Capítulo XVII
Eran cerca de las tres de la mañana. BaekHyun llevaba más de cinco horas sentado en el sofá individual mientras encendía y apagaba la luz de la lamparilla que estaba a su costado, sobre la mesita de café. Tuvo que rogarle a MinSeok para que lo dejara bajar a pesar de la hora. Desde que los juntaron el primer día y se escapó ya no le quitaba nunca la vista de encima. BaekHyun llegó a pensar que ChanYeol lo contrató como niñera personal o alguna mierda por el estilo.
Después de muchos pucheros de BaekHyun y unos chasquidos de lengua por parte del rubio consiguió un asentimiento junto con un tirón de oreja y una advertencia que lo hizo sonrojarse y tragar grueso, porque era imposible que la palabra pene y cuchillo estuviesen en la misma oración y sonara bonito. Aún con la amenaza se ubicó en el salón principal en espera de su dueño, porque sentía que debía aclarar las cosas con él. BaekHyun no podía pasarse toda su estadía en ese lugar sintiéndose como un completo imbécil por dar paso libre a lo que quisiese el más alto para luego terminar a la mañana siguiente solo en la cama. No, maldición. Además, debía recordarse que no estaba ahí de vacaciones precisamente y que tenía que cumplir con el arreglo que hizo con YiFan. Esa era su única finalidad y no tenía por qué concentrarse en otra cosa.
Escuchó los ruidos de las llaves chocando entre sí a lo lejos, así que apagó la luz y se quedó quieto. Sintió el miedo recorrerle el cuerpo y la respiración entrecortada. JongDae habló de algo que comieron y ChanYeol rio como un estúpido a su lado.
—Me ayudarás con lo que te pedí, ¿cierto?
El castaño se apoyó en el barandal de la escalera y le sonrió a ChanYeol de manera encantadora. BaekHyun, quien miraba la escena desde la oscuridad, se preguntó cómo MinSeok se las aguantaba para estar cerca del tipo —que era un coqueto andante— sin saltar sobre él y comérselo a besos.
—No lo dudes. —ChanYeol sonrió—. Tendré todo listo como lo pediste.
JongDae le dio una amplia sonrisa al pelinegro y un beso volador antes de subir rápidamente por las escaleras, como si estuviese ansioso por llegar a la cama. BaekHyun le deseaba suerte. MinSeok tuvo dolor de cabeza al acostarse y dudaba que estuviera con los mejores ánimos para recibir a su compañero de habitación.
Por otro lado, ChanYeol pasó a la cocina y se sirvió un vaso de agua. BaekHyun lo miró desde la penumbra. Una vez que el tipo terminó de beber dejó el vaso en el lavaplatos y él formó una línea con los labios, sabiendo que luego sería él quien tendría que limpiar esa mierda. Sin embargo, se esforzó por no pensar en eso y se concentró en los movimientos ajenos, en cómo se despojó de las armas como siempre hacía, tirándolas en el sofá.
—Debes ser más ordenado. —No supo quién se asustó más, ChanYeol por su repentino comentario o BaekHyun por ser apuntado con un arma—. Solo soy yo.
Encendió la luz que estaba junto a él, en la mesita de café. El tipo en respuesta bufó y desactivó el arma antes de dejarla en el sofá.
—¿Qué haces aquí tan tarde?
—Te esperaba. —Su respuesta sorprendió al pelinegro, pero no le dio tiempo a que pensara mucho en ello y se puso de pie—. ¿Cómo te fue hoy?
Estuvo muy tentado a reírse al ver la expresión del alto, pero se aguantó y se acercó al tipo.
—¿Quieres comer algo? —Pasó de largo, directo a la cocina, y encendió la luz.
—¿Qué mierda te pasa?
Respiró profundo antes de mirar a ChanYeol y responder—: Estoy embarazado.
—¡¿Qué?!
Se largó a reír y el otro se esforzó en respirar con tranquilad mientras apoya a unas manos sobre el sofá y otra en la zona del corazón. BaekHyun lo miró confundido, pero aún riéndose.
—¿Por qué pareces tan impactado? —Puso el hervidor y sacó el pan de uno de los muebles.
—No lo sé. Ni siquiera puedes quedar embarazado. —El tipo pareció hablar consigo mismo. BaekHyun lo miró acercarse pensativo.
—¿Tanto impacto causé? —se atrevió a preguntar y se empeñó en hacer tostadas. Eso de ser mandado por KyungSoo todas las mañanas lo hizo un experto.
—No es primera vez que me lo dicen.
Tírenle algo que le parta la cabeza, por favor, pensó. A poco estuvo de pegarle un puntapié al mueble de la cocina y tirar el tostador por la ventana, pero simplemente se quedó quieto, con el corazón latiéndole a mil y de repente la inseguridad le recorrió el cuerpo. Tuvo ganas de irse del lugar, meterse debajo de las mantas de su cama y llorar, comer helado por tres semanas mientras veía mierdas de terror en YouTube, la única estupidez que no tenía un ápice de romance en todo lo que podía encontrar en internet.
—¿Eso no está listo ya?
Recobró el sentido y sacó las tostadas con rapidez, quemándose en el proceso.
—¿E... Eres papá? —se atrevió a preguntar un poco después, atropellándose un tanto al hablar.
Siguió con la mirada en el tostador, tampoco tuvo ánimos de mirar al contrario. Permaneció allí, con unas inmensas ganas de que se lo tragase la tierra. ChanYeol apoyó uno de sus brazos sobre el mesón y se acercó a él, obligándolo a mirarlo.
—¿Te preocupa eso? —preguntó el otro con burla.
—¡Claro que no! —Volteó hacia la isla para dejar las tostadas sobre un plato y se movió para buscar algo que pudiese echarle encima al trozo de pan.
—No soy padre, BaekHyun. —Se quedó quieto con el tomate en la mano—. Lo dije medio bromeando medio en serio. —Miró sobre su hombro para encontrándose con la sonrisa del tipo—. Un de mis ex novias me dijo eso, pero estaba embarazada de otro bastardo.
La risa de ChanYeol se escuchó por el desolado lugar y él simplemente lo miró, notándolo desinteresado, como si el tema nunca le hubiese importado. Volvió su mirada al tomate y suspiró, recomponiéndose.
—¿Te gustaría ser padre? —preguntó por preguntar. Fue al lavaplatos y sacó un plato en lo alto del mueble.
—¿Por qué? ¿Me darás un hijo?
El plato se le cayó de las manos, estrellándose contra el suelo.
—¡Apenas nos hemos besado!
—¿Apenas?
Guardó silencio, petrificado. Desde el otro lado de la isla ChanYeol se largó a reír y le recordó tanto al chico que conoció por primera vez cuando llegó a esa mierda de lugar que sintió un deje de melancolía, cosa estúpida porque apenas estaba por pasar un mes desde que lo secuestraron y el no tenía por qué encariñarse con ChanYeol de ninguna manera.
—Solo nos hemos besado —susurró, asegurándolo porque de no ser así él lo recordaría.
—Estoy bromeando, BaekHyun. No te alteres.
El chico pasó por su lado hacia el refrigerador y le dio una palmadita en el hombro sano. ChanYeol ya memorizó dónde estaba su herida. El maldito ese...
¡Él era Byun BaekHyun! Nadie jugaba con sus sentimientos. Estuvo tentado a decirlo, a gritárselo en la puta cara, pero debía recordar que su meta era llevarse bien con el chico. Además, a BaekHyun... no le gusta ChanYeol.
—Me alegra saber que podemos hablar cómodamente de nuevo —continuó hablando el otro, al parecer ajeno de cómo se sumergió en sus pensamientos.
Se agachó a recoger los trozos del plato roto con cuidado, aunque su mente estuvo en otro lado. Botó los trozos y barrió, siempre en silencio. Una vez listo se detuvo con la mirada fija en la gran ventana de la cocina.
—Nos besamos dos veces —susurró, observando el oscuro mar, recién recordando.
ChanYeol frunció el ceño, pero luego soltó una suave risa.
—Solo nos besamos en la habitación, BaekHyun.
—Y en el auto —recordó.
El pelinegro fingió pensar y él quiso pegarle una patada en el culo, herido de que no recordara su piquito fugaz en la camioneta en la que llegaron a ese lugar.
—Nop. No recuerdo.
—Jódete —soltó herido sin siquiera pensarlo y pasó por un lado del otro para largarse de ahí, pero el chico lo tomó del brazo, deteniéndolo.
—¿De verdad lo consideraste un beso?
¿Cómo puede doler aún más?, se preguntó a sí mismo como un estúpido con los ojos fijos en los negros del otro. Quitó la mirada y perdió todas las ganas de hacerle algo de comer al contrario. Tuvo intenciones de soltarse, pero el tipo lo afirmó con fuerza, cosa que llamó su atención. No tuvo tiempo para pedir explicaciones, ya que ChanYeol lo empujó contra la isla y lo acorraló. Estuvo tan cerca que BaekHyun sintió el exhalar ajeno sobre la comisura de sus labios. Sus ojos permanecieron abiertos, atentos a lo que haría el chico y ansioso por una cosa, una única cosa que ni siquiera era posible que sucediera: Besarse.
¿Acaso ChanYeol quería darle algo que él sí consideraba como un verdadero beso? ¿Era por eso que lo tenía ahí, con el culo casi subiéndose sobre el mueble? Estaba ansioso de que el otro se acercara más y cuando lo hizo su decepción fue abismante al sentir los labios ajenos hacer presión sobre su frente, aunque no por eso se prohibió de cerrar los ojos y disfrutar del momento. Sin embargo, y a pesar de esto último, BaekHyun no obtuvo lo que quería, así que era su deber joder.
—¿De verdad eso es un beso para ti? —preguntó, fingiendo molestia, y le sacó una risa al pelinegro.
—Es memorable.
—Memorable mi polla.
El tipo abrió la boca para hablar, pero probablemente fue para reírse. BaekHyun tuvo la vista en él, tan atento de las acciones ajenas que ni siquiera notó que dos hombres los miraban del otro lado de la habitación. De hecho, hubieran pasado desapercibidos en la oscuridad si no se hubiese escuchado el carraspeo fingido e incómodo de YiFan. Su cuerpo saltó asustado y ChanYeol se puso a la defensiva, posicionándose delante de él de una forma instintiva, supuso.
—¿Desde cuándo se soban el pene entre ustedes? —preguntó descaradamente SeHun sin parar de reír.
—Hijo de puta... —Ese fue ChanYeol, no BaekHyun. De hecho, fue el pelinegro quien se dirigió al chico para pegarle una patada, cosa que no evitó que el rubio continuara riéndose.
YiFan encendió la luz del salón.
—Se me ocurrió una idea. —YiFan llamó su atención—. De hecho, podría hacerle un favor a BaekHyun.
Vio su sonrisa fingida y sus ojos achinados, aparentando una personalidad tierna que le iba como la mierda. BaekHyun ni siquiera aguantó unos pocos segundos antes de caminar hacia él, pero apenas pudo dar unos tres pasos antes de que ChanYeol lo tomara por la muñeca, deteniéndolo. Bien, lo recordaba: no meterse con nadie ahí, si no terminaría colgando del pene.
—¿En qué piensas? —cuestionó SeHun y tomó asiento en uno de los sofás, atento por la propuesta del jefe.
—Hacer trueque con LuHan.
—¿Me estás jodiendo? —ChanYeol estaba tan cabreado que incluso dio un paso hacia el lado para alejarse de él, sabiendo cómo se ponía cuando se enojaba—. He trabajado siempre en esta área y lo hago bien.
—Pero con BaekHyun te ves muy tierno. Parecen una pareja preciosa.
Lo notó, maldición. YiFan estaba interponiéndose.
Ni siquiera tuvo la necesidad de tomar a ChanYeol del brazo para saber que el tipo quería tirarse sobre el rubio. En vez de eso fue BaekHyun quien, con paso lento y calmado, se acercó al jefe.
—¿Eso quieres? —Elevó una ceja, autosuficiente, sacándole un gruñido al tipo—. ¿Seguro no te arrepentirás después?
La mano se puso alrededor de su cuello, pero BaekHyun ni siquiera dejó que hiciera un poco de presión antes de pegarle un rodillazo en los testículos, dejando al tipo sentado en el sofá que tenía por detrás.
—¡BaekHyun, ¿cuándo aprenderás a controlarte?!
La mirada que le envió YiFan desde abajo no lo asustó, pero cuando sintió el tirón por parte de ChanYeol y lo llevó a uno de los pasillos supo que estaba en graves problemas.
—BaekHyun, ¿por qué eres tan imbécil? —se quedó ChanYeol entre dientes—. Ya hablamos de esto.
—Fue él quien dijo que nos enviaría con LuHan —se defendió.
—¿Siquiera sabes quién es LuHan?
Se sorprendió y no supo qué contestar. Tomó aire a profundidad. Una vez que habló la voz le salió entrecortada al sentirse inseguro.
—No... Pero t-tú te veías enojado. Entonces...
—Haces mierdas y ni siquiera sabes por qué.
Frunció el ceño, molesto—. Lo dices como si esto no me involucrara a mí.
—Deja de joderme la puta existencia, BaekHyun. —Aquello fue lo último que dijo ChanYeol antes de pasar por su lado, dejándolo solo en el pasillo.
Escuchó a sus espaldas que bajaban las escaleras, él miró el suelo y contó los cuadros de las baldosas para que no le diera un puto ataque de histeria. Por como iban las cosas ¿por qué debía importarle? ¿Por qué se esforzaba en salir de ese lugar como si de verdad existiera una escapatoria? ¿Y si se suicidaba? Maldición. ¿Y si él mismo se pegaba un balazo para terminar con todo eso de una puta vez? Maldición, de verdad lo consideró una posibilidad.
—BaekHyun. —Volteó y se sorprendió al ver a YiFan a sus espaldas, quien se puso a su par para hablar. Ambos miraron el final del pasillo, donde se mostraba el mar—. ¿Qué tal si dejamos pasar esto? ¿No te castigo y tú...?
—¿Ignoro que acabas de incumplir el contrato? —preguntó mordaz y se ganó un ceño fruncido por parte del otro, dándole a entender que había gente detrás que podían escucharlos.
—Hicimos un trato, lo sé. Pero no puedo permitir que te quedes como si nada con lo que tanto me costó conseguir.
—Entonces, hubieses pensado mejor antes de abrir la boca.
—No lo dije con mala intención. LuHan es el encargado del área de Sexo, será un buen lugar. —Apretó los labios, contó hasta cinco para intentar calmarse y no darle otra patada al tipo—. Lo digo en serio. Me da igual si quieres o no estar con ChanYeol, pero te necesito acá dentro, sea el lugar que sea. Si quieres acostarte con él todos los días, entonces LuHan...
Tiró de la manga de la chaqueta del chico, callándolo, y luego dijo entre dientes—: Esa no es mi intención.
No solo tuvo que decírselo a YiFan, sino que también a sí mismo.
—¿Estás enamorado de él?
Se largó a reír, así sin más, sin poder evitarlo y a carcajada limpia, echó la cabeza hacia atrás y todo en el proceso. ¿Él? ¿Enamorado de ChanYeol? ¿Su secuestrador? ¿Su dueño? ¿BaekHyun saliendo en serio con ese bastardo? ¿Ellos dos...como una pareja seria? ¿Siquiera podían estar de otra forma que no fuera intentando matarse entre sí?
—Mierda. De verdad te gusta.
De inmediato dirigió sus ojos a YiFan, quien se inclinó para ver mejor su rostro a través de la ligera penumbra.
—No es así —susurró y acomodó su propio pelo, de repente se sintió nervioso y expuesto.
—¿Qué tal si somos amigos y te quedas con nosotros? Puedes ser el novio de ChanYeol.
—Parece que terminaré así. —A exceptuar de lo último, pensó.
¿Él, Byun BaekHyun, como el novio de ChanYeol, del cual ni siquiera sabía el apellido?
El chico lo tomó de los hombros y lo miró de frente. No le tuvo miedo ni algo parecido, simplemente pareció un amigo que tenía cosas por decirle, mierdas que restregarle en la cara y BaekHyun no se creía preparado para todo eso, principalmente porque YiFan no tenía ninguna cosa que buscaría en un amigo.
—Déjame ayudarte y tú me ayudas.
—No, YiFan. Ya tomé mi decisión. —Empujó los brazos del tipo y estuvo dispuesto a huir de ahí, pero un brazo lo sujetó, deteniéndolo.
—¿Al menos podemos hacer como que esto no pasó?
—Hecho —susurró y estuvo dispuesto a dirigirse al salón, a huir de ahí y desaparecer, pero se detuvo—. Hay otro tema que debemos aclarar.
El tipo elevó una de sus cejas, como si de verdad estuviese curioso por lo que tenía para decir—. ¿Qué pasa?
—No pusimos límites. —Se acercó a su jefe al ver que detrás de ellos, del otro lado del pasillo, estaban algunos de los chicos mirando hacia su dirección, como si esperasen que se matasen o algo así.
—¿A qué te refieres?
—¿Qué pasa si consigo que ChanYeol seda ante mí antes del tiempo previsto? ¿Debo aguantarlo hasta los cuatro meses?
—Pues sería lo ideal. Tú propusiste la idea.
Frunció el ceño, molesto por el comentario del rubio—. No estoy de acuerdo.
—Entonces, puedes joderte y dejar este juego de lado para que se acaben sus estúpidas discusiones.
El tipo tuvo intenciones de irse, pero BaekHyun lo sujetó del brazo. Estuvo seguro de que no quería que eso fuese así, pero no sabía cómo estructurar su propuesta para que, aunque fuera de un modo estúpido, sonara conveniente para YiFan.
—Reduzcamos el tiempo.
—Jódete, BaekHyun. Tú lo decidiste así. —El tipo se soltó de su agarre y caminó hacia el salón, pero se detuvo a tan solo un metro de él—. Ahora preocúpate por contentar a ChanYeol, porque parece que nuevamente todos tus esfuerzos se fueron a la mierda.
Dejó que YiFan se fuera y él apretó los ojos, recién siendo consciente de que la cagó y que el bastardo tenía razón, ahora tendría que esforzarse aún más para llevarse bien con su dueño. De hecho, probablemente fue por ello que al día siguiente estuvo detrás de ChanYeol todo el día, sirviéndole el desayuno, limpiándole las armas y sonriéndole como un estúpido arrepentido. No sirvió de mucho de igual forma. Solo recibió ceños fruncidos y unos cuantos manotazos. El resto de sujetos entendieron sus intentos de llevarse bien con el alto, pero solo se mantuvieron en silencio y los miraron desde lejos, incluso JongDae —quien siempre tenía algo para decir— cerró la boca.
Luego del almuerzo se obligó a sí mismo a moverse y detuvo a ChanYeol cuando este fue detrás de JongDae hacia la salida de la casa.
—Necesito que me ayudes con algo.
El tipo lo miró con el ceño fruncido, pero dejó que lo arrastrara fuera de la casa y caminó junto a él por el bosque. No le dijo nada en todo el camino y BaekHyun lo agradeció, porque tampoco se le ocurrió algo ñ para que el otro se quedara junto a él.
Una vez en el campo de tiro sacó a Sara del interior del bolsillo de su sudadera, donde la metió al inventarse alguna excusa para tener a su dueño a su lado. Agradeció cuando ChanYeol suspiró y tomó el arma para explicarle los puntos que, según BaekHyun, aún no terminaba por entender. No le dijo nada por su comportamiento ni por su duda inútil cuando el alto claramente parecía tener cosas por hacer. Sin embargo, a BaekHyun le dio lo mismo y se concentró en mantener a ChanYeol con la atención sobre él. Maldición, lo consiguió. Incluso pudo sacarle una sonrisa al chico.
—Disculpa por sonar tan exasperado ayer —se disculpó el pelinegro mientras regresaban. En respuesta solo sonrió.
—Tenías razón. No tenía por qué meterme.
—Es cierto que el tema te incluye.
Se encogió de hombros y sonrió—. Tú eres mi dueño. Sabrás cómo cuidarme.
Se adelantó con unos saltitos y se puso delante del tipo para regalarle una sonrisa que contagió rápidamente al otro, quien tiró de él cuando ya casi estaban por llegar a la casa y lo llevó por un camino que luego se convertía en unas escaleras de piedras que bajaban hacia el mar. Notó que había una pequeña playa.
—¿Qué hacemos aquí? —preguntó divertido al ver que ChanYeol se sacó los zapatos una vez que pisaron la arena.
—Nos bañaremos.
—¿Ahora? —El alto ni siquiera dejó que saliera de su estupor antes de tomarlo con fuerza y ponerlo sobre su hombro, haciéndolo gritar—. ¡Mierda! Bájame, ChanYeol. No tengo ropa de cambio, hace frío y mi herida aún...
El tipo no esperó respuesta de su parte y lo dejó caer en el agua. A partir de ese momento se permitió sonreír con sinceridad y se dijo a sí mismo que sí, estaba de vacaciones, así que se propuso disfrutar de todo mientras ChanYeol estuviese junto a él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro