Siete
Jennie miró a la alfa, para ser honestas no creía que se tratase de Jisoo, la castaña clara no era de hacerle ese tipo de sorpresas y menos por una llamada telefónica, rompió el abrazo al que aún se aferraba y caminó a la puerta.
Manoban se sintió nerviosa por primer vez, no sabía si era mejor esconderse o quedarse donde estaba, dada la actitud de la omega supuso que la única opción era quedarse allí.
La morena quedó de pie frente a la puerta, lista para enfrentar lo que sea que estuviera allí.
―¿Quién es? ―murmuró nerviosa.
―Soy Nayeon, necesito usar tu casa un momento. ―su voz reflejaba verdadera necesidad y prisa.
Kim respiró, aliviada, aunque ahora tenía preocupación por su unnie.
Abrió la puerta de inmediato, encontrando a Nayeon agitada, sosteniendo a Jeongyeon de la cintura, mientras la alfa menor se tambaleaba.
―¿Qué pasó unnie? ―preguntó anonadada.
―Es su pierna, no se ha estado cuidando como debe y ahora le duele mucho, tengo miedo de que se haya quebrado. ―respondió ahora ingresando a la casa.
―Déjala en el cuarto , ¿llamo a una ambulancia? ―las miró a ambas.
―No no, solo déjame acomodarle el vendaje mejor, le daré la medicina y nos iremos. ―dijo caminando hacia el cuarto, ya que la mayor conocía muy bien la vivienda.
―Lamento las molestias Jennie unnie ―habló la muchacha apenada.
―Nada de eso, esta es su casa también.
Les sonrió con calidez. Las dos asintieron y se encaminaron a la habitación. Jennie aprovechó para asomarse a la cocina.
―Son mis amigas, no hay problema. ―suspiró relajada y se apoyó en la mesada.
―Que bueno, aún hay tantas cosas con las que no se como haremos. ―Lisa se acercó, acorralando a la omega.
―El aroma, huelo a ti, tal vez si me baño se quite. ―fingió fruncir su nariz y una risa suave salió de sus labios.
―Pero... me gusta como te queda mi aroma. ―rompió la distancia haciéndole cosquillas en la cintura mientras olisqueaba su cuello.
Jennie solo reía, usando sus manos para apartar a la alfa lo más que podía. Nayeon por su parte salió del dormitorio llamando a la omega, tras no tener respuesta se asomó a la cocina, notando la presencia extra en la casa y como ambas se veían muy divertidas.
―¿Jennie? ¿Quién es ella? ―observó a su amiga desconcertada.
La castaña se apartó con cuidado y tomó asiento en la mesa.
―Tenemos que hablar.
Su voz salió algo grave, como preocupada, y por supuesto lo estaba. Algo temerosa de la reacción que su mayor podría tener.
Nayeon replicó su acción, tomando asiento.
―Jisoo me ha estado siendo infiel. ―habló soltando todo en una sola frase.
―¿QUÉ? ESA MALDITA. ―Kim le cubrió la boca, impidiendo que lo anunciara a medio vecindario.
Sé levantó y fue al living, trayendo consigo las fotos que luego enseñó a la castaña clara.
Le explicó todo con facilidad, omitiendo detalles íntimos. Nayeon suspiró, viendo cuán grande era la situación en verdad.
―Ustedes... ―miró a las dos chicas.― ¿Son amantes?
―No lo hemos pensado, solo, nos acompañamos en esto. ―esta vez fue Lisa quien tomó la palabra.
―Por ahora eso es todo, ¿quieres desayunar? ―Jennie optó por cambiar de tema antes de volver a hundirse en lágrimas.
Nayeon aceptó, de paso conocería un poco más a la nueva amiga de su pequeña, porque si, veía a Jennie como una tierna hermana menor.
El ambiente se tornó bastante ameno, Lisa tuvo química instantánea con Nayeon, llegando a pensar que podrían ser buenas amigas. Por su parte, Nayeon se mostró comprensiva y amigable.
Un rato más tarde Lisa se levantó de la mesa.
―Ya debo irme, tengo que trabajar. ―se despidió cordial de la mayor y puso su mirada en la omega.― Gracias por todo, nos vemos por la tarde Nini, después te envío la dirección del lugar.
Besó la mejilla de la omega, quien se puso de todos colores dado que de cierta forma estaban en público.
―Adiós Lili, no hay de que.
La acompañó hasta la puerta, viendo como la alfa se iba caminando, supuso que dejó el auto un poco lejos para no ser tan obvia, de lo contrario, Nayeon ya le hubiera preguntado si había alguien más.
Cerró la puerta y regresó con su unnie; quien la miró de forma pícara. Algo quería saber.
―No te creo eso de que solo se acompañan, ¿pasó algo más? ―le lanzó una mirada interrogante.
―Si... pero no es lo que tu crees.
―Entonces no hubo sexo... ―arqueó una ceja.
―¡No! Solo... nos masturbamos ¿Contenta? ―respiró hondo.
―Algo, ―río y cambió su gesto a uno serio.― Comprendo que pasaste algo horrible, nadie quiere descubrir que es cornuda, pero tampoco es correcto que le pagues de la misma forma.
Jennie suspiró, la mayor estaba en lo cierto, hasta ella sentía cierta incomodidad con la posición en que se encontraba.
―No sé cómo actuar, llevo mucha ira y decepción acumulados, he pasado noches esperándola, tantas temporadas de celo cuidándome por mi cuenta, ir al trabajo y llegar viendo la casa sola. ―mordió su labio inferior, no quería llorar, no de nuevo y no por esa alfa ingrata.
Nayeon la abrazó, aprovechando la poca distancia que las separaba.
―Sientes mucho dolor ahora ―acarició su espalda.―, créeme que no te juzgo, pero, al parecer Lisa no siente solo despecho.
Jennie levantó la mirada confundida.
―No entiendo, apenas nos conocemos hace dos días y medio. ―balbuceó.
―Sabes, no existe una fecha, un momento o un horario para que te atraiga una persona, la primer atracción ocurre solo así, como magia ―sonrió cálido.―. Algunas personas se sienten atraídas después de una semana, un mes, un año, y otras sienten atracción desde el primer momento en que se ven.
Aquellas palabras rebotaban en su mente.
―¿Cómo fue contigo, Momo y Jeongyeon? Nunca te lo pregunté. ―tal vez la experiencia de sus amigas pueda ayudarle.
―Me sentí atraída por Jeongyeon desde el primer momento en que la vi, en ese momento ella se sentía atraída por Momo, y a su vez Momo por ella, creí que tal vez solo sentía atracción física, pero al conocernos más, me di cuenta que tuve un flechazo y estaba perdidamente enamorada ―sus ojos brillaron.―. La atracción es el inicio del amor.
Jennie sonrió, ellas eran su ejemplo de que cualquier tipo de amor es posible si es honesto.
―Menos mal que Jeongyeon te correspondió y Momo accedió a intentar. ―palmeó su hombro.
―Ahora las tres somos felices, cada una ama a Jeongyeon a su manera, y ella nos ama a las dos ―una risa inundo el ambiente al recordar algo.―. El día en que me presenté en su casa, Momo dijo, "Hay que intentarlo, pero si la lastimas voy a romper tu hermoso rostro", creo que funcionó por que decidimos estar enfocadas en Jeongyeon. De otra forma abría sido un revuelto.
Carcajeó divertida. Pronto volvieron al tema principal de conversación.
―Bueno, lo que quiero decir es, si sientes que ella te atrae aunque sea un poco, usen estos días para conocerse, ¿cuándo vuelve Jisoo?
Jennie miró el almanaque sobre la pared.
―Regresa el veintitrés, son diez días hasta entonces. ―respondió.
―Perfecto, puedes pasar tiempo con Lisa, y luego decide si estás despechada o tomarás esa oportunidad. No pienses que te estás rindiendo con tu esposa, piensa que, tal vez esta es una muestra de que no se amaban lo suficiente.
Jennie asintió, comenzaba a tener ideas en mente.
―Cuando vuelva hablaré con ella y le pediré un tiempo, así pensaré mejor las cosas, le pediré el divorcio después de eso, sin estar tan enojada y dolida.
Esa era la salida más clara, aunque, pensándolo bien, si su esposa la engañaba, y Lisa escuchó a su omega decir que la dejaría pronto, el matrimonio estaba acabado de todos modos. Debía conseguir un abogado, eso seguro.
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