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Capítulo 31


















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★彡[ᴀᴅᴀʀᴀ.




Había decidido posponer mis estudios, habría tiempo para eso. Ahora estaba preocupada y decidida en concentrarme en los estudios de mis hijos. Debían entrar al jardín de niños ya...

Jungkook no quería aceptarlo del todo, pero lo había convencido, la única condición que me dio fue que él debía de elegir la escuela, sabía que iba a investigar cada una, iba a hacer todo lo posible porque sus hijos estuvieran seguros, cómodos y a salvo.

Me sorprendía ver cuantas cosas habían cambiado, me sorprendía cuanto había cambiado el señor In, cuanto había cambiado Jungkook. Había pasado de andar en mujer tras mujer a estar detrás de dos niños. Era sorprendente...

Y yo, yo estaba aprendiendo sobre mí, sobre mi cuerpo, sobre mi mente. Era como volver a empezar a caminar, el bastón se había quedado en una esquina de nuestra habitación, pensaba llevarlo a la habitación de flores y ponerlo de adorno y recuerdo en algún lado, incluso hacer que alguna planta creciera enrollado en él. Ya no lo necesitaba, pero no quería tirarlo porque me recordaba que había regresado, que había regresado por mis tres grandes amores.


—Ayumi... espero te la estes pasando muy bien en tus vacaciones —Le dije, sonriendo a la pantalla de mi celular, en donde podía ver el rostro sonriente y emocionado de mi amiga.

—Y sí me la estoy pasando muy bien, ya quiero que conozcas a mi pareja, estoy segura de que va agradarte —Aseguró ella.

—De acuerdo.

—¿Y cómo están los bebés? Los extraño mucho —La escuché quejarse.

—Están bien, preparándose para entrar al jardín de niños...

—¿En verdad el señor In accedió a eso? Pensé que nunca lo haría —Parecía sorprendida —Supongo que eres su debilidad, debiste de recompensarlo con una buena mam...

—¡Ayumi! —Me quejé. Por dios con esta chica.

—Ya, está bien. Pero me alegro mucho que todo este yendo mejor, te ves mucho más feliz y relajada ahora que están mejor —Le sonreí —¿Ya tienen fecha?

La pregunta me hace sonreír más y sentir mis mejillas tibias.

—Esa reacción me dice que sí, ¿cuándo es? No vayas a salirme que es mañana porque entonces tendré que devolverme, tengo que ser una dama de honor.

—No, es para dentro de algunos meses, queremos casarnos lo antes posible, queremos que los niños sean quienes lleven la cola del vestido, están en una edad perfecta. Ya no queremos esperar... —Susurré.

Y era verdad, Jungkook y yo habíamos hablado bastante sobre eso. No queríamos nada más, yo estaba cien por ciento segura de que siempre iba a amar a Jungkook y él, él solo quería pertenecerme, lo deseaba, lo veía cada noche que pasábamos juntos, cuando hacíamos el amor y al terminar, él se acostaba sobre mi pecho y me decía lo mucho que me amaba, lo mucho que me había extrañado. Decía que lo único que deseaba es que yo fuera suya y él mío, quería llevar un anillo en su dedo, un anillo que nos convirtiera en marido y mujer.

No queríamos esperar más, teníamos una larga vida por delante, pero nuestros hijos no serían nuestros para toda la vida, ellos no estarían con nosotros por siempre, y ambos queríamos aprovechar cada momento, estando unidos de esa forma, porque, de todas formas, ya estábamos unidos en cuerpo y alma, solo faltaba la religiosa. Jungkook no lo era, él no creía en esas cosas, pero quería hacerlo.

Los preparativos ya estaban en marcha, Jungkook había puesto a gente a trabajar en no sé cuántas cosas. Solo era cuestión de esperar a que todo estuviera listo, el señor In había dicho que el dinero no era un problema, que me daría todo lo que pidiera, y que tendría, en nuestra boda, todo lo que deseara, la realidad era que yo solo quería que estuvieran presentes nuestras personas especiales, lo demás no me importaba mucho, pero el señor Inexorable era dramático.


Unas horas después, estoy en la habitación de flores, regando cada planta que tengo, cada flor y rosa que ha ido naciendo. Huele tan rico que puedo pasar horas aquí. Hoy Jungkook trabaja hasta tarde, así que no lo veremos hasta en la noche, quizás hasta mañana en la mañana porque escuché que podría ir fuera debido a que andaba en busca de alguien.


—¿Omma, estas aquí? —Escucho una vocecilla tierna llamarme.

—Aquí estoy, cielo —Contesto, sin dejar de echar agua a una plantita nueva que está naciendo.

Man Shik llega a mi lado. Lo veo acercarse a ver que hago y cuando ve la pequeña plantita tierna apenas salir de la tierra, los ojos se le iluminan.

—¿Es bebé?

—Lo es, está naciendo —Le digo, acariciando sus cabellitos —¿Quieres echarle un poco más de agüita?

Él asiente con su cabecita y le ayudo a sostener la manguera.

—Tienes que tratarla con cuidado, echarle agua con ternura y saber cuándo parar porque puedes ahogarla —Le explico, él está atento a cómo el agua cae sobre la tierra.

—¿Por qué?

—Es pequeña y apenas está aprendiendo a vivir. Todo ser vivo nace aprendiendo, incluso tú... —Susurro —Es algo que tienes que recordar siempre, Man Shik, todos estamos aprendiendo, incluso esta rosa de aquí —Señalo una rosa roja que está a un lado de nosotros —Ya está mayor, es preciosa, pero de algún modo sigue creciendo, sigue madurando y sigue aprendiendo. Su valor es más allá de lo poco que ves, no solo es un tallo con pétalos y colores. Tienes que saber cuidarla...

—Lo haré, mamá. Voy a cuidarla, cuidaré a todas tus flores... —Extendió sus bracitos.

—Bien. ¿Quieres darle de comer a Kiwi y Pera? Deben de estar hambrientos... —Le digo, cerrando el paso de agua en la manguera. Mi niño asiente y corre a la esquina en donde se encuentra la hermosa jaula de mis dos pequeñas aves que cantan con emoción cuando mi hijo se acerca.

Abro la bolsa de semillas bajo la atenta mirada de mi primogénito.

—Mamá...

—¿Sí? —Echo un poco de semillas en un trastecito y lo meto a la jaula.

—¿Sabías que ellos se irán cuando tú te vistas con ese vestido blanco? —Lo miro al instante.

—¿De qué hablas, cariño?

Man Shik está mirando a las aves, con detenimiento.

—Tienen que irse... —Hace un puchero y sale corriendo, dejándome sorprendida.

No es la primera vez que mis hijos me dicen cosas que no logro comprender, Jungkook dijo que eso pasaría más a menudo, a medida que ellos vayan creciendo. Hyo Ji también lo dijo, mencionó que nuestros hijos, su mente, sus pensamientos e incluso sueños, podrían funcionar de una manera distinta a la nuestra. Ven todo de una forma muy particular y no hay que intentar comprenderlo, sencillamente solo hay que aceptarlo e intentar prepararlos.

Me quedo un par de minutos, mirando a mis aves, aquellas que estuvieron tanto tiempo conmigo, acompañándome en mi soledad. Sé que lo que dijo mi hijo es muy probable que ocurra y pensar en tener que dejar ir a mis pequeños compañeritos, me hace sentir un poco de melancolía.

Muchos dirían que no debo prestarles tanta importancia a las palabras de un niño de cuatro años, pero es Man Shik, un niño que tiene la capacidad de quitarte cualquier energía del cuerpo, dejarte vacío cuando él lo desee de ese modo, un niño que sueña con cosas que han pasado y que pasarán. Mis hijos no son niños normales...















Acabo de tomar una ducha, solo tengo mi toalla puesta, cubriendo mi cuerpo, mientras yo aplico crema en mi cuerpo.

—Joder... —Escucho a mis espaldas, no me doy la vuelta porque sé que se trata de Jungkook. Son las diez de la noche, esta vez llegó más temprano que otras veces.

—Llegaste —Sonrío, sintiendo como se deja caer en la cama.

—Llegué en buen momento —Pronto siento su mano escurrirse por debajo de mi trasero, dejando su mano justo ahí —Hueles muy bien.

—Me acabo de dar una ducha —Suelto una risilla nerviosa debido a que siento como su mano, la que mantiene debajo de mis posaderas, aprieta levemente mi nalga.

—Ya, pero tú siempre hueles bien...

Me encojo de hombros y termino de aplicar crema en todo mi cuerpo. Me doy la vuelta para verlo y me encuentro con que me está mirando, fijamente.

—¿Sucede algo?

—Lo que sucede es que me apetece que me montes ahora —Susurra, sentándose en la cama y dando un par de palmaditas en sus muslos.

—Jeon —Lo regaño, me ignora y vuelve a palmear sus muslos —Jungkook, ¿no te cansas nunca?

—Sabes que no —Me regala esa sonrisa ladeada —Anda...

—Jungkook...

—Tengo que decirte algo, pero antes quiero tenerte —Exhala, cerrando un segundo sus ojos.

—¿Es algo malo? —Me pongo de pie, luciendo un poco preocupada.

—No realmente, pero me pone ansioso —Me mira.

Nos quedamos viendo un segundo, ambos en silencio. Tiene ese brillo depredador en la mirada, sé que me está rogando, quiero que me cuente ahora, pero sé que no lo hará.

—Después de esto vas a contarme todo —Lo señalé, sentándome sobre sus muslos, dejando cada una de mis piernas a los costados de su cuerpo.

—Lo juro —Murmura, tomando mi cintura con sus manos —Por ahora bésame.

Y lo hago. Lo hago por varios largos minutos porque sus labios son como vida para mí. Y entre medio de besos húmedos, lo despojo de su ropa, hasta dejarlo desnudo debajo de mí, él no necesita hacer otra cosa más que retirar mi toalla de mi cuerpo para tenerme desnuda sobre él.

Lo siguiente que sigue, son besos subidos de tono, palabras sucias por parte de él, jadeos y gemidos mientras me restriego sobre él, lo mando a callar cuando gruñe fuerte, me da terror que los niños puedan llegar a escucharlo. No sabría explicarles el por qué papá soltaba esa clase de sonidos...

Media hora después, tengo a un señor Inexorable, rogando por más, justo debajo de mí, con el cabello alborotado y los labios hinchados por tanto beso.


—Joder, así, justo así... —Gruñe, mientras yo doy saltitos sobre su polla —Se siente tan bien, nena.

—Oh dios... —Jadeo, volviendo mis movimientos más rápidos, Jungkook me ayuda a saltar con más fuerza sobre él. Tengo su mirada clavada en mi persona, lo veo fruncir el ceño y abrir la boca para soltar aire por ahí.

Hoy no somos tan cariñosos como otras veces, ahora mismo es más las ganas de sentirnos y hacernos terminar. Por eso lo veo llevar una de sus manos a mi centro, para comenzar a estimular mi clítoris, haciéndome jadear con más fuerza.

—¿Estas cerca? —Pregunta, pero sé que lo sabe.

—S-sí...

Chillo cuando siento como pellizca esa parte de mi cuerpo, mis piernas tiemblan y siento cómo su abdomen comienza a tensarse. Él también está cerca, puedo verlo en sus ojos y en la manera tan desesperada que tiene de embestirme desde abajo, mordiendo su labio inferior con fuerza.

Disminuyo un poco mis movimientos cuando la cama comienza a hacer ruido, eso a él le provoca una risa ronca, suelta un gruñido en medio de su sonrisa cuando mis paredes vaginales se contraen sobre él.


—No te detengas, estoy a punto... —Me dice, jadeando con cada sentón que doy en él.

Y no me detengo, no me detengo porque estoy a nada de explotar sobre él, Jungkook también, por eso lo veo incorporarse y llevar una de sus manos a mi cuello, sosteniendo mi cabello en una coleta, mientras sus caderas suben, encontrándose con las mías, y lo hace fuerte y veloz. Me tapa la boca con su mano libre, lo hace porque estoy tan sensible que ya no puedo mantenerme callada, me estoy deshaciendo sobre él, sé que Jungkook esta igual que yo, lo veo en sus ojos.

Solo necesita dar una cruda embestida para que ambos jadeemos con fuerza sobre la boca del otro, siento como su esencia chorrea en mi interior. Mi cuerpo tiembla y me sostengo de sus hombros con fuerza, cerrando fuerte los ojos.


—Te amo... —Deja un beso sobre mis parpados —¿Estas bien?

—S-sí... también te amo —Le sonrío una vez que abro los ojos. Luce precioso, con las mejillas rojas y el cabello oscuro todo desordenado. No me olvido de lo que tenía que decirme, por eso, me separo un poco de su cuerpo, incluso intento levantarme de él, pero no me deja, así que sigo sintiéndolo dentro de mí —¿Vas a contarme ya?

Exhala, peinando mis cabellos hacia atrás con una de sus manos. No habla por un par de segundos, hasta que humedece sus labios y comienza.

—Ya encontré un jardín de niños... —Comenta —Es bueno, seguro y privado. Yo mismo lo comprobé esta tarde, estuve investigándolo durante semanas y pienso que es el correcto.

—¿En verdad? —Me emociono.

—Si también te gusta el lugar, pueden empezar cuando sea el ingreso de los nuevos niños... solo tienes que pedírmelo —Susurra, veo su expresión de preocupación, incluso hay melancolía.

Acaricio sus mejillas con mis manos, siguen rojitas por el esfuerzo anterior.

—Entiendo tu miedo, lo entiendo en verdad, también lo siento, pero es nuestro deber prepararlos —Lo hago mirarme a los ojos —Esto es parte de prepararlos, tienen que salir y explorar el mundo por su cuenta, a la sociedad. Necesitan esto porque llegará un punto en donde ya no podrás seguir detrás de ellos, llegará un punto en donde ya no podremos protegerlos de todo... ambos lo sabemos.

Lo veo morder su labio inferior, sus brazos rodean mi cintura para apegarme a él.

—Lo sé. Aun así, no puedo evitar extrañarlos, aun no sucede, pero ya los estoy extrañando... —Murmura —No puedo creer que solo estarán quince años de su vida bajo nuestro cuidado.


Así sería. Jeon Man Shik y Dasom crecerían como niños normales, tendrían una infancia normal y una vida como cualquier niño, hasta que cumplieran quince años. En ese momento, ellos tendrían que elegir, y lo harían, Jungkook lo había visto, y, de alguna manera, yo lo sentía. Mis dos niños, después de cumplir esa edad, elegirían pasar el resto de sus vidas entregando la propia para ayudar a mucha gente. Jungkook y yo no podíamos evitar eso, era parte del destino de nuestros hijos, a eso habían venido, no había marcha atrás, así que solo nos quedaba disfrutar de ellos todo lo que pudiéramos.

—Lo sé, amor —Lo abracé con fuerza, sintiendo ganas de llorar —Estarán bien. Lo sé...


Estaríamos bien. 

























*Reaparece mágicamente*

Probablemente quieran lanzarme rocas, basura y cuanta cosa encuentren a la mano, seguro que quieren lanzarme mil cosas por apenas actualizar Inexorable. Les juro que he pensado en ustedes (personas que leen esta historia) todo el tiempo. Amo Inexorable, es una historia que nació de la nada y ha sido la que más han leído en todo el tiempo que llevo escribiendo aquí, incluso ha ganado tres concursos, en distintos lugares, pero ganado. Estoy orgullosa de esta historia, pero para quienes no han leído Piwkenyeyu, es una historia en la que he trabajado por más de cuatro años, he trabajado duro en ella, y no es perfecta, pero hay mucho de mi en esa novela... en fin, deberían darle una oportunidad también, no es como esta, pero tiene lo suyo.

En otras palabras, sé que no hay mucho drama y cosas buenas en este cap, pero les prometo que necesitaba subir esto para poder seguir, estoy oxidada en Inexorable, así que, lamento eso. El siguiente, que por cierto ya estoy escribiendo, será mas movido y mejor. 

Me queda decir que ya estamos a nada de terminar, por lo tanto, no se sorprendan cuando vean que sea el penúltimo cap, de por si esta historia no sería muy larga. 

Estoy por volver a clases, pero aun así, intentaré actualizar pronto por acá. 

Gracias por leer, los extrañe por acá. Lamento la demora. 

Opiniones y quejas aquí.

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