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Capítulo 17


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✮︎Tres meses✮︎








Jamás me imaginé mirarme a mí misma al espejo y verme embarazada, no es como si pensara en jamás tener hijos, es solo que nunca pensé hacerlo ahora.


Pasee mis manos por mi vientre ahora ya más inflamado. Ya estaba en el primer trimestre y mi vientre había crecido un poco más, ya era notorio que esperaba un hijo.

—Aquí esta su ropa, señorita —Veo a Hye Mi dejar mi ropa sobre la cama. Ella comenzaba a sentirse más como una figura materna, me gustaba tanto quedarme horas hablando con ella, escuchando cada cosa y experiencia por la cual había pasado, incluso me contaba cosas de Jungkook que había notado en el tiempo que llevaba trabajando para él, como que Jungkook acostumbraba a cenar viendo la TV o también que tenía la mala costumbre de salir de la ducha y mojar todo el pasillo.

—Gracias, señora Hye —Le sonreí y me acerqué a tomar la ropa entre mis manos, había tomado un baño caliente y me encontraba en ropa interior.

Desde que mi embarazo comenzó a notarse, yo comencé a mirarme mucho más en el espejo, sabía que el cuerpo tiene que adaptarse al hecho de estar creando a un nuevo ser humano, pero no sabía lo mucho que debía de cambiar.

En ocasiones me sentía un poco insegura.

—¿Cuándo estabas embarazada de tu primer hijo, sentiste inseguridad con tu apariencia? —Le pregunté suavemente a la mujer.

—Bueno, creo que alguna vez me sentí así, pero puede llegar a ser normal. Tu cuerpo está trabajando el doble que antes, así que no te sientas así... —Acarició mi brazo con cariño —La verdad es que te vez hermosa estando embarazada... ¿Por qué no sale con su amiga a distraerse? El señor volverá tarde hoy, tiene una reunión y siempre duran mucho, al menos así era antes, pero porque se quedaba a...

Cerró de golpe la boca y me miró en silencio.

—¿Se quedaba a qué? Anda, dilo —La incité. Me imaginaba que es lo que iba a decir.

—Bueno, ya sabe cómo era el señor antes de usted. Sus reuniones si duran mucho, pero tardaba más porque, bueno...

—Se quedaba con mujeres —Completé, su indecisión sobre decirme o no, comenzaba a desesperarme.

Hye Mi me miró apenada.

—No me mires así, Hye, yo se de quien hablamos. Yo se como es Jungkook, lo vi... —Suspiré mientras me sentaba en la orilla de la cama —Yo sabía donde me metía.

—Señorita, pero debe saber que el señor Jeon no ha visto a otras mujeres, lo sé, créame, yo antes me enteraba y notaba si había estado con mujeres —Se acercó con rapidez a mí —El señor en verdad la quiere...

—Lo sé... —Sonreí con pocas ganas —Es solo que he estado sintiéndome algo insegura conmigo misma.

—No se haga eso.

Después de algunos minutos, ella salió de la habitación después de asegurarse de que pude vestirme.

En los últimos meses tuvimos que acoplarnos a nuestra nueva rutina, las primeras semanas creímos que el embarazo sería sin síntomas, pero nos equivocamos porque al mes, comencé a despertarme por las madrugadas por tremendas ganas de vomitar, jamás pensé que Jungkook pudiera ser la clase de hombre que le guste estar cerca de alguien mientras vomita, pero cada vez que vomité, me sorprendió tenerlo detrás de mí, sosteniendo mi cabello, limpiando mi rostro, ayudándome a lavar mi boca...

Me enterneció verlo acompañarme cuando se me iba el sueño aunque él estuviera muriendo por descansar.

Estaba siendo muy empático, dulce y cariñoso hasta cierto punto y me encantaba, ayudaba mucho y entendía mis cambios de humor.


—Señora Hye Mi, si llega a venir el señor Jungkook, dile que fui con Ayumi... —Le dije a la mayor. La mujer asintió ante mis palabras y yo salí del departamento mientras era acompañada por los hombres de Jungkook.

A pesar de que habían pasado meses desde la última vez que vimos a Roma, ninguno de los dos se sentía seguro ante la idea de que yo saliera sola a cualquier lado.

Había estado trabajando más duro, la universidad había sido muy complaciente con mi situación, aunque creía que eso era cosa de Jeon. Me habían dejado entregar trabajos que ya eran pasados, me dejaban la opción de no hacer ciertos proyectos que requerían de más esfuerzo, yo a pesar de esas oportunidades, trataba de hacer todo lo que los demás hacían, lo que si Jeon no me dejó hacer fue venir a clases presenciales...

No hice mucho berrinche por eso.



—Mírate, tan sexy y esponjosa como siempre —Me saludó mi amiga cuando llegué al parque que quedaba cerca de la Universidad.

—Ja, que chistosa —Le saqué la lengua mientras me sentaba a su lado —¿Cómo has estado?

—Bien, extrañándote, pero bien... —Me miró unos segundos sin decir nada.

—¿Qué pasa?

—Aun no puedo creer que estés embarazada, y lo más sorprendente es que lo estés del señor In... —Miró mi vientre y llevó su mano a él —¿Él señor está... cómo está con este tema? ¿Lo quiere?

—Aunque parezca sorprendente, sí, parece emocionado —Sonreí.

—¿Han pensado en nombres? —Siguió acariciando con ternura mi barriga.

—Bueno, no, aun no...

—Me gustaría ser la madrina, o algo —Me señaló con su dedo índice —Ya sabes, quizás si me relaciono con el señor, mira que capaz me consiga a un hombre de su nivel y me saque de la pobreza y la decepción de mi familia...

Rodé los ojos.

—Serás la madrina.

—Genial. Por cierto ¿sabes quien casi enloqueció cuando supo de tu embarazo?

—¿Quién?

—Jiho, alguien hablaba sobre eso y justo escuchó, se levantó de su asiento como si tuviera un fuego artificial metido en el ano y se abalanzó sobre mí y me pidió, no, me exigió decirle si eso era cierto —Contaba con indignación —Se creía que tenía derecho a saber detalles, me negué porque después de todo es tu intimidad...

—Dios... —Negué con la cabeza. No había visto a Jiho desde hace meses, me agradaba, pero a veces era demasiado metiche —Te agradezco que no le hayas respondido nada.

—Está loco... —Concluyó.


No pudimos estar más tiempo hablando porque ella debía volver a las clases, antes de volver al departamento, pasé a comprar una rebanada de pastel de vainilla y una malteada de fresa.

Me detuve en algunas tiendas y al final terminé llegando a casa a eso de las siete de la noche.

—¿No ha llegado? —Le pregunté a Hye Mi cuando cambié mis zapatos por las pantuflas.

—No, señorita...

—Bueno, gracias. Ya deberías irte a tu casa, antes de que sea más tarde, escuché que quizás hoy llueva, ve antes de que pase —La mujer hizo una reverencia y desapareció de mi vista.

Yo fui a la cocina a comerme mi rebanada y mi malteada, hubiera sabido mejor fría, pero con eso que demoré tanto.


































—Nena... —Alguien susurraba sobre mi oreja —Ada, despierta, te dolerá el cuello si te quedas aquí.

Abrí los ojos con pesadez y me encontré con los de Jeon. Me sonrió...

—Hola, cariño —Me canturreo a la par de que peinaba mis cabellos —¿Cómo te sentiste hoy?

Me incorporé mejor sobre el sofá y lo miré.

—Bien, no vomité.

—Esa es mi chica —Dijo con chulería. Se sentó a mi lado y con una de sus manos acarició mi barriga hinchada —¿Cómo se portó?

—Mejor que tú. ¿Qué hora es?

—Son las nueve. Lo lamento, salimos a las ocho, pero había mucho trafico —Se acercó para dejar un beso en mis labios —Iré a darme una ducha...

—De acuerdo —Lo vi marcharse a la habitación mientras se quitaba el saco. Sentí calor al ver su cuerpo enfundado en una camisa blanca que le apretaba los músculos de la espalda.

De manera inconsciente, pensé en nuestros momentos íntimos. Los momentos en donde pasaba mis manos por toda su espalda desnuda, sintiendo cómo los músculos de esa zona se tensaban cuando realizaba esas penetraciones profundas y veloces. Pensé en mis uñas enterrándose en la piel de sus hombros, o en su respiración caliente sobre mi cuello y en esos malditos siseos que solo me provocaban ganas de...


Vale, quizás otra de las cosas que me había traído el estar embarazada era que me ponía calenturienta muy rápido, como una adolescente que apenas empezó su vida sexual y ya no puede parar.

Por esa misma razón me levanto del sofá y voy a la habitación, escucho la regadera encendida.

No hemos tenido relaciones por estos meses, se que Jeon esta ansioso y que hacerlo es más necesario para él por ciertas razones ya conocidas, y yo, bueno, yo solo soy una mujer embarazada con ganas de tener sexo con el hombre al que quiere.

Pero cuando estoy por deshacerme de mi ropa para entrar a la ducha con él, me miro en el espejo de cuerpo completo y me veo a mi misma en ropa interior y de repente me siento insegura con mi cuerpo.

Al final, hecha mierda y llena de inseguridad, me coloco mi ropa de dormir y me meto a la cama, aunque en realidad sea muy temprano para que tenga sueño, quizás por eso Jeon me mira con el ceño fruncido cuando sale de la ducha.

Esta vez solo lleva una toalla enrollada en las caderas.


—¿Estas cansada? —Me pregunta mientras busca un bóxer nuevo en su cajón de ropa interior. Lo veo quitarse la toalla y colocarse esa inservible prenda, él sólo duerme así, por eso camina a la cama y se lanza a mi costado, yo lo miro.

—Sí —Miento. Mi mirada va a su cuello, alcanzo a ver un rasguño y eso me alarma de inmediato —¿Qué es eso que tienes en el cuello?

—Un lunar —Se burla.

—Hablo enserio, Jungkook. ¿Por qué tienes un jodido rasguñón en el cuello?

—¿Un rasguño? —Se tantea con sus dedos la piel de su cuello.

—¿Estuviste con otra mujer?

—¿¡Qué!? ¡no! —Reacciona de inmediato.

—No me mientas —Le señalo mientras me siento sobre la cama.

—Adara, ayer te ayudé a ponerte tus zapatos y acabaste rasguñándome ¿Recuerdas? —Yo me quedo en silencio, sintiendo como la vergüenza va ganando terreno en todo mi cuerpo.

—C-como sea, debía preguntar —Y vuelvo a acostarme, solo que esta vez dándole la espalda. Lo siento moverse más cerca de mí y pegar su cuerpo al mío.

—¿Qué pasa?

—Nada.

—Kim Adara...

—¿Ya no soy tan atractiva como antes? Es que siento que ya no me veo tan bonita —Mi voz se corta, la verdad que me siento más insegura que nunca y decirlo en voz alta me causa más vergüenza.

—Nena, tu cuerpo está cargando con otra existencia, es obvio que no pueda permanecer igual a antes, es temporal, volverás a ser como antes, ¿y quien mierda dice que no eres atractiva?

—N-nadie, es solo que... —Sorbí por la nariz —Ya ni siquiera te gusto, ahora mismo ni siquiera te acercas bien a mí, ya no t...

—¿Quieres saber por qué? —Susurra sobre mi oído y después siento como su cadera se pega a mi trasero, al instante soy capaz de sentir un duro bulto que se restriega en mi culito triste —No quería que te dieras cuenta porque habías dicho que debíamos esperar, pero mierda, eres tan sexy que con solo verte ya estoy duro, Adara, eres hermosa, eres perfecta... antes pensaba que ya lo eras, pero ahora mismo te veo y solo pienso que eres irremediablemente preciosa llevando a mi hijo en tu vientre...

—¿T...?

—No se por qué mierda crees que ya no eres linda o atractiva, se que es difícil verte al espejo y no ver tu cuerpo como antes, pero joder Adara, estas preciosa —Comenzó a besar mi cuello con suavidad —Y tengo tantas ganas de follarte...

Sus besos comenzaron a ser más húmedos y sensuales.

—No me importa que quieras esperar, ahora mismo voy a quitarte de la cabeza ese estúpido pensamiento que tienes enfermándote la mente... —Se las apañó para sacarme mi delgada blusa de dormir por encima de mi cabeza, no usaba sostén para dormir, por eso fue sencillo para él tomar mis senos entre sus manos —Mira éstas, están hinchados y tan bonitos, ya no son solo para mí, ¿no es así?

Apretó, peñizcó y amasó mientras me decía palabras sucias al oído. Yo para ese punto ya estaba mojada y excitada, gemía cada que apretaba mis pezones.

—Jungkook... —Jadee.

—¿Qué? —Mordió mi hombro.

—Por favor, por favor... —Volví a gemir cuando apretó ambos pezones.

—¿Por favor, que?

—F-follamé

—Ya pensaba hacerlo, nena —Dejó un último beso sobre mi cuello y sus manos bajaron hasta los pantalones de mi pijama, me despojó de ellos y metió sus manos debajo de mis bragas.

—¡Oh dios! —Gemí fuerte cuando sus dedos comenzaron a jugar ahí abajo, mis manos se sostuvieron de sus muñecas —¡Ah!

—¿Se siente bien? —Su respiración también era acelerada. Su pene estaba cada vez más duro, podía sentirlo palpitar entre mi trasero —¿Debería hacerlo ya?

—Sí, por favor, hazlo ya —Le rogué.

Lo sentí sacar sus manos de mi ropa interior, la bajo hasta mis rodillas y él bajó sus bóxer hasta los muslos. Separó un poco mis piernas y lo sentí acercar más su pene a mi entrada...

—¡Ah, mierda! —Grité mientras lo sentía entrar con lentitud.

—Cuida esa boca —Con la palma de su mano golpeo mi trasero, temblé ante eso —Hay niños presentes...

—¿Y todas las asquerosidades que dijiste antes?

—Por eso las susurré, Ada —Y comenzó a embestir con suavidad —Dime si te sientes incómoda.

Jamás habíamos tenido sexo en esa posición, costaba un poco y no podía verlo a la cara, pero se sentía casi igual de bien.

Sus manos fueron hasta mi vientre, no dejó de embestir en ningún momento.

—Este es un hombre al que no le provocas nada, Adara —Me dijo al oído, dejándome escuchar su respiración acelerada y arruinada, también escuché sus jadeos y gemiditos que salían de su garganta —Joder. Mira lo poco que me pones...

Dio una embestida fuerte.

—¡Jungkook, maldición! —Gemí.

Estaba siendo sarcástico.

—No quiero que vuelvas a pensar que ya no me gustas, porque es una falacia... joder, se siente bien —Gruñó. Tomó una de mis piernas y la levantó un poco, siguió golpeando mi centro —Ah, ¿se siente bien, mh?

—Sí, sí —Murmuré.

Salió de mi interior para hincarse justo delante de mí cuerpo ladeado, me arrastró más cerca de su cuerpo y volvió a introducirse, esta vez las penetraciones eran más rápidas, y podía verlo, su cabello estaba despeinado y muchos de los mechones caían sobre su frente, sus labios rojos e hinchados. Sus manos se aferraban a mis caderas y a mis piernas que se encontraban juntas hacia un costado.

—¿Te gusta? ¿Te gusta mucho esto, no? —Me sonrió cuando sus ojos conectaron con los míos.

—Ah, sí. Sí, más rápido, más profundo —Jadee cuando la palma de su mano impactó contra mis glúteos de una forma violenta, lloriquee debido al ardor que provocó, él acarició la zona, tratando de disipar la sensación de mi piel.

—Eres una sucia —Se río roncamente y volvió a golpear mi trasero —Me pides ir más profundo y ni siquiera puedes con ello.

Se sostuvo sobre sus brazos, dejando sus manos a cada lado de mi cuerpo, inclinando su cuerpo sobre el mío. Mi centro palpitó más cuando me miró directo a los ojos, todo sin dejar de embestirme.

—¿Q-qué? —Tartamudee mientras trataba con todas mis fuerzas de mantener los ojos abiertos para mirarlo.

—Eres hermosa —Susurró. Salió de mi interior y abrió mis piernas para colocarse entre medio de ellas, tomó su miembro y lo llevó a mi entrada. Me aferré a su espalda cuando comenzó a ingresar.

—Jungkook...

—Te amo, Adara —Susurró. Mi cuerpo se tensó al escucharlo decir eso, lo alejé de mi cuerpo para poder mirarlo a la cara, lo que vi, fue como ver lo imposible porque Jeon Jungkook, el señor In, Inexorable estaba sonrojado y no era por el esfuerzo —El pequeño tiempo que lleva mi existencia en esta tierra jamás podrá alcanzar para poder darte todo ese amor, pero voy a intentarlo. Soy tuyo, en cuerpo, mente y alma, cada parte de mi es tuya así que no vuelvas a pensar que puedo dejar de quererte...

No tuve tiempo de contestar porque después de eso, ni siquiera me dejó respirar. Me besó hasta que no tuve aire, hasta que mis labios se volvieron lava y se fundieron en la suya, me besó hasta que llegó a tocar mi alma, volviéndola suya.

Me hizo suya hasta que tuvo que dejarme porque ya no era capaz de respirar, me dio su aire y yo le di el mío. Fue duro, rudo y profundo como él acostumbraba, pero al mismo tiempo fue dulce y amoroso, sus manos en ocasiones se paseaban por mi vientre, justo donde permanecía su hijo...


—También te amo, Jungkook —Le dije, en algún momento de la madrugada. Él mantenía su cabeza pegada a mi barriga y yo acariciaba sus cabellos con mis dedos.


—Lo se... 



















Muy buenas noches, o días. ¿Me extrañaron? digan que sí o me convulsiono. 

De nuevo tenemos a nuestros calenturientos jovenes, espero hayan tenido una bonita navidad y pronto año nuevo.

Gracias por siempre leer, votar y, de vez en cuando, comentar. Como siempre y como ya saben, es algo bonito de ver...

Nos leemos pronto. 

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