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Capítulo XXI

—¿Qué mierda haces? —preguntó alterado cuando fue consciente de lo que sucedía, ocasionando que sus manos se pusieran sobre los hombros ajenos para alejarlo—. ¡¿Por qué me besas como si tuvieses un maldito derecho de hacerlo?!

La mano de ChanYeol se posicionó alrededor de su cuello, aunque no con la intención de ahorcarlo, sino de sujetarlo.

—Porque soy tu dueño y puedo hacer lo que quiera contigo.

Soltó una risa irónica—. Jódete.

—Déjame joderte a ti.

Se quedó en silencio y con la mirada fija en los ojos del contrario en busca de la broma, la risa o incluso la sonrisa irónica, pero sus orbes estaban tan distintas, tan profundas. Las cejas del pelinegro se fruncieron con ligereza y este aflojó el agarre en torno a su cuello hasta dejar caer la mano a un costado.

—¿Estás jugando? —preguntó serio, aún sin recomponerse por completo.

—No, BaekHyun. Tú también me llamas la atención.

Se quedó quieto, tanto así que contuvo la respiración. Una vez que recobró la lucidez dio el paso que lo separaba de ChanYeol y pasó las manos sobre sus hombros para luego tirar de él y juntar sus labios con los ajenos. De inmediato introdujo su lengua en la cavidad ajena,en respuesta el contrario lo tomó de las caderas y gimió dentro de su boca, provocándole un estremecimiento.

—Ardamos juntos en el infierno. —Sonrió, divertido con su propia frase, y chocó con la sonrisa de ChanYeol antes de volver a besarlo.

Apoyó ambas manos sobre el pecho del tipo y estas subieron hasta adentrarse por debajo de las hombreras de la chaqueta ajena, la cual quitó y dejó caer el suelo. ChanYeol lo abrazó mientras lo besaba y BaekHyun jadeó contra la boca ajena cuando la gran mano del tipo recorrió su espalda, terminando en su nuca, donde lo atrajo más hacia su boca. Dejó que ChanYeol lo empujara hacia la cama y que se situara sobre él con ambas piernas a los costados de sus caderas. Aún sin despegar los labios de los contrarios pasó las manos por la espalda del tipo hasta terminar con los dedos enredados en su cabello. Ladeó la cabeza para profundizar el beso y jugó con la lengua ajena. Pasó un tiempo desde que tuvo sexo, pero ni siquiera necesitó recordar aquello para saber cómo mover su pierna contra la entrepierna del contrario con la finalidad de sacarle un quejido, provocando en él una sonrisa de satisfacción que ChanYeol rápidamente la hizo mierda a base de besos. Sus manos se dirigieron a la camisa negra del tipo y desabotonó la prenda con rapidez, urgido de tenerlo desnudo contra sí, cosa que lo hizo replantearse si lo que hacía estaba bien o si se le fue la cabeza por completo.

—¿Siquiera has tenido sexo con un chico? —preguntó casi sin aire cuando ChanYeol se apoderó de su cuello y él logró deshacerse de la camisa del tipo.

El pelinegro gruñó y la próxima vez que habló lo hizo de una forma tan ronca que BaekHyun no pudo contener los estremecimientos.

—No, pero tengo muchas ganas de probarte.

Calló y dejó que el sujeto le tocara el pecho mientras mordía su cuello. La mano del alto pasó por sus pectorales y se dirigió hacia abajo, sacándole un gemido al notar que se detuvo en su entrepierna y la acarició por sobre la ropa. En ese momento a BaekHyun le dio igual si el pelinegro sabía hacerlo con un chico o no, lo único que quiso fue que estuvieran los dos desnudos cuanto antes. Sin embargo, ChanYeol no pensó lo mismo, pues fue tan lento con sus besos por debajo de la oreja, los cuales recorrieron su barbilla y llegaron hasta sus labios para besarlo nuevamente. El tipo se alejó y lo miró desde arriba. BaekHyun recordó que estaba pelinegro y se preguntó a sí mismo si el color le sentaba bien.

—¿Qué pasa? —preguntó con rapidez y el tipo sonrió antes acercarse a él.

—¿Tienes idea de cuántas veces quise tenerte así?

Su pregunta lo sorprendió, especialmente por el tono sincero que empleó ChanYeol, como si lo hiciese muy feliz confesarle eso. En respuesta solo sonrió y elevó la comisura de uno de sus labios en un intento de verse sexy. Estaba dispuesto a decir algo, pero el pelinegro no le dio tiempo antes de volver a besarlo, quitándole el aire por completo. El tipo dejó caer con ligereza el cuerpo sobre el suyo y se movió sobre él, sacándole un ligero quejido ahogado en los labios ajenos, ya sintiendo la excitación a flor de piel y el pene tan duro que su único deseo fue que el sujeto lo desnudara de una vez. Maldición, al parecer el contrario le leyó la mente porque, aún besándolo, dirigió una de sus manos hasta el inicio del pantalón para pelear con el cierre y empujar la tela hacia abajo. BaekHyun lo ayudó a terminar de quitar por completo la prenda sin despegarse nunca de los labios ajenos y, una vez que quedó en ropa interior, dejó que el pelinegro lo tomara por los muslos para abrirlos con ligereza y posicionarse entremedio; la acción lo hizo gemir. ChanYeol volvió a besar su cuello, aunque esta vez no se concentró en la zona y bajó hasta llegar a los pectorales, donde besó uno de sus pezones, haciéndolo gemir y alzar las caderas contra el otro cuerpo, ansioso por más. El tipo siguió su camino, besó por debajo del ombligo y se detuvo en el inicio de la única prenda que le quedaba. Ambas manos se sujetaron de la pretina y BaekHyun tuvo que morderse el labio inferior para no dejar escapar un gritito ahogado cuando ChanYeol bajó su ropa interior con lentitud hasta quitársela por completo.

—Quítate la ropa —pidió con suavidad, casi sin voz.

Sin vergüenza llevó la mano hasta su propio pene erecto para acariciarse cuando ChanYeol se puso de pie a un costado de la cama para quitarse lo que le restaba de ropa, llevándose consigo el pañuelo que se empeñó en ponerle MinSeok antes de ir a la fiesta. Gimió al verlo, porque ChanYeol era grande y se veía tan imponente observándolo desde lo alto con esa mirada tan intensa, con el tatuaje cubriéndole el hombro izquierdo y el pequeño reloj de bolsillo dibujado sobre la pelvis. No le dijo nada, pero el pelinegro se sintió llamado cuando BaekHyun hizo la cabeza hacia atrás y entreabrió los labios para soltar un jadeo. ChanYeol se posicionó de nuevo entre sus piernas y volvió a entretenerse en su cuello antes de bajar hasta su entrepierna, sacándole una risa cuando lo vio sin saber qué hacer.

—Creo que hasta un...

Dejó su comentario a medio camino y soltó un jadeo al ver que ChanYeol no dudó en meterse su miembro a la boca, bajó y subió la cabeza una y otra vez, volviéndolo loco y llevándolo a agarrar firmemente las sábanas con ambas manos en un sentimiento que rápidamente se volvió agobiante. Empujó las caderas hacia arriba y llevó una de sus manos hasta la cabeza del contrario para introducirla entre sus cabellos, ansioso de que continuara, porque le encantó y lo hizo bien.

—¿Así que ya sabías cómo hacerlo?

El tipo hizo un sonido obsceno al sacarle su miembro de la boca y le sonrió desde abajo—. En realidad no tengo ni puta idea, pero viendo cómo lo disfrutas debo estar haciéndolo bien.

Quiso golpear al sujeto, decirle alguna mierda inteligente o atragantarlo, pero se quedó estático y con los ojos fijos en los contrarios al ver que ChanYeol volvió a meterse su pene a la boca sin dejar de mirarlo. Desde ahí solo subió y bajó un buen rato, succionando y haciéndolo poner los ojos en blanco.

—ChanYeol, ¿quieres que termine primero?

El chico se irguió, saltando su miembro en el proceso—. ¿Por qué? ¿Quieres terminar?

—Si sigues así lo haré.

La sonrisa que se formó en el rostro ajeno lo hizo morderse el labio inferior y se sintió inseguro de si eso era lo que realmente quería, pero no, no creyó que lo fuera. Tomó al tipo del cabello, ya que era lo único que tenía a su alcance, y lo obligó a llegar a su altura, sacándole un insulto por lo bajo debido a lo brusco que fue, pero cuando lo vio sonrió y se acercó para besarlo con fuerza, haciéndolo gemir contra su boca.

—¿Ya puedo hacerlo? —preguntó el tipo contra sus labios.

—¿Qué? —Jadeó, excitado porque sintió su miembro rozarse con el de ChanYeol—. No, no. Aún no. No seas un bastardo como las mierdas del edificio.

El pelinegro rio, aunque había algo de incomodidad en su expresión, y alejó el rostro para mirarlo mejor.

—Entonces, ¿qué?

—Busca lubricante.

—¿Lubricante?

—Sí. —Se estiró hasta la mesita de noche más cercana—. Estamos en un hotel y se supone que una pareja homosexual nos preparó la habitación, así que...

—¿Sirve el bloqueador?

Se giró a mirar al tipo con el ceño fruncido, quien se entretuvo buscando en el otro cajón y, al ver el pote entre las manos ajenas, inmediatamente se lo quitó, generando una mueca en el rostro contrario que le sacó una risa.

—No es bloqueador. —Lo destapó—. Espera un momento a que me prepare.

—Quiero intentarlo.

Soltó un gruñido—. Jódete. Tienes los dedos muy grandes.

—BaekHyun... —A pesar de las protestas del tipo se hizo a un lado en la cama para darle más espacio.

—Ven aquí. —Palmeó su costado.

ChanYeol tuvo intenciones de sentarse a su lado, pero lo detuvo para que quedara con las rodillas sobre la cama y mirando hacia él. El tipo no comprendió qué quería hacer, así que fue muy satisfactorio ver la cara que puso cuando se metió el miembro ajeno a la boca. Aún en esa posición se echó un poco de lubricante en los dedos para dirigirse hacia su propia entrada, donde tocó con suavidad hasta introducir el primer dedo, cosa que le provocó un ceño fruncido debido al ligero dolor y sensación de incomodidad. Al verlo, ChanYeol se encargó de entretenerlo al tomar su pene con una de sus manos, sacándole un quejido aún con la boca ocupada. Las manos del tipo eran grandes y ligeramente ásperas, se movían con lentitud y de vez en cuando se encargaba de acariciar la cima de su glande con el pulgar, robándole reiterados gemidos. Ante esa acción se desconcentró y tocó su entrada hasta meter el segundo y el tercer dedo, todo con lentitud y a su tiempo. Después de todo, ChanYeol pareció muy entretenido sujetándole el pelo y moviendo las caderas contra su boca; a juzgar por su expresión, estaba disfrutando y eso lo hizo sentir satisfecho consigo mismo.

Se sacó el miembro de la boca para hablar—: Estoy algo listo.

—¿Algo? —preguntó el tipo con una sonrisa burlona y se movió para ponerse a los pies de la cama.

—¿No dijiste que querías intentarlo? —Hizo un movimiento de cejas para apuntar hacia sus piernas, generando una sonrisa pícara en el rostro del sujeto.

Los labios de ChanYeol volvieron a estar contra los suyos y cerró los ojos. Permitió que el contrario le mordiera el labio inferior y luego metiera la lengua dentro de su boca mientras que, con sus manos grandes, afirmaba sus muslos para empujar sus rodillas hacia su pecho. Se echó un poco de lubricante y tocó su entrada mientras permanecía apoyado sobre sus rodillas y lo miraba con atención.

—Me dices como voy.

Rio y asintió—. Ni que hablases con un GPS.

El tipo apretó los labios en una mueca y él sonrió con coquetería desde abajo. No supo si ChanYeol introdujo su dedo con brusquedad a modo de venganza o de verdad era grande a comparación de su cuerpo. De igual forma, se mordió el labio inferior y botó todo el aire por la nariz en un intento de tranquilizarse, aunque, a juzgar por la mirada de preocupación que le envió el pelinegro desde arriba, de seguro lo que menos quería era hacerle daño. La mano ajena rodeó su miembro y él llevó ambos brazos por debajo de su cabeza al sentir el segundo dedo entrar en él. De seguro ChanYeol no tenía ni puta idea de cómo tocarlo, pero le sacó más de un gemido mientras lo preparaba, volviéndolo tan loco que no pudo aguantar mucho más de los tres dedos antes de que sintiera que lo necesitaba. Así que, desde donde estaba, tomó al chico del brazo y lo tiró hacia sí para volver a besarlo. Movió sus piernas para darle más espacio.

—¿Ahora? —preguntó ChanYeol contra sus labios con un tono tan ronco que solo eso lo hizo gemir.

Asintió con urgencia y dejó que el tipo se alejara para echarse un poco de lubricante sobre el pene. Una vez posicionado en su entrada, BaekHyun cerró los ojos e hizo la cabeza hacia atrás, anticipando el dolor.

—Baek, si no te gusta no es divertido. —Frunció el ceño y lo miró. Le pareció estúpido lo que dijo, porque sonó como un niño que se quejaba de que su amigo no jugaba con él—. Mírame.

Puso atención en ChanYeol, confundido. Dejó que el sujeto empujara su muslo e impulsara las caderas contra él, provocando que sintiera el glande húmedo contra su entrada. El tipo empujó con lentitud y BaekHyun no pudo evitar fruncir las cejas y soltar un quejido ante el dolor. El pelinegro se retiró con rapidez.

—Déjame echar más bloqueador.

Se mordió el labio inferior para no largarse a reír, pero no dijo nada y dejó que le echara más lubricante encima, al menos lo permitió hasta que sintió que pasó demasiado tiempo como para continuar soportándolo.

—Hazlo ya. —El tipo lo miró por debajo de unos mechones sueltos y BaekHyun se dio cuenta que era la primera vez que lo veía con el pelo contra la cara, cosa que lo hizo ver muchísimo más joven y sexy, lo cual le dio un fuerte tirón a su polla—. Solo hazlo, ChanYeol. No lo pienses más.

El sujeto volvió a posicionarse en su entrada y él entreabrió los labios al sentir que empujó contra él, abriéndose paso entre sus paredes. Una vez que el miembro estuvo bien situado en su entrada, el pelinegro trepó por sobre su cuerpo para besarlo con suavidad, de una forma lenta como nunca antes lo hizo, pero cuando sintió el empujón contra él supo que lo hizo a modo de anticipo. La mano de ChanYeol se posicionó por detrás de su rodilla para asegurar la posición y la otra mano la puso sobre el colchón, a un lado de sus costillas para anclarse a la cama. Los movimientos fueron lentos y un poco torpes al inicio, probablemente porque necesitaban más lubricante y ChanYeol no tuvo ningún reparo en echarle más y más del líquido viscoso contra el cuerpo hasta que finalmente se pudo mover bien, saliendo y entrando en él sin dificultad y con rapidez. Desde ahí BaekHyun no pudo detener su boca, porque eso estaba bueno y ChanYeol sabía moverse como un maldito hijo de puta que lo hizo volverse loco. Lo embistió contra el colchón una y otra vez, gruñendo contra sus labios o en su cuello.

—Sí que gimes alto —susurró el otro con una sonrisa burlona a la par de sus movimientos.

Como aún se movía en su interior, a BaekHyun le costó hablar entre sus propios quejidos.

—Eso es porque estás... ahí y... —Se calló a sí mismo al sentir otra fuerte estocada contra su interior, provocando que su cabeza se fuese ligeramente hacia atrás.

—¿Y...? —incitó ChanYeol con diversión.

—Te mueves bien —soltó entre dientes, como si aún no terminara de agradarle la idea.

El tipo soltó una risa tan ronca que la desconoció. Los ojos ajenos se detuvieron en los suyos y lo hizo perderse de nuevo. Bastó un beso profundo y que ChanYeol decidiera penetrarlo tan fuerte como se lo permitía su cuerpo para saber que todo se fue a la mierda. Pasó ambas manos sobre los hombros del tipo para atraerlo hacia sí y lo besó con dificultad, aún sin lograr contenerse de los gemidos mientras el sujeto chocaba la pelvis contra su trasero.

—Me volverás loco —soltó el pelinegro entre dientes.

El comentario le impactó, dejándolo con la boca abierta mientras soltaba quejidos inevitables y ChanYeol le mordió el cuello, aún saliendo y entrando en él sin detenerse en ningún momento. A pesar de que estaba muy concentrado, recordó cuando llegó a esa habitación y le dijo al chico con un comentario mordaz que le llamaba la atención, recibiendo por respuesta, pues... lo mismo. ChanYeol de alguna forma le correspondió, aunque BaekHyun no terminaba de entender en qué exactamente. Llamar la atención, pensó. ¿Qué mierda significa realmente eso? Agarró los hombros del tipo y lo empujó un poco hacia atrás para observarlo, cosa que hizo que el pelinegro detuviera sus movimientos

—¿Qué pasa?

—Sal un momento.

ChanYeol se mostró confundido, pero no dudó en hacer lo que le pidió.

—¿Qué sucede? ¿Te duele?

Haces que me duela la cabeza de tanto pensar en ti, le quiso decir, pero un momento como ese BaekHyun no se lo perdía por nada, así que empujó al tipo y lo dejó recostado en la cama, con la espalda contra el colchón. Una vez ahí pasó una de sus piernas sobre las caderas del pelinegro y no se detuvo ante el balbuceo de ChanYeol antes de posicionarse el miembro del alto en su entrada y bajar, sacándole un gruñido al tipo. Las manos ajenas fueron a parar en sus caderas, donde ejercieron un ligero apretón y BaekHyun se movió con suavidad para ver la reacción del contrario, este cerró los ojos y ladeó la cabeza hacia un lado, como si estuviese conteniéndose.

—Gime —exigió con una sonrisa pícara al verlo contenerse, ganándose un ceño fruncido de su parte—. Te quejas de que gimo mucho, así que quiero que lo hagas tú.

—No me estaba quejando.

Llevó una mano hasta el cuello de ChanYeol y lo obligó a que lo mirara—. Gime.

Movió con fuerza las caderas contra el chico y este arrugó la nariz. BaekHyun sonrió y continuó con sus movimientos. El cuerpo ajeno se tensó, el pelinegro echó la cabeza hacia atrás y dejó escapar un gemido ronco, haciéndolo gemir a él también. Aún sin apartar la mano del cuello del tipo sonrió y continuó moviéndose, ejerciendo un poco de presión en el agarre.

—Dijiste que te llamo la atención, ¿cierto? —ChanYeol asintió con rapidez—. ¿Qué significa eso?

—Déjame ponerte en cuatro —pidió el pelinegro con tanta urgencia que no pudo aguantarse la risa.

Con un rápido movimiento terminó mirando hacia los pies de la cama con las rodillas y las manos sobre el colchón. ChanYeol no tardó nada en posicionarse detrás de él y lo embistió con dureza mientras se sujetaba de sus caderas.

—Sí, me llamas la atención —respondió el tipo a su primera pregunta—. ¿Por qué?

—¿Eso quiere decir que te gusto? —preguntó casi sin voz. ChanYeol le robó el aliento por completo.

—Sí, me gustas.

—¿Desde cuándo?

El pelinegro siguió moviéndose contra su cuerpo y no se detuvo en ningún momento. De hecho, el tipo estuvo tan concentrado en lo que hacía que no le puso nada de atención a su pregunta y por un momento BaekHyun pensó que así era mejor, pero al parecer ese silencio solo fue para que ChanYeol se posicionara mejor detrás de él y continuó con lo suyo. Al sentirse más excitado tomó su propio miembro y comenzó a tocarse.

—¿Puedo... eh...?

Miró sobre su hombro para encontrarse a ChanYeol con ambas rodillas sobre la cama y aún sujetándolo por las caderas. El tipo sudaba y los mechones oscuros se le apegaban a la frente, los labios los tenía hinchados y los ojos se veían mucho más oscuros de lo normal. BaekHyun lo encontró particularmente atractivo, porque brillaba gracias a la luz de la luna que entraba por el ventanal y los músculos se le endurecieron al emplear fuerza.

—Te ves tan atractivo —soltó sin planeárselo y se vio obligado a mirar hacia el frente, avergonzado.

El tipo salió de su interior y por un momento pensó que se enojó, pero este le puso la mano sobre el hombro para alzarlo y besarlo.

—¿Puedo terminar dentro?

Contuvo el aliento y reflexionó que eso ni siquiera se le pasó por la cabeza, pero el tipo lo recordó e inclusive le pidió permiso. Asintió a modo de respuesta, volvió a quedar con la espalda contra el colchón y con ChanYeol entre sus piernas. El sujeto entró con lentitud, pero luego se movió rápido y lo besó, provocando que sus gemidos terminaran contra la boca del contrario. Cuando sintió el gruñido contra su labio inferior supo que el contrario estaba por terminar, así que llevó la mano hasta su entrepierna para tomar su miembro y masturbarse. Luego de eso todo fue demasiado rápido, o al menos así lo sintió BaekHyun cuando eyaculó sobre su propio pecho y ChanYeol cayó sobre él poco después con la respiración agitada y el cuerpo sudoroso al igual que el suyo. Se mantuvieron así unos segundos en los cuales se debatió en si tocar al otro o no, pero al final pasó la mano sobre la espalda del tipo en una especie de caricia, obteniendo en respuesta un beso en la mejilla y que el pelinegro se quitara de encima suyo. Ya sin excitación y uno al lado del otro las cosas se volvieron momentáneamente incómodas.

—Me llamaste la atención desde el primer día —dijo ChanYeol, al parecer recién respondiendo a la pregunta que le hizo unos minutos atrás—. Te encontré atractivo y no me imaginé que terminaría siendo tu dueño. Supongo que las cosas empezaron a hacerse más intensas cuando te encerraron en la perrera y me puse a hacer mierdas estúpidas para sacarte de ahí.

Los ojos del pelinegro estuvieron sobre los suyos y estos, junto a su sonrisa, fueron tan sinceros que BaekHyun tuvo miedo de herirlo. Solo se atrevió a sonreírle a modo de respuesta.

—¡Chicos, trajimos cerveza y pollo!

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