que el niño que abandonó su dibujo para pedirle una a su madre, permitiendo al castaño observar mejor el dibujo de un tigre.

Sonrió involuntariamente al imaginarse cómo sería su vida con un hijo, o mejor aún, con muchos de ellos. Aunque Thor lo negara, Tony sabía que ambos serían padres grandiosos. Solo esperaba que su esposo no tardara en pensar lo mismo.

El sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos y observó al niño correr a la puerta para contestar; por instinto, salió disparado detrás de él, dejando en la sala a Evandro, que se veía exhausto, y a su mujer que iba de regreso a la cocina. Cuando llegó a la puerta, esta ya se encontraba abierta. El niño estaba saltando a los brazos de la persona que se encontrara afuera lejos de su vista.

—En serio debo regañar a tus padres por dejar que abras la puerta a desconocidos —habló Tony acercándose a la entrada.

—Ya veo que siempre eres igual de aburrido —dijo el hombre que se encontraba afuera.

Tony maldijo bajito.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó Tony al rubio de ojos azules que la vida parecía insistir en meter en su vida.

Observó cómo el niño se dejaba cargar a gusto por él y cómo Steve se dejaba gustoso que el pequeño jugara con su cabello, por eso no le sorprendió tanto cuando respondió con total naturalidad:

—Soy amigo de la familia.

—¡Steve! —exclamó Adalet, acercándose a la puerta para ver qué ocurría. Despejó cualquier sospecha que pudiera tener de que el hombre le estuviera mintiendo.

Los cuatro caminaron a la sala para ver al hombre aún tirado sobre el sillón, pero al ver al rubio, se levantó con una sonrisa.

¡Uzun adam! Llegas temprano.

Steve bajó al niño, quien corrió de regreso a su dibujo —que ahora tenía un sombrero—. Quizás sea un circo, pensó rápido Tony con ternura.

—Y qué bueno que lo hice —mencionó, viendo a Tony.

—¿Se conocen? —preguntó Adalet, confundida.

—Algo así —se apresuró a contestar Steve—. Soy como el elevador de Tony —los dos turcos lo miraron confundidos, mientras que el castaño sonrió en anticipación, esperando el chiste que seguramente seguía a esa línea—, porque soy el amor de subida... por una noche.

Solamente Tony soltó una pequeña risa que hizo sonreír al rubio, mientras que los otros dos adultos lo miraron serio.

—¿Ya te separaste de Thor? —preguntó la mujer, haciendo que Steve frunciera el ceño.

El castaño no dejó de sonreír cuando contestó. 

—Steve sólo bromea —Negaba con la cabeza con una sonrisa brillante.

A Tony ya no parecía importarle tanto que Thor no hubiera venido.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro