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Capítulo XIX

—Deja de joderme la puta existencia —susurró, imitando las palabras de ChanYeol.

Pasaron pocas horas desde la fatídica discusión. BaekHyun estaba sentado en el avión con un montón de papeles en las manos mientras ChanYeol, a su lado, miraba por la ventana. No hablaron durante el viaje, ambos inmersos en sus propios mundos. La noche anterior, luego de hablar con JunMyeon, recibió un golpe en los hombros por parte de ChanYeol frente a quienes estuvieron con él esa tarde, golpe que lo llevó a gritar por el dolor de una cicatriz aún sensible, de paso quebró un jarrón y se hirió ligeramente el interior de la muñeca en el proceso. El alto lo encerró en la habitación de MinSeok y luego todo fue un desastre. El tipo discutió a gritos en el primer piso y, después de un fuerte portazo, salió de la casa llevando consigo a Sara. JongDae lo siguió para que el tipo no hiciese algo estúpido y ambos terminaron en el descampado jugando con las pistolitas a botar latas vacías de cerveza.

—¿Quiere servirse algo?

—No, gracias —respondió a la azafata con una sonrisa e inclinación de cabeza.

Deseó que se fuera cuanto antes. YiFan lo amenazó con abrir la boca y salir corriendo durante el viaje. Sí, estaba viajando en avión a otro país en ese momento.

—Si no gusta nada del menú puedo llevarlo a otra sala —dijo ella con voz dulce—. Ahí podemos comer algo que le apetezca.

—Disculpa....

Se asustó al escuchar una voz masculina y ronca demasiado cerca. ChanYeol tomó su mano, entrelazó los dedos y la elevó a la vista de la mujer.

—Oh, perdón. Disculpen.

La muchacha sonrió avergonzada y asintió antes de irse. Solo vio sus dedos entrelazados cuatro segundos antes que el alto soltara su mano, perdiendo la calidez en la zona.

—¿Ahora somos novios o qué? —intentó bromear.

—Chúpame la polla —mencionó serio el otro, sin siquiera dirigirle la mirada.

Yo encantado, quiso decir, pero se lo guardó.

—Perdón por lo que pasó con JunMyeon —susurró—. No sabía que esto podía generar un problema para ti.

—Jódete, BaekHyun —espetó el tipo, molesto—. Esto va más allá de que JunMyeon aceptara tu propuesta.

—Entonces, ¿cuál es el problema?

—Nunca me escuchas. —¿Y por qué mierda debería hacerlo?, pensó—. Llegamos a acuerdos y te olvidas de ellos, como si no te importara ni un poco lo que diga.

Se quedó estático. El contrario apretaba con fuerza la revista que leía, visiblemente enojado.

—Eres tú quien pide eso. Yo...

—Son acuerdos, BaekHyun. Pasó lo mismo con tratarnos bien, cuando lo intentamos en un principio. Te olvidas de todo tan rápido, como si no te importara.

—¿No será que a ti te importa demasiado?

El tipo lo miró con atención unos segundo antes de escupir—: Jódete.

ChanYeol tuvo intenciones de pararse del asiento, así que rápidamente agregó—: Jódeme.

El pelinegro se sorprendió por sus palabras. BaekHyun aprovechó para tomarlo por las mejillas y se acercó a él, dispuesto a besarlo y callarlo de una puta vez.

—Chicos, ¿cuál...? —Soltó el rostro del tipo como si este le quemara y miró a otro lado mientras cruzaba los brazos sobre el pecho—. Mierda. Lo siento.

No le dijeron nada a MinSeok por la interrupción, pero la vergüenza se apoderó de su rostro, este ardió y eso no fue digno, mucho menos después de lo que le dijo a ChanYeol con tanto descaro. Se puso de pie con urgencia y caminó a los baños de la zona VIP. Una vez dentro se apoyó en la puerta que acababa de cerrar y se llevó la mano al corazón, el cual latía desenfrenado desde que se le ocurrió besar a uno de sus secuestradores, o al menos intentarlo.

—BaekHyun, ¿qué mierda te pasa? —se preguntó a sí mismo antes de tomar aire a profundidad y salir del baño.

ChanYeol seguía con la vista en la ventana y en los asientos de atrás JongDae hablaba con MinSeok, quienes se callaron al verlo. Tomó asiento donde le correspondía, se cruzó de brazos y fingió dormir. No pasó mucho tiempo para bajarse del avión en el aeropuerto de China, cosa que BaekHyun agradeció, porque no se creyó capaz de soportar ese momento incómodo por más tiempo.

—Debemos prepararnos para la cena —habló MinSeok como lo hizo durante todo el viaje, preocupado por lo que les correspondía hacer.

BaekHyun quitó la mirada de la ventana del vehículo en el que se transportaban hacia el hotel y observó los papeles que estaban en sus manos. Suspiró, amurrado como un niño, porque era su primera "misión" y ChanYeol estaba enojado con él. Se suponía debían reírse juntos, cosa estúpida porque estaban ahí para matar a una persona.

—¿Ustedes dos podrían siquiera mirarse? —replicó MinSeok, visiblemente molesto—. Se supone que hoy serán una pareja enamorada.

Yo pedí esto, pensó. Ahora debo hacerme cargo.

—ChanYeol —llamó y el aludido le frunció el ceño—, ¿qué usarás en la cena?

—Siempre usa lo mismo. traje negro con un saco largo. —JongDae puso los ojos en blanco, como si de solo imaginárselo se le fuera un ojo—. Necesitas cambiar de estilo.

—¿Qué tal si usamos colores claros? —propuso con una sonrisa, ganándose una expresión neutra por parte del pelinegro. Intentó cambiar de estrategia—. ¿Qué tal algo marrón?

Al no obtener respuesta suspiró y miró sus hojas, dispuesto a darse por vencido.

—Me parece bien algo marrón. —Sonrió al escuchar el susurro de ChanYeol.

Quitó el tablet de las manos de MinSeok. Sabía que el rubio veía vestimenta para ellos.

—¿Qué opinas de este?

—¿Ya buscaste tu ropa? —preguntó el sujeto con voz apagada, como si le diera igual la vida.

—Sí —mencionó, aún sin perder la sonrisa—. Usaré esto. —Le mostró el tablet al tipo y este chasqueó la lengua.

—No me gusta.

Frunció el ceño, confundido—. ¿Por qué?

—La camisa es muy apretada. Te dolerá el hombro.

Bufó al escucharlo.

—Mi herida está sanando. —Al no obtener ni una mirada del contrario agregó—: Quizás no te diste cuenta, pero KyungSoo me quitó los corchetes.

—Sí me di cuenta.

Apretó los labios, atento al contrario, y decidió pensar, utilizar las palabras ajenas para su conveniencia, como siempre intentaba hacer.

—¿Verdad? —Le tomó una mano, llamando su atención de inmediato—. Es muy lindo que te preocupes por mí.

—Sabes lo que pienso de los aprendices...

—Buscaré algo más entonces —comenzó a hablar, interrumpiendo al tipo para evitar que se desviara del tema.

ChanYeol apuntó la pantalla—. ¿Qué tal ese?

Miró al pelinegro y nuevamente la pantalla—. Se supone que es una cena formal, ChanYeol.

—Lo sé, pero necesitas algo suelto —dijo el tipo sin siquiera dirigirle la mirada, demasiado concentrado en pasar el dedo sobre la pantalla para seguir buscando.

—¿Qué tal ese? —Miró a ChanYeol, pero este dudó—. ¿Y ese?

—No.

—¿Ese?

—Nop.

—Me gusta este.

—A mí no.

Pues te jodes, quiso decirle, pero se lo guardó. Tenía que solucionar las cosas entre ellos, no empeorarlas.

—¿Qué tal esa camisa? —El pelinegro apuntó la pantalla y él miró con desgano. Ya le daba igual.

—Me gusta —soltó sin pesárselo.

—No me estás escuchando.

—No es cierto.

—Entonces, ¿te pondrás esa mierda? —Puso atención en la pantalla e hizo una mueca, sacándole una risa a ChanYeol—. Escoge algo que te guste. Después de todo, lo usarás tú.

—Debo ir a juego contigo. Quiero que ambos estemos cómodos.

Se miraron en ese momento y no se movieron hasta que sintieron la carraspera de MinSeok, quien robó la tablet con la que jugaba JongDae para buscar más ropa. Cuando el rubio les extendió el aparato se encontró con un pantalón de vestir negro junto a una camisa marrón, ni más ni menos. Era sencillo y eso le gustó. Por otra parte, al lado del modelo se encontraba otro vistiendo completamente de negro a exceptuar de la chaquetilla beige.

—Me gusta —susurró ChanYeol. Lo sorprendió y sus ojos se encontraron de inmediato—. ¿Qué opinas?

—Podemos agregar una chaqueta negra para BaekHyun —propuso MinSeok con una sonrisa, porque al más alto le gustaba algo.

—Estoy de acuerdo. Me gusta.

—¡Por fin! —chilló JongDae, quitándoles la tablet—. Ahora jódanse que me hicieron perder la partida anterior.

Nadie dijo nada y se quedaron ahí, esperando que el furgón se detuviera para bajarse, lo cual no tardó mucho en suceder. BaekHyun no creía soportar mucho tiempo más escuchar discutir a MinSeok con JongDae.

—ChanYeol, lleva a BaekHyun directo a la habitación y cuida que no lo vean. Nosotros iremos por los trajes. —MinSeok mandó como mamá orgullosa, pero se fue tan rápido que no tuvo tiempo para burlarse.

Ni siquiera pudo parar a mirar a su alrededor, porque ChanYeol puso una gorra negra sobre su cabeza, tapándole la visual.

—¿Qué pasa?

—No estamos de paseo, BaekHyun. Solo vamos. —El tipo lo tomó de la mano y tiró de él, asombrándolo por el contacto.

En el fondo lo entendía. Después de todo, no podía esperar que caminara apegado a él como un perrito faldero o que le pusiera una pistola contra la nuca; estaban en un hotel.

Se subieron al ascensor y ahí se quedaron, uno al lado del otro hasta llegar al treceavo piso. Se bajaron aún sin soltarse las manos y, cuando ingresaron a la habitación, fue BaekHyun quien lo soltó, demasiado asombrado por el sitio.

—La vista es preciosa —susurró, fijándose en las áreas verdes que rodeaban el lugar. Estaban entre cerros.

—Ujum —soltó el pelinegro y él le sonrió con emoción.

—Es momento de que practiquemos.

Tomó al tipo de la mano y lo obligó a sentarse junto a él en uno de los sofás. Aún llevaba consigo los papeles que leyó durante el viaje, los puso sobre la mesa de centro y los esparció sobre el vidrio.

—¿Lograste memorizar sus nombres?

ChanYeol lo miró y chasqueó la lengua—. Me sigo confundiendo entre Fang Leng y Fang Lie.

—Son hermanos —recordó—. Debes memorizas las caras con los nombres. Sus caras son distintas, ya que sus madres son diferentes y...

—¿Cómo lo recuerdas tan rápido?

El tipo lo sorprendió, casi emocionado porque le contara su secreto. BaekHyun rio.

—Soy estudiante de derecho. Con los años me fui convirtiendo en una máquina que retiene información.

—Me gusta eso —comentó el tipo, cosa que lo confundió. No entendió a qué se refería—. Me gusta que seas hábil.

Sonrió, achinando los ojos en el proceso. Su corazón latió emocionado dentro de su pecho, dejándolo aún más ansioso de lo que ya estaba. Era justamente eso lo que quería escuchar del alto. De algún modo, parecía ganarse su confianza.

—Te mostraré que sé hacer muchas más cosas —sentenció con emoción, sacándole una risa armoniosa a ChanYeol.

Desde ese momento todo fue muy loco. BaekHyun no paró de hablar y de moverse de un lado a otro, ansioso por contarle al contrario todo lo que memorizó sobre la fiesta a la que asistirían esa noche. El tipo fue bueno con él, respondió a sus preguntas y lo siguió con la mirada cada vez que recorrió el lugar. Para sorpresa de ambos, no pararon de hablar hasta que atardeció y de por medio no hubo ningún tipo de insulto o golpe. Fue todo tan normal que BaekHyun nuevamente sintió que se encontró con un compañero de la universidad, y uno muy guapo, cabe destacar, especialmente después de verlo vestido para la fiesta. Estaba en el salón de la habitación con los pantalones ajustándose a sus caderas, la camisa negra cubriéndole el pecho y el pequeño pañuelo alrededor del cuello, haciéndolo ver tan tierno que no pudo evitar reír.

—No te burles. MinSeok insistió en ponérmelo.

—Te queda bien. Te ves inocente —se mofó.

MinSeok le hizo un gesto con la mano para que se acercara, lo tomó por los hombros y lo obligó a posicionarse a un lado del más alto, encontrándose de frente con la imagen de ambos frente al espejo de cuerpo completo.

—¡JongDae, ven!

No le importó que el tipo llamara al castaño o que los pusieran juntos. No pudo apartar la mirada del reflejo de él junto a ChanYeol y pensó que se veían bien uno al lado del otro, maldición. Tan naturales y cómodos como si se hubiesen conocido de toda la vida. Probablemente solo pensó eso porque los vistieron a juego, como pareja. No obstante, le gustaba, maldición, y mucho.

JongDae salió de otra habitación mientras se abotonaba la camisa. MinSeok le pisaba los talones a la vez que lo apuraba.

—Wow... —susurró el castaño apenas los vio—. ChanYeol, pareces una persona y no un pedazo de mierda. Felicidades.

El aludido fue hasta el tipo para golpearlo, pero MinSeok detuvo sus pasos, y no precisamente porque no quería que lo golpeara, sino porque era hora de bajar a la fiesta. Fue el pelinegro quien abrió la puerta de entrada, siendo el primero en salir, a lo que MinSeok se apuró en perseguirlo y hacerle una zancadilla, haciendo que el otro frunciera el ceño con enfado.

—No olvides que no estás solo. —El rubio lo apuntó con la barbilla—. Es necesario que estén juntos para que esto funcione.

BaekHyun lo sabía, pero su finalidad no era terminar la misión, sino llevarse bien con ChanYeol. Debía procurar no tirarle mierda al tipo ni pegarle puntapiés por debajo de la mesa.

El alto se acercó a él y le extendió el brazo. BaekHyun lo miró extrañado antes de suspirar y decidió cruzar su brazo con el del tipo, afirmándose de este por el codo. Fue así como caminaron al ascensor y bajaron al primer piso, donde se desarrollaba la fiesta de un excéntrico millonario que celebraba su primer año de matrimonio, quien invitó tanta gente como pudo para jactarse de que estaba casado. A BaekHyun le importó tres hectáreas de verga, pero estaba ahí por una misión, así que debía comportarse como si le interesara.

—¿Estás listo? —susurró ChanYeol con una mirada intensa después de inclinarse hacia él.

Sonrió y asintió; en realidad, estaba emocionado. Ambos caminaron tomados del brazo hasta las grandes puertas que daban entrada al salón donde se llevaba a cabo la fiesta. ChanYeol se mostró tan natural y confiado que BaekHyun se cuestionó si estaba acostumbrado a ir a sitios como esos.

Ingresar no fue difícil, bastó con entregar la invitación y darle una encantadora sonrisa al chico que estaba en la entrada. Después de todo, tenían la invitación y parecían una pareja homosexuales como deseaban los anfitriones.

MinSeok se preocupó de teñirle el pelo con una tintura lavable, así que estaba pelinegro y de seguro se veía aún más blanco de lo que ya era. También lo maquilló alrededor de los ojos y le puso un apretado y ancho collar alrededor del cuello para cubrir la ligera línea rojiza que permanecía sobre la piel, ya sin costras y a punto de borrarse por completo.

JongDae y MinSeok estaban tomados del brazo un poco más atrás, quienes estaban ahí a petición de YiFan, porque no puedo dejar que esa mierdilla lo eche a perder. Claro, la mierdilla era él, pero BaekHyun estaba seguro de que lo haría estupendo, especialmente porque no tendría que ser quien volteara el pequeño frasquito de polvo amarillento en el vaso de Jin Xizhen, el millonario que ya daba inicio a la celebración.

—Quiero agradecerles por estar aquí, en mi primer aniversario de matrimonio.

El hombre movió los brazos con ánimo y elocuencia desde lo alto del escenario. El público aplaudió y él le pegó un ligero codazo a ChanYeol para que se moviera y quitara la cara de culo que de repente apareció en su rostro.

—Finge que estás feliz de estar aquí —susurró después de apegarse al cuerpo ajeno.

—Yo no tengo problema. —ChanYeol recorrió el sitio con la mirada antes de detenerse en él—. Quien me preocupa eres tú.

Apretó los labios y sonrió—. Lo haré bien. No quiero echarlo a perder.

Pasó por un lado del tipo y se dirigió a una de las mesas. Consiguió una mirada desconfiada por parte del alto, pero lo siguió. Una vez que llegó a su lado le pasó una mano por la cintura y la dejó reposar sobre su cadera. Al parecer la intención del sujeto fue mirar por sobre su hombro lo que había en la mesa, sacando después un canapé, un puto canapé. Lo puso así de nervioso para sacar la mierda esa, pero no, no solo fue por el canapé.

—Primero, deberías saber sobre comportamiento social. —ChanYeol se apegó a él, invadiendo su espacio personal—. No te acerques a la comida, deja que la comida se acerque a ti. Segundo, los que se llaman igual vienen hacia nosotros.

El sujeto ni siquiera le dirigió la mirada, quizás para no hacer su interacción demasiado obvia, pero BaekHyun no pudo apartarle la mirada de encima, sintiéndose aún inestable por la imprevista cercanía.

—Que lindos son. —Un comentario a su lado lo hizo voltearse, notando así a dos hombres vestidos de traje.

—Gracias —se permitió decir y sonrió—. Soy...

—¡BaekBee! —Su ceño se frunció y desvió la mirada hacia JongDae, quien se acercó con los brazos abiertos, como si estuviera feliz de verlo—. Ha pasado mucho tiempo. ¿Cómo estás?

El tipo lo abrazó y desde atrás escuchó a ChanYeol toser en un intento de disimular su risa. ¡Que se jodan! Una vez que terminaran con ello le pegaría una patada en el culo a ambos.

—Muy bien, gracias. —Fingió una sonrisa.

—¿Ya conoces al novio del señor Park?

¿Señor Park? ¿Quién mierda era el señor Park?, se cuestionó con extrañeza, pero en ningún momento perdió la sonrisa.

—Sí. Con ChanYeol no solo somos socios, sino también amigos.

El castaño se puso a un costado del más alto y BaekHyun se hizo a un lado, intentando desaparecer. La confianza entre ellos lo hizo sentir incómodo.

—Es lamentable que no trabajemos juntos todavía —comentó ChanYeol de tal manera que BaekHyun comprendió que no identificó con cuál de los dos Fang hablaba.

—De hecho, pensé en una propuesta que podría incluirnos a ambos.

—Oh... Eso sería genial. —ChanYeol sonrió sincero, pero incómodo a la vez—. Muchas gracias por tener en cuenta mi trabajo.

—Por supuesto que te consideraríamos. Tu trabajo es increíble.

A partir de ese punto BaekHyun dejó de escuchar, en su cabeza habían demasiadas cosas como para ponerse a recibir más información que no le era posible procesar. Resultaba que todos esos imbéciles tenían una vida normal, como si no dañaran a nadie. Se preguntó con cuánta gente se encontró en la vida que podría ser igual o peor que ellos.

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