Treinta
Jennie abrió los ojos con pesadez, parpadeando para acostumbrarse a la persistente luz del día. Se vio a sí misma sujetando la mano de Lisa, que no dejaba de abrazar su cintura. Sonrió y movió un poco el cuerpo, quedando frente a la alfa.
―Perdón por lo de ayer... ―murmuró en voz baja. Dándole caricias en el rostro.― Me porté mal, no debí hacerte eso.
Delineó la mandíbula con uno de sus dígitos, plantando un suave beso en los labios.
―Tampoco debí asustarte, lo siento. ―susurró una Lisa apenas despierta.
Jennie ensanchó su sonrisa, feliz de oír su respuesta.
―Ya no importa, entiendo que te preocupas por mi, y también se que ser buena con Jisoo no esta resolviendo nada. ―no podía negar que le molestaba no hacer las cosas como quería.
―Las dos tenemos un buen punto bebé, comprendo que ser brusca tampoco es una respuesta, hay que probar todas las alternativas.
Lisa sabía que su panorama era difícil, inclusive tenía un plan de emergencia en mente, pero no se lo diría hasta que fuera realmente necesario.
―Eso significa.... ¿Qué puedo ir? ―la alfa solo podía sentir ternura por la forma en que Jennie se expresó.
―Lo harás, con una condición. ―acarició su mejilla.
―¿Qué condición? ―preguntó alzando la mirada hacia sus ojos.
―Rosé y yo seremos tus escoltas, no estarás sola. ―plantó un casto beso en su frente.
―De acuerdo, eso haremos.
Solo así podían tener la tranquilidad de programar ese encuentro. Jennie tomó el teléfono y respondió al último texto de Jisoo.
"Bien, nos veremos en el bar al que solíamos ir cuando jóvenes ¿Te parece?"
Pulsó en la tecla enviar, con un leve nerviosismo interfiriendo en la estabilidad de su pulso.
"Claro, ahí será, espero y vayas solo, no tengo ganas de hacer una escena en medio del bar".
Gruñó cuando leyó la contestación, sonaba como si la omega fuera quien busca armar ese tipo de escenas que tanto odia. Miró a Lisa de reojo, sabiendo que mentiría en afirmar que estaría sola, pero así lo hizo, fingió y cerró el trato.
―Tenemos dos días para prepararnos, no sabía que el tiempo pasaba tan rápido. ―suspiró pesada.
Manoban asintió, atrayendo el cuerpo de la mayor hacia el suyo, dándole abrigo y contención.
Dos días pasaban sin ser notados, muy pronto se encontraron cerca de la hora establecida para el encuentro. Todos con un plan organizado. Rosé convenció a Lisa de tomar algunos inhibidores para ocultar el aroma de ambas, de esa forma aún si estuvieran alteradas, en guardia o lo que fuere, Jisoo sería incapaz de rastrear sus feromonas. Lo mismo sugirieron a Momo, quien insistió en unirse a ellas.
Jennie por su parte les pidió quedarse a unas mesas de distancia, para mayor precaución decidieron que Momo llegara cinco minutos después, una vez que recibiera el mensaje de Lisa informando de la llegada de Jisoo, Momo contaría cinco minutos exactos y entraría, cubierta con un barbijo más un sombrero negro. Rosé de igual modo llevaría sombrero y cubrebocas.
Lisa decantó por usar una capucha y un cubrebocas. Las dos mencionadas debían situarse detrás de la mesa, para ello, Jennie pensó en sentarse en la primer silla, de forma que Jisoo ocuparía la que daba la espalda a la mesa vecina. Momo las vigilaría en las mesas de en medio, a una fila de distancia.
Nada podía fallar, las cuatro se prepararon y acordaron reunirse en la casa de la morena. Lisa y Rosé saldrían antes, Jennie llegaría a la hora pautada, así evitarían sospechas.
Tal como lo tenían estipulado, la hora llegó. Jennie observó a su alfa, quien se bajó el cubrebocas al mentón para saludarla.
―Ojalá todo cambie hoy, no te sientas nerviosa, estaremos atentas todas. ―la tranquilizó Lisa, aún cuando ella misma era un manojo de nervios.
Rosé y Momo se mantenían positivas al respecto, alentando a la pareja.
―Avísame cuando estén ahí, saldré una vez que reciba el mensaje. ―pidió sin dejar de hacer respiraciones profundas.
Todas se sentían como en un operativo policial, una película de acción o algo similar. Manoban y Park fueron las primeras en aparecer dentro del bar, siguiendo su propio guión al pie de la letra.
Kim llegó después, su ex esposa debía estar por llegar, cosa que la tenía ansiosa en el mal sentido. Unos minutos más tarde vió aparecer a Jisoo, respiró profundo calmando sus nervios y la saludó.
―No voy a preguntarte como estás, creo que ambas lo sabemos. ―la omega artículo primero.
―Así es, la vida es aburrida sin ti ―murmuró tomando asiento e invitando a que la omega lo hiciera también.―, trataré de ser breve.
―Me parece bien, vayamos al punto.
El tono de Jennie era neutralidad pura. Cruzó sus manos juntas sobre la mesa, como lo hacía cuando entablaba alguna conversación de negocios por Eat Nay.
―Aceptaré internarme y cumpliré el tratamiento al pie de la letra. ―respondió Jisoo.
Jennie sonrió de repente, con la esperanza de solucionar sus problemas cuanto antes.
―¿Lo dices encerio? Eso es maravil-
Fue interrumpida por la alfa, que habló sobre su voz de forma abrupta.
―Pero... ―esa sola palabra derribó todas sus esperanzas.― No esperes que este lista para divorciarme ya mismo, no firmaré nada hasta que avance el tratamiento, puedes imaginarte que con ello no tendrás la posibilidad de contraer segundas nupcias con nadie más.
La expresión en su rostro no cambiaba, era una mezcla extraña, entre arrepentimiento, seriedad e indiferencia.
―No puedes hacerme esto, ¿cuánto tiempo será? ¿una semana? ―preguntó con la ilusión de llegar a un acuerdo.
No es como que fuera a casarse de inmediato, pero si deseaba conseguir esos papeles de divorcio firmados.
―Me gustaría darte una fecha exacta, pero no lo sé, quizás no me sienta lista hasta que termine el tratamiento, ¿Lisa podrá esperarte tanto tiempo? Las personas la verán como lo que es, una amante. Casi lo olvido ¿podrías cuidar nuestra vieja casa? Eso sí, ahí tu sabrás cómo te las ingenias para meterla.
Sus palabras sonaron incluso cargadas de cinismo. Jennie fue matando poco a poco los rastros de compasión que aún le quedaban por ella. ¿Quién lo diría? Le había engañado y ahora se las ingeniaba para condenarla a vivir como una omega infiel.
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