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Capítulo 21






















































No sé bien qué pasó después de que Adara dejara de responder. Tengo pocos recuerdos de ver a Yoongi ingresar al departamento con otras personas, asumo eran los de la ambulancia. Sé que quitaron a Adara de mi regazo y yo me quedé en el mismo lugar, apenas siendo capaz de ver como la preparaban para llevarla al hospital.

Yoongi me gritaba algo, pero no podía escucharlo, no podía entender nada de lo que decía, solo podía mirar mis manos llenas de sangre.


En algún momento llegamos al hospital de urgencias, no me dejaron ir con Adara. Decían "estado crítico, estado crítico" una y otra vez. ¿Qué quería decir eso?

Fueron varias horas, los chicos llegaron media hora después de que llegamos al hospital. Seguía sin poder entender lo que decían...





Un niño y una niña nacieron un veinticinco de mayo a las diez con treinta de la mañana. Apenas pude decir sus nombres, Jeon Man-Shik nació unos minutos antes que su hermana, a quien llamé Jeon Dasom...



—Jeon, ya pasaron a Adara a una habitación —Brinqué al escuchar la voz de Jimin a mi costado —Llevaron a los niños a un área especial para ellos.


Debido a que habían nacido antes de tiempo, mis hijos debían pasar un tiempo en incubadoras o una mierda así.

Me puse de pie al instante y caminé, mejor dicho, corrí a la habitación de Adara, ella estaba sobre la cama, tenía los ojos cerrados y el sonido de esas máquinas me generaba un tic nervioso. Me acerqué a ella con una sonrisa.


Había perdido sangre, tenía mucho miedo de que Roma haya llegado a herir a alguno de los niños, pero los doctores dijeron que habíamos tenido suerte porque la apuñalada había quedado justo entre medio de ellos, salvándose de cualquier herida, los tres habían salido ilesos. Todo estaba bien...


Ada seguro que estará muy cansada de toda esta madrugada de mierda.

Los chicos me dijeron que se encargaron de Roma, ya veré que hacer con ella después...


—Nena... —Susurré con cariño, mientras me acercaba a ella y tomaba su mano. Estaba bastante fría, el jodido quirófano estaba helado —Nena, hey...

La miré con atención.

Mi respiración se volvió más rápida de la nada, llevé mi mano a mi pecho y, entonces, ese sentimiento ya tan conocido que jamás podré olvidar, volví a sentirlo después de tantos meses, vacío. Ese vacío profundo...



Voltee a ver a la puerta, observando a Jimin y a Hyo Ji entrar, a sus espaldas estaban los demás.


—No... —Les dije. Dejé de mirarlos porque las expresiones que tenían no me agradaban —Adara, oye, pronto traerán a los bebés. Elegí sus nombres, yo...

—Jungkook...

—No me toques —Empujé con fuerza su mano cuando tocó mi hombro —Adara, e-ellos están hermosos, estaban tan rojizos cuando salieron y lloraban tan fuerte q-que...

—Jungkook, tienes que escuchar...

—¡No! —Le grité, aferrándome a la mano de Adara —No. Ella va a ver a los niños...

—Jungkook —Miré a Hyo Ji, dio pasos inseguros —Adara, ella...

—¿Qué dijeron los doctores? —Interrumpí cualquier cosa estúpida que fuera a salir de sus labios.

—Ella salió bien de la operación —Agregó Namjoon.

—¿Y por qué no despierta? ¿Está muy cansada, es normal? Joder, tiene que serlo porque tuvo a mis dos mellizos, debe ser un jodido esfuerzo de mierda que...

—Jungkook, ella está en un coma, los doctores no entienden que sucede, pero Adara... Ella perdió mucha de su energía, sabes a lo que me refiero, ella sabía que...

—¿Qué estás diciendo, brujita de mierda? ¿Qué sabía Adara? ¿Coma, de qué mierda hablas? —Intenté acercarme a ella, pero Jimin me detuvo —¿Qué estás diciendo, que mierda estás diciendo?

—Jungkook... —Namjoon intento acercarse, pero lo detuve —Déjala hablar.

—Hace un mes y medio le conté a Adara que sus niños no eran niños dorados comunes como tú y ella, son hijos de dos almas doradas. Su núcleo de energía es aún más enorme que la de ustedes...

—Al punto.

—Los niños estaban necesitando más energía de la normal para sí mismos —La miré sin entender —Ellos estaban tomando energía de Adara, cada tanto y en cantidades algo grandes...

Tragué grueso.

—¿Ella lo sabía?

—Yo le dije cuando me di cuenta. Le dije de los riesgos, pero ella no quiso escuchar, le dije que tenía que decirte, que tenía que hablarlo contigo, pero dijo que debía mantener tu felicidad... —Mi respiración volvía a acelerarse, apenas me llegaba aire a los pulmones, comenzaba a sentirme ahogado, necesitaba salir de aquí —Ella dejó esto para ti.

Me tendió un sobre blanco. Yo negué al instante, dando pasos hacia atrás.


—Mierda, no.

—Jungkook. Escucha, tienes que calmarte, tienes que respirar.

—¿Que respire, quieres que respire? No siento, no la siento... —Golpee mi pecho.

—Tus hijos, Jeon, piensa en ellos... —Lo empujé lejos y salí de la habitación, corrí por un pasillo, ni siquiera sabía a dónde iba hasta que vi una habitación grande llena de pequeñas camitas con pequeños cuerpecitos en ellos, en el fondo había dos, pero estos estaban dentro de una incubadora.

En la puerta había una señal que decía que no debía entrar, pero eso me valía una mierda.


—Señor, señor, no puede estar aquí... —Una enfermera intentó sacarme del lugar.

—No me toques —La tomé de los brazos y la empujé lejos de mí, caminé entre las demás camitas con bebés y llegué a esas últimas dos. Leí sus nombres.


Me arrodillé frente a uno de ellos. No podía tocarlo y tampoco podía sacarlo, pero estaba tan cerca que dolía. Me quemaba mirarlo porque era hermoso, era tan precioso como en mi visión, quería abrazarlo y asegurarle que mamá estaría aquí y que de eso me encargaría yo, pero también quería correr lejos, irme lejos... porque mi mujer, la mujer que amaba, mi razón de existir, mi vida, mi aire, mi compañera de vida no iba a despertar y... y los causantes eran mis propios hijos.


No me di cuenta de que estaba llorando hasta que sentí mojadas mis mejillas.

Aferré mis manos a mi pecho, en ese lugar en donde ya no sentía nada, en donde solo volvía a sentir ese eterno e inmenso vacío, ese vacío que sentía antes de que llegara Adara...

Y sentía dolor, porque tenía a mis dos hijos frente a mí y solo quería correr...


Quería olvidar.




















































Antes de mi Ada, pensaba que había vivido en agonía, pero estaba equivocado.

Ha pasado una semana desde que mis dos hijos nacieron y desde que Adara dormía, de manera eterna.

En toda esa semana yo apenas había salido de mi cama, aun podía olerla. Las sábanas aún tenían su aroma, había soñado mil veces con ella, cada noche, cada que cerraba los ojos, la veía y quería dormir todo lo que pudiera solo para poder verla sonreírme.

Era todo lo que deseaba, volver a verla sonreírme de esa manera aniñada...


Cerré los ojos con más fuerza al sentir la luz más potente.


—Arriba, Jungkook —Gruñí al reconocer la voz de Jimin, me tapé por completo con las cobijas y cerré los ojos, esperando volver a soñar —Jungkook, tienes que comer y tenemos que limpiar esta habitación.

—Déjame en paz, Park —Mi garganta dolió al hablar.

—Tienes unos hijos que cuidar, Ayumi, Hyo Ji y nosotros podemos hacerlo, pero es tu deber como padre...

—Déjame solo...

—¿Quieres que también dejemos solos a los niños? ¿quién les dará de comer, quién va a cambiarlos? No pueden ni coordinar los movimientos de sus bracitos, Jeon, dependen completamente de alguien más. ¿Aun quieres que te dejemos solo?


Tuve ganas de llorar.


—Sal de mi habitación —Gruñí con desesperación.


—En algún momento tendrás que afrontar esto, Jungkook. Como todos nosotros, como tus hijos...

Escuché que la puerta se cerraba.

Volví a sentir mis lágrimas correr por mis mejillas y perderse en las sábanas que habían arropado a Adara la última vez.

Volví a cerrar los ojos y una vez más soñé con la última noche en la que estuvimos juntos.



Solo había visto una vez a los niños. Solo una vez y en solo esa vez fui capaz de culparlos, me sentí enfermo por sentir que, debido a ellos, mi dulce Adara ahora estaba condenada a estar dormida por siempre y posteriormente a morir.

No quería verlos y mirarlos con rencor, no quería eso, temía tanto verlos y ya no sentir el amor que sentía por ellos antes de conocerlos. Sabía que estaban bien, que ya no tenían que permanecer en las incubadoras, estaban bien, pero temía odiar lo único que tenía de Adara...

Sabía que ella estaba aquí, en el departamento, en una habitación especial para ella, aparentemente dormida. No había ido a verla, no podía, no podía salir de estas cuatro paredes...


Había una carta sobre mi mesa de noche, ponía "Para Jeon Jungkook" y conocía esa letra, me hacía una idea de lo que decía esa carta. Aún no era capaz de leerla, sabía que hacerlo era aceptar que ella en verdad no volvería, leer esa carta era leer sus últimos pensamientos. No quería hacerlo...



Y no lo hice durante un mes. Un jodido mes. Para mí, los días transcurrían igual, todo era lo mismo, Jimin o a veces cualquiera de los otros, entraban para dejarme cualquier comida y se iban, después de tratar de hablar conmigo. Durante las madrugadas, podía escuchar en ocasiones unos llantos infantiles, el corazón me martillaba con fuerza, pero solo cerraba los ojos con fuerza y tapaba mis oídos, fingiendo que esos llantos no pertenecían a mis hijos.

Estarían decepcionados de su padre...

Un mes entero sin salir de aquí. Y pensaba cumplir dos meses, hasta que un fin de semana, alguien estaba harto de todo esto...





Miré, como siempre, a Jimin ingresar a la habitación con una bandeja con comida. La dejó sobre la mesa de noche y me miró en silencio.


—¿Vas a pasar otro mes aquí?

—Sí. Mi plan es estar aquí hasta que mi cuerpo ya no funcione y todos decidan irse...

—¿Y los niños, ah?


Ese nudo en la garganta.


—Alguien podrá llevárselos consigo.

—Eres un egoísta —Lo miré sorprendido —No me mires así. Has estado aquí por ya casi dos meses, todos nosotros nos turnamos para mantener y criar a tus hijos, a cuidarte porque estás en una depresión muy grande y lo entendemos, entendemos que acabas de perder a tu compañera de vida, no podemos comprender lo que sientes, y lo sentimos porque no podemos ayudarte...

Aparté la mirada de la suya porque comenzaba a sentir ganas de llorar, de nuevo.

—Pero ni siquiera estás intentando salir de aquí. Ni por tus hijos. Jeon, ni siquiera has leído la carta que ella dejó... no has visto los ojos de tus bebés o la manera en la que viven. Estas siendo egoísta...

—¿Crees que quiero esto? ¿Crees que quería que mis hijos perdieran a su madre antes de siquiera conocerla? ¿Crees que quería perderla? Íbamos a casarnos, íbamos a formar nuestra familia... y ahora ya no está.

—Y lo siento, no sabes cuanto lo siento. Pero lo siento más por tus hijos, ya perdieron a su madre y están perdiendo, están siendo abandonados por su padre —Lo miré —Adara hubiera deseado que lucharas por ellos. Ella los amaba con la misma intensidad con la que te amaba a ti... —Se quedó callado unos segundos, como debatiéndose en si era correcto decir lo que iba a decir — Si no sales en los últimos días, vamos a irnos y entonces se te cumplirá tu deseo de quedarte solo y de que alguien se lleve a los niños, no volverás a verlos. Será tu decisión...


Y se fue. Dejándome roto... porque de pronto había tomado consciencia de la promesa que le había hecho a Adara. Había prometido cuidar de ellos, de los bebés, y estaba fallando...


Estuve media hora con la carta entre las manos, tratando de agarrar valor para leerla...






Para Jeon Jungkook, el amor de mi vida.

Se que si estás leyendo esto es porque probablemente paso algo que nadie quería y pensaba que pasaría.

Debes odiarme tanto en estos momentos, mi amor y no tengo mucho que decir ante eso... debes de saber ahora lo que no quise decirte en su momento. No sabía cómo ibas a reaccionar, pero sé que, sin pensarlo, me hubieras elegido por encima de ellos y no quería eso, no podía hacerlo porque ya los amaba más que a mí misma. Se que lo entiendes, y también sé que duele... me duele a mí mientras escribo esto porque no se si volveré a verte, porque creo que no podré conocerlos. No podre saber qué fueron... pero fue mi elección, sé que no fue la tuya perderme. Pero no estarás solo, estarán ellos contigo, te dejo una parte muy mía y muy tuya. Ellos serán tuyos y tú de ellos, Jungkook. Serán ustedes tres contra el mundo, sé que odias tener que dejarme ir, no te pido que lo hagas ahora, solo pido que estés con ellos, que no los dejes, que cumplas tu promesa de protegerlos. Hazlo por mí, por lo que nunca podré hacer yo...

Por favor, amor.

Fuiste lo mejor que me pasó en la vida, me liberaste de una cárcel de la que nunca fui consciente hasta que te conocí, me diste una vida, un propósito y ganas de seguir. Me diste todo y no sabes lo mucho que te agradezco, lo agradecida que estoy por haberte conocido. Te amo, y siempre voy a hacerlo, perdóname por dejarte, por elegirlos a ellos antes que a mí, por elegirlos a ellos antes que a cualquier otro, lo harás tú en algún momento.

Perdóname. Te amo.

Por favor, ámalos. Ámalos fuerte y descontrolada, en la forma que solo tú amas. Por favor...

Por mí. Por lo que tuvimos, por ellos y por lo que no pudimos tener. Por nosotros.

Con todo el amor, Jeon Adara.







Salir de un lugar en el que estuviste por tanto tiempo es, en pocas palabras, salir de tu mundo para entrar a otro nuevo.


La sala se veía distinta. Había biberones en la mesa del centro, la tv estaba encendida. Jimin me miró con los ojos abiertos de par en par cuando me vio de pie, en medio de la sala.

Lo ignoré para caminar a la habitación de los Jeon. Caminé rápidamente y abrí la puerta de un jalón, encontrándome con Hyo Ji ahí, sosteniendo un bulto entre sus brazos...

Me miró como si fuera un demonio inexistente.


—Veo que finalmente has decidido conocerlos —Me sonrió amablemente —Acércate, Dasom ahora esta despierta. Es complicado hacerla dormir...

Me acerqué a pasos lentos. Las piernas me temblaban y creo que era por no caminar tanto en las últimas semanas.


Llegué a su lado. Una carita pálida y de mejillas rojas se asomó entre una cobija amarilla. Tenía un par de ojos de farol, oscuros y brillantes que me miraron al instante en el que aparecí en su tierno campo de visión.


—Uh sí, creo que alguien reconoció a su padre aún sin conocerlo —Canturreo la bruja —¿Quieres cargarla?

—N-no, yo no puedo, no sé cómo, yo...

—Solo hazlo —Y dejó ese cuerpito entre mis brazos, ayudándome a acomodarme de la manera correcta. Estaba tenso, completamente tenso.

No sabía si estaba apretando mucho o siendo muy suave, podía resbalarse por cualquier lado... yo podía resbalarme por cualquier lado. Sentí mis piernas fallar, Hyo Ji me sostuvo al instante y me ayudó a sentarme en la mecedora que yo había comprado para Adara.


—Uy, no llores papá, asustarás a la niña —Me reí en medio de mis lágrimas —Lo lamento mucho, señor In. Debí de insistir más, debí decírtelo yo misma.

—No. Ella quería esto... —Miré a la bebé entre mis brazos, me miraba fijamente mientras sacudía torpemente sus manos diminutas, me fue imposible no llevar uno de mis dedos hasta esa manita y dejar que lo tomara con fuerza —¿Y Man-Shik?

Ella se dio la vuelta y de la otra cuna sacó otro bultito.

—Mierda, espera... —Le susurré cuando me puso ambos niños entre mis brazos. Man Shik abría sus ojos y los cerraba, era más dormilón que Dasom.

—¿Qué piensas?

—Sabía que eran hermosos. Man-Shik tiene la nariz de Ada... —Sonreí con nostalgia, mi niño comenzó a quejarse de la nada —¿Qué...? ¿Qué le sucede?


Lo vi ponerse rojito, quedarse quieto y tenso.

—¿Va a reventar? —La miré rápido.

—Por dios, no, solo está haciendo del baño. Cosa que es genial porque será tu primera vez cambiando un pañal...

—¿Ah? —Ella se alejó, buscando quien sabe que cosa.

—Prepárate. De aquí saldrás sabiendo cómo cambiar de manera correcta un pañal de bebé.



No sonaba divertido. 


Nada lo haría ahora...

































:D 

Ya nacieron, denle la bienvenida a Jeon Man Shik y Dasom...

Y no me maten. Por cierto, también quería decir que tengo una historia en el perfil, es Piwkenyeyu de Jungkook. No es igual a esta, son personajes adolescentes, pero también habrá mucho drama por allá, vayan a checarla, plis.

Y... ¿Qué piensan de todo lo que esta pasando aquí en Inexorable? 

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