Capítulo 28.
Estaba muy cerca de quitarle completamente la sábana. Pero, su mano tomó la mía, impidiendo todo intento de saber que había ahí abajo. Brinco del susto y miró hacia Jinsoul, quien se encontraba con un semblante notablemente serio. Se reincorpora en su cama—. ¿Qué haces aquí? —Cuestionó en un tono duro. Abro sutilmente la boca, pero la cierro al no saber que podía responder.
— Yo... —Trago saliva. Desciendo la cabeza—. Perdón por... eso —Artículo apenas en un susurro.
— Vete, Jungeun.
— Pero...
— ¡Jungeun! —Grita. Me tenso y asiento. Genial. Todo mi avance para acercarme a ella probablemente se había ido directito a la basura.
[...]
Llegamos a la puerta de un grande y lujoso restaurante. El camino hasta aquí era adornado por piedra caliza y unos pequeños faros que emanaban luz amarilla. No muy lejos de aquí se podía oír a los grillos y el mar azotando la arena. Esto es malditamente espectacular, tomando en cuenta la luz de las luciérnagas que rodeaba nuestro entorno.
— Buenas noches, ¿han reservado su mesa? —Saluda y cuestiona el empleado que estaba vestido con un elegante esmoquin negro.
Miró a Heejin por instinto. Obviamente no teníamos ninguna mesa reservada hasta donde yo tengo entendido. Ella apretó levemente mi mano, como si me transmitiera calma. Me relajo y dejo que se encargue del resto.
— No, no la tenemos.
Siento como si me hubieran tirado un balde de agua fría. Esto me pasa por confiar en alguien no sea yo misma.
— ¿Usted es Jeon Heejin? —Cuestiona el empleado, quien había sacado una libreta de quien sabe dónde.
— Sí. Perdonen por no reservar. Esto fue algo inespe-
Su mirada se dirige a Heejin, luego hace una sonrisa de oreja a oreja— ¡Oh! No importa. Nosotros estamos para servirle a usted y a su familia. —Comenta con un notable tono de voz fingido. Parece ser que alguien quiere un aumento—. Pase por aquí señorita Jeon, y... —Me mira, alza una ceja y luego vuelve a observar a Heejin en busca de ayuda. En este caso sería saber mi nombre.
— Me llamó Hyunjin, Kim Hyunjin. —Me adelantó. La boca de Heejin se cierra y asiente ante mis palabras.
— Un gusto. —Sonríe para acto seguido colocarse a un lado y dejar libre nuestra entrada. Lo seguimos hasta una de las esquinas del restaurante. Abrí mis ojos en grande al ver a donde nos íbamos. Era un pequeño patio con vistas al mar. Un techo de madera blanca era lo que le daba su toque. Luces largas como las de navidad adornaban los postes, y uno que otro macetero colgante desde los soportes del techo hacían el lugar tranquilo y romántico.
— Está es su mesa. —El empleado nos señaló nuestro lugar y procedió a colocar las cartas en nuestros respectivos lados— ¿Ya saben que van a pedir o...?
— Lo vamos a pensar —Interviene Heejin. Yo solamente me limito seguir asintiendo.
Mire alrededor, para ser un poco tarde el restaurante se encontraba casi lleno. Mire cada cliente del lugar. Tenían trajes y vestidos elegantes. Uno que otro iba casual, cosa que me hizo sentir mejor conmigo misma.
— Creo que debí cambiarme antes de venir —Me manifiesto.
Lo boca de Heejin se abre para contestarme, pero una mano en su hombro hizo que volteara de inmediato.
Había una chica de cabello corto y castaño, piel algo bronceada y una mirada asesina, el cual desapareció al momento de entablar contacto visual con mi contraria.
— ¡Heejin! —Gritó con alegría, luego con sus dos brazos rodeó su cuello y colocó su mentón por encima de la cabeza de la mencionada— Ha pasado tanto tiempo... —Prosigue en un tono acaramelado que me resultaba molesto y fingido.
— Hola Sooyoung. —Le sonríe al momento de voltear. Entrecierro mis ojos y sin darme cuenta ya me encontraba apretando con fuerza la manta color hueso que cubría la mesa.
— Y... ¿Ella quien es, Hee? —Preguntó al mismo momento que asciende su mirada para observarme con una mueca de asco. Heejin voltea a verme y dice—: Ella es... —Relame sus labios. ¿Qué diablos le sucedía? —. Es Hyunjin, una amiga.
— ¿Hyunjin...? —Arrastra las vocales—. ¿La hija del empresario Ricci, el de Italia?
— No... es Kim, no Ricci. Es una amiga que conocí en el internado que estoy ahora —Responde con calma sin quitarle los ojos de encima.
— Ah. Clase media.
— Sooyoung... —Le reprende. Ruedo los ojos y desvió mi mirada hacia el mar. Hace tiempo no me sentía... no sabría explicarlo.
— Lo siento, Lo siento. —Se disculpa. Era obvio que seguía fingiendo. Yo sé muy bien como identificar zorras solo con mirarlas por unos segundos, y Sooyoung es una de ellas.
Poco después Sooyoung pidió una mesa extra y se sentó con nosotras. Se la mantuvo hablando con Heejin, quien no parecía importarle mi presencia desde que esa llegó.
— ¿Ya están listas para pedir señoritas Jeon y Ha? —No puedo creer que haya sido ignorada olímpicamente por un simple mesero. Joder, maldita sea el momento que acepte venir aquí.
— Unos ravioles con salsa Alfredo y una ensalada de atún—Responde Sooyoung. Heejin mira la carta unos segundos y dice su pedido -el cual no entendí ni un carajo porque tenía un nombre raro-, Luego el mesero, el cual no era el mismo que nos recibió en la entrada, alza su ceja y me observa como si no me hubiera visto desde que llegó aquí.
— ¿Usted señorita...? —Trata de adivinar mi nombre, pero claro, no lo sabía porque en este círculo yo era una Don nadie rodeada de gente súper adinera y reconocida por ser personas de éxito -O hijos de papi.
Con que esto se sentía ser un bicho raro. Yo nunca había experimentado este sentimiento, ya que siempre había sido popular y respetada en todos las instituciones en el que he ido, pero claro, esto era otra cosa, todo lo que dije anteriormente solo era mierda comparada con esto: La vida real.
— ¿Hyunjin? —La voz de Heejin hace que entre en consciencia. Miró la carta y pido lo primero que encuentro. Abro mis ojos en grande. Cada plato valía como una semana de menús en la cafetería. Trago saliva y trato de buscar el más barato. Sooyoung suelta una risilla burlesca al darse cuenta de mi situación. Me encuentro llena de impotencia. Mi cabeza comienza a doler y en un impulso involuntario escojo por error uno de los platos más caros del restaurante.
— Bien. ¿Eso es todo? —Cuestiona antes de irse. Iba a replicar pero la voz irritante de Sooyoung le dice un: Si. Sabía que esa arpía lo estaba haciendo apropósito.
El moso se va en un abrir y cerrar de ojos, dejándonos de esta manera nuevamente a solas.
— Entonces, ¿Invitaste a tu amiga a cenar? Que cortés de tu parte.
En ese preciso momento estaba deseando tanto que Heejin dijera que estábamos en una cita, más no lo hizo.
— Bueno... no habíamos cenado y la invité... —Miente. ¡Maldita mentirosa! Me mira unos segundos con unos ojos suplicantes que solo estaban terminando de hartarme. Tomo una bocanada de aire para calmarme, no sé de dónde saque tanta tolerancia.
— Iré a los servicios —Anuncio, más no pareció importarles a ninguna de las dos. Me paró con la poca dignidad que me sobraba y me fui a los baños.
Me miró al gran espejo. Me mojo la cara. Apoyo mis codos en él lavábamos, y suelto un gran suspiro de enojo contenido. Me reincorporo y salgo. Sentía a la gente mirarme raro. ¿Acaso tenia algo ra... ¡Demonios! Tenía papel higiénico colgando de mis zapatillas.
Definitivamente este es la peor noche de mi vida.
— ¿Hyunjin? —Volteo justo en el momento que tengo en mano el higienizó húmedo. Era el chofer de la casa de Heejin, Namjoon.
— ¿Qué? —Respondo con mala gana. Me paró correctamente y me cruzó de brazos esperando una respuesta.
— Jisoo me mando a buscarte a ti y a Heejin. —Para ser solo un empleado más parecían tener mucha confianza. Que yo sepa -Y cuando digo "sepa" me refiero a las series que me veo de gente rica- Siempre hay cierto respeto en llamar a sus "patrones" por sus respectivos apellidos.
— Bueno, solo estamos cenando —Contesto con neutralidad.
— Oh. Si. No se preocupen por mi, solamente queria saber dónde se encontraban, nada más. Pero Jisoo me dijo muy bien que quiere que las lleve a casa cuando terminen lo que sea que estén haciendo.
— ¿Por qué no me sorprende? —Pronuncio apenas en un susurro.
— ¿Me pasarías tu numero? Para saber cuando salen y llevarlas a casa. —Lo dudo unos segundos, pero al final terminó accediendo.
Intercambiamos números. El se fue dedicándome una sonrisa resplandeciente. Fruncí mi ceño ante aquello y vuelvo a retomar mi camino.
Al llegar veo a Heejin y Sooyoung conversando animadamente. ¿Acaso no se habían dado cuenta de mi ausencia? Carajo, esto no me agrada nada.
Sin mirar a nada ni a nadie me siento en mi respectiva silla. Noté por el rabillo de mi ojo que Heejin me observó mientras hacía eso.
— ¿Todo bien? —Interroga con un leve tono de preocupación. ¡¿En serio me estaba preguntando?! Ignoro su pregunta y apartó la mirada.
Pasó solamente unos segundos. El moso volvió con nuestras órdenes. Colocó todo en su lugar y se fue regalándoles una sonrisa a Sooyoung y a Heejin. Ah, claro. A mi no porque soy una Don nadie.
Mi mirada qué enfoco en el gran faro que se encontraba en una pequeña isla del mar. No había tocado ni un bocado del platillo que pedí -se veía asqueroso-, suspire.
— Y... Hyunjin. —Volteo al escuchar a la arpía. Me mira con una ceja arqueada y una sonrisa de lado— ¿No comerás nada?
— No —Respondo cortante. Heejin me mira para siguiente acto hacer una mueca preocupada. La ignoro y sigo con lo mío.
— ¿Qué es eso? —Habla nuevamente Sooyoung. Volteó apunto de maldecir a cada uno de sus familiares, más no lo hago. Quedo petrificada al momento que señaló los preservativos que se encontraba tirados al lado de la silla. —Tú sí que andas muy bien preparada, Hyunjin. —Se burló.
Aprieto mis puños y me agacho para guardarlos nuevamente. Respira Hyunjin, respira. Me dije a mi misma para no arrancarle uno que otro mechón de cabello a esa idiota. Tome los condones y los guarde e hice como si nada hubiese pasado.
Paso veinte minutos. Ellas ya habían terminado su plato y yo apenas iba dos cucharas de esa cosa que se dice llamar alimento.
— Heejin, ¿Podemos hablar en privado? —Se manifiesta. Fruncí mi ceño para siguiente acto escuchar atentamente que respondía.
— Claro. —Sonrió. Ambas se pararon. Heejin me dijo un "Ahora venimos" para finalmente desaparecer entre la clientela.
Coloque mis dos codos apoyándose en la mesa y mi cabeza sosteniéndose de mis manos al momento que se fueron. Mordí mi labio inferior y saqué mi celular de la chaqueta. Tenía dos mensajes: Uno de Kim Lip y el otro de Namjoon. Le doy click primero al de Kim Lip, quien me estaba contando algo que había descubierto y que aún no estaba muy segura, no me dijo específicamente de que trataba la cosa. Luego entre a ver el mensaje de Namjoon. En el decía que debíamos irnos, que ya era tarde y que Jisoo se molestaría si no volvíamos ahora mismo. Rodé los ojos y bloqueé el celular. Busque con la mirada a Heejin, más no la encontraba. Deje mi casaca en la silla para que no pensaran nada raro, me paré y me encamine en su búsqueda.
Ver a una Jisoo molesta no estaba en mis planes.
Había recorrido casi todo el restaurante. No tenía señales de ninguna de las dos. Pregunte a los mosos y ninguno -sospechosamente-, No me decía ni una pista de su paradero.
Estaba por rendirme hasta que un foco imaginario se prendió sobre mi cabeza. — ¡El baño! —No se porque no se me había ocurrido eso antes.
Tome el pomo de los servios, lo gire y me adentre. Quedé congelada en ese preciso momento. Mis ojos comenzaron a humedecerse sin mi permiso. Sentí un escalofrío recorrer mi espina dorsal mientras que un dolor en mi pecho cada vez se intensificaba con el pasar de lo segundos.
— Namjoon nos está esperando en el estacionamiento —Digo casi al borde de las lágrimas. Heejin inmediatamente se separó de Sooyoung, quien me observó con una sonrisa de victoria estampada en su cara.
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¡Hola!
Lamento haber tardado tanto en actualizar (casi 9 días), es solo que tuve algunos problemas ya que no me dejaba subir el capítulo (ni siquiera se porqué), pero bueno, tengan buen día o noche.
¡Bye!
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