Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

•|Capítulo 14|•

Estaba en mi departamento, hablando por teléfono con mis padres, especialmente con mamá, quien está muy preocupada por mí. Claro, ¿quién no se preocupa por su hijo después de no haberle llamado unas semanas y que ellos estén en otro país?

¿Has comido bien, Tatsu-chan? ¿No te has enfermado? ¿Cómo vas en los estudios? ¿Ya tienes amigos?

—Mamá, sabes que no puedo responderte todas esas preguntas a la vez. No te preocupes.— Respondía de lo más tranquilo y neutral, por dentro sentía un poco de alegría en que ellos por fin me llamaran. —¿Y papá?

¡Ah, acá está! Déjame lo llamo... ¡Izayoi, Tatsu-chan quiere hablar contigo!

Me quedé estático en mi sitio, esperando por lo menos un saludo de mi padre. Al cabo de un minuto exacto, se escucha la voz alegre de mi progenitor a través del teléfono.

¡Tatsumi-kun, qué alegría oírte y apreciar tu normal voz!—. Eso me sacó una gota en la sien, manteniéndome inexpresivo a la situación. —¡¿Cómo va todo allá en Tokyo!?

—Bien, papá. Gracias por preguntar.

¿Has hecho amigos?

Dudé en contestarle, decidí hacerlo, siéndole sincero. —Sí, uno que otro conocido. Ahí vamos de a poco...

¡Ese es mi muchacho! Siempre hay que juntarse con la gente que sepa valorarte, hijo.

—“Ajá.”— Pensé sarcástico, recordando todo en estas últimas semanas. —¿Cómo han estado ustedes allá en Estados Unidos?

Hemos estado bien, cariño, gracias por preguntar.— Ahora era mi madre quien tenía el teléfono. —¡Tu padre y yo queremos ir a visitarte para la próxima semana! ¡¿No será genial!?

—Yeiii~.— No pude fingir felicidad, haciendo ese sonido un tanto apagado.

Ohh, hijito. No te esfuerces en expresarte, recuerda que las emociones no son algo que lo tomes con tanta ligereza. Las emociones salen por sí solas cuando el momento lo requiere.— Sentía mis ojos brillar, admiro a mi madre, es tan sabia...

—¡Claro!

Bien, tenemos que colgar Tatsumi, queríamos hablar más tiempo pero... Ya sabés...

Es el puto trabajo que nos mantiene lejos...— La voz de mi padre se hizo escuchar por la vía telefónica.

Después de decir aquello con una mala palabra mi madre le reprime.

¡Izayoi!

¡Ay, Gomen'!

Escucho un suspiro frustrado de mamá. —Te queremos mucho, Tatsumi, nunca olvides eso. ¡Hasta la otra semana!

¡Sayōnara!

Ambos se despiden, el sonido seco de la llamada acabarse se hunde en un silencio sepulcral. Dejé mi teléfono frente a una pequeña mesa que se encontraba, estaba sentado en el sillón. Justamente cuando lo había dejado, tocan la puerta.

Fui a atender quien era; la abrí completamente, me sorprendió un poco al ver quien era. ¿Ya me estarán acusando?

—¿Qué hacen aquí, Sakamakis?

Abrí por completo la puerta, encontrándome primeramente al Oreo-Baka en frente mío, atrás de él estaban sus dos hermanos; el pelimarrón y el peli-lila. Me sorprendí un poco el hecho de que ellos estén parados en frente de mi departamento, ni quiero saber como es que lo saben.

—Sólo vinimos a visitarte, Heimin-Baka.— Se acerca más a mi rostro, mirándome con superioridad al igual que me mandaba esa sonrisa mostrándome sus colmillos. —Siéntete honrado que Ore-Sama halla venido.

—¡Moh~! Ayato-kun, no seas malo en olvidar que también venimos nosotros, ¿nee~, Kanato-kun?

—Hai.— Lo mira sonriéndole, sin quitar esa mirada gula. Luego me observa. —Ayato-kun nos invitó para que nos dieras de tu sangre.— De pronto sus ojos se abrieron más de lo normal, sonriendo sádicamente. —Dijo que tu sangre era algo “especial”.

—“... ¿En serio? ¿Sólo para eso vinieron?

—¿Y...? ¿No nos dejarás pasar?

El maldito me hizo a un lado bruscamente mientras se adentraba a mi hogar, después lo seguían Laito y Kanato. Mientras ellos miraban con curiosidad mi departamento, me asomé por los pasillos del hotel a ver si nadie sospechaba de los Sakamakis. Suspiré pesado cerrando la puerta que contenía el número 22.

Apenas me volteé ellos miraban mi teléfono... ¡¿Pero qué...!?

—¡Oye, plebeyo! Te exigo que me digas con la verdad quienes son ellos.— Señala una foto de mis padres, que por cierto la tengo como fondo de pantalla.

Sin embargo, me extrañé que el pelirrojo de ojos verdes me exigiera con molestia. Como sea.

Respondí con neutralidad. —Son mis padres.

—Oh~, entonces. ¿Ellos dónde están?—. Laito-san miraba todavía curioseando.

—Están de viaje por trabajo, en Estados Unidos: San Francisco.— Me senté a un lado de ellos, mirando con algo de nostalgia a los otros. —Llevan tres meses desde que se fueron a ese país porque un señor los contrató.

—Tiene más sentido, nfu~.— Volvió a reír lascivo, lo que me irritó en el interior.

Ignoré mejor su característica frasecita, y miré al trío de “hermanos”.

—¿Quieren algo de beber?—. Ofrecí, ellos simplemente niegan con la cabeza mirándome con un brillo raro en los ojos. —“Definitivamente ellos a huevo quieren mi sangre.

—Queremos beber algo más~.— El ojimorado, quien estaba más cerca mío, se acercó peligrosamente a mí, oliendo mi cuello, no sentí ningún tipo de cosquilleo. —Tatsumi... Nee~ Teddy dice que eres especial, aunque me caigas mal...

—Vamos, Tami-kun~. Nfu~.— Laito
apareció del otro lado de donde antes estaba sentado. Agarrando mi mentón para después girarme haciendo que lo mirara a la fuerza.

—Obedecerás ante todas mis órdenes, Heimin-Baka.— Y no faltaba que el ojiverde estuviera en frente mío, arrinconándome.

Tengo una corazonada, y es malo.

Observé a los tres vampiros, cada uno estaba dispuesto a morderme, Ayato recorrió mi playera hacia arriba, sintiendo sus frías manos por mi torso, sentía también sus ojos fríos posarse en mi cuerpo recorriéndolos.

Laito lamía con lentitud mi cuello y lóbulo, hasta darme besos en la mejilla y cuello escuchando los suspiros placenteros por equis razón.

Kanato era más en llegar a ser directo al igual que yo, pues tan sólo hace rato me estaba olfateando, incrustó sus colmillos con agresividad hacia mi cuello, haciendo que moviera mi espalda un poco al incomodarme por la sensación, y sin saberlo... no sentía dolor alguno.

Ayato lamió por mi estómago, hasta morderlo con lentitud, lo que me sorprendió por su acción.

Laito lamió por última vez mi cuello, hasta morderlo con desesperación.

Sentir que los tres vampiros te muerdan y se lleven tu sangre, cualquiera moriría o perderían la conciencia rápidamente. Sin embargo, yo tengo una fuerza que me impide hacer esas acciones.

Lo más raro era que... ¿por qué no los apartaba como lo hice con Shū?

Ahora las mordidas del trío cesaron, separándose lentamente de mí, al mismo tiempo y como si estuvieran coordinados, lamieron la zona que mordieron con anterioridad.

—Tu sangre es sin duda una delicia.— Oí “alagar” a Laito-san, haciendo que lo mirara, y justamente él se estaba relamiendo los labios ya que por la comisura de su boca salía de mi sangre todavía.

—Tiene que ser definitivamente mía. ¿Nee~Teddy?

—Ore-Sama lo disfrutó.— Me miró con esa mirada egocéntrica, quitando la sangre con sus dedos para después lamerla. —Más desde que te mordí la última vez...

—“Y eso que mi tipo de sangre es O+.

—Es increíble como después de haberte mordido sigues conciente.— Ayato comentó con algo de sorpresa disimilando, dejando de sonreír.

—Ahora tengo más interés en ti que antes, nfu~, Tami-kun.

—Dejaré a la tonta de Yui y serás mi nuevo muñeco y saco de sangre.— Me decía Kanato con algo de obsesión a mí, sonriendo abiertamente sin dejar de mirarme con sus ojos opacados. Soltó una mini risita.

—¡Oye, friki! ¡Yo lo miré primero, así que técnicamente es propiedad de Ore-Sama!—. Le reprime molesto, el peli-lila lo ignoró olímpicamente sin dejar de mirarme con esas ojeras.

—Siento decirte esto, Ayato-kun.— El pelimarrón ojiverde, quien estaba sentado a mi diestra, me abraza por arriba de los hombros, mientras que yo me bajaba la playera blanca, no sin antes mirar las dos marcas que me había dejado Ayato. —Pero yo ya me adelanté, aparte de ser su “amigo con derecho”, darle mi número, Y darle un apodo como signo de confianza.— Miré con desdén como él sonreía con sorna al ver la cara de su hermano sorprendido.

—¡MALDITO HENTAI!

El ojiverde iba a propinar un golpe a su hermano, pero yo lo detuve antes de cometer un acto de crimen en mi casa, aparte de que no me gusta limpiar casi porque me gana la flojera. El trío al ver que detuve su golpe con facilidad, me miraron sorprendidos.

Está vez puse una mirada fría y más seria de lo que acostumbraba a enseñar en mis facciones; las cuales endurecieron.

—Ni se les ocurra armar una guerra mundial aquí. ¿Oyeron?

Creo que se intimidó un poco por la mirada que le daba, retiró su puño, chasqueando la lengua mientras miraba hacia otra parte... ¿sonrojado? ¿Pero qué...?

Sentí una mano posarse en mi cintura, la mano de Laito apartó un poco mi playera hasta rozar con mi cuerpo. Y su otra mano agarró de nueva cuenta mi mentón, posando mis ojos rojos con los suyos.

—Tami-kun~.— Me sorprendí al ver una cara estilo chibi en frente mío. Oí sollozos por parte de él. —Me protegiste... Snif!

—“¿Por qué de repente?”— Sentí otros brazos tomarme desprevenido, hasta chocar con una espalda, sentía los brazos de Kanato por entre mi cuello, lo extraño es que él no ejercía en su agarre como lo hacía con su peluche.

—¡No abraces lo que es mío!—. Bramó con enojo el ojimorado.

—¡Nadie de ustedes puede tocarlo!—. Ahora era el pelirrojo quien me jaló hacia él tomándome de la cintura, sin soltar mi muñeca antes atraída por él.

—Nfu~, creí que la Bitch-chan era to~da tuya. ¿Ya no lo es?—. Le sonrió con burla, ajustándose el sombrero.

—Tch. Ya no la necesito, ahora el nuevo saco de sangre es Tatsumi.

—¿Eh...?

Apenas terminando de que formulara esas palabras inesperadas de Ayato-san, me sorprendió un poco. Sin embargo, a Yui-san le gusta a Ayato; éste aunque la trate como si en verdad fuera un objeto, creo que le tiene afecto y cariño. Pero no debo decirle... aunque sea directo... siento que no debo, que ella tenga el valor para decirlo.

—Ayato-san.— El me miró, pero se quedó sorprendido al hacer contacto visual conmigo. —¿Podría soltarme?

—¡T-Tsk! ¡Haberlo dicho antes!—. Me soltó bruscamente, pero por suerte me pude estabilizar.

Olvidando por completo lo que pasó, les pregunté a los Sakamakis si tenían hambre. Ellos me contestaron que sí, fui a la cocina/comedor para hacer de cenar, bajo la atenta mirada de aquellos tres, pero luego se distrajeron viendo la televisión.

Cielos, no creí que su visita sería inesperada para mí. Espero que sea la última vez que vengan a visitarme.

(...)

Les voy a hacer unas preguntitas. >:3

—¿Quieren que más adelante Yui-san sienta celos por Tatsumi y sea la mala de la historia?

—¿Les está gustando hasta ahora la historia?

Si tienen alguna duda digánmela, y me gustaría saber sus opiniones. 😄

¡SALU2! ¡SAYŌNARA!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro