🥀Final.
Apo miro a su ex pareja, tenía la mirada tan perdida que no vio cuando Mile lo tomó del brazo. Le giro el cuerpo y él solo pudo sentirse desconcertado. Volteando de nuevo y luego mirando a su alfa.
-Vámonos -dice, muy serio para su gusto.
El omega asiente, un escalofrío recorre su espina dorsal, los malos presentimientos aparecen, se marea y aferra el agarre al alfa.
-Estoy mareado -habla en voz baja.
-Tranquilo, apóyate en mi, aún podemos esperar un rato más -dice Mile, como la primera vez.
Apo asiente, mira de nueva cuenta al sitio donde debía estar su ex, pero este desapareció como el polvo en el viento, su corazón punzante le hace doler, de nuevo presiente algo que no quiere.
Respira hondo, desea calmarse y salir de allí, es lo único en que piensa. Los pasos resuenan en el aire vacío, alguien llega, Apo no levanta la mirada en ningún momento. Su lobo se asusta cuando Mile gruñe. Entrando en alerta.
-¿Estas bien? -su cuerpo tiembla, mierda, hace tanto tiempo que no tiene a Tong de frente, sin nada que les impida acercarse.
-S-Si, solo vete, -pide en un hilo de voz.
-Quería despedirme y me preocupé, no seas así– estira su mano, Apo retrocede. Chocando con el pecho de Mile
-Dijo, que te vayas- el pelirrojo utilizó su voz de mando.
-Que me lo diga él, no tu, imbecil, -farfullo el otro alfa.
Los dos se gruñian, con Apo entre medio de ellos. Haciéndose cada vez más pequeño del miedo. Él no quería esto, no quería más violencia, ¿Cuantas veces tenía que decirselos?.
-Basta, -alguno de los dos tenía que escucharlo, o los dos si es que eso era posible.
-No interfieras -se sorprendió al
descubrir de quien venía esa voz.
Mile veía rojo, los ojos de su lobo asustaban al más bajo. Naphat tomó el brazo del omega, alejando su cuerpo de ellos.
Build y Bible se armaron de valor para acercarse a los dos. Poniendo su mano en el pecho del alfa que tenían en frente, con la intensión de separarlos.
-Basta ya, estamos en un lugar público -reprochó Build.
-Si no piensan en Apo y el cachorro al menos piensen en eso -pidió Bible llenó de hartazgo.
Tong, que era sujetado por Bible, empujó a este, provocándole caer de mala manera sobre la pierna enyesada. Un gruñido de dolor salió de su garganta, Build empujó a ambos alfas, alejandolos a una distancia prudencial. Tanto él como Jeff corrieron a ver el estado de su alfa.
-Ya no te soporto, lo único que haces es molestar e interferir,-gruño Mile
-En tanto mi omega me tenga en su vida tendrás que soportarme -habló preparado para atacar.
-ES MI omega, lo reclamé cómo mío está mañana, —presumió mostrando los colmillos.
Tong quedó atónito, volteo rápido a ver en dirección a Apo, observando su cuello, Naphat por instinto abrazó más fuerte al omega mayor, impidiendo que el alfa se acerque. Le lanzó una mirada desafiante, no le permitiria hacer ninguna estupidez.
Mile tomó ventaja de esa distracción, viendo los pasos lentos del otro alfa, se abalanzó sobre él, desesperado por demostrarle quien es más fuerte.
Ambos lobos iniciaron una pelea violenta, ninguno estaba pensando con claridad, solo veían sus ganas de saldar esas cuentas pendientes que tenía el uno con el otro.
-¡BASTA!- Apo gritó, soltando al omega menor para acercarse a ellos, -¡DETENGANSE YA! LES GUSTE O NO LES GUSTE SON HERMANOS.
Eso era lo primero que se le ocurrió para detenerlos y era también la alternativa más peligrosa.
-Yo no tengo hermano, y menos a este idiota, -soltó Tong, alterado.
-Si lo tienes– murmuró Apo. —Es tu
mellizo, es el cachorro que nació después de ti, un minuto después. Es Mile
Rogó que la verdad funcionará, al menos para dejarlo en estado de shock. No pensó que Mile fuera a usar eso en su favor. El lobo pelirrojo se abalanzó de nueva cuenta sobre su igual, ambos eran animales del mismo color, ahora convertidos en el lobo que llevaban dentro.
—Mile ¡NO! —a esta altura Apo no sabia como detenerlos.
El resto de población a su alrededor no parecían interesados en detener la pelea, o mejor, estaban concentrados en registrar hasta el más mínimo detalle. Faltaba que llamasen a un canal de televisión. Build y Jeff estaban lo suficientemente asustados como para no arriesgar su suerte entre esos dos. Y menos permitirle a Bible que se arriesgará como estaba.
Naphat corrió hacia Apo, su única idea era protegerlo. Estábamos hablando de un omega embarazado frente a dos perros hambrientos. Claro que él era su prioridad.
-Hay que llamar a la policía, -sugirió, Build lo escuchó e hizo aquello, marcando al nueve once.
-Tienen que detenerse,-contestó. Todo este tiempo había evitado llegar a temas legales o medidas de fuerza mayor.
En este instante se veía en la obligación de hacerles entender por las malas que habían colmado su paciencia.
Se transformó en un hermoso lobo blanco, respiro profundo y corrió hacia esos dos lobos que se miraban a matar nuevamente.
-Te dijimos que no te metas omega, -ordenó Tong, ambos lobos empujaron al blanco, cuidando no ser muy bruscos.
Los tres volvieron a su forma humana, Tong y Mile tenían ya sangre en las narices, los labios y las cejas, producto de los golpes propinados mutuamente.
Tong golpeó el abdomen de Mile, este se dobló de dolor, quedando sin aire. Thakoonauttaya fue a darle otro golpe, cuando Mile tomó su brazo y le mordió el antebrazo, dejando una marca de dientes y sangre en la extremidad.
-Ya no los soporto más, -habló Apo sin saber que otra cosa hacer.
Se acercó una vez más, odiaba verlos así, le dolía ver como se herian cada vez más, quería correr a los brazos de su alfa y curar todas sus heridas, incluso había intentado ser bueno con Tong, ¿Todo para que? Estaban tan cegados que no lo verían a menos que...ellos mismos se obligarán a verlo.
La cuestión era simple, o ellos se batian a duelo hasta morir, moría uno o los dos, o... Apo se sacrificaba para hacerlos reaccionar y evitar una masacre.
Acaricio su vientre, suspiro profundo y camino, haciendo oídos sordos a todos. Soltandose del agarre de Naphat. Si ellos no querían verlo por las buenas lo verían por las malas.
-NO TE METAS.
Gritó uno de los alfas, empujando con fuerza el cuerpo del omega, Apo sujeto su vientre plano, resistiendo el impacto, quedando tendido en el suelo frío. Sangre roja brotó de su frente, y detrás de su cabeza. La mejilla izquierda le ardió, producto de tres marcas de garras. Su mirada se perdió en el cielo sobre él. Desvió los ojos cansados a un costado, mirando el asfalto gris. Los gritos de sus amigos, los gritos de los alfas que dejó entrar en su vida, incluso la sirena de la policía y quien sabe de cuantos vehículos más, todo sonaba como ecos distantes.
Nunca nadie se había enfrentado a una pelea como esa, un duelo de esos que solo sucedían en las manadas salvajes de los bosques. En esas historias antiguas de antes de la colonización humana. Por qué ellos no eran alfas normales, eran alfas salvajes, ni el amor pudo domesticar el animal puro que dormía en ellos.
Este capítulo es tan doloroso, quiero llorar. )':
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