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Capítulo 18








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—Les tengo increíbles noticias... —Habló el doctor a los dos jóvenes adultos que se encontraban atentos a las palabras del de bata blanca.

—Hable ya, hombre —Exigió el señor In con desesperación.

Adara estaba sobre la camilla, la barriga descubierta con aquel líquido frío sobre su piel. Tomaba con fuerza la mano de Jeon...

—Bueno, tenemos premio doble, felicidades, papás —Exclamó el hombre con felicidad.

Los futuros padres se quedaron en silencio, mirándose como si hubieran descubierto que el otro tiene dos cabezas.

—¿A-acaso dijo d-doble? ¿A qué s-se refiere? —La joven se daba una idea, pero quería asegurarse de haber entendido bien.

—Eso quiere decir dos bebés —Concluyó Jungkook, con la vista aún perdida en aquella imagen en blanco y negro que apenas lograba entender.

Adara se tensó.

—Sacaré copia de esa ecografía, ya puedes bajarte la ropa, hija —Le dijo con suavidad el doctor mientras salía de la habitación.

—Jungkook... —Adara llamó con cautela a su acompañante, quien seguía perdido en sus pensamientos —¿Estas enoj...?

—¿Cómo vas a preguntarme tremenda ridiculez, mujer? —Frunció su ceño —Solo estoy... estoy sorprendido. Estoy tratando de... sobrellevarlo.

—¿Sobrellevarlo? Jeon ¿te sientes presionado por ten...?

—No —Alzó la vista para mirarla a los ojos —Estoy tratando de sobrellevar el hecho de que alguien más está creciendo para vivir y... y es parte de mí también.



Y el hombre se acercó a ella y la estrechó con sus brazos. La realidad de Jeon era que jamás nunca pensó ser padre, quizás lo hizo cuando era más joven, pero después de haber vivido lo que vivió por años y saber que jamás moriría, la idea del amor no era real para él y pensar en hijos... ¿Cómo podría tenerlos sabiendo que los vería crecer, madurar, envejecer y después morir? No era una opción, no era algo que quisiera ver, no era su deseo ver morir a personas a quienes amaba, no después de perder a sus padres.

Pero Adara, ella había cambiado todo para él. Saber que tendría dos hijos, que eran suyos y de la persona que amaba, tenía miedo, pero sabía que la tendría a ella.


—Hay que ir a casa...

—Quiero comer algo antes, tengo hambre —Susurró la joven.

El chico sonrió con burla, no tenía mucho que habían comido.

—Entonces vamos.


Después de que el doctor les entregara la imagen borrosa y a blanco y negro de sus hijos, ambos pasaron a comprar algunas chucherías.



—Kook, ¡mira, una tienda de bebés! —La menor se emocionó cuando pasaron delante de una tienda de artículos de recién nacidos —¡entremos a ver, hay que ir comprando cosas para ellos!

—O ellas, pero cariño, no sabemos el sexo... —A Jeon le causaba nervios ingresar al lugar.

—Por eso podemos comprar un color neutral, amarillo o algo así... —Y él se dejó jalar por su chica.

La joven de la tienda se sorprendió de ver ingresar al señor In a su establecimiento y aun más, acompañado y tomado de la mano de una joven embarazada.


—Buenas tardes. ¿Les puedo ayudar en algo?

—No. Vuelve por d... —Empezó diciendo el chico.

—Sí, por favor... —Adara golpeo con su codo el abdomen de su acompañante y miró con una sonrisa a la chica —Queremos ver la ropita.

La chica se quedó pasmada al ver que el señor In parecía cómodo y feliz con aquella joven.


—C-claro... —Les pidió amablemente que la siguieran al pasillo en donde se encontraba la mayoría de ropa para bebé —¿Es una nena o un varoncito? Tenemos mucha variedad de ambos...

—Aún no sabemos, preferimos enterarnos hasta que nazcan...

—En ese caso, tenemos ropita para ambos géneros, amarilla, verde, entre otros. Los dejaré solos para que escojan con tranquilidad... —La mujer hizo una reverencia y se retiró.


—No tenías que decirle todo eso... —Se quejó Jeon cuando estuvieron solos.

—No tiene nada de malo. Ahora busca algo que te guste —Ordenó y se puso a rebuscar entre la diminuta ropa.


Jungkook la miro mal y con enojo se puso a remover la ropa que estaba delante de él. Al inicio, solo movía la ropa sin mucho interés en ella, todo parecía muy amarillo y feo para su gusto. Pero a medida que tocaba las prendas y mientras más las veía, se dio cuenta que su mano casi era del mismo tamaño de aquellas prendas, y su imaginación voló... ¿Era normal que un ser humano fuera tan pequeño? ¿era posible? En toda su vida, por supuesto que había visto bebés, pero jamás tuvo contacto directo con alguno, les parecía muy ruidosos y extraños. Demasiado pequeños.

No le agradaban. Esa era la verdad.

Pero, el tocar y buscar entre esos pedazos de tela, le fue imposible no imaginar cómo serían los bebés que crecían en el vientre de la mujer a su lado, su mujer. Sus hijos.


SUS PROPIOS HIJOS.

Esos que jamás esperó...

Aquellos que jamás imaginó.


Pero que, de alguna extraña manera, ya amaba...



—¿Jungkook? —Adara se dio cuenta que el chico se había quedado inmóvil mientras sostenía entre sus manos una prenda de cuerpo completo de color verde con pequeños detalles amarillos —¿Estas bien?

—Nada. Es solo que... es solo que, yo... —Tartamudeó mientras sus dedos acariciaban la tela de aquella ropita —Me gusta este. Q-quiero este.

Adara se carcajeo suavemente, tomó la prenda con sus manos para verla mejor y acariciar la mejilla del hombre inmóvil.

—Está bien. Tranquilo... ¿te parece que llevemos dos iguales? —Él solo asintió.


Y después de eso, el que no tenía mucho interés y ganas de entrar a esa tienda, pronto fue el que después ya no quería salir, caminaba de aquí a allá buscando, revisando y comprobando la calidad de cada objeto que decidía que quería para sus hijos...




—Así que, ¿qué tan bueno es el material? —Cuestionó el hombre a la vendedora, quien lo miraba tensa. El hombre tenía los brazos cruzados contra su pecho mientras escudriñaba la cuna delante de sus ojos —¿Es la mejor que tiene?


A sus espaldas, estaba una cansada Adara junto a un carrito abarrotado de ropita de bebé, biberones de distintos colores, juguetes, toallas de baño y muchas cosas más que la joven pensaba que aún no era necesario comprar, ni siquiera tenían el cuarto de los bebés.

—Jungkook, tenías una junta y ya se te hizo tarde... —Le recordó su mujer.


—No te preocupes, nena. Encontrare unas con la mejor calidad, te lo asegura tu hombre... —Le contestó vagamente. Estaba perdido —¿Entonces, esta es la mejor?

—B-bueno, es la más cara... —Tartamudeó la joven vendedora.


Era una hermosa cuna de color blanco, la verdad era muy hermosa y a Jungkook le había gustado.

—Quiero dejar apartada dos de ellas y cobré cada cosa dentro de ese carrito, busque a alguien que las lleve a mi auto —Ordenó mientras sacaba su tarjeta para pagar sus caprichos y algunos de su mujer.


Adara suspiró, tendría muchas cosas que bajar de la cajuela...
























🎔Jungkook








—Sí, Namjoon, ya entendí... claro, dile que se meta su molestia por el culo, que a mí me vale una mierda... solo se me pasó la hora, estaba comprando con Adara... no, cancela cualquier cita de la semana que viene, voy a estar en casa... no me interesa, yo soy mi propio jefe y hago lo que quiera... No me harás cambiar de parecer, Kim... haz lo que te pedí y cuando encuentres terrenos, me llamas... nos vemos, nos vemooos —Y corté la llamada, Namjoon comenzaba a reprocharme y no quería escucharlo


Dejé mi celular sobre el sillón de la sala y fui a la cocina, en donde mi chica robaba comida del refrigerador.


—Deja de robarte la comida... —Me acerqué a quitarle el pancito de chocolate que se estaba llevando a la boca, ella comenzó a reprocharme con la mirada, pero la ignoré —Debes de cuidarte durante el embarazo, vas a agradecérmelo después.

—¿Por qué? ¿no vas a seguir queriéndome por estar gorda?

—El que cambiaría sería tu cuerpo, mi amor no.

—¿Namjoon se enojó?

—Mm, nada que me importe lo suficiente... —Rodee su cintura con mis brazos, ahora era más complicado hacerlo porque su vientre chocaba con el mío —Voy a quedarme contigo.

—Eso suena gen... ¡ah! —Se quejó, a la par de que yo sentía en mi estomago un golpecito apenas perceptible.

Ambos nos quedamos viendo a los ojos, sin movernos.


—¿Qué fue eso? —Le pregunté con los ojos abiertos de par en par.

—Se movieron... —La tomé del brazo y la jalé hasta la sala, en donde la obligue a sentarse, yo me tire a su lado y coloque una mano en su vientre.

—Haz que lo hagan de nuevo... —Exigí.

—No puedo hacerlo, Kook —Carcajeó y fue cuando debajo de la palma de mi mano sentí otro golpecito.

—Jodida mierda... —Susurré, sintiendo los latidos acelerados de mi corazón.

—¿Estas llorando? —Me preguntó ella mientras colocaba sus manos sobre su vientre.

—Claro que no.


Me agaché lo suficiente como para que mi cabeza quedara recostada sobre su panza hinchada. Cerré los ojos y dejé mi mano justo donde anteriormente estaba...

En mis oídos comencé a escuchar la respiración de Adara, el palpitar de su corazón y después el sonido de otros dos más, como el galopeo de dos caballos, rápidos y fuertes. Cuando menos me lo esperé, mis oídos se llenaron de risitas infantiles, como ecos...

Y sin esperarlo, el aire abandono mis pulmones y mi mente fue golpeada por una visión.





Un aire agradable golpeaba contra mi rostro, podía escuchar el sonido de las olas romperse contra la arena. El chillido de las gaviotas y las risas de niños, tuve que abrir los ojos...

Estaba en la playa, el sol comenzaba a descender, volviendo y pintando las nubes con tonos rosados, naranjas y rojos.

Delante de mí se movían y corrían torpemente dos diminutos cuerpos con cabellos oscuros. Jugaban entre sí en la orilla del mar mientras reían a carcajadas. Uno de ellos tenía el cabello hasta los hombros y desde donde yo estaba, podía apreciar como el viento lo movía con suavidad contra unas mejillas pálidas y rojas.


—¡Papi, papi...! —Una voz chillona me llamó. El otro pequeño de cabello corto, alzo un brazo, haciendo una seña para que me acercara a ellos —¡Ven a jugar con nosotros!

Yo, con una sonrisa de oreja a oreja, me puse de pie, sacudí la arena que se había quedado en mi trasero y caminé a ellos, sintiendo la arena tibia debajo de mis pies, la cual se iba volviendo húmeda y fresca a medida que me acercaba a los dos cuerpitos revoltosos.



Me sorprendí al darme cuenta de que eran tan pequeños, que apenas podían alcanzar mi muslo.

El niño era precioso. Con ojos grandes y brillantes, tenía un pequeño lunar en la nariz y los labios delgados y rosados que temblaban debido al agua fría del mar. Solo usaba un pequeño pantalón corto, dejándome ver su pecho pálido, tan pequeñito que parecía ser del tamaño de mi mano...

—Pa, mira las nubes... —Una segunda vocecita se escuchó a mis pies, deje de ver al niño para observar a la persona dueña de esa voz tan dulce y torpe —¡Son rosadas!


Y, entonces, lo que vi, me dejo con el corazón estallando. Era la niña más hermosa que había visto en toda mi existencia, como un diminuto ángel que había bajado del cielo para llamarse mi hija, mía.

Una niñita de cabellos extremadamente oscuros que danzaban debido al aire sobre sus hombritos blancos, daba saltitos y señalaba las nubes que se encontraban coloreadas allá en el firmamento sobre nosotros. El cabello le brillaba y los rayos del sol alcanzaban a bañar su carita con los mismos tonos de las nubes.

—¿Viste, pa? —Y cuando volteo a mirarme, vi unos ojos medianos, brillantes y oscuros. Con una mirada soñadora e infantil que esperaba impaciente a que su padre le asegurara que las nubes eran bonitas, pero no podía decirle eso, no cuando yo la miraba a ella y todo lo demás se volvía común.

—Son preciosas... —Le susurré mientras me fijaba en el lunar debajo de sus labios, afirmando que aquella niña era mía, solo mía, para siempre.



Los dos niños se acercaron a mí, aferrándose a mis piernas mientras miraban con asombro las nubes y aquel sol que comenzaba a ahogarse en el mar, allá en el horizonte. Mis manos se enredaron en los cabellos oscuros de las dos cabecitas a mis costados, sintiendo la extrema suavidad y la melancolía que extrañamente comencé a sentir...


Míos. Eternamente míos...


Eternamente de ellos...




Nuestros
























Soy yo. Esta es la última actualización del 2023, no tenía pensado publicar nada hasta enero, pero decidí hacerlo para ustedes. 

Solo quiero agradecer mucho a las personas que comenzaron a seguirme durante este año y los anteriores, he sido muy feliz al ver que ya hay mas personitas que comentan y votan. También hay varias personas que han guardado mis historias en sus listas de lectura, gracias por eso. 

En fin, este año tengo planeado subir una sorpresilla, algo que he esperado poder compartir desde hace mucho y estoy trabajando en ello, así por favor, espérenlo.  

Les deseo el mejor inicio de año a todos y todas. Espero que tengan un buen año... 

Se les quiere.


Post: ¿Creen que Jungkook será un papá orgullosamente luchón y amoroso o nah?

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