Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Infame| Tres

🍓🚬,strawberry,cigarettes

꧁༺3༻꧂


-ˋˏ✄┈┈┈

Mi ilusión de quizá, juntarme con aquel joven débil y tranquilo debió manifestarse en mis pensamientos, dueño de los vuelcos que causaba mi cuerpo al pensar en aquel joven, era mucho más que obvio que aquel muchacho nunca había tenido amigos, claro, era raro y a su vez, aburrido.  A ninguna persona le gustaría juntarse con alguien así ¿verdad? pues el destello en mis ojos se encargaba de contradecirme, aquel joven me indicaba que no era normal y quizá, ¿tenía pensamientos perturbados?  ¿emociones desequilibradas? 

Esas teorías que argumentaba mi cabeza me hacían querer acercarme más a él como el fuego conquistando el exterior, no debía ser algo benévolo tener esa personalidad, claro que no, hasta a veces me preguntaba cómo es que podía aguantar sin tener compañía durante mucho tiempo. 

Después de aspirar el aroma amargo del estrés y la diversión de la academia en donde me encontraba, no había podido de parar de pensar en Ian, necesitaba verlo con estúpida urgencia pues no lo había visto si quiera asomar las calles del pueblo, es más, no se interesaba por si quiera pisar el pasto. Aquellos dos días fueron el tiempo más aburrido de mi vida, pensar en él me había afectado hasta cierto punto, por eso mismo cada vez que mis pensamientos lo relacionaban a su persona me causaba cierta ansiedad. 

Lo que significaba tan primordial como ir a un instituto para posteriormente elegir una carrera había sido mi idea, no era una chica estudiosa no tampoco la más inteligente de la clase, es decir, ni si quiera llegaba a los tres primeros puestos, sin embargo, esta academia, era el único estilo de enseñanza durante muchos años en el pueblo. ¿Pero porqué tenía ganas de estudiar tan de repente? al ser la única en el todo el pueblo es más que obvió que Ian se encontraría aquí. 

Rogaba hasta mas no poder qué el estuviera en mi grado, este era el último año para terminar los estudios y convalidase en otra ciudad, el ruido en el salón se hacía cada vez más presente como de costumbre, cada vez llegaban más alumnos y se posicionaban junto a sus amigos, entre ellos se conocían y por así decirlo, yo era como la nueva del salón, aunque no parecía darme cuenta, sentía algunas miradas, murmullo a mis espaldas,  sin embargo, la entrada de mis dos mejores amigos interrumpió mis pensamientos.

—¿Qué haces aquí sentada como una monja, Akemi? — Adrick fue el primero en hablar, burlándose de mi situación con aquella entonación critica, no obstante, cuando se dio cuenta que me encontraba sola, sentada en un pupitre solo para estudiar le resultaba estúpido, el gesto en su rostro era más que todo de confusión, de por sí ellos dos eran muy molestosos no me imaginaba tenerlos como enemigos, eran un cáncer que no se podía quitar a simple cura. 

—¿Que hace una chica como Akemi en esta academia? no eres de estudiar ¿a qué se debe tanta motivación? — interrogo Adam con una risilla estampada en su rostro, al momento que dijo: "A qué se debe" aquella voz pareció entonar una vacilación juguetona, algo que muy bien hizo cambiar el estado de diversión de Adrick. 

Fue ahí cuando empecé a preocuparme porque cuando una idea o una teoría se le metía a Adrick no podía soltarla hasta saber la verdad, con miedo, levanté mi cabeza para mirarlo, en efecto, todo aquello le resultaba raro, desde mi repentino cambio en mi comportamiento hasta mi rostro que se encontraba tenso. 

Pensar que en algún momento descubría que sentía algo por Ian, ameritaba más el levantamiento de mi ansiedad, porque seguro no pararía hasta hacerle la vida imposible de lo que ya era. Y le resultaría decepcionaría saber qué me atraía Ian, si eso llegaba a la luz, no me habría jamás, no estaba lista para decepcionar a mis dos mejores amigos que eran como hermanos 

—¿Sucede algo, Akemi? — cuestionó con autoridad, estaba serio, demasiado como para ser parte de su personalidad. Cuando se ponía así ni si quiera parecía el mismo, entorno las cejas con preocupación, se cruzó de brazos y me planto esa mirada de desconfianza para luego hablar en un tono peligroso: — Ayer en la noche, estaba tan animado de invitar a fumar a mi única mejor amiga. — Camino rodeándome por mi asiento, cada paso suyo era como una sentencia hacia mi persona. Su característica de ellos resultaba ser mi temor más grande, aquella característica se reflejaba en esos pasos fuertes que tanteaban desde lo meticuloso hasta lo fugaz, obviamente era adrede para molestarme, él era así, jugaba con mi cordura como si fuese suya, y aquello no era una grata sorpresa porqué lo sabía, siempre se ponía así cuando estaba muy enojado, se ponía de esa manera tortuosa y juguetona— así que le escribí a mi mejor amiga por Instagram, la aplicación que más usa. ¿Y sabes que fue lo que paso, Adam? — su mirada se dirigió a él, y aquella transmitió indignación, su tono de voz sonaba falsamente triste pero que escondía un estibo de rencor— me encontré con la sorpresa que vio mi mensaje y me dejo en visto ¡Qué pena! parece que así son todas las mujeres ¿No es cierto Akemi? — fijo su mirada en mí— estas muy cambiada desde que llegaste a este pueblo, tanto así que ni miras mis mensajes

Sentía la mirada de todos en mi persona, como una cucaracha siendo juzgada. ¿Así que así era Adrick cuando se enojaba? no es novedad, pero haciendo una situación dramática en público no era parte de su personalidad, él era más bien como...actuar antes de hacer una escena como estas. ¿Qué pretendía? 

—Es tu imaginación— en mi mente eso sonaba coherente por más mentira que fuera, por primera vez rogué a dios para que se le quitara una idea sospechosa entre mi relación con Ian. Me observo unos segundos, algo analítico, aquella postura y ojos dominantes solo tenían una ejecución: ponerme nerviosa para decirle la verdad, por más que me doliera admitirlo su especia de magia psicológica estaba surgiendo en mí, me estaba poniendo desesperada y no sabía a qué punto del salón mirar. 

—¿Es mi imaginación? —me respondió con una risilla que denotaba cierta sorna, una ironía de mal gusto. El hijo de puta era un verdadero experto en tornar cualquier situación de tensión a su favor, no estaba dando crédito a mis mentiras, sus ojos llenos de advertencia me indicaron malicia en su interior pues ahora mismo, su cuerpo y gestos me comunicaron que en absoluto le gustaba que le tomen por payaso, y más si se trataba de mí. 

Justo cuando pensé en recrear otra mentira, un imprevisto surgió de ellos. No sé si lo que sucedió fue una especie de divina salvación como lo ameritaban los religiosos o una especie del destino acto de la naturaleza, el salón completo y los estudiantes que se encontraban refugiándose entre chismes se callaron de inmediato cuando lo vieron, no se escuchaba una mosca pasar, tampoco se escuchaba una respiración pues aquel silencio era del más incómodo y expectante que había visto, solo era un salón sin bullicio. 

Cuando parecía que el tiempo se detenía, incline mi cabeza para observar quien era el causante del estado tan reservado del lugar y en efecto, cuando lo mire mis emociones surgieron como montaña rusa sin un punto fijo, una corriente eléctrica se expandió por mi cuerpo y di un pequeño salto al saber de quien se trataba, con el corazón en la boca y mis sentidos entumecidos, lo vi:

Ahí estaba el, los lentes decoraban su rostro con timidez, cargaba en su espalda una mochila que seguramente contenía varios libros, su mirada se encontraba observando un punto fijo del suelo, pues iba cabizbajo dejándome ver gran parte de su cabello que caía por su rostro, los orbes de sus ojos denotaban cierta angustia y sus labios estaban apretados por los nervios, no observaba a nadie, y absorto en sus pensamientos, aquello me informo qué descansaba en la idea de pasar desapercibido, sentía que por alguna extraña razón sí el caminaba despacio y en silenció nadie se iba a dar cuenta de su existencia. 

Ligeramente, como si de un hilo dependiera mi vida, Adrick se volteó para ver quien era la persona que le había robado el protagonismo. Por su puesto, cuando se dio cuenta de esa "cosa inferior", no tardo en esbozar una sonrisa malvada llena de emoción, no se trataba de una emoción genuina, se trataba de una emoción burlesca, lo manifestó en sus ojos pues se encontraba ese brillo perverso, casi desesperado por someterlo a su suplicio. 

—Miren a quien tenemos aquí— jugueteó con sus palabras, tanteando entre hacer el bien o el mal. Camino con superioridad y vanidad a paso lento, dirigiéndose hacia Ian, quien mantenía una postura cabizbaja y miedosa—¡Es el santo de Ian! 

El salón estaba sumido en un espasmo de silencio, todos estaban espectando y yo también. Incluso suplique en mis penumbras de mi tristeza para dejar de lado los actos atroces de Adrick, pero ya era tarde.

 Adrick soltó una risilla para nada buena, ni si quiera era una expresión que denotaba amabilidad, era todo lo contrario, una risa sarcástica. En un acto rápido, Adrick arrojo los libros que Ian sostenía en sus manos, desestabilizando el equilibrio de este le incito a cometer su siguiente paso, entre sus manos, mi mejor amigo sostenía a Ian de su camisa, retándolo con la mirada. 

La brusquedad de tal acción me dejo descolocada, no solo por el hecho que Adrick estaba intentado humillarlo delante de todos, si no que ansiaba con muchas ganas jugar con él, y así fue. 

—¿Que pasa, Ian? — alargo sus palabras, usando una entonación desabrida, fuerte y tosca.  Estaba cargado de odio y burla, sin embargo, eso no lo detuvo— Porque tan asustado, ¿eh? —dijo con una falsa empatía, seguidamente escuche reír a Adam. 

Ian permaneció sin decir nada, sumido en sus pensamientos, quizá preguntándose porque tanto sufrimiento, no lucia sorprendido ni alertado, y como si ya estuviera acostumbrado, opto por mirar hacia el suelo de una forma cohibida. Aunque no podía ver sus expresiones, estaba segura qué se moría de la vergüenza, el simple hecho de evadir una libertad era maldad, era maldad exponerlo de esa forma tan horrible solo para saciar el enojo de Adrick, para divertirse, era Infame. 

Luego de eso, oí un estruendoso ruido, fue un ruido de golpe seco, Adrick lo lanzo contra la pared, e inmediatamente escuche un hiriente quejido jocoso.

 —Tu dios no te va a salvar esta vez— fue lo que le dijo entre risas, Adam compartió su expresión. Por mi parte, solo podía ser consciente de los murmullos que se generaban a mi alrededor, se quedaban observando, ¿porque mierda nadie hacia algo? 

Volví a oír el mismo ruido de antes, pero esta vez era más salvaje, mis ojos lograron captar lo que sería una patada, donde su destino caía bruscamente en dirección al abdomen de Ian, sonaba como si estuviese aplastando un insecto. Un gemido doloroso fue un eco para mis oídos, una tortura para mí, porque podía sentir en cada ápice de mi cuerpo lo que él estaba experimentando. 

Otra patada con más intensidad que la otra, se escuchó, tanto así que mi cuerpo dio un respingo. No hacía falta decir que me encontraba asustada, indignada y enojada por lo que estaba presenciando. Mis manos se convirtieron en puños, realmente quería intervenir, deseaba detener esta tortura.

Sin embargo, no podía, no quería decepcionar a Adrick y Adam, los amaba, pero ahora estaban siendo egoístas y unos hijos de puta, no sabía porque odiaban tanto a Ian. Nada era justificable, ni si quiera el hecho de que Adrick este enojado y condenara a Ian resultaba coherente, porque mi mejor amigo estaba dejando que sus impulsos coléricos lo dominaran por encima de su raciocino, tal vez, yo tenía que ver un poco con la cusas de su enojo, pero nada de eso lo justificaba. No obstante, mi deseo fue más fuerte que mi razón: 

—Para— demande como si tuviera algún tipo de autoridad sobre él, mi voz hizo de las suyas callando las acciones de mi mejor amigo, robándome la mirada de todos. Observe de reojo a Ian, quien se encontraba en el suelo, una línea de sangre estaba derramada por sus labios, así como su respiración agitada y adolorida.  Lucia inmóvil, tirado ahí como una bolsa de basura.

—¿Akemi? — cuestiono Adrick sin poder creérselo, soltó a Ian como un juguete inservible — ¿qué quieres? —se dirigió hacia mi como si el mundo le perteneciera, emitió uno que otra risilla divertida, extrañada— ¿agua?

Aparte su mirada, no podía si quiera observarlo. Con miedo, retrocedí pasos atrás, ignorando su repentino humor. Así que, sin más, su mirada tanteo entre Ian y yo recorriendo el espacio que nos separaba. Ciertamente estaba intentado analizar porque había intervenido, hasta que segundos después arrugo su entrecejo, inclinando sus cejas con estupefacción y extrañeza, y me arrepentí porqué lo siguiente que dijo fue un calvario de emociones: 

—¿Acaso...estas defendiéndolo? —hablo en un tono gélido, propio de alguien enfado. Sentí caer el peso de la mirada juzgante de Adam, pensado por qué había detenido su entretenimiento. No obstante, mis nervios no me dejaron emitir una palabra, tragué saliva con dificultad. 

Negue con la cabeza, para ese entonces mis piernas comenzaban a flaquear, podía sentir el dolor consumiéndome lentamente, el pánico junto con el temor mezclado. Nunca me ponía así, por eso mismo, ante mi reacción, Adrick suspiro incrédulo, su mandíbula se tensó, se cruzó de brazos y me dirigió una mirada helada.

—¿Acaso...él es la razón de tu repentino cambio?

No soportaba su mirada, así como tampoco soportaba su actitud imbécil de las cuales era mi razón para despreciarlo a un más. Ian estaba contra la pared, siendo el espectáculo de todos, tenía los labios apretados y los ojos entrecerrados, su cabello, su piel, su rostro tallado por los mismos dioses habían sido perjudicados, había sido corrompida. Estaba encorvado rodeando con sus brazos para protegerse.

Verlo así, un dolor amargo surgió de mi interior, pero tenía que callar.

Con el corazón en la boca, latiendo desenfrenadamente, me limite a negar.

Había negado mi relación con Ian. 

 Adrick posicionó una de sus manos en mi mentón, levantándolo con cierta brusquedad para obligarme a verlo a los ojos. Seguidamente, dijo:

—Vamos a comprobarlo entonces—. La sonrisa que tenía impregnada en su rostro me causaba repulsión. Sus palabras habían soñado como una amenaza para intimidarme, sabía que muy a sus adentros él estaba estallando de colera, tan solo imaginarse viéndome a mí con Ian le resultaba un pecado imperdonable.  

Se volteo hacia Ian, este tenía los ojos empañados y sin expresión alguna más que humillación. Agarro a Ian con una fuerza sobrehumana y lo estampo nuevamente en la pared, pateándolo una y otra vez sin piedad, lo hacía mirándome a los ojos, comprobando de esa forma si yo tenía alguna relación con él, cada golpe que Ian recibía era un dolor en mi corazón.

—¿Te gusta esto Ian? — como si no fuera poco la humillación que estaba recibiendo, los dedos de Adrick se entrometieron hasta llegar a la parte baja del abdomen de Ian mientras le decía cosas incoherentes cerca de su oído, para luego golpearlo ahí, sin piedad.

Una sonrisa victoriosa salió de sus labios cuando oyó un quejido oloroso salir de la garganta del pobre Ian, quien se intentaba sostener, pero qué muy en el fondo sabía que era verdaderamente imposible. 

Adrick no le propinó uno, si no más de dos puñetazos seguidos en el pómulo derecho, escuche las risas burlescas de mis dos mejores amigos, Adam animando a Adrick para cumplir su cometido y este golpeándolo a mas no poder. Los gemidos de Ian hacían eco en mis oídos, cada vez que escucha una y otras ves como lo torturaban mis ojos se humedecían, estaba guardando mi impotencia, guardando mi corazón que latía desesperado por no saber que hacer, guardando mi angustia. 

Pude ver delante mío al dueño de mis pensamientos pagando por mis mentiras. 

Pagando por mi debilidad. 

Ahí fue cuando me di cuenta de que Ian no estaba sufriendo por esos golpes que cada vez iban carcomiendo su cuerpo, sino más bien estaba sufriendo por el hecho de verme allí, siendo testigo de su miseria, siendo presa de la desgracia de su estado. Pues me rogaba con la mirada que me marchara, y los testificaba en sus ojos que me observaban con lágrimas, lágrimas de vergüenza. 

༒︎


Holiii aquí kamii de nuevo 

confieso que estoy muy emocionada por regresar y escribir esta obra, por cierto. ¿qué les pareció? 

es un capítulo con mucho sufrimiento, quise representar y escribir los sentimientos encontrados de Akemi, que por un lado ella tiene miedo de decepcionar a sus dos mejores amigos pero que a la misma vez quiere lanzarse a proteger a Ian.  

Ameee mucho escribiendo esta escena, no todo va a hacer + 18 (xd). Pero aquí lo más importante, vine a contar chisme:

-ya van a comenzar mis clases que horror recen por mi arhe 

-me van a sacar nuevamente dos muelas del juico

-aun no sé qué nombre ponerle a mi gato loll, ¿opiniones por fi? ¿nombres? (literal tiene como más de dos meses sin tener un nombre) 

en fin, ¿ya dije que amo a lana del rey? estaba escribiendo mientras escuchaba "Ultraviolence" alta canción. para quemar el tiempo:

¿cuál es su canción favorita? ¿qué me recomiendan? 

he estado en una crisis mental porqué siempre escucho las mismas músicas y quiero explorar más, incluso me estaba preguntando si debía dejar de escuchar un tiempo, pero es mi VIDAA kill me pleasee lol

bueno, ahora si ya me despido, muchas gracias por leerme de verdad no que dan las palabras para decir todo el agradecimiento que tengo con ustedes, los votos y comentarios me animan para seguir actualizando, es como mi comida para sentirme más motivada.  

cuídense y con mucho love: 

Kami <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro