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ʚ🌷ɞ Especial UsApo






Las notas altas abandonaban su garganta tan satisfactoriamente que había olvidado la sensación de Us sobre su cuerpo, derramado su semilla en el tercer orgasmo de la noche.

No sabía lo necesitado que estaba de tacto hasta que un sólo beso desató toda la calentura oprimida en su cuerpo.

Us cayó a su lado, ambos mirando el techo controlando sus respiraciones, jadeando, algo satisfechos, en blanco.

Una vez que se calmó y sintió su pulso normal, se estiró tomando aire, estremeciéndose entre las sábanas manchadas, antes de ponerse de pie y empezar a vestirse.

-¿Qué haces? - Us lo observaba desde su puesto, apoyado en sus antebrazos.

-¿Eres ciego?- rodó los ojos terminando de abrochar su pantalón.

-¿En serio te irás? - esta vez se sentó, no iba a permitir que se fuera. Primero porque era muy tarde y segundo, porque...

-Ya hemos hecho esto antes. No me quedaré para arrullarnos como si fueramos pareja. Esas cosas no van con nosotros, y lo sabes- terminó de acomodar su camisa.

Us no objetó, porque Apo tenía razón. No eran nada.

Es verdad que empezaron a verse nuevamente hace poco, y tenían una relación de amigos sexuales, pero nada más allá de lo que no hayan hecho antes de alejarse años atrás.

Tan sólo lo quería tener un poco más entre sus brazos, repartir besos en sus hombros y acariciar un poco más su piel ¿Si le pidiera eso, él accedería? Negó mentalmente. La respuesta era obvia.

-Nos vemos - tomó su celular y su bolso, e hizo una señal con la mano sin siquiera ver al peliazul.

Sin embargo, su muñeca fue alcanzada antes de que se acercara a la puerta principal. Giró su mirada al agarre, y luego la pasó a Us, quien lo sostenía firme.

-¿Qué haces? - no entendía cuál era el punto de la situación.

-¿Eres ciego? - Apo le regaló una mueca de ironía y forzajeó para que lo soltara, pero sabía que su fuerza era nula ante la de Us, y no porque careciera de esta, simplemente porque era Us.

- ¿Qué quieres? Tengo prisa, ya es tarde y luego no pue-

Los labios de Us se plasmaron sobre los de él. No era con una segunda intención, era un beso calmo, que sin querer o quizá no, le dio una calidez que estremeció su cuerpo, queriendo más de aquello. Sin embargo, empujó el trabajado pecho opuesto. No quería sentirse un tonto por imaginar cosas que no eran, no otra vez.

- Ya estoy cansado, otra día será -se liberó del suave agarre que Us sostuvo a cada lado de su cabeza durante el beso.

-Poo -¿Podría hacer un intento? Sabía que Apo no era fácil de convencer, ni siquiera de persuadir.

- Dije que estoy cansado - se detuvo un instante en el portal. Su corazón pareció doblarse ante la decisión, pero sólo fue un instante, no suficiente para regresar a los brazos del peliazul.

-¿No es mejor si te quedas? Jeff dormirá donde Barcode, y ya es tarde... - sus últimas palabras chocaron contra la puerta ya cerrada.

No podía hacerse eso.

Sus sentimientos estaban guardados desde hace mucho, y no veía nada bueno en desempolvarlos.

Además, Us se comportaba de aquella forma porque fue rechazado por Build, al igual que él, aunque a su diferencia, él se lo buscó desde un principio. No se había confesado ni nada, pero ya no existía posibilidad alguna con el castaño para nadie más que para Bible. No se tenía que ser muy inteligente para darse cuenta de lo metidos que estaban ambos en su burbuja. También se percató de que el gusto que tenía por Build sólo había sido un capricho momentáneo. Quizá porque era mejor que él en algunas cosas que le costaba mucho conseguir.

Se preguntó fugazmente, cómo serían las cosas si Us y él hubieran estado en una relación.

¿Serían igual de felices que Bible y Build? Claro con problemas como cualquier pareja, y sus genios chocando por cualquier cosa no ayudarían tampoco, pero se permitió pensar en ello unos tontos segundos.

Su pecho se hundió con aquella idea. El hecho de que tuvieran sexo en las últimos semanas y después se separaban como si nada, era el claro ejemplo de que nada saludable saldría de tener un ¿noviazgo?

Aunque hoy había sido un poco diferente, no significaba nada.

Suspiró con pesadez. Si quería protegerse, tendría que evitar a Us por unos días, al menos hasta volver a estabilizar sus emociones.







.🌷.









No importaban las veces que tratara de contactarlo o ir en busca de él, simplemente era ignorado, como siempre. Incluso no entendía por qué le importaba, si todas las veces fueron así.

No podía pedir ayuda a nadie, porque nadie conocía la historia entre ellos, y tampoco quería contarles, por pura pereza y privacidad.

Apo era su secreto.

- En serio eres un idiota.

-¿Me puedes decir algo que no sepa? - rodó los ojos con molestia. No estaba de ánimos para soportar las bromas o acusaciones de su compañero de habitación.

-¿Por qué simplemente no nos dices qué te sucede? - Bible estaba realmente curioso estás raro desde hace días.

Us presentaba una inquietud, lo cual casi nunca pasaba, si es que ya había pasado antes. Porque ambos estaban seguros, de que no habían visto a Us dejar de comer por puro estrés.

-Ya dije que nada ¿Bien?- cerró los libros abiertos que tenía sobre la mesa de la cafetería y tomó su mochila - Los alcanzo luego -agradeció que los contrarios no hicieran más preguntas o trataran de que se quede.

No se entendía a sí mismo y tampoco entendía a Apo. ¿Por qué se comportaba así? ¿No le bastaba con fingir ser simples conocidos?

¿Por qué esa actitud tan áspera respecto a él? Recordaba que no siempre fue así, incluso hubo un tiempo donde se consideraban hermanos, pero luego ambos estuvieron en desacuerdo, porque besarse, tocarse y saciar su hambre carnal, no era de hermanos; de amigos quizá, pero no de hermanos.

Extrañaba sentir a Apo. Tener su cuerpo entre sus brazos, besar los lunares en su cuello, juntar sus manos cuando llegaban al climax, besarse hasta dejarse sin aliento y aún así no querer separarse, extrañaba todo ello. Incluso cuando las cosas con Bible terminaron, no dolió como pensó que dolería por el simple hecho de que Apo estaba ahí para él, y gracias a la atención que este le ofrecía olvidaba cualquier situación problemática.

A veces se tomaba el tiempo de pensar en Apo. En su sonrisa, en la risa escandalosa que siempre le hizo reír también, en las cosas que experimentaron juntos por primera vez, y en su extraña y descompretida relación.

¿Sería bueno lo que tenía en mente?

Mientras iba renegando y buscando alguna razón lógica, su vista captó a la suerte.

-¡Build! - el nombrado volteó.

-¿Se te ofrece algo? -se percató de que su atención no estaba en él, sino en el moreno a su lado.

-¿Me puedes prestar a Apo un momento?

-¿A Poo-

- No- un mirada amenazadora llegó de obsequio para Us.

Build se quedó en silencio observando a los dos. Podía jurar de que un volcán estaba a punto de explotar.

- Está bien- accedió - sólo no hagas nada estúpido, miró a Apo - Te esperaré en el aula, si no llegas inventaré algo ¿Bien?

- Pero yo no quiero...

Antes de que el moreno pudiera terminar su frase, Us lo jaló de la mano en dirección opuesta a las aulas de clases.

- ¡Ya sueltame! - se deshizo del agarre de Us -¡¿Qué te pasa?!

El peliazul lo analizó por un instante. -¿Por qué estás alejándote de mí? - Apo lo miró incrédulo.

-¿Alejándome? ¿No recuerdas que somos conocidos?- bufó rodando los ojos con notable fastidio - Además, esté o no haciendo aquello, no debería importarte. Puedes conseguir a alguien más para tener sexo, no creo que sea un problema para ti.

- Deja de decir ese tipo de cosas como si me conocieras.

- Te conozco, Us -sus miradas se encontraron -te conozco más de lo que tú te puedes llegar a conocer algún día - el nombrado no supo qué responder. No tenía argumentos con los cuales refutar, porque Apo no se equivocaba en absoluto.

Desde pequeños el moreno siempre fue más observador que él. Notaba más rápido las cosas; cuándo debía quedarse en un lugar y cuándo debía irse, cuándo debía hablar y cuándo no, sabía con quién debía juntarse y con quién no. No tenía la necesidad de estar con alguien para saber si era bueno o no para él porque era bastante intuitivo y estudiaba mucho las situaciones y a las personas. Por ese motivo, Us encontró verdad en sus palabras.

Era cierto que hace mucho no tenían una relación cercana, pero él mismo notó que no había cambiado casi nada en esos años

-Si eso es todo, tengo clases - no lo miró. Empezó a caminar hacia el lugar de antes. Us no sabía cómo detenerlo, porque la conversación aún no terminaba, o al menos no para él.

Apretó sus puños tomando valor. -¡Apo Nattawin! - gritó tan alto que algunas personas lejanas voltearon hacia él también.

El nombrado a penas giró a verlo con una expresión obviamente enojada.

Us hizo señas con su boca y con sus labios sin hablar, esperando que Apo entendiera, y supo que sí cuando este regresó a pasos rápidos.

-¡¿Estás loco?! ¡¿Qué rayos te pasa?! Estamos en medio en la universidad, ¡no hagas ese tipo de cosas!

-Entonces vayamos a casa - ofreció sujetando nuevamente la muñeca del moreno.

Apo bufó con una sonrisa incrédula. -¿Todo esto es por tener sexo? - Us cerró sus ojos perdiendo la paciencia.

- ¡No! ¡Deja de hablar y escúchame!

-¡No estás diciendo nada interesante que quiera escuchar!

- ¡Es porque sólo quieres huir de mí!

-¡Eso no tiene nada que ver!

- ¡Tiene mucho que ver! ¡así que sólo escúchame!

-¡No quiero! ¡Y tampoco sigas insistiendo! ¡Si tanto quieres placer, tienes una mano! ¡Úsala! ¡Y por favor ya no me vuelvas a moles

- ¡Me gustas!

Los gritos cesaron, y por un instante Apo creyó haber escuchado algo que removió sus entrañas.

- ¡Maldita sea, Poo!... - Us pasó sus manos por sus cabellos enterrando sus yemas en su cuero cabelludo. Si existiera un top de las peores confesiones, seguramente la suya sería la primera. Suspiró tratando de analizar el desastre que hizo.

Apo tenía la mirada baja, al parecer se esperaba cualquier cosa, menos aquellas palabras. Porque lo había escuchado, ¿verdad?

- Yo... Tengo que ir a clases - apretó sus labios tragando las palabras que quemaban sus garganta.

-¿Vas a seguir huyendo después de que te confesé mis sentimientos? - el moreno detuvo su caminar y se atrevió a mirarlo.

-Un gusto no es nada. Te puedo gustar en la cama o que siempre te lleve la contraria, así como te puede gustar un sabor de helado y lo cambias a la siguiente semana, o alguna prenda de ropa que los primeros días es tu favorita, quizá hasta los primeros meses, pero luego olvidas que la tienes en tu closet.

>>Así son tus gustos Us, y yo no quiero ser uno de ellos - ¿Alguna vez su estómago se había contraído de tal forma? Odiaba esto, porque a pesar de que evitó encontrarse con él en cualquier lugar durante esas semanas, no es como si pudiera esconderse de su propia mente y de sus propios sentimientos.

-Me gustas, ¿bien? -¿No era suficiente? A penas empezaba a comprender toda esa extraña sensación que lo abrumaba, no sabía de qué otra mejor forma expresarla.

-... Yo creo... Por el bien de los dos, será mejor cortar esta relación, así evitamos confusiones sentimentales, sabes que eso no va con noso-

-¡Ya basta! - se acercó con un semblante notoriamente molesto -¡Basta de excusarte con eso! Es verdad, puede que no seamos expertos en los sentimientos, el amor y todas esas mierdas, pero podemos hacer el intento. Quiero intentarlo, y quiero intentarlo contigo ¿No lo entiendes?

- ¿Entender qué? - sonó obvio - ¿que quieres que sea tu experimento, y si no sale bien me vas a desechar como si nada? ¿Es eso?

-¡¿Qué quieres que te diga para que me entiendas?! ¡¿Ah?! ¡¿que te vivo extrañando?! ¡¿que a pesar de que intento estar con alguien, te recuerdo una y otra vez entre mis brazos?! ¿que cada maldita vez que tenemos que fingir que no nos conocemos, me duele? ¿que cuando te vas luego de tener sexo como si no te importara, me quema como el infierno? ¿Que te quiero en mi vida porque eres el único con quién puedo aguantar este mierdero de vida? - Apo lo miraba atento, buscando la verdad en sus pupilas y en sus palabras Si eso era lo que querías escuchar, ahí lo tienes. Me gustas, Apo. No como un helado o una prenda de vestir. Me gustas como una persona, como un chico, como alguien con quién quiero compartir muchas cosas que no sabía que quería compartir, ¿Ahora lo entiendes? ¿Mmm? ¿A pesar de esto, te volverás a ir, y despreciarás mis sentimientos?

- Suficiente Us, no lo tienes que explicar con Manzanas. Y baja la voz, que los demás están viendo - Us levantó su vista, y era cierto, algunas personas estaban amontonándose como si fuera un pelea. - Vayamos a mi apartamento, es el más cerca.

En el corto camino ninguno dijo nada más, no era incómodo, pero tampoco precisamente lo contrario.

Una vez que entraron, dejaron sus mochilas a la entrada de la puerta y caminaron a la pequeña sala. Por lo que Us no quiso perder más el tiempo si estaba destinado a un rechazo.

-Ya estamos aquí, ¿Tienes algo qué decir?

-¿Quieres algo de tomar? - ofreció el moreno ya más tranquilo con una cierta aura que Us no supo descifrar. Detestaba no conocer a Apo como él lo conocía.

-Lo que sea - Apo se dirigió a la nevera.

Us en serio que no podía aguantar más.

-¿Qué se supone que haces? - preguntó con invisibles rastros de nerviosismo en su voz, al sentir los brazos de Us tomarlo por la cintura y hundir su rostro en su cuello.

-Por favor...

Se limitó a la resistencia innecesaria. Él también lo quería, entonces de nada servía negarse ese detalle.

-¿También te gusto? ¿Mm? ¿Ya me dirás? - seguía abrazándolo, y a decir verdad, no lo quería soltar.

-¿Poo?-apretó un poco más su espalda contra su pecho.

-...No hagas eso, por favor, suéltame y hablemos ¿Sí?

-¿Es necesario?- dio pequeños besitos en el hombro el moreno. Amaba estremecerlo de esa forma.

Sabía que a pesar de su mal genio o cualquier sentimiento de rechazo, Apo siempre reaccionaba a su tacto, y le encantaba aquello.

-Lo es- puso el vaso de jugo helado sobre su mejilla haciendo que se alejara por la sensación fría.

-Tramposo... -Dio un sorbo a su juego de mora. Apo sonrió leve entre labios aceptando la culpa.

-¿Cómo te diste cuenta de... tus sentimientos? - trató de no suspirar, no tenía la mínima intención de tomarse eso a la ligera.

Us se sentó a su lado en silencio, dejó su vaso sobre la mesita de centro, y tomó una de sus manos.

- Sabes que no soy bueno con las palabras o explicando estas cosas, pero, te puedo asegurar que siento algo especial por ti, y realmente deseo estar contigo, me gustas y te quiero... ¿Eso debe ser suficiente para empezar, verdad? Ya te dije hace un rato como me sentía respecto a ti, ¿Eso no sirve para que me creas?

Apo se soltó suavemente, sin dar a entender un tipo de rechazo, sólo...

- No se trata de si te creo o no- a veces se enfadaba consigo mismo por estar dispuesto a siempre creerle al peliazul, incluso si fuera una mentira tras otra y estuviera consciente de eso, seguiría confiando en sus palabras, y le molestó saber que en ese momento, le estaba creyendo todo desesperadamente.

- Tampoco te puedo señalar, o juzgar si tus sentimientos son verdaderos o pasajeros, el problema, es que no solo son tus sentimientos, ¿Sabes? - no sabía si Us le estaba entendiendo, pero esperaba que sí, realmente lo esperaba - los míos también están ahí, y si te llegas a cansar de mí, de nosotros y de los problemas que habrán, sé que el que terminará peor entre los dos, seré yo.

Us estaba al tanto de ello. No es que el moreno no tuviera sentimientos, no es que no le gustara expresarlos, u otras situaciones a las que hacía referencia. Tenía esa personalidad porque odiaba que vieran lo frágil que en realidad era, lo mucho que le afectaban las pequeñeces, lo horrible que se sentía si algo no salía como lo planeaba, o cuando su propia autoestima estaba por los suelos. Lo sabía bien. Había visto muchas veces a Apo llorando, sin poder hacer nada más que abrazarlo debido a que este nunca le comentaba las cosas y siempre se las guardaba para sí. Y, entre todos sus peores recuerdos, nada le había dolido y frustrado más que ello.

-No pienses que te estoy rechazando, simplemente aún no lo asimilo. El hecho de que yo te guste - empezó a reír sin llegar a creerlo - por dios, Us, ¿Yo?- negaba con una sonrisa llena de tristeza - tienes a mil mejores que yo detrás tuy-

No iba a permitir que se siga menospreciando de tal forma cuando a sus ojos, era el ser más brillante de todos, y necesitaba que al menos por una vez, se viera desde sus ojos.

Sus labios se unieron sin más. No existió el rechazo, ni la resistencia a la acción, sus bocas bailaban tan bien como lo hacían siempre que se juntaban a disfrutar del placer.

Sus lenguas enredándose y haciendo lío la boca contraria.

No quería ver llorar a Apo por cosas como un romance, y tampoco quería sentirse mal por ser el motivo de sus lágrimas. Así que, besarlo fue mejor que eso.

Las manos de Apo se escabulleron en los cabellos azules de Us, y las manos de este último buscaron la suave piel debajo del fino suéter lila.

-Poo...

-No te detengas, por favor... - pidió con sus párpados reteniendo las lágrimas, y sus frentes juntas, respirando agitados.

Us acató su petición. Se dispuso a palpar su piel como tantas veces anteriores, recorriendo los caminos que más le gustaba sentir, esos que conocía de memoria.

No se despegó ni un instante de su cuerpo, sus besos siendo repartidos por todo el pecho, los muslos, el abdomen y el cuello ajenos

Su caderas en fricción, sus erecciones rozando tan placenteramente dando apertura a que los gemidos abandonaran sus cuerdas vocales. Us maltrataba fuerte y rápido la próstata del moreno, mientras este le pedía más de lo que podía soportar. Sus embestidas eran firmes y rítmicas, sus cuerpos chocando, y el sudor abandonando sus poros al igual que la lujuria.

Los gemidos de Apo se escuchaban mejor que las veces anteriores, como si estuviera disfrutando más, como si no fuera una simple juego con el que se hacía daño, como si no sólo estuviera desnudo físicamente, sino que también, estaba abriendo su corazón a Us. Y aquella sensación cálida y hedonista, llevó al borde al peliazul.

Apo busco las pupilas dilatadas del mayor, y coincidieron. Le encantaba verlo así, y ahora saber que no era el único que sentía algo, era lo más cerca del cielo que podría estar en algún momento. En esos segundos, ya no le importó nada, sólo se dejó llevar.

- Te amo, Us.

Eso bastó.

Un orgasmo unísono explotó de ambos; Us cuando terminó de escuchar aquella confesión, y Apo cuando sintió la semilla de Us dentro de él.

¿Así se sentía hacer el amor? ¿Así se sentía hacer el amor?

Us salió de Apo despacio, queriendo que lo sienta hasta el último instante. El moreno se retorcía por la sensibilidad.

Sus respiraciones se calmaron, y por primera vez, Apo no se levantó.

El peliazul se giró hacia él queriendo abrazarlo, lo que se le permitió. ¿Cómo es que había dejado pasar aquello tantas veces? Tenerlo hecho una bolita entre sus brazos, era como estar en el cielo.

-¿Repites lo que dijiste hace unos minutos?

- No dije nada- se escondió en el sudado y desnudo pecho ajeno.

-¿Te lo recuerdo?... - sonrió juguetón. Eran muy escasas las veces que Apo era tímido, y eran las más preciosas - Tu dijiste claro y fuerte "Te a- -Apo lo volvió a besar, evitando que continuara la frase, no estaba listo para aceptar las consecuencias de sus impulsos.

Us sonrió una vez que se separaron. Su silencio era bastante tranquilo, tanto como para escuchar el pulso del otro. Apo también sonrió, cerró sus ojos y palpó los hechos otra vez.

- Entonces... - volvió a tomar la palabra -¿Me aceptarás? - levantó el mentón de Apo queriendo ver a través de él.

-Yo... - apretó sus labios, suspiró rendido y respiró profundo cambiando totalmente su semblante. Us se preparó en una fracción de segundo mentalmente para ese cambio de personalidad. El Apo dulce, se había ido - mira idiota, si tú me llegas a hacer daño, yo mismo me encargaré de hacerte sufrir lo mismo o peor aún. Tu más que nadie conoces esa parte de mí, así que sabes lo que te espera.

>>Si tanto dices que me quieres y que quieres tener una relación conmigo, entonces asumo que estás consciente de eso también, al igual de lo consciente que estoy yo de... Ti - el peliazul sonrió, lo amaba tanto - entendiste o tengo que explicarlo para que tú pequeño cerebro lo capte?

-Lo tengo claro, amor- lo puso en jaque, y lo supo cuando toda esa aura imponentes se desvaneció y se acumuló en sus mejillas ruborizadas.

- ¡Me llamo Apo!

- Sí, sí, como digas, cariño - besó su frente aguantando el berrinche del menor.

Jamás de cansaría de esos cambios de ánimos tan divertidos. Y mucho menos del castaño.

Los sentimientos ocultos por el otro al fin estaban tomando parte en sus vidas, y el experimentarlos, era uno de sus privilegios














Una pareja bastante interesante, me encanta 🤌🏻💗


















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