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Capítulo X

La habitación tenía armas por todos lados, detrás de las vitrinas, colgadas en las paredes e incluso en el techo; supuso que era donde guardaban las mierdas que usaban. En una de las esquinas del lugar, en la parte inferior, había un gran arco blanco empolvado. Lo tomó sin preguntar y se acercó al mesón que estaba al final del sitio, donde guardaban las provisiones.

—Dame flechas —exigió y se ganó unos ojos bien abiertos del chico que estaba detrás del mesón.

—ChanYeol... —susurró el tipo sin quitarle la mirada a BaekHyun.

¡No soy el chico de ChanYeol!, quiso gritar, pero fue él quien dijo que quería volver a estar junto al alto en primer lugar.

Ni siquiera volteó a mirar cuando el brazo de ChanYeol rozó el suyo.

—BaekHyun, no puedes tomar esto. ¿Siquiera sabes usarlo?

—¡Dame las putas flechas!

El tipo del otro lado del mesón se movió con rapidez a la habitación que tenía detrás y volvió con un carcaj lleno de flechas. BaekHyun tomó el objeto sin decir nada y salió del lugar con apuro.

—¡BaekHyun, te estoy hablando! —gritó ChanYeol por detrás de él.

Se detuvo, pero no volteó. Era su dueño después de todo, debía obedecerle. Ese maldito pensamiento lo dejó estático y sintió con los dedos la pequeña picadura sobre el material del arco. Se movió rápido para salir de ahí, para huir de sus pensamientos y olvidarse de que estaba metido en toda esa mierda. Ya atardecía, así que en el campo de tiro no quedaba mucha gente.

—Mierda, te estoy hablando. —ChanYeol lo tomó del codo sano y lo giró con brusquedad.

Se encontró con sus ojos de inmediato y sintió muchas ganas de abrazar al tipo y ponerse a llorar sobre su hombro en un intento de buscar consuelo ante lo que acontecía. Sin embargo, no lo hizo, no podía hacerlo, aunque quisiera.

Se soltó del agarre y tomó la primera flecha, poniéndola en la posición adecuada. Sus brazos se elevaron y adquirieron la postura correspondiente, por lo que su hombro dolió como la mierda y ante ello soltó un quejido. La tela le apretó la herida.

—Te enojaste conmigo porque reabrí la herida y ahora volverás a hacerlo, imbécil —espetó ChanYeol con evidente molestia, cosa que llamó la atención de los presentes, quienes se detuvieron a mirarlos. BaekHyun sospechó por qué.

Por lo poco que conocía a ChanYeol, este no era un sujeto que se enojaba con facilidad y, generalmente, se comportaba muy serio y sereno con la gente, pero en ese momento BaekHyun lo sacó de sus casillas y por él que el tipo se jodiese.

Dejó caer las cosas sobre el pasto y tomó el inicio de su camiseta para sacársela. A pesar del intenso dolor que eso causó, no dijo nada y la dejó en el suelo. Una vez listo volvió a equiparse con las cosas. En ese momento las personas a su alrededor cuchichearon y en su mayoría fueron mierdas. A BaekHyun podían decirle lo que quisieran. Ahora solo había furia en él.

Tomó el arco y posicionó la flecha, sintiéndose más cómodo ante la falta de opresión de la ropa. La herida dolía, pero era soportable y estaba acostumbrado a utilizar su brazo izquierdo para sujetar el arco, así que simplemente debía mantenerlo quieto.

Apuntó el blanco y soltó la flecha. Una pequeña llamarada de calma nació en lo profundo de su pecho cuando dio en la cabeza de la figurilla. Caminó hacia el lado y acomodó la segunda flecha. Algunas personas estuvieron pendiente de él y ningún disparo se escuchó en ese momento.

Soltó la segunda flecha, luego la tercera, la cuarta y la quita. Se movió con calma de un lado a otro mientras daba en el blanco y, una vez que no tuvo más flechas, bajó ambos brazos, adolorido. Escuchó un aplauso por detrás de él, encontrándose con JongDae sonriendo a unos pocos metros.

Se sintió contento por botar esa energía acumulada, sintió que lo necesitaba. Se desabrochó la correa de la cintura y caminó hacia donde dejó su camiseta. Dejó nuevamente las cosas en el suelo y se puso la prenda con cuidado, ya mucho más destensado e incluso feliz por hacer algo que le gustaba después de tanto tiempo. Una vez que volvió a tomar las cosas caminó hacia las estatuillas a lo lejos.

—¿A dónde vas?

Se detuvo al escuchar a ChanYeol. Por suerte, ya no estaba tan molesto al verlo.

—A buscar más flechas. —Retrocedió sin dejar de verlo.

—¿Eres estúpido? ¿Quieres que te disparen?

Soltó una suave risa irónica y abrió los brazos—. Que me disparen si quieren.

—Imbécil —logró escuchar antes de voltear, caminó hacia las figurillas y sonrió.

Nadie dijo nada, tampoco dispararon y le dejaron quitar las flechas sin matarlo, cosa que a BaekHyun le importaba muy poco, porque para esa etapa de su vida le daba igual. Por él que lo jodieran como quisieran.

Una vez que estuvo listo caminó a la habitación de las armas, encontrándose con JongDae y MinSeok en el proceso.

—Pensé que eras un inútil que solo sabía quejarse —comentó el castaño con una sonrisa.

Volvió a soltar una extraña risa, inusualmente contento, como si volviese, aunque sea unos pocos segundos, a su hogar, a su ambiente.

—¿Cómo sabes usar eso? —preguntó MinSeok.

—Soy competidor nacional de tiro con arco. —Miró su propia mano, donde estaba el gran objeto, y perdió la sonrisa al verlo—. O al menos lo era.

Sabía que ChanYeol caminaba hacia él con los ojos fijos en su nuca. Sin embargo, BaekHyun no se volteó, porque sabía que si lo hacía volvería a calentarse la cabeza pensando en cómo darle solución a la mierda que provocó YiFan. Con eso en mente se dirigió a la habitación y puso el arco sobre el mesón, entregándoselo al tipo que estaba detrás del mueble. Este estuvo a punto de tomar el objeto, pero una mano se puso sobre el arco, cautivando la atención de BaekHyun. Se trataba de un chico castaño y bien peinado con mucho gel. Era alto, fornido y atractivo.

El tipo le regaló una sonrisa—. Eres muy bueno con el arco.

Una mano se dirigió hacia él, pero fue otra la que detuvo los movimientos del sujeto. BaekHyun solo pudo verla de reojo, pero reconocería ese anillo de plata donde fuese.

—No lo toques.

—¿Por qué? —El desconocido sonrió de manera autosuficiente y se apoyó con comodidad sobre el mesón de vidrio.

—Porque es mi chico —dijo ChanYeol y luego, como si no le gustase lo que él mismo dijo, agregó—: Y está herido.

—Tranquilo. No lo tocaré mucho.

Bueno, BaekHyun deseó que no lo tocara, pero el tipo posó la mano sobre su espalda y puso los dedos sobre su columna vertebral, provocándole un estremecimiento imperceptible. Esperó que ChanYeol hiciera algo, cualquier cosa, pero este se quedó detrás suyo sin siquiera gruñir como siempre hacía.

—Hey, Jackson —habló JongDae, cortando por fin el incómodo momento—. Deja de tocarlo. ¿Qué te pasa?

—Solo me sorprendió la habilidad de este chiquillo. —El tipo sonrió y BaekHyun imitó el gesto con incomodidad, sintiéndose extraño ante tanta buena onda por parte de alguno de los tipos de ese lugar.

—BaekHyun —mencionó ChanYeol con seriedad. El pelinegro no lo miró a él, sino al castaño que estaba a su lado—. Se llama BaekHyun.

—Baek —dijo el chico con alegría y lo miró a los ojos, provocando que sus cejas se alzaran, ya molesto con tanta confianza.

Esperó que ChanYeol hiciera algo, que pusiera las manos alrededor del cuello del tipo, que le diera un golpe o cualquier maldita cosa, pero todos se quedaron quietos y en silencio. Fue tan incómodo que BaekHyun decidió sacar esa mierda a flote, así que se rascó incómodamente el labio inferior mientras miraba el suelo y luego se dirigió al chico con una sonrisa.

—Byun BaekHyun. —Estiró la mano hacia el tipo a modo de saludo—. Puedes decirme Baek si es más cómodo.

Vale. Era mucho mejor llevarse bien con los tipos de ahí. Eso ya lo comprobó con YiXing.

Un gruñido sonó detrás de él y suspiró sin perder la sonrisa, sabiendo ya quién lo produjo y por qué razón.

—Un gusto conocerte. Soy Jackson Wang.

—Uh. ¿Americano?

—Chino.

Sonrió, de repente sintiéndose cómodo, porque era el primer tipo que veía por esos lados que sabía sonreír aparte de JongDae, pero este último era otro caso.

—Me encargo del área de armería. —El sujeto apuntó hacia arriba, sin referirse a nada en especifico—. Me gustaría que te quedaras con el arco.

Le dirigió una rápida mirada al objeto y luego volvió la vista hacia el castaño—. ¿Puedo hacer eso?

—Hasta el momento eres el único que sabe usarlo correctamente. —El chico rio, haciéndolo sonreír también—. Quédatelo.

Miró nuevamente el arco, pero no lo tomó, indeciso, y no porque no tuviese confianza en sí mismo y en sus habilidades, sino porque no sabía si ese chico le hablaba en serio o solo quería hacerle una broma. Parecía demasiado bueno para ser verdad.

Al parecer, Jackson notó su indecisión, porque fue él mismo quien puso ambas manos sobre los objetos y los arrastró sobre la mesa para acercarlos a BaekHyun, quien finalmente lo tomó con una sonrisa por lo bajo. Era la primera vez que dentro de ese lugar lo reconocían por algo. Al darse cuenta de eso perdió la sonrisa, acordándose de la única noche que pasó con ChanYeol antes de terminar en la perrera. Durante todos esos días solo fue él mismo con su autoconfianza quien se mantuvo estable y no se dejó pisotear, pero tener un reconocimiento externo era bastante agradable y, entre todo lo que pasó, BaekHyun se olvidó de ello.

—Gracias —mencionó con sinceridad y le volvió a regalar una sonrisa al chico, quien no perdió la suya.

—Mierda. Que incómodo es esto —mencionó JongDae desde atrás, recordándole que había más personas con ellos—. ¿Pueden dejar de sonreírse? Es extraño.

Junto los labios para ocultar la sonrisa y dirigió la mirada a los chicos que estaban detrás suyo. Se sorprendió cuando encontró a ChanYeol ahí parado, vestido todo de negro y con los brazos cruzados sobre el pecho. Sin embargo, y por sobre todo, lo que más le dio placer fue ver ese ceño fruncido y aquella mirada estoica. ¿Eran celos? ¿Qué tal si intentaba atraerlo con celos? Era arriesgado a morir, pero podría funcionar.

—Vamos a comer —mencionó ChanYeol con la voz ronca.

Estuvo a punto de invitar a Jackson con ellos, pero el pelinegro lo tomó de la muñeca y tiró de él, lo cual impidió que se pudiese despedir correctamente del castaño, quien solo le dio un movimiento de manos y una sonrisa. Una vez fuera, ChanYeol lo soltó con fuerza, haciéndolo volver a la realidad de un sopetón.

—¿Qué mierda haces?

Elevó ambas cejas, satisfecho de ver la reacción del tipo.

—¿Qué? ¿Hice algo mal?

Sabía que JongDae y MinSeok también estaban junto a ellos, así que sería mucho más satisfactorio para él si podía avergonzar al alto de alguna manera.

—¿Quieres que el bastardo ese se haga cargo de ti o qué mierda? Porque si es así puedes hablar de inmediato con YiFan para deshacerme de ti.

Llevó ambas manos a su cintura y sonrió, satisfecho por generar esa reacción en el contrario.

—¿Qué pasa? ¿Estás celoso?

Las manos se envolvieron rápidamente en torno su cuello y sus ojos se abrieron, sintiendo el ardor por el corte del machete y el dolor debido a la asfixia que le provocó el jefe a mediados de la tarde. Definitivamente, no estaba dispuesto a pasar por el mismo dolor dos veces, mucho menos el mismo día, así que, antes que el contrario ejerciese mayor presión, estiró el pie derecho para propinarle una patada en la canilla a ChanYeol, provocando que el tipo lo soltase para llevarse las manos a la zona dañada.

No fue necesario ver la mirada de furia del tipo para saber que estaba en problemas, por lo que puso ambos brazos sobre su rostro en un tipo de defensa involuntaria cuando notó que el pelinegro frunció el ceño con molestia. BaekHyun pensó que estaba dispuesto a golpearlo.

—ChanYeol. —MinSeok tomó el brazo del recién nombrado en un intento de apaciguar el ambiente—. BaekHyun está bastante hecho mierda.

—Pues que se siga jodiendo.

A pesar que esperó que las palabras de MinSeok causasen algún tipo de misericordia en ChanYeol, este solo se acercó a él y lo agarró del pelo por la nuca, haciendo que su cabeza se fuese hacia atrás y sus ojos quedasen anclados en los del pelinegro. Maldición. A pesar de que BaekHyun sabía que estaba por recibir un golpe, no pudo evitar hipnotizarse por esos ojos tan intensos, visiblemente furiosos.

Se relamió los labios sin siquiera darse cuenta, de repente enfocándose en la boca ajena, de color fresa por naturaleza y húmeda, brillante, deseosa... Mierda. Quiso que lo besara.

—¿Ustedes tienen algo?

Su cuerpo fue empujando hacia atrás, se desequilibró y dio unos cuantos pasos para estabilizarse. Claramente, ChanYeol quiso alejarlo, así que una vez que recuperó su postura se quedó donde estaba, como a unos dos metros del tipo.

JongDae elevó ambas cejas, ansioso por que respondiesen su pregunta—. Si es así hablaré con LuHan.

—No jodas —dijo ChanYeol y le pegó una colleja al tipo.

Los tres se pusieron a caminar hacia el interior del edificio y BaekHyun se quedó atento a lo que hablaban los otros. No sabía quién era LuHan y qué significaba que JongDae quisiese hablar con él.

—Sería bueno para todos.

—Solo sería bueno para ti, bastardo —mencionó ChanYeol bruscamente, sacándole una risita a MinSeok, porque JongDae se sobresaltó ante el comportamiento del más alto.

—Baek. —El castaño miró sobre su hombro para verlo, dedicándole una sonrisa—. Me avisas cuando empiecen a follar.

Su ceño se frunció, pero una sonrisa apareció en su rostro, divertido por la situación y por cómo se comportaba ChanYeol para que el otro se callase.

—Vamos al comedor. Ya es tarde y BaekHyun debe comer como mínimo una hora antes de dormir. —Le envió una mala mirada a MinSeok al escuchar su comentario.

Ciertamente, estaba jodido de hambre y una vez que la sopa estuvo delante de él metió la cuchara unas cuatro veces y luego solo agarró el tazón para comer como un verdadero animal, picoteando con los palillos por todos lados para meterse la comida a la boca.

—BaekHyun. —Miró a ChanYeol cuando lo llamó, pareció muchísimo más relajado que antes.

Esperó que el tipo continuase hablando, pero este guardó silencio y negó con la cabeza, ante lo cual ignoró y siguió comiendo como si su vida dependiese de ello. Estuvo tantos días sin comer que olvidó que tragar era un placer.

—¿Quieres más?

Asintió mientras aún tenía la boca llena y aceptó el plato con kimchi que le ofreció el rubio. ChanYeol, quien se sentó a su derecha, hizo la bandeja medio llena hacia adelante y se recostó sobre el respaldo de la silla mientras cruzaba los brazos. BaekHyun solo le envió una rápida mirada y siguió comiendo.

—Come más lento. —Con las mejillas llenas de comida miró a ChanYeol, quien suspiró al verlo—. Te ahogarás.

—Sobreviviré —dijo con la boca llena y metió otro trozo de pollo a su boca.

—Engordarás —dijo después, deteniéndolo.

—ChanYeol, ¿qué mierda...?

Soltó una risa irónica, interrumpiendo a MinSeok—. ¿Eso por qué debería importarte?

—Porque me obligaste a ser tu dueño y no quiero ver seguido tu...

Le pegó una fuerte colleja al contrario, provocando que su cabeza se fuera hacia adelante, casi golpeándose con el borde de la mesa. Incluso a BaekHyun le dolió la mano por lo fuerte que le pegó.

Tragó la comida—. ¡¿Qué edad tienes como para burlarte de las personas por su físico, niño perfecto?!

Vio la mano derecha de ChanYeol alzarse, se quedó quieto y contuvo la respiración, sabiendo que fue precipitado al golpearlo. Sin embargo, no lo tocó y solo dejó caer la mano poco después.

—Hablaremos de esto en la habitación —sentenció el más alto y él solo hizo como si le importase una mierda. No obstante, en realidad sabía que estaba cagado.

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