Capítulo XXIII
Rascó con suavidad su ceja derecha, se sentía nervioso y claustrofóbico. Era su padre después de todo, el hombre que de seguro lo buscó por cielo, mar y tierra para encontrárselo después en televisión como el cotilleo de la semana. Lo conocía a la perfección y estaba seguro que no se conformaría con un "estoy bien. Me fui de vacaciones". Se le pasó por la cabeza pedir auxilio de cualquier manera, pero sabía que no solo estaba su vida en juego, sino también la de su padre y eso no lo podía permitir.
—¿Y bien? —insistió el hombre al notar que mantuvo silencio. Sonrió y fingió confianza, pero su padre frunció el ceño—. Me acabas de mirar con la misma cara que pones cuando te pregunto cómo te fue en el examen que terminas reprobando.
Hizo una línea con los labios, ligeramente molesto por la asociación. Frente a él, asomado por uno de los pasillos, se encontró a ChanYeol junto a JunMyeon, ambos atentos a lo que estaba por decir.
—Papá —llamó y sonrió—, ¿me creerías si te digo que me escapé con un chico a escondidas?
—¿Me estás jodiendo?
Rio al escuchar ese vocabulario tan típico de él y tan inculcado en BaekHyun. Caminó hacia ChanYeol, quien lo miró con los ojos amplios, claramente asustado. De igual forma, el chico no se resistió y luego de un empujón por parte de JunMyeon terminó a su lado, sobre la alfombra del salón mientras el celular los enfocaba a ambos para que su padre tuviese una buena visión a través de la videollamada.
—Este es ChanYeol, papá —presentó y el pelinegro a su lado mostró una sonrisa nerviosa e hizo una pequeña venia, incómodo.
—¿Estás saliendo con...? —El hombre se calló a sí mismo, soltó un suspiro y se llevó la mano a la sien, acariciándose la zona—. ¿Por qué no me dijiste? Sabes que no hubiese puesto ningún problema por nada, BaekHyun. Si hubieses querido salir con él, no seguir en la universidad, tomarte unas vacaciones o la mierda que fuera... Lo aceptaré mientras te haga feliz. —El hombre tomó un poco de aire antes de continuar—: Sé que suena muy a mentira añeja, pero siempre estaré preocupado por ti y por tu felicidad.
—Papá... —Apretó los labios sin saber qué más decir, de repente demasiado emocionado por la confesión de su padre.
—Pero ¿por qué hiciste esto? —El hombre cayó derrotado sobre un sofá—. ¿Tienes idea de lo preocupado que estuve? Sabes que eres lo único que tengo, BaekHyun. Desde que tu madre se fue...
Las palabras se quedaron suspendidas en el aire y él bajó la cabeza al notar de reojo que ChanYeol le envió una mirada preocupada. No tenía buenos recuerdo de la mujer, pero fue su madre después de todo.
—Ella vive en tus ojos, BaekHyun —susurró el hombre como otras tantas veces, pero en esa ocasión le sorprendió el tono dolido que empleó al hablar.
Tuvo miedo que se pusiera a llorar, porque sabía a la perfección que su corazón caería en el preciso momento en el que el hombre soltara la primera lágrima. Angustiado rio, sonando demasiado roto en el proceso.
—Papá —llamó más animado—, ¿las chicas me extrañan?
—¿Cómo no te extrañarán esas hijas de perra? —Rio al ver la cara de estupor que puso ChanYeol a su lado, quien ya desapareció de foco—. Lisa, Irene, Nana, Victoria, Suzy, Jimin...
—Papá —interrumpió, avergonzado porque vio a JongDae aguantando la risa mientras miraba por entre la puerta del baño—, no es necesario que las nombres a todas.
—¡Tú dijiste que querías que las nombrara a todas cuando hablara de ellas! —Puso los ojos en blanco al mismo tiempo que su padre—. Ahora dime dónde estás y qué haces.
Sonrió con emoción. Se hizo a un lado y mostró lo que había detrás de él. A través del ventanal el sol brillaba en lo alto y el mar estaba calmo.
—¿Estás en la playa?
Sonrió y asintió—. Te mostraré el lugar.
Lo que dijo no solo fue para su padre, sino también para el resto de hombres que se esforzaban por espiar. Todos se escondieron y él apuntó el suelo para cambiar el sentido de la cámara.
—Esta es la casa de ChanYeol. Es preciosa y está a orillas del mar. —Caminó por el lugar y se dirigió a la cocina—. ChanYeol tiene un amigo al que no le gustan las semillas ni las pepas, así que tiene comida sin ellas. —Abrió el refrigerador y rio, mostrándole la comida.
—¿Me estás jodiendo que alguien se toma el tiempo de hacer eso? —Rio antes de hacer un sonido de afirmación—. Entonces, ¿también has compartido con los amigos del niño? —Dio vuelta la cámara y asintió con una pequeña sonrisa—. ¿Qué tal son? ¿Ya se burlaron de tu cara de niñita?
—Papá... —se quejó con el ceño fruncido, pero estaba divertido—. Sabes que ese es mi encanto.
—Lo sé, hijo. —El hombre rio—. ¿Cuánto tiempo te quedarás ahí? —Apretó los labios, sin saber qué responder—. ¿Tienes pensado cuándo volver?
Miró el suelo, inseguro—. Aún no lo sé. Necesito un tiempo para relajarme, estar fuera de la universidad y de tus reuniones sociales.
El hombre en respuesta chasqueó la lengua—. Sabes que no congelaste el semestre, ¿cierto?
—Lo sé.
—Ahora estás reprobando el año por esta mierda. —Su padre lo apuntó acusadoramente—. Desaparecer así como así no es sano, BaekHyun.
—Lo sé —susurró y se dejó caer en uno de los sofás a un lado de ChanYeol—. Debí ser más precavido.
—Una vez que llegues tendrás que solucionar todo. —Se escuchó un suspiro del otro lado de la línea—. Tendrás que aguantar a la pandilla de amigos que tienes, porque están todos locos y totalmente indignados contigo.
Soltó una suave risa al imaginárselos, pero solo asintió, sabiendo que tendría que hacerse cargo de ello una vez que regresara y esperaba que fuese más pronto que tarde. Ver a su padre del otro lado de la pantalla hizo que su corazón martillara de dolor.
—Ahora muéstrame al niño ese. —Un poco impactado movió la cámara para enfocar a ChanYeol, quien volvió a inclinarse en señal de respeto—. Luego hablaré directamente contigo sobre esto. —El pelinegro asintió con rapidez—. Cuida a BaekHyun. Si me llego a enterar que le has hecho algo malo esto se pondrá bastante feo.
BaekHyun no pudo evitar reír por lo bajo al escuchar la amenaza suavizada de su padre y ver la cara que puso ChanYeol al escucharlo.
—Te faltó el hijo de puta —agregó aún riéndose y el hombre chasqueó la lengua desde la otra línea.
—No me muestres como un desubicado, BaekHyun. Ya suficiente deben tener contigo y tu boca. —Asintió, dándole la razón, pero continuó riéndose—. BaekHyun —llamó el hombre, obteniendo su atención—, me alegra saber que estás bien y que te ves feliz con el niño ese.
Giró para encontrarse con la mirada curiosa de ChanYeol y sonrió al verlo porque pareció avergonzado, cosa ridícula para un chico de su tamaño y con su contextura.
—Gracias, papá. —Al recordar las palabras de JunMyeon aprovechó de agregar—: Probablemente me cueste contactarme contigo. Aquí no hay buena señal.
—Sí... Me lo imaginé. —El hombre se encogió de hombros, pero no pareció feliz con la idea—. Cuando vuelvas te traes a ese niño contigo.
Asintió con una sonrisa al saber que se refirió a ChanYeol.
—Nos vemos pronto, papá —prometió con una sonrisa entre los labios y el hombre asintió.
—Aquí estaré esperándote, hijo.
El hombre hizo un gesto de mano a modo de despedidas y una vez cortada la llamada dejó caer el celular sobre sus piernas y perdió la sonrisa. Su mirada quedó fija en lo profundo del mar y se puso a contar mentalmente hasta diez para tragarse el sollozo que tenía en la garganta, pero las lágrimas cayeron de igual manera.
—¿Estás bien? —preguntó el alto a su lado y él solo asintió, aún sin mirarlo.
Los hombres salieron de sus escondites y se dirigieron a él, siendo JunMyeon el primero y le extendió la mano, pidiéndole el teléfono. Apretó el aparato con ambas manos y se lo acercó al pecho, como si con eso pudiese evitar que el chico se lo llevase.
—¿Puedo responder los mensajes de mis amigos?
—No —contestó seco el castaño.
—¿Al menos puedo leerlos?
—No, BaekHyun. Dame el celular.
Miró el aparato una vez más antes de pasárselo a JunMyeon con pesadez y con una mueca en los labios, de repente sintiéndose más enfadado que triste.
JongDae cayó a su lado en el sofá con una sonrisa—. Así que tienes unas cuantas perras en casa.
El chico se largó a reír con tanta fuerza que terminó contagiando a la mayoría de los hombres que continuaban en la habitación, incluido BaekHyun, aunque solo rio un poco. Cuando sintió una mano sobre la rodilla miró a ChanYeol, quien frunció el ceño a su lado y pareció incómodo.
—Es literal —aclaró solo para él, aún con una sonrisa—. Son mis mascotas.
—¡Chicos! —KyungSoo alzó la voz, llamando la atención de todos—. Déjense de mierdas y ayúdenme a preparar el almuerzo.
JongIn fue el primer en moverse detrás del doctor y BaekHyun sonrió al verlo, porque recordó lo que le dijo antes de viajar a China. En su momento le sorprendió lo que le comentó, porque él tenía una idea distinta sobre toda esa mierda, especialmente sobre ChanYeol, pero de igual forma terminó ahí, besando al chico. Sonrió al pensarlo y se puso de pie para ayudar.
Durante la hora del almuerzo no pasó mucho más y luego de comer la mayoría de los tipos se fueron de la casa, como si todo volviese a la normalidad, así que BaekHyun de nuevo se encontró limpiando los ventanales junto a JongIn, aunque en esa ocasión JongDae se quedó a cargo de ellos. Este puso música en uno de los parlantes del salón y se sentó en el sofá a comer frituras hasta que se aburrió.
—¿Vamos a broncearnos?
Frunció el ceño y echó dentro de la bolsa de basura el trozo de papel absorbente con el que secó el vidrio. Como la casa estaba rodeada de ventanas se les hizo súper difícil asegurarse de que todo estuviese limpio.
—¿De qué hablas? —preguntó y le hizo un nudo a la bolsa de basura, dando el trabajo por terminado.
—Bajemos a la paya a tomar sol, ya que le dijiste a tu padre que estás de vacaciones en la casa de tu nuevo novio —se burló JongDae.
Ignoró el comentario insensible del tipo y le envió una mirada a JongIn, quien estaba igual de confundido que él, pero al final siguieron las órdenes de un JongDae muy animado que los obligó a subir las escaleras, ponerse unos shorts y robar el bloqueador de Tao.
—JongDae, no quiero hacer esto —dijo una vez que estaban en la pequeña playa.
Tenía aún la sudadera puesta junto con el gorro de esta misma en un intento de que no se le notaran la cantidad de marcas que tenía en el cuello, pero al castaño le dio igual y tiró de la prenda hasta que se la sacó.
—No sé por qué haces tanto problema. No es como si quisiésemos verte desnudo —comentó JongIn en inglés una vez que quedó solo en shorts.
No supo si el chico no vio las marcas en su cuerpo o directamente le importó una mierda. Al cabo de un rato estuvieron los tres recostados en la arena, aunque luego JongDae se rio tanto de lo moreno que estaba JongIn que el chico terminó por irse después de insultarlo en un muy mal coreano y con un repetitivo "perra seca" que solo hizo que el castaño a su lado se carcajeara aún más.
—¿Te importa si me desnudo?
Frunció el ceño y rodó sobre la arena para quedar de cara al suelo—. ¿De qué hablas?
—Quiero quedar todo morenito. ¿Me dejas?
—Haz lo que quieras siempre y cuando te asegures de que no vea nada tuyo, por favor.
Cruzó los brazos y apoyó su cabeza en ellos. A su lado escuchó a JongDae quitarse la ropa y él optó por cerrar los ojos e ignorarlo. Sin darse cuenta se quedó dormido sobre la arena y despertó mucho después, cuando el sol se ocultaba en lo profundo del mar y JongDae no estaba a su lado. Se puso de pie con dificultad, porque sintió dolor en la espalda y se maldijo a sí mismo y a la mierda de su jefe por dejarlo ahí tirado para que se friera. Caminó hasta las escaleras para subir al patio de la casa y se acercó a la puerta de entrada, donde tocó el timbre. Estuvo tan ensimismado en su dolor que no tuvo ni puta idea de qué tan tarde era, pero cuando la puerta se abrió se encontró con un ChanYeol que lo observó con ojos grandes y preocupados. El tipo lo envolvió con sus brazos y lo apretó, sacándole un quejido que hizo que el más alto se alejara.
—¿Dónde estabas?
—JongDae dijo que tomaríamos sol, pero me dejó botado —susurró molesto. Rodeó al pelinegro para entrar a la casa y buscó al castaño con la mirada para pegarle una patada en el culo—. Me quemé por su culpa.
ChanYeol no dejó que avanzara mucho más y tiró de su muñeca, provocando que volviese a encontrarse entre los brazos del tipo, una vez ahí el otro puso una mano sobre su barbilla y empujó con suavidad hacia arriba para que lo mirara. El pelinegro dejó un suave beso sobre sus labios y BaekHyun rápidamente se alejó, asustado de que alguien los viera.
—Los chicos están preparando la cena —susurró ChanYeol, como si entendiera su preocupación.
De igual forma, frunció el ceño y se alejó, pero dejó que el más alto lo tomara de la mano y lo llevara hasta su habitación en el segundo piso. No reclamó cuando lo metió a la ducha y puso las manos sobre su short para bajarlo por completo. Primero pensó que el tipo quería tener sexo con él, pero al final encendió la ducha y, luego de quitarse él también la ropa, lo obligó a entrar, sacándole un gritito en el proceso porque el agua estuvo demasiado helada para su gusto.
—¿Qué haces? —se quejó al verlo junto a él en el pequeño espacio.
—Te daré un baño.
—¿Con esta temperatura?
Las manos ajenas se pusieron sobre sus hombros y lo obligaron a meterse debajo del chorro de agua. Manoteó al tipo, quien en respuesta soltó una risita divertida que le pareció demasiado cómoda como para tratarse de ellos dos.
—Te quemaste, BaekHyun. —El pelinegro se echó un poco de champú en la mano—. Dolerá si el agua es muy caliente.
—Pero ¿es necesario ponerla tan fría?
En respuesta recibió un ligero golpe en la cabeza por parte de la mano de ChanYeol, quien pareció tener intensiones de lavarle el pelo y BaekHyun, al notar aquello, solo lo dejó. La situación fue rara, pero no se quejó cuando el más alto le pasó el jabón por el cuerpo mientras dejaba pequeños besos sobre su piel de forma aleatoria. Fue extraño tener a alguien tan pendiente de él, tanto que incluso lo imposibilitó de hacer sus propias cosas, porque el alto lo secó una vez que salieron de la ducha, le puso el pijama —un simple short con una sudadera— y lo obligó a permanecer en la cama para luego salir de la habitación. Al cabo de unos minutos apareció con una bandeja llena de comida entre las manos y con una sonrisa enorme en la cara. Luego de un rato de comenzar a comer ChanYeol se reacomodó sobre el colchón y lo apuntó con sus palillos mientras masticaba.
—El bastardo de JongDae dijo que no recordaba dónde te dejó. —El alto bufó y él no pudo evitar reír—. Me asusté mucho por eso.
Notó que el tipo quería llevar una buena conversación, pero no pudo quitarse de la cabeza todos los cuidados que tuvo el alto con él. Su forma de actuar no fue normal, o común al menos, entonces por su cabeza pasaron muchas cosas.
—¿Por qué haces todo esto? —preguntó con suavidad, ya dejando de hablar de JongDae.
—¿Qué cosa?
—Todo, ChanYeol. Sabes de qué hablo.
El aludido lo miró durante un momento mientras tenía los palillos entre los labios. Pareció dudoso de si ser sincero o no.
—¿Acaso no puedo hacerlo?
El pelinegro se concentró en pellizcar con los palillos un poroto negro y él frunció el ceño, ligeramente molesto por el desvío de la conversación.
—Lo que me importa es el porqué, no si puedes hacerlo o no —espetó entre dientes, provocando en ChanYeol un chasquido de lengua.
—Nosotros... —El tipo pareció tener dificultades para hablar, porque tuvo que detenerse a tomar aire a profundidad, haciéndolo sentir nervioso—. Nosotros hicimos muchas cosas juntos y no creo que esté mal tomar este tipo de acciones contigo.
—Claro. Incluso dijimos que nos gustamos —susurró avergonzado, sintiendo sus mejillas arder.
Miró con atención cómo el contrario tomó un trozo de carne para llevársela a la boca, como si quisiese excusarse para no hablarle. Maldición, era estúpido. Debían conversar lo que sucedía en algún momento y BaekHyun no estaba con ánimos para aplazarlo más, después de todo, le dijo a su padre que ChanYeol era su novio y, si realmente quería evitarle dolencias al hombre, debía intentar hacer que su mentira pareciera —aunque fuera mínimamente— algo real. A fin de cuentas, estaba casi seguro de que no le gustaba realmente a ChanYeol y, a pesar de que lo besó muchas veces y que tuvieron relaciones sexuales, BaekHyun no olvidaba que hizo todo eso con una sola finalidad y era mantenerse cerca del tipo para tener su confianza, aguantar los cuatro meses y largarse de allí. Solo eso, nada más ni nada menos. Entonces, ¿por qué sentía un dolor punzante en su corazón al ver los ojos brillantes del chico mirarlo a su lado en la cama?
—¿Qué tipo de relación tenemos? —se atrevió a preguntar de improvisto, sorprendiendo al contrario.
—¿Qué tipo de relación quieres que tengamos?
Soltó una suave risa irónica, sin entender realmente la pregunta—. ¿Acaso puedo escoger?
Para su sorpresa, ChanYeol asintió—. Por supuesto. Es tú decisión definir esto como te parezca mejor.
Guardó silencio y lo pensó detenidamente. Sabía que no podía estar con el tipo, que algo dentro de él decía que era imposible, morboso y fuera de sí. Quien supiera todo el trasfondo lo llamaría loco por salir con su secuestrador, con quien lo mantuvo encerrado, el mismo hombre que le gritó, lo golpeó e, irónicamente, le hizo el amor. Era ilógico y repulsivo, inmoral incluso, pero aun así había muchos otros factores que necesitaba tomar en cuenta, como la buena relación que necesitaba llevar con el tipo, el que le dijera a su padre que era su novio y que ahora estuviesen en los programas de cotilleo junto a un título prometedor. Quiso molestarse con el tipo por ponerlo en esa situación, donde incluso sintió vergüenza de sí mismo, porque recién en ese momento pensó en la repercusión real de sus actos. Se dejó llevar y terminó en las mismas sábanas que el tipo, ambos revolcados, sudorosos y exhaustos. Lo besó cuantas veces pudo y le tomó la mano otras tantas. Entonces, era lógico que pidiese una explicación y que, de alguna u otra forma, el otro pensara que sus actos fueron sinceros y probablemente eso era lo que más le jodía.
—¿A ti qué te gustaría? —se atrevió a preguntar con lentitud y tuvo miedo de la respuesta.
Jugó con la comida que estaba sobre el plato y mantuvo la mirada ahí, sobre su arroz teñido de rojo por el kimchi. A su lado ChanYeol tomó con suavidad su mano e hizo que soltara los palillos sobre la bandeja. Su cuerpo se tensó cuando las manos ajenas apretaron las suyas y sus ojos se clavaron en los contrarios. Tuvo muchísimo miedo y por un efímero momento se le pasó por la cabeza que ChanYeol quería formalizar con él, que le pediría matrimonio y que se escaparan juntos al otro lado del mundo para que vivieran felices para siempre.
—Siendo sincero, preferiría que no intentáramos catalogar esto por el momento. —Inevitablemente frunció el ceño—. No es como si tuviésemos mucha historia de igual forma y...
—¿Qué? —interrumpió—. ¿Que no tenemos historia?
Sonó ofendido, maldición, lo sabía. También sabía que no tenía ningún derecho a sentirse así, después de todo, era él quien no quería que el otro se metiese realmente en su vida "real", fuera de esa mierda de lugar.
—Entonces, ¿todo lo que hicimos valió una mierda para ti? —espetó molesto.
—¿Qué...? No. —El tipo se movió urgido sobre la cama, como si no supiese cómo explicarse—. Pero llevamos poco tiempo conociéndonos, BaekHyun. Nos besamos unas cuantas veces y tuvimos sexo, pero ya está.
—Me dijiste que te gustaba.
—O sea, sí. Llamar la atención, atraer, gustar. ¿Hay diferencia?
Se quedó completamente estático y se concentró para no estallar.
—¿Con ese mismo pensamiento de hijo de puta me abrazas y me follas, maldito imbécil?
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