Capítulo XXII
De forma distraída se metió otro trozo de pollo a la boca y continuó con la mirada fija en el exterior, donde vio las grandes montañas cubiertas por la espesa vegetación. La luna resplandecía de forma preciosa en lo alto y de repente sintió que estaba en una película histórica.
—Entonces, le toca a BaekHyun.
Pestañeó unas cuantas veces y sacudió la cabeza al escuchar su nombre. Los tipos lo miraron.
—¿Qué cosa?
—Debes buscar más servilletas. —Tuvo amago de ponerse de pie, pero la mano de ChanYeol rodeó con suavidad su muñeca para detenerlo—. Solo bromeo.
Formó una línea con los labios y le pegó una patada a JongDae por debajo de la mesa. Se encontraban los cuatro sentados sobre la alfombra blanca de la habitación que compartían, aún en China. Se pusieron alrededor de la mesita de vidrio llena de bolsas mientras que, de fondo, se escuchaba alguna canción de rap coreano con el cual BaekHyun muchas veces se encontró moviendo la cabeza al ritmo de la música. Se metieron las latas de cervezas como si fueran agua y apenas comió dos trozos de pollo, así que estaba más entonado que nada. Después de lo que pasó con ChanYeol su cabeza estaba en otro lado, aún no se quitaba de la cabeza que terminó enredado entre las mismas sábanas que su dueño mientras gemía su nombre y le pedía que le diera más.
—BaekHyun, ¿de verdad te encuentras bien?
Frunció el ceño cuando MinSeok le quitó de las manos la lata de cerveza aún medio llena. Le pegó al sujeto un manotazo y tomó un trago largo de su propia lata, decidido a defenderla a como diera lugar.
—Estás bebiendo mucho.
—Jódete —le dijo a ChanYeol, molesto—. No he tomado desde hace semanas por estar encerrado en esta mierda, así que se joden.
El tipo suspiró con cansancio, pero no evitó que se pusiera de pie y fuera a la cocina, donde tuvo que afirmarse de una de las encimeras para no irse contra el suelo. Caminó hacia el fondo al ver el refrigerador, lo abrió y sacó el pack de cerveza del interior para ponerlo sobre la mesa que estaba en el centro de la habitación. Se dirigió al lavaplatos para sacar uno de los cuchillos que estaba ordenado en línea junto a los demás, pero de nuevo se posó una mano sobre su muñeca para detenerlo.
—¿Me puedes decir qué te pasa? —Abultó los labios al ver a ChanYeol y dejó que este tomara el cuchillo—. Estás bebiendo mucho.
—Nunca me has visto beber. Ni siquiera sabes cuánto aguanto.
El tipo cortó el plástico para sacar la lata y él se apoyó con amabas manos sobre la mesa, yéndose ligeramente hacia adelante.
—Lo que me pregunto es cómo mierda soportas tanto gas.
Eructó y se llevó una mano al pecho ante lo fuerte que sonó—. ¿Decías...?
ChanYeol lo miró con una expresión tonta durante unos pocos segundos antes de largarse a reír y extenderle una nueva lata sellada. Se tomó lo que quedaba de la suya y rápidamente abrió la otra, sacándole un suspiro cansado al más alto.
—¿Estás así por lo que pasó entre nosotros?
—Me gusta esa canción. —ChanYeol se llevó las manos a las caderas, visiblemente molesto por ser ignorado—. Me gusta como rapea ZICO.
—Ni siquiera es ZICO —susurró el tipo, ahora cruzando los brazos y con el ceño fruncido.
BaekHyun se acercó a él y le sonrió elevando un dedo—. Nunca dije que lo fuera.
Estaba preparado para ir a la habitación donde estaban los otros dos chicos, pero ChanYeol lo tomó del brazo y tiró de él, provocando que terminara contra el pecho del tipo. Se quedó con los ojos fijos en los del pelinegro y, sin esperárselo, el tipo le dio un rápido beso, donde cerró los ojos y pasó los brazos sobre los hombros del más alto, cosa que provocó que se le cayera un poco de cerveza. ChanYeol se alejó de él y le envió una mirada reprobatoria.
—BaekHyun, estás ebrio. Es mejor que vayas a dormir.
—No quiero. —Mostró una sonrisa autosuficiente—. Me alegra escuchar tu consejo, pero no lo tomo. Adiós.
Luego de hacer un gesto de amor y paz salió de la habitación y rodeó uno de los sofás para sentarse sobre la alfombra, encontrándose con las miradas curiosas de los otros dos tipos. De forma instintiva tiró de los cordones de su gorro para hacer que este se apretara en torno a su cabeza. Antes de salir de la habitación que compartió con ChanYeol se miró en el espejo y notó tantas marcas sobre la piel de su cuello que creyó que lo agarraron a palos.
—Pon IndiGO —exigió y aleteó con uno de sus brazos para que se apurara.
—¿Te gusta el rap? —Le asintió emocionado a JongDae y tomó más cerveza—. Tienes cara de que te gusta Twice.
—Mi papá quiso que estudiara canciones lentas y románticas. —Apoyó la cabeza contra el sofá que estaba detrás y rio—. Dijo que tenía una voz bonita y que no la podía desperdiciar, pero lo mandé a la mierda.
JongDae se largó a reír—. Creo que BaekHyun está borracho.
—Lo está —aseguró MinSeok—. ¿Quién le dio otra lata?
—Él mismo la sacó —se defendió ChanYeol y lo apuntó. BaekHyun mordió su dedo al verlo muy cerca de su cara—. Mierda, Baek.
Le sacó la lengua y tomó otro trago, sacándole un suspiro a MinSeok, pero por él que le chuparan el dedo chico del pie.
—Baek, te trajimos un regalo. —El rubio arrastró sobre la mesa un libro grande.
Frunció el ceño al leer lo que aparecía en la portada—. ¿El secuestro de Byun BaekBee? ¿Se están burlando de mí?
—Ábrelo —insistió JongDae con una sonrisa.
Al abrirlo se encontró con unas tres fotos. La primera era él hablando con ChanYeol, donde salía con la boca abierta y se veía muy estúpido. La segunda estaba con el pelinegro en la misma cama, con ChanYeol bien apegado a su cuerpo y pasándole la mano por la cintura. La última era una foto de JongDae junto a MinSeok, ambos sonreían frente a la cámara.
—¿Qué es esto? —preguntó serio, temeroso de que los otros lo descubrieran.
—Algo para que no te olvides de nosotros cuando salgas de aquí —mencionó agrio el castaño, como si la idea no le gustara.
—No me olvidaré de ustedes. —Fue sincero—. Me gustan, los tres. —Sonrió a pesar del ceño fruncido que le envió ChanYeol y MinSeok—. No me malentiendan, bastardos asquerosos. Digo que los aprecio a pesar de que son mis secuestradores y una mierda de personas.
Agarró otro trozo de pollo y lo mordisqueó. Desde el otro lado de la mesa JongDae se tomó de un solo trago lo que le quedaba de cerveza.
—Vamos a dormir —propuso el tipo y dejó la lata vacía sobre la mesilla.
—Estoy de acuerdo. BaekHyun está perdiendo la poca dignidad que le queda. —Le pegó un manotazo a ChanYeol al escucharlo y el tipo sujetó su mano para ayudarlo a ponerse de pie—. Buenas noches, chicos. Nos vemos mañana.
Intencionalmente se convirtió en peso muerto cuando ChanYeol tiró con mas fuerza de él para pararlo y dejó que se lo llevara a rastras a la habitación mientras continuaba quejándose entre dientes. Una vez en el lugar el tipo le quitó la cerveza de la mano y lo tiró a la cama, sacándole un quejido gustoso en el proceso. Se sentó con dificultad sobre el colchón y se puso en la orilla para estar cerca del pelinegro, luego elevó los brazos, provocando un ceño fruncido en el rostro del otro. Sin decir nada intentó tirar la sudadera que llevaba hacia arriba, ante lo cual el tipo pareció entenderlo, porque le ayudó a sacarse la prenda y BaekHyun, una vez con el torso desnudo, se dejó caer de espaldas. Desde ahí le hizo un gesto con la mano al contrario, quien se apoyó en la cama para acercarse a él. Lo tomó del cuello y lo besó con una sonrisa entre los labios. No tenía ni puta idea de por qué seguía haciéndolo, pero siempre podía decir que estaba borracho. Cuando se separó el tipo rio ante su ocurrencia, BaekHyun rodó hasta los pies de la cama y cayó al suelo.
—Maldición, Baek. ¿Estás bien?
Rio aún con la cara contra la alfombra y se levantó, viéndose en la necesidad de afirmarse del colchón y del brazo de ChanYeol. Una vez de pie caminó a la pequeña habitación que estaba frente a la cama y encendió la luz. Sonrió al ver el gran ventanal de suelo a techo y el jacuzzi justo en el límite. Bajó los cuatro escalones para llegar a la zona y miró el exterior con una sonrisa.
—Quiero bañarme. —Se llevó las manos al inicio de sus jeans y ChanYeol suspiró desde el otro lado de la habitación.
—Te bañaste hace unas dos horas.
—Quiero hacerlo en el jacuzzi. —Apuntó con uno de sus dedos al lugar y el pelinegro volvió a suspirar—. ¿No quieres?
El tipo apretó los labios, como si no acabase de comprender lo que quería decir, pero luego de una media sonrisa coqueta por parte de BaekHyun cerró la puerta tras de sí y se quitó la camiseta, sacándole una sonrisa.
—No puedo creer que haga este tipo de locuras contigo —susurró el más alto mientras se quitaba los pantalones.
—Es divertido. —Sonrió y pasó por un lado del tipo mientras miraba una de las repisas—. Aquí hay velas.
—¿Quieres algo romántico? —ChanYeol pareció entretenido con su actuar, pero al ver su ceño fruncido quitó la sonrisa—. Yo las enciendo. Prepara el jacuzzi.
Mierda. Ni BaekHyun podía creer que de nuevo terminó con la boca contra la de ChanYeol mientras gemía quedo y dejaba que el otro lo sujetara de la cintura para hacerlo subir y bajar. Pusieron algo de rap y BaekHyun estuvo más lúcido, pero no supo quién cantaba y ni siquiera estuvo seguro de que fuera coreano. La habitación solo estuvo iluminada por las velas, olió mucho a flores debido a los productos espumantes y todo fue tan bonito y relajante que BaekHyun pensó que estaba en una luna de miel, maldición. Era una puta mierda, porque ChanYeol no dejaba de ser un hijo de perra, pero lo trató tan bien que no pudo resistirse a sus ojos oscuros cuando ambos terminaron sobre el colchón, haciéndolo de nuevo hasta que pasaron las cuatro de la mañana y el contrario le recordó que en unas horas tenían que viajar a Corea.
Durmieron desnudos. BaekHyun con la cabeza metida entre el hombro y el cuello de ChanYeol, demasiado extasiado con su olor natural, mientras que el pelinegro le pasó el brazo alrededor de la cintura y con la otra mano tomó la suya, la cual descansó en el pecho del tipo. Ni cuenta se dieron de si se cubrieron con las sábanas o no, pero así se quedaron dormidos.
—¿Me están jodiendo? —Aún durmiendo acomodó de mejor forma la cabeza sobre donde estaba recostado—. ¡Chicos!
Saltó del susto y pestañeó repetidas veces para encontrarse con los otros dos tipos parados a los pies de la cama. Se sentó sobre el colchón y entrecruzó las piernas mientras se restregaba un ojo, intentando espantar el sueño.
—¿Ya tenemos que irnos? —preguntó casi sin voz por estar recién despertando.
—Cinco minutos más.
Miró a ChanYeol removiéndose en la cama, asintió y volvió a recostarse para seguir durmiendo. Solo duró sobre la cama dos segundos y abrió los ojos para luego sentarse con rapidez, soltando un quejido en el proceso. JongDae estaba parado junto a MinSeok en la entrada, el primero de estos con la cámara instantánea en las manos y ambos con una expresión de que se acababan de cagar encima. BaekHyun se miró a sí mismo y tiró de las sábanas para cubrirse de mejor manera. Por debajo de las mantas le pegó una patada a ChanYeol para que se despertara.
—¿Qué pasa? —El pelinegro se sentó con lentitud y lo miró con el pelo hecho un revoltijo—. Baek.
—ChanYeol —susurró sin apartar la vista de los otros dos.
El aludido terminó por voltearse para encontrarse con la mirada de los otros, cosa que le provocó una maldición por lo bajo. JongDae pareció salir de su estupor y con una sonrisa que dio miedo les sacó una foto, u otra; BaekHyun no supo cuántas fotos les tomó.
—No te creo —susurró esta vez MinSeok de forma muy lenta.
—Me debes una cita —se jactó el castaño.
—¿Apostaron por nosotros?
JongDae asintió—. Le dije que lo hicieron. Los escuché ayer, pero no estaba aseguro.
—Pensé que eras un alma pura. —MinSeok se acercó hasta él para mirarlo con los ojos bien abiertos, aunque se notó que bromeaba—. ¿Cómo pudiste caer en la tentación?
—No me jodas, MinSeok —susurró. Tiró de la sábana para envolverse la cintura y se puso de pie, ganándose un ceño fruncido por parte de ChanYeol—. También lo hiciste ayer con JongDae. ¿Crees que soy imbécil?
Esta vez fue oportunidad de que los aludidos se pusieran nerviosos y ChanYeol aprovechó eso para ponerse de pie, tirando consigo la sábana restante para cubrirse.
—No le digan a nadie. —Apuntó el alto acusadoramente a los otros dos y estos asintieron—. ¿Y tú hasta cuándo seguirás de pervertido sacándonos fotos?
—Se ven bonitos.
—Ve a chupar un pene.
—Ya lo hizo —susurró BaekHyun entre dientes, jactándose, ganándose un manotazo por parte de MinSeok.
—Vístanse de una vez. Tenemos que irnos. —El rubio salió de la habitación con paso rápido y JongDae lo siguió.
—Esto será una mierda —susurró ChanYeol y se pasó la mano con frustración por el pelo, molesto.
BaekHyun recogió su ropa interior limpia que dejó en el baño y, luego de ponérsela, le sonrió al pelinegro antes de acercarse y dejarle un suave beso sobre los labios.
—Todo estará bien. —Sonrió y volvió a dejar otro beso—. No tiene por qué avergonzarte.
—No me da vergüenza. Solo no quiero llevarme una avalancha de mierda por parte de los chicos en casa.
Dio un último beso sobre los labios ajenos y no se vistió hasta que notó la sonrisa en el rostro de ChanYeol.
—Sobreviviremos.
El sujeto lo abrazó por detrás y dejó un beso en su nuca, sacándole una pequeña risita que lo llevó a dar un gran paso para alejarse del alto. Aún con la sonrisa en la cara se vistió, ordenó sus cosas y salió detrás de JongDae y MinSeok para posteriormente subirse al avión en la clase VIP. Su mano siempre estuvo entrelazada a la de ChanYeol mientras que en la otra llevaba sus cosas, así que no pudo pegarle ninguna colleja a JongDae cuando este se burló de ellos, pero le dio igual, ya sufrió muchos años por la burla de otros ante su sexualidad como para seguir soportando la mierda ahora que ya era un adulto.
—BaekHyun, con este trabajo recibes un sueldo —dijo ChanYeol cuando estaban en el avión y extendió el tablet hacia él, mostrándole un monto que le sorprendió—. No puedo pasarte el dinero, pero puedo comprar lo que quieras. ¿Alguna idea?
—Quiero ropa. Ya llevo mucho tiempo aprovechándome de MinSeok —bromeó, ganándose un bufido del rubio desde los asientos traseros.
—¿Algo en específico?
Recibió el aparato que le entregó el tipo y con eso se entretuvieron durante todo el viaje, echando ropa "al carro" por internet. Una vez que llegaron delante de la puerta de entrada de la casa de ChanYeol no tuvieron que meter las llaves a la cerradura, porque JunMyeon les abrió la puerta desde el interior, como si esperase por ellos.
—Tengo algo que hablar contigo, BaekHyun —sentenció el hombre y, ante su seriedad, no pudo evitar perder la sonrisa.
Asintió y dejó su bolso sobre el suelo a un lado de la entrada y caminó a la mesa del comedor, donde había un computador sobre la superficie. Apenas estuvo lo suficientemente cerca JunMyeon puso play, dejándolo ver un canal de noticias.
—El hijo del ministro Byun ByeongGi hizo aparición después de casi un mes desaparecido. —Su cuerpo se tensó y sus manos cayeron sobre la mesa en el intento de aferrarse a algo—. Se le vio este domingo 28 de junio en 'The Castle Hotel' ubicado en Dalian, China, acompañado de nada más ni nada menos que Park ChanYeol... —JunMyeon pausó la transmisión.
—Te dije que esto iba a salir mal —mencionó ChanYeol detrás suyo, cosa que lo hizo girarse con los brazos cruzados, totalmente ofendido.
¿No se suponía que el tipo debía apoyarlo? Como mínimo esperó que lo alentara de algún modo después de todo lo que pasó entre ellos.
—BaekHyun —llamó JunMyeon, consiguiendo por completo su atención. El tipo arrastró sobre la mesa un celular blanco que reconoció y no pudo evitar sorprenderse al verlo, pero no lo tomó—. Quiero que llames a tu padre y le digas que estás súper feliz de vacaciones, que te cansaste de la universidad y que querías un espacio para ti solo. Te disculpas por no haberle avisado y listo. —Abrió la boca, dispuesto a protestar, a decir cualquier cosa que le sirviera para evitar todo aquello—. ¿Entiendes?
Apretó los labios y se dejó caer en la silla más próxima mientras se llevaba ambas manos al rostro para cubrírselo. Sintió que aquello era mucho, que superó su límite.
—JunMyeon, no puedo —susurró sincero, afligido—. No puedo mentirle a mi padre.
—Tienes que hacerlo, BaekHyun. —El hombre miró al segundo piso, haciendo que su mirada se dirigiera al mismo lugar y notó que un tipo le apuntaba con un arma desde el balcón interior—. Te doy diez minutos para que te tranquilices y pienses en qué decir. En cuanto a los demás, salgan de aquí.
Se quedó con la mirada anclada en la madera de la mesa y se llevó ambas manos al pelo, dejó que los dedos se introdujeran entre las hebras y tiró de ellas ansioso, desconcertado, pero, por sobretodo, dolido.
—Tu celular está apagado, pero tiene batería.
Tomó el aparato y lo encendió, provocando que sonara repetidamente producto de la cantidad de notificaciones que recibió, algunas de comentarios que le dejaron por redes sociales, dedicatorias, etiquetados, mensajes por privado... Todo eso quebró su corazón de una forma inexplicable y deseó que pudiese salir de ahí para agradecerle a todas esas personas que se preocuparon por él, siendo su padre el primero.
—No hay margen de error —amenazó JunMyeon antes de perderse por unos de los pasillos.
Cuando se giró notó que ChanYeol seguía detrás suyo, mirándolo con una mueca y un ceño fruncido que le dio a entender que el contrario compartía sus sentimientos de angustia, cosa que lo armó de valor. Quizás, solo quizás, hubiese algo dentro de toda esa mierda que valiese la pena. Y ese quizás probablemente fuese ChanYeol.
Correspondió la sonrisa alentadora de su dueño y concentró su atención en el celular para dirigirse al listado de contactos del teléfono, aunque lo interrumpió una llamada entrante. Al identificar a su padre se puso de pie, se acercó a uno de los sofás y tomó asiento ahí, de donde incluso quitaron las armas. Con una sonrisa fingida contestó la videollamada.
—¡¿Te volviste loco?! —Dio un respingo al escuchar el grito de su padre a través del teléfono y perdió su sonrisa—. ¡¿En qué mierda pensabas, Byun BaekHyun?! ¡¿Cómo jodidos pensaste que esto podría ser una buena idea?!
Se mordió el labio inferior, nervioso, reconociendo de inmediato a su padre canoso a través del teléfono, quien se veía mucho más cansado y mayor de lo que recordaba, cosa que le preocupó.
—Papá... —susurró con suavidad y tuvo miedo de lo que estaba por decir.
—¡BaekHyun! —Agachó la cabeza al ver la mirada de su padre molesta desde el otro lado del aparato—. ¿Por qué mierda hiciste esto, hijo? ¿Por qué?
—Papá, tranquilo. —Fingió una sonrisa que luego le provocó una risa imbécil. La situación no podía parecerle más estúpida—. Estoy bien. Mírame.
—Claro que sí. Estás por todos lados de internet con la boca pegada al niño ese. —Frunció el ceño, sin comprender, y al parecer su padre tampoco tuvo ánimos de explicarle—. Dime qué mierda pasa, BaekHyun.
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