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Capítulo 24.

— He-Heejin~

Me tape instantáneamente mi boca. Mordí mi labio inferior. Por unos segundos había olvidado que estaba en casa ajena.

Luego de haber encontrado a Jinsoul y Jungeun juntas; procedí a ir a mi habitación por algo de tranquilidad. Me daba asco ver la cara de Yuna y Yeji ahora mismo.

Al llegar a mi habitación, me deje caer en el colchón, mire el techo unos minutos. Sin poder evitarlo, recordé la pequeña escena que me había montando con Heejin en su alcoba. Relamí mis labios. Realmente me había dejado demasiado caliente.

En un abrir y cerrar de ojos; mi mano se hallaba por encima de mi entrepierna, aún cubierta por la tela de mi short. Solté un profundo suspiro al solo rozar mi intimidad.

Una cosa llevo a la otra.

Eche mi cabeza hacia atrás. Mis dedos se encontraban masajeando mi clítoris con movimientos rápidos. Inconscientemente todos mis gemidos llevaban un nombre, el cual se me escapaba en algunas ocasiones.

Estaba a poco de venirme, hasta que logre escuchar un sonido extraño al otro lado de la puerta. Paré mis movimientos. Me encontraba algo agitada. Y ni hablar de las punzadas que estaban carcomiendo mi centro.

Me paré de la cama tratando de hacer el menor ruido posible. Había alguien espiándome, no tengo duda alguna.

Tome la perilla de la puerta.

— ¡Te atrape! —Grite al momento de abrir la puerta.— ¿He-Heejin? —Sentí que mi alma se había salido de mi cuerpo. ¡Me había escuchado gemir su nombre! Mis mejillas se tiñeron de rojo, pero inmediatamente recobré compostura.— ¿Qué hacías espi... —Mordí mi labio inferior. Mi vista había descendido hasta su entrepierna. Aunque se encontraba con falda, pude notar ligeramente un bulto sobresalir de aquellas telas. Subí nuevamente mi cabeza, hasta enfocar su rostro; Estaba con el cabello suelto y un ligero maquillaje. Debo admitir que si tuviera pene ya se me hubiera parado.

— Lo siento, lo siento. Yo.. he... iba a avisarte que... que... —Trago en seco. Era obvio su nerviosismo.

Tome su mano para hacerla entrar a la habitación. No estaba muy segura de lo que iba a hacer, pero necesita calmarme, pero ya. Con solo ver su miembro sobresalir, me dieron altas ganas de tenerlo en mi boca... maldita sea. Necesito esto.

— ¿Hy-Hyunjin? ¡Hyunjin! —Elevó su tono de voz al momento que me agache. Antes de que pudiera hacer algo, me paré nuevamente, camine hasta la entrada y cerré la puerta con seguro.

— ¿Por qué me estabas espiando? —Cuestione con una media sonrisa. Se ruborizó y apartó su mirada— Es de muy mala educación, Heejin. Creo que mereces algún castigo. —Trago saliva. Sabía que ella necesitaba esto tanto como yo, pero no lo diría.

— Solo vine a decirte que... —Hizo una pausa—, debemos bajar. La cena ya estará lista.

Alce un ceja. Me puse frente a frente y la mire directamente a sus orbes— ¿En serio? —Cuestione con un tono irónico. Heejin asintió varias veces. Bajo su mano hasta uno de sus bolsillos, sacó su celular y me lo puso en toda la cara. Entrecerré mi ojos.— En una hora la cena estará lista. Dile a tu... ¿novia? —hice una mueca— que estoy muy emocionada por conocerla. No te olvides ponerte el vestido que te dije.... ¿No le has contado la verdad a tu madre? —Dije lo último mientras apartaba el móvil.

— Es una larga historia...

Genial. Mi calentura se fue a la mierda.

— ¿Debo seguir fingiendo? —Heejin me miró, frunció sus labios y asintió. En sus ojos se veían claramente su súplica. Lo pensé unos segundos e hice una media sonrisa.— Esta bien. Supongo que sería divertido ver la cara de Jisoo.

Antes que me pudiera responder tome su mano y la saque del cuarto ignorando por completo la erección que tenía por debajo de su vestido. Debí ser más cuidadosa, ya que, apenas pasamos por el marco de la puerta; Las miradas de todos los presentes descendieron a la entrepierna de mi ahora nuevamente novia.

[...]

— Oh. Hija. Creo que tienes un problema —Menciono Jennie. Heejin miró hacia abajo al percatarse de la mirada de Yuna en aquella particular parte. Abrió sus ojos y se tapó enseguida. Hyunjin la miró y rio por lo bajo.

— Es un gusto conocerla en persona, Sra. Jeon —Intervino la pelirroja. La mencionada miró y sonrió de oreja a oreja.

— Nada de formalidades, pequeña. Ahora somos familia. ¿Cierto amor? —Cuestionó en dirección a Jisoo, quien miraba la escena con un semblante de pocos amigos. Rodó los ojos y asintió.

Jennie al darse cuenta del gesto de su esposa; frunció el ceño. Tomó su mano y la hizo parar enfrente de todos los presentes.

— J-Jennie... ¿Qué rayos haces? —Se quejó. Hyunjin no pudo evitar soltar una carcajada, el cual fue escuchado por la mayor.

— Saludala, Jisoo —Resopló. Al verla bufar por lo bajo; apretó su mano y la guió hasta la pelirroja, sin importarle la escenita que se estaban montando en frente de los amigos de su hija.

Se miraron una a la otra, entrecerraron sus ojos y apartaron la mirada al unísono.

— Jisoo, deja de comportarte como una niña enfrente de la futura esposa de tu hija. —Esa afirmación provocó que la pelirroja se ruborizara sutilmente. Heejin abrió sus ojos por el asombro y negó con una sonrisa nerviosa.— Mamá... no exageres. —Intervino.

— Sí. Jennie, no exageres.

Hyunjin alzó una ceja, se cruzó de brazos y miró a su novia. — ¿O sea, no me ves como tu futura esposa, Heejin?

Jennie soltó una pequeña risita. Heejin relamió sus labios, y luego negó aún más rápido a causa de los nervios. — No es eso... solo...

— Ahórrate tus palabras —Respondió tajante. Se zafó del agarre e hizo una reverencia para proceder a sentarse.

La cena transcurrió un tanto incomoda al principio, hasta que Jennie comenzó a hacerle preguntas a Hyunjin. Ambas congeniaron al instante.

— Por cierto. Pensé que vendrían cuatro de tus amigas. — Mencionó Jennie, quien miró a Yeji y Yuna sentadas al lado de dos asientos vacíos.

— Le mande un mensaje a Jinsoul. —Respondió Heejin. Sacó su celular— Aún no me contesta. Ni siquiera tiene activado sus datos...

— Cuando fui a traer la toalla que me olvida en la orilla, las vi muy cariñosas. No creo que salgan de su burbuja por un buen tiempo. —Mencionó Yuna. Yeji asintió ante las palabras de su contraria y dijo—: Realmente dudo que se haya acordado de la cena.

Jungkook escucho con atención cada palabra que salió de las amigas de su hermana. Apretó con fuerza el tenedor, tomó un trozo de comida y se lo llevó a la boca.

[...]

— No. nunca he ido a una fiesta. —Hizo una pausa— Bueno... si fui a una. Pero no tengo muy buenos recuerdos.

Jungeun abrió levemente sus ojos e hizo un "Hmm" alargando aquel sonido. — ¿Ya diste tu primer beso? —Cuestionó un tanto intrigada.

— Sí. No fue nada lindo —Confesó junto a una mueca de resignación que no pasó desapercibido por la castaña.

— ¿Con cuántas chicas tuviste sexo? —Jinsoul sabía que era algo atrevido aquella pregunta, pero le ganó.

Jungeun había sugerido hacer preguntas al azar y sin "anestesia" Las dos podían preguntar lo que sea sobre la otra. Por lo cual, no contestar no era una opción.

— Ehm... —Rio nerviosa tratando de confesar y recordar con cuantas chicas se había acostado. — Solo puedo decir que por las noches tengo miedo de haberme contagiado con alguna enfermedad sexual...

— ¿No usas protección?

Jungeun frunció su ceño.— No tengo pene, Jinsoul. Además, nunca me he acostando con un hombre. Tomando en cuenta que desde mi infancia e ido a instituciones donde solo ingresan mujeres.

Jinsoul inmediatamente se sonrojo y negó. — N-No... digo... Existen protección para mujeres...

— ¡¿Existen condones dedales?!

— ¿Qué? ¡No! —Elevó la voz aún más sonrojada que antes.

— ¿Condones lenguales?

— ¡Kim Lip!

La castaña comenzó a reír logrando que Jinsoul arrugara su frente y frunciera sus labios.

— No le veo nada de gracioso. De verdad podrías contagiarte con alguna enfermedad...

— Uhm... tienes razón. Para la próxima compra... —Abrió su boca en grande junto con una sonrisa— Y si, ¿Mañana vamos a comprar eso que tú dices? Yo iría por mi propia cuenta, pero necesito la ayuda de la gran Jung Jinsoul —Continuo en broma.

— Solo tienes que ir a una farma...

— Sí. Ajá. Pero necesito ayuda moral, Jinsoul. Me daría alta pena.

La pelinegra pareció pensarlo unos segundos. Jungeun le dedicó unos ojos suplicantes, con los cuales no logró negarle nada su contraria. Suspiró.— Esta bien.

Justo cuando Jungeun se iba largar sobre ella y abrazarla; La señal del celular de Jinsoul pareció reincorporarse. Sacó su celular ignorando completamente los brazos abiertos de la castaña.

— Creo que debemos volver...

— ¿Por qué? —Cuestionó. Se inclinó un poco hasta arriba tratando de ver la pantalla de su celular.

— La cena estaba lista hace más de cuarenta minutos...

— ¿Eh? —Sacó su celular de igual manera. Prendió sus datos y miró algunos mensajes de Hyunjin.

[...]

— Entonces, ¿ustedes dos comparten cuarto? —Preguntó Jennie con una muy notable impresión.

Ambas asintieron.

— Hablando de eso. Escuché que Chuu volverá el lunes, ¿no te llevabas bien con ella? —Cuestionó Yeji.

— Ehm... Sí. Me llevo bien con ella, pero, ¿qué tiene que ver? —Habló Hyunjin un tanto nerviosa.

— Nada realmente. Pero dijo que iba a compartir habitación contigo.

— Yo... no recuerdo haber tenido esa conversación con Chuu. ¿Segura que lo dijo?

— Sí. El día que te peleaste en el gimnasio con Lia la vimos pasar por la dirección. Estaba hablando con Ryujin. Ella nos contó sobre eso —Continuó con claras intensiones de dañar su imagen.

— ¿Pelea? —Susurro Jisoo recordando del por qué había ido a la oficina de seguridad del Mall.

Jennie pudo notar algo turbio en la conversación. Detuvo a ambas con un tema de conversación al azar y finalmente la cena culminó luego de diez minutos.

Todas subieron a su habitación. Las luces de los pasadizos se apagaron automáticamente. Hyunjin se tiro en su cama recordando la existencia de Chuu, hasta que se escuchó golpes en la puerta. Se paró y lo abrió encontrándose con la presencia de Jungeun.

— ¡Hyunjin-Yah~! —Embozó una sonrisa de oreja a oreja. La abrazo con tanta fuerza que su contraria no pudo respirar. Cayeron en la cama sin que la castaña la liberara de su agarre.

— ¡¿Qué d-demonios t-te pasa?! ¡Suéltame! —Se siguió quejando hasta que al fin la castaña la soltó. Se sentó en una orilla de la cama y rio.

— ¡Mañana iré a comprar condones dedales con Jinsoul!

Heejin y Jinsoul se miraron al unísono al escuchar el grito de Jungeun y luego notables carcajadas por parte de Hyunjin.

— ¿Entonces tu plan de conquista es ir a una farmacia? —Rio— Eres realmente un dilema, Lip.

— No exactamente. Pero creo que estoy yendo por buen camino. Durante toda la tarde la pasamos bien... Bueno, yo me la pase bien.

— ¿Aún sigues pensando que Jinsoul es un reto? —Cuestionó con algo de burla ante las antiguas palabras de su mejor amiga.

— Al principio lo fue. Pero... digamos que esa chica se está ganando completamente mi... ¿corazón?

Hyunjin comenzó a hacer muecas de asco que irritó a su contraria. Tomó una almohada y se la tiro en la cara sin medir sus fuerzas.

— Auch. Eso dolió, idiota. —Le reprochó mientras se sobaba la parte afectada. — ¿Qué haces? —Agregó alzando una ceja al notar que su contraria no le hacía caso.

— Le dije a Jinsoul que le mandaría las fotos que le tome. Casi me olvido.

— ¿Fotos? —Asintió.

— Creo que pondré esta de fondo de pantalla. —La pelirroja se acercó a su amiga y miró la cámara, en el cual se podía apreciar las miles de fotos donde solo estaba Jinsoul y uno que otro atardecer.

— ¿Cual te gusta más? —Jungeun comenzó a deslizar su dedo de izquierda a derecha.

— Solo cambia la posición de la mano, Kim Lip... —Se burló.

Antes que la castaña pudiera responder; la puerta volvió a sonar.

— Anda tú. Estoy ocupada.

Hyunjin rodó los ojos y camino hasta la entrada.

— ¿Jisoo... Digo, señora Jeon?

— ¿Podemos hablar? —Miró a través de su hombro a Jungeun. — A solas.

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