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⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇

ᴊᴜɴɢᴋᴏᴏᴋ.

—Jeon ¿estás seguro? —Vuelve a preguntar Namjoon.

—Kim. Me vuelves a preguntar una vez más eso y te prometo que te lanzaré por la ventana del maldito carro.

—Perdóname, es solo que es tan de repente. Prometiste no volver a ir y... —Comenzó a hablar rápido.

—Anoche tuve una visión.

—¿Está bien? Pero siempre las tienes... ¿qué pasa ahora?

—No sé a qué se refiere, es como si estuviera mi pasado, mi presente y... futuro ahí. Tengo miedo, Namjoon. Necesito saber qué es eso que tiene que decirme con tanta urgencia, mis visiones vienen de ella, las tengo debido a ella, si hay alguien que puede decirme qué quiere decir... es jodidamente Roma.

No vuelve a preguntar ni vuelve a decir nada y agradezco eso porque necesito pensar, necesito prepararme mentalmente para lo que sea que vaya a decirme Roma.

Bajamos del auto y cuando estoy por entrar al lugar, detengo a Nam.

—Necesito entrar solo.

—¿¡Qué!? Olvídalo, eres como un adolescente propenso a destruir todo, no —Se niega rotundamente.

—Te recuerdo que el jovencito aquí eres tú, técnicamente soy tu antepasado. Déjate de estupideces, Kim. Quédate aquí afuera.

Lo dejo ahí. Uno de mis hombres me conduce hasta la puerta de metal, espero un segundo antes de abrir y entrar.

En lo primero que pienso cuando estoy dentro es que necesito pedir que limpien este lugar, huele a infierno, aunque técnicamente es como quería que se sintiera.

La veo, sentada en la orilla de la pobre cama que hay allí. Sus cabellos rubios, antes de un color vivo y llamativo, están enmarañados y a simple vista parece sumamente enredado. Casi puedo sentirme un monstruo por tener a alguien cautivo, encerrado por toda la eternidad, pero entonces recuerdo que yo estoy igual, viviendo un infierno por su culpa.

Que mis hijos vivirán lo mismo a medida que vayan creciendo y comprendiendo todo.

La veo levantar la cabeza, hay sorpresa e incredulidad en sus ojos, también veo ese brillo peligroso, el mismo brillo que tenía cada que nos encontrábamos a escondida.

Nadie dice nada por varios minutos. Es tan asfixiante que por un segundo pienso en darme la vuelta y mandar todo a la mierda.

—Veo que estas bien —Es lo primero que dice luego de un año.

—No puedo decir lo mismo de ti.

Sonríe con sorna.

—Debes disfrutar del sexo rudo que no podías tener con Adita.

Me muerdo el interior de la mejilla.

—¿Cómo sabes que no lo teníamos?

—Porque Adara era delicada y dulce —Me molesta que hablé como si ella ya no estuviera aquí.

—Lo es, pero le gusta. Dejemos de hablar de mi vida sexual y vayamos al punto central. ¿Qué carajos tienes que decirme?

—¿Cómo están los niños?

—Roma... —Le advierto.

Se agarra los cabellos sucios y suspira.

—Lo vi —Frunzo el ceño —Vi a tus hijos, tuve una visión sobre ellos.

—¿Qué viste? —A pesar de que me interesa, no puedo confiarme de ella.

—Estaban rodeados de brujos. Al principio pensé que los insultaban, pero después me di cuenta de que los estaban alabando... —Me miró —Los alababan. Tus hijos tenían los ojos dorados...

Tuve que cerrar un segundo los ojos.

—También lo has visto, ¿cierto?

Los abrí para verla.

—¿Qué significa? —Ignoré su pregunta.

—¿Qué viste? Necesito saberlo.

Con inseguridad, le conté lo que había visto, detalle por detalle.

Al terminar, ella se quedó en silencio por varios minutos.

—Por eso estas destinado a Adara.

—¿De qué hablas?

Gruñó con irritación. Como si le molestara tener que explicarme.

—No solo estas atado a ella porque sean "almas gemelas", al parecer hay una razón para que ambos lo estén. Es... es como... como elegir a dos personas con los genes exactos para crear una descendencia perfecta. Tú y ella nacieron para procrear a esos niños, para nosotros, para los tuyos...

—Joder, Roma... —Rugí, dando una vuelta en mi eje —¿De nuevo con eso de nacer para ustedes?

—¡Sí, porque es así! —Alza la voz.

—¡No, no lo es! —Le grité. Mi paciencia comenzando a desaparecer de mi cuerpo.

—Jungkook... ¿en verdad crees que ustedes dos son las primeras almas doradas que tienen sexo y después hijos? No, no lo son, pero a diferencia de ustedes, sus hijos nacían como simples niños dorados o almas puras. Tú y Adara fueron creados para esto, y tus hijos son... lo que nosotros necesitamos para existir.

—¿Estás diciendo que, desde el inicio, Adara iba a terminar así?

—Aunque yo no la hubiera atacado, ella iba a quedar en ese profundo sueño.

Di pasos hacia atrás hasta chocar con la pared. Eso quería decir que no iba a volver, que no iba a poderla sacar de ahí... ¿eso estaba diciendo?

—Pero... estaba ahí, ¿no? En tu visión. Hay algo que tienes que hacer, algo que tienen que hacer... ¿qué era eso que repetían? —Movió sus dedos, como si buscara que le recordara.

—Du wirst dein goldenes Blut wässern und uns vom unaufhaltsamen Tod befreien, du wirst unsere Krankheiten heilen, du wirst uns retten —Le dije.

—¡Eso! —Me señala —Por cierto, tu alemán ha mejorado, me pregunto quién te habrá enseñado tan bien.

—Es lo único bueno que me diste.

—A los brujos nos gusta presumir nuestro extenso...

—Cállate. Sigue diciendo lo que estabas por explicar...

—La frase... ¿qué significa?

—"Regarás tu sangre dorada y nos librarás de la muerte inexorable, sanarás nuestras enfermedades... —Cité —nos salvarás". ¿Qué se supone que eso significa?

Roma muerde su labio inferior.

—Escucha, Jungkook. Los brujos, por millones de años hemos sido perseguidos, abusados, explotados, como si fuéramos un algo y no un alguien. Muchos preferían suicidarse antes de pertenecerle a alguien solo para que usaran nuestras habilidades, buscaron maneras de estar por encima, de sobrevivir a la muerte, fue cuando llegaron los niños dorados, nuestra salvación... —Inhalé hondo, de nuevo iba con su trágica historia de brujitos que no me interesaba ahora —Lo fueron por muchos años, hasta que dejaron de nacer, dejaron de existir con mayor frecuencia.

—Sí, porque ustedes comenzaron a cazarlos como si fueran ganado... ¡mierda, Roma! —Gruñí, ya harto de su intento de dar lástima, de hacer victima a su raza cuando ellos fueron inhumanos con niños —Ustedes se quejan de haber sido explotados, asesinados, pero ¿qué hay de todos esos niños, de esas personas a las que mataron para vivir? No vengas a querer excusar sus atrocidades.

—No lo hago. Solo quiero que entiendas que tus hijos vinieron a salvarnos, no solo a los brujos, también a ustedes, a los humanos, a los dorados —Se puso de pie —En mi visión, ellos parecían guiarlos, como si fuera su civilización. ¿Nunca pensaste que tus hijos podían tener algo de mí? ¿brujos?

Yo tuve que carcajearme. Mucho. Tanto que mi estómago dolió.

—Te afectó estar aquí.

—Aunque lo niegues, tú lo tienes, tienes habilidades de brujos debido a mí... pudiste heredarles eso.

—De acuerdo. ¿Y eso en que me ayuda a despertar a Adara? ¿cómo carajos puedo volver a confiar en ti? No, ¿cómo carajos puedo siquiera confiar en ti?

—No tienes que hacerlo. En realidad, no creo que tengas que hacerlo. Aun te veo y en lo único en lo que puedo pensar es en esas veces en las que estuvimos juntos, cuando me amabas, cuando éramos tú y yo... aun sigo queriendo joderte tanto, Jungkook —Dio un paso cerca de mí, ella se detuvo —Pero estoy aquí, encerrada. Ya no tengo nada, Jeon, hice muchas cosas por mi gente, mientras follaba contigo, yo ayudaba a mi gente, como lo hizo mi madre, por años casé a los dorados, para ellos, para mí. Ya no intereso, pero dejé a mucha gente ahí afuera con esperanzas, niños también, así que, si tus hijos pueden ayudarlos, entonces tendrás que confiar en mí...

Negué.

—No creo que Adita necesite energía, es decir, la necesita, pero ya no de la forma habitual. Hace muchos años, cuando comenzamos a usar a los dorados, los mantenían en jaulas, recuerdo que había uno de ellos que estaba gravemente herido, quedó en coma por las heridas y, los brujos obligaban a todos los demás dorados a cortarse la palma de la mano y dejar que una gota de sangre callera sobre la boca del enfermo, no recuerdo por qué... —Miró el suelo, como perdida en recuerdos —Algo sobre una creencia en la sangre de los dorados, todos ellos eran almas doradas comunes, pero tus hijos no lo son...

—¿Dices que debo cortar a mis hijos? —Pregunté, incrédulo.

—"Du wirst dein goldenes Blut wässern und uns vom unaufhaltsamen Tod befreien" —Ignoró mi pregunta —"Regarás tu sangre dorada y nos salvarás de la muerte inexorable..."

—Esto es una locura... —Peiné mis cabellos con las manos.

—Solo una gota, Jungkook. Tiene que ser el mismo día. No pierdes nada haciéndolo... solo les quedará una marca.

Me reí con sarcasmo.

—¿Y después qué? ¿mis hijos tendrán que donar su sangre a toda tu gente?

—Yo creo que eso es decisión de ellos, ellos tendrán que decidir hacia dónde quieren ir. Supongo que es algo que tú tendrás que mostrarles, como te dijo Adara.

¿Yo? ¿yo sería el que los metería en eso? Ella tenía que haber perdido la cabeza.

—Van a ser fuertes. Poderosos. Tienes que tener cuidado con eso...

Caminé a la salida.

—Sí, bueno. Fue... —La miré —desagradable volver a verte, Roma.

—No puedo decir lo mismo.

—Pediré que limpien esto —Observé el lugar, después intenté irme, pero ella volvió a hablar.

—En verdad espero que puedas resolverlo, Jungkook.

Sin mirarla o responderle, salí de esa habitación, la puerta volvió a ser cerrada y ella volvió a quedar ahí.

☆═━┈┈━═☆

—Entonces... ¿le crees? —Cuestionó Taehyung.

—No lo sé, Tae. Tengo técnicamente dos días para pensarlo, es veintitrés de mayo... —Murmuré.

—¡Es Roma! —Dijo Namjoon, como si nadie supiera ese dato —¡No se puede confiar en ella...!

Todos se quedaron callados, era como nuestra forma de afirmar que, en efecto, no era sencillo ni viable confiar en ella.

—Es cierto, no se puede confiar en ella, sin embargo... —Empezó diciendo Hyo Ji —Lo que ella dice no luce tan descabellado, en mi aldea, todos éramos brujos blancos, no nos involucrábamos con los de la magia negra pero nosotros si o si estamos obligados a aprender sobre su tipo de magia, los niños dorados fueron primicia para todos.

—No entiendo...

—Es cierto que los metían en jaulas, enormes jaulas. Los mantenían ahí siempre... y volviendo a lo de tu visión. Ellos mencionan la sangre, su sangre dorada, están en el mismo lugar en donde tú tuviste la visión de Adara. Las aves... yo pienso que la representan a ella, tienes a Pera y Kiwi ahí en su habitación.

No sabía que decir.

No quería dañar a mis hijos, todo esto me estaba agotando rápidamente.

—Lo normal sería que Adara ya hubiera recuperado su energía, quizás... si necesita la sangre que ella donó a tus hijos. Una gota, una gota de los dos seres que ella llevó en su vientre... —Yo llevé mis manos a la cabeza —Ahora la decisión recae en ti, Jungkook. Es tu decisión.

—¿Y si en realidad tengo que dejarla ir?

—¿Es lo que sientes que es correcto? Tú eres su otra mitad.

—No quiero dañarlos.

—Jungkook, si lo que Roma vio y si lo que ella dice es cierto, tus hijos vinieron a este mundo para dedicar su cuerpo, habilidades y vida a salvar gente... y eso será de esa forma incluso si los mantienes ocultos, ellos encontrarán su camino de todas formas, porque por eso fueron concebidos.

Eso era lo que más dolía. Mis hijos, mis niños habían nacido para otras personas, que mierda, que jodidos. Eran mis hijos, era mi mujer, mi Adara... no me interesaban los brujos, no me importaban ellos.

Estaba agotado, pensar, pensar y pensar. Me sentía agotado, necesitaba olvidar...

Ya no aguanto. No soporto más esto.

Me puse de pie, llamando la atención de todos los presentes.

—¿Alguien puede quedarse con los niños esta noche? —Pregunto, sin mirar a nadie a la cara.

—Yo puedo —Dice Jimin —Pero ¿A dónde vas?

Camino para tomar mis llaves de la casa y mi carro.

—Necesito olvidar, por lo menos un día. Por lo menos unas horas... —Y salgo de casa sin esperar nada más.

Camino a toda velocidad para poder llegar a mi carro y cuando estoy por entrar, escucho que alguien viene.

—¡Jungkook! —Es Jimin. Maldigo —¿A dónde vas?

—Necesito olvi...

—¿Vas a meterte con alguna mujer? Jungkook, tu no querías eso.

—Lo necesito.

—No, escucha, se que esto es muy pesado para ti. Los últimos meses han sido... terribles para ti más que para todos, pero no hagas algo de lo que después vayas a arrepentirte. Piensa en tus h...

—¡He pensado en ellos por meses! —Finalmente exploté —¡He pensado en ellos más que en nadie, he pensado en Adara! ¡esto me está matando, Jimin! ¡me está matando!

Patee la puerta del vehículo.

—Jungkook...

—Necesito olvidar, Jimin. Necesito quitarme su presencia de la piel, la siento en todos lados y eso me está matando, Jimin. Necesito... necesito volver a ser el hombre que era, por lo menos está noche.

Él intentó tocarme pero no lo dejé.

—Ya no eres ese hombre, Jungkook. No voy a detenerte porque sería egoísta... pero tienes que recordar que en casa tienes a tus hijos, que en casa tienes a la mujer que amas.

Volvió a entrar, dejándome solo.

Yo no lo pensé dos veces e ingresé a mi carro. Estuve dos minutos ahí sin moverme, fue en automático que yo encendiera el motor y estuviera manejando a quien sabe donde.

No supe nada de mí hasta que llegué a un bar, ni siquiera se que era, había mucha gente, la música apenas me dejaba escuchar mi acelerada respiración, mis pasos eran torpes, como si estuviera ebrio, solo que no llevaba ni una gota de alcohol en mi sistema.

En el centro del lugar, unas mujeres en ropa casi inexistente, bailaban sobre unos tubos.

—¿Señor In? —Alguien habló a mi costado, era el encargado de las bebidas —Que sorpresa verlo aquí, tenía mucho que no venía...

—Manda a alguien a mi habitación.

—Micca esta con al...

—A quien sea. Me da igual —Le lancé unos billetes y caminé a un pasillo.

Entré en la puerta que decía 25, había una cama, sofás, una mesa. Conocía esa habitación.

Me quité mis zapatos y tomé la copa que estaba sobre la mesa, vertí el vino sobre ella.

Lo bebí de una. Debí tomarme varias copas antes de escuchar como la puerta se abría, una mujer de piel algo morena, cabello oscuro, piernas largas, entraba a la habitación usando una lencería.

Dejé de mirarla para beber una última copa.

—¿No piensa decir nada? —Dijo ella.

—¿Qué quieres que diga?

—No se, cómo luzco.

—No me interesa, vengo por lo que tienes entre las piernas...

Y me acerqué a ella. No besos, no toques de su parte en mi cuerpo, no amor. No nada.

La lancé a la cama sin cuidado. Quité su sujetador y entonces... mi cabeza fue bombardeada por recuerdos. Adara llegando a mi oficina por primera vez, Adara en mi departamento, Adara siendo la primera persona que me besaba en siglos, Adara follándome, Adara durmiendo en mi cama.

Adara, Adara. Adara, Adara...

Adara.

Mis hijos.

No pude tocarla. No pude tocar a esa mujer. No pude.

No pude porque mi cuerpo ya esta marcado, lo quiera o no, mi cuerpo está marcado con fuego y lleva el nombre de la mujer que duerme en mi casa, nuestra casa.

Mi alma está marcada y siempre lo estuvo.

No puedo tocarla, no puedo tocar a esta mujer.

—¿Le gustan? —Escucho que dice la mujer debajo de mí. Se menea para que sus pechos lo hagan, al ver eso, mi estómago empuja hacia arriba y me provoca una arcada.

Me bajo de la cama y tropiezo hasta chocar con la mesa, escucho un líquido caer al suelo, la botella de vino debe estarse regando.

Vuelvo a tener otra arcada.

—Señor In... —Ella se levanta y yo solo acato a correr fuera de la habitación, ni siquiera me detengo en tomar mis zapatos.

Corro por el pasillo, me abro paso entre las millones de personas que bailan en el centro del lugar. Llego a afuera y el aire fresco me golpea el rostro, busco mis llaves y entro a mi carro.

Estoy enfermo. Lo estoy porque golpeo el volante con mis puños hasta que siento dolor en los nudillos y veo sangre en ellos.

Lloro. Maldita sea que lloro, lloro y grito hasta que la garganta ya no me da para más, lloro hasta que siquiera puedo ver.

No se cuanto tiempo estoy así. Ni siquiera he visto la hora, pero estoy teniendo miles de recuerdos, no sé si estoy dormido y estoy soñando o si estoy soñando despierto. La veo sentada a un lado de mí, diciéndome que todo está bien, que esta bien, que lo he estado haciendo muy bien y yo vuelvo a llorar.

Me encojo en el asiento, todo lo que puedo porque no es muy cómodo y lloro, sollozo.

—Por favor, dime qué tengo que hacer —Murmuro —Ya no puedo. No puedo seguir sin ti, no quiero seguir sin ti...

Trato de tranquilizarme, pero todo se siente tan pesado.

—Había vivido tanto tiempo que ya había olvidado el sabor de la vida, no sabía que la vida tenía tu sabor, no tenía idea de que yo existía debido a ti... —Recosté la cabeza al asiento y miré el techo de mi Mercedes, sentía como las lágrimas me corrían por las mejillas —¿Qué jodidos hago con esto, nena? ¿Qué hago con esto cuando siempre fue algo que no podríamos evitar?

"También te amo, quiero estar contigo siempre..."

"Podemos hacer eso, tener ese siempre"

Ella quería tanto estar siempre conmigo así como yo con ella.

Habíamos sido creados para encontrarnos y estar juntos. La vida la había elegido para mi, y yo para ella, y el destino había decidido entregármela y luego arrebatármela, pero el jodido destino había olvidado algo, había olvidado que siglos antes me había jodido con algo, que me había jodido con habilidades que no deseaba, el destino había olvidado que un día la había encontrado y había jurado mantenerla conmigo.

Yo lo había olvidado.

Enciendo el motor del Mercedes y manejo a casa, a donde están mis hijos, a donde está mi alma, mi hogar.

Volverás. Así tenga que irme yo en tu lugar... 

Bueno, finalmente el último capítulo que pienso publicar, por ahora. Tuvimos algo como un maratón, espero lo hayan disfrutado como yo, no se cuando volveré a actualizar, pero estaré escribiendo el siguiente capítulo, al menos cada que la escuela me lo permita.

Dejen aquí sus teorías o pensamientos sobre el capítulo o la historia en sí. 

Como siempre, gracias por estar aquí conmigo y también para agradecer los  ¡7K LECTURAS DE INEXORABLE! muchas gracias a las personas que la leen, cada uno de ustedes, en verdad muchas gracias.

También por seguirme, comienzo a creer que quizás seremos capaces de llegar a 200 seguidores. 

Los y las amo.

Nos leemos pronto.