La mirada del guardia canino es escéptica, casi imperturbable. Raphael todavía cree que es bastante bueno en su trabajo.

—¿Así que ya encontraste a tu alfa desaparecido? —dice el guardia, aunque por su tono de voz, incita que no espera una respuesta real.

—Ah, ¿sí? —titubea el pargo.

—¿Y quién se supone que es? —el canino, más por seguridad, lo pregunta por vacilar al contrario. Es divertido hablar con omegas recién iniciados

—¡Yo-! — afirman los tres alfas restantes.

Raphael empieza a cuestionarse por qué le hizo caso a alguno de ellos.

Leonardo, con la confianza falsa que suele tener, se recarga sobre el guardia, que responde con un gruñido.

—Mira, Ronin, ¿así dice tu placa, no? No importa, ¿si ubicas la fecha en la que estamos? ¡Son tiempos modernos, viejo! La gente encuentra pareja hasta por debajo de las piedras, relájate.

Ronin mira a Leonardo como si mirase una cucaracha, pero no objeta nada. Sin nada más que decir, deja pasar a la supuesta "pareja".

Raphael, que es más de puños que de palabras, decide dejar todo lo dicho por Leo a Mikey. Tienen prioridades.

Y esas prioridades las está viendo beberse dos litros de ese alcohol barato a lo lejos.

🐢🗯

—¡Ay, ya deja de picotearme la cara con tu estúpido palo!

—¡Tienes suerte que no te picotee otra cosa!

—¿Seguimos hablando de tu bō, verdad?

—Qué asco, Leonardo —resopla el morado, y le entrega su bō de golpe—. Ya me aburrí, picotéalo tú. No es divertido si no está sufriendo.

Con lo dicho, los cangrejos empiezan a retorcerse más ahí donde están, amarrados bocabajo y sujetados a una barandilla a lo alto. Mikey los compara a esos cangrejos que cocinó hace una semana, que se retorcían de la misma manera, tratando de librarse.

—¡Es suficiente! ¿Dónde dejaron el orbe que se robaron? —inquiere Raphael, apartando a Leonardo para situarse adelante, el cual, se queja.

—¿Qué orbe?

—¡El orbe! El que se robaron.

—Ah, la bola verde. Draxum la rompió.

Raphael no esperaba eso, incluso Donnie, que se escuchaba el traqueteo de su muñequera sonar exhaustivamente.

—¿Qué...? ¡Espera! ¿No es eso malo?

—Nah.

—Uh, Donnie-

—Estoy en ello.

Raphael se desploma en el suelo, entre desconcertado e impaciente.

Al dejar en paz a ambos cangrejos, da hincapié a soltar murmuros, burlas y quejas entre ellos. Hasta que uno decide abrir la boca llena de burla e incoherencia:

—Viejo, ¿cómo lo hiciste? ¡A este tipo no se le pega ninguna mosca!

Raphael se desconcierta, es más, tampoco está seguro si están hablándole a él.

El mutante no deja que ninguno de los hermanos hable, pues el otro aclara con sarna:

—¡Ya sabes! Los tres alfas. Siguiéndote, como perros.

Raphael no se da cuenta en qué momento Leo agarra una piedra de ahí y se las lanza. Le reprocha, pero sabe que es innecesario.

—Raph no entiende.—el pargo observa a sus compañeros, pero estos están tan ensimismados con lo que sea que se refieran los ladrones.

Los cangrejos se carcajean. Definitivamente aún están ebrios.

Leo no tiene tiempo ni ganas de lidiar con borrachos, por lo que canturrea el nombre de su gemelo, incitando que se apresure.

Donnie gruñe, pero al final recopila la información. Qué obvio, piensa el caparazón blando.

—Lo rompió porque es falso. Esa baratija es solo una aleación de cobre, magnesio y silicio, junto con el misticismo de la piedra Pond's y otras mierdas.

—¡Oh! Entonces, ¿ya podemos irnos? —Mikey mira con enormes ojos a Raphael. Ya hacía hambre.

El pargo asiente, hasta que las carcajadas de los cangrejos resuenan.

—¿Cómo es que le hacen caso a un omega? ¡Es al revés, siempre ha sido al revés!

—¿Te puedes callar? —Donnie, que más por petición, suena a amenaza por el disgusto que suena.

—¿Cómo es que el omega puede siquiera defenderlos? Solo sueltan un raro sonido y el alfa va con él, ¡no tiene sentido lo que haces! El mundo ha perdido la cabeza —ignora uno de los villanos.

Donnie se repite lo mismo que le dice Leo, es muy joven para ir a la cárcel. De nuevo. Pero eso le empieza a sacar de quicio.

—Tú sí que perderás la cabeza si no te callas-

—Un omega no debería actuar como un alfa, ¡Ni mucho menos liderar! ¿Si sabes actuar como uno, no? —inquiere el otro villano.

Raph titubea, no está seguro en responder, pero los demás sí, que se posan delante de él. Comienza a entender a April cuando los chicos no quieren que hagan una escena.

Y se crea un desastre, pues Mikey y Donnie están gritando, sintiéndose ofendidos por ello. Pero es que Raph no se siente precisamente ofendido, sino raro.

No puede pensar con claridad ante la disputa, pues la hostilidad emanaba en cada uno de sus hermanos. Se sentían atacados, frustrados y, sobre todo, insultados.

Uno de los villanos se carcajea, diciendo burlón:

—¿Acá no te defiendes? ¿Cómo esperas defender a los tuyos si no lo haces por ti, omega?

Leonardo siente hervir su cabeza, ¿cómo se atreven? Y sin previo aviso, con una espada abre un portal debajo de ellos y con la otra corta la cuerda que los amarraba, llevándolos a Dios sabrá dónde y despidiéndolos para siempre. O así espera Leonardo.

—¡Hey, no puedes hacer eso! Tenemos que entregarlos a la policía —Raphael sacude con brusquedad al azul, con lo que el contrario levanta las manos en señal de paz. Y de desinterés.

—No merecen la pena, Raphael —Donnie no hace más que rascarse con incomodidad su antebrazo. Está ansioso, pero su tono de voz no es más que plana y sosa.

—Pero-

—Vámonos a casa, Raphie —Mikey escala el caparazón del nombrado, como con cansancio.

Raph hace una mueca, no está conforme con el resultado de la misión, pero al menos no hay amenaza. Aunque, con cada paso que da a su hogar, las palabras se quedan grabadas en la cabeza del omega. Y las interioriza, las digiere y le da asco. Pero no importa, ha aprendido a vivir con eso. No le importa.

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HOLAAAA AJSJS
Dios, me tardé maso en redactarlo, pero ya alv, así está bien.

Ando leyendo un libro, en donde la mayoría de las muertes de los personajes les cortan la cabeza 💀
Tipo, pensé en escribir algo así con los cangrejos, pero NAHH, esta muy fuera de contexto

Chau 💖