Capítulo 12
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En aquella habitación reinaba un silencio ensordecedor.
Ambos cuerpos estaban tan alejados del otro, como si estar mínimamente cerca les quemara.
El hombre fue el primero en hablar...
—¿Cómo encontraste a Adara? —La mujer sonrió ante la pregunta —Y no me mientas, lo sabré al instante.
—Ha pasado tanto tiempo y aún conservas esos cuadros... —La mujer recorría con la mirada toda la habitación y lo que contenía dentro —Pensé que lo habías superado...
—Habla, demonio.
—¿Por qué te interesa ese tema? Yo solo sabía que tú querías saber sobre si había cura a tu inmortalidad.
—Quiero saberlo —La mujer lo miró directo a los ojos por varios minutos. Después carcajeó fuertemente.
—¡Ahora entiendo porque Adara tiene tan arraigada tu presencia en ella! —Lo miró seriamente —Te la follaste todo este tiempo. Tu sí que no pierdes el tiempo... pues déjame decirte que se te acabó tu diversión, ya no tendrás un coño en el cual satisfacerte, ella viene conmigo.
—No, ella se queda conmigo. Se que la quieres contigo por una razón... —Se acercó a la mujer —¿Cuál es esa razón?
Mientras que en la otra habitación los chicos preparaban tazas de café, Adara miraba cada dos segundos la puerta, estaba ansiosa. Llevaban mucho tiempo allí dentro y eso la ponía aún más nerviosa y extrañamente no le daba confianza... deseaba saber que era aquello de lo que tanto hablaban.
—¿Cómo conociste a Jungkook? —La joven le preguntó a SeokJin cuando este se acercó a ella.
—Fue hace demasiado tiempo. Todos nosotros fuimos víctimas de Roma de alguna manera, yo trabajaba para ella y no sabía que un requisito para eso era jamás morir, lo supe después de que ya estaba hecho —La joven lo miró —Nos engañaba y después nos hacía trabajar sin parar. Pero me quitó más de lo que crees...
La joven negó con la cabeza, no podía aceptar, no quería creer que su hermana, aquella mujer anticuada y extraña en realidad no solo no era su hermana, sino que también había dañado a mucha gente, era algo irreal dentro de su cabeza y le hacía doler el corazón.
—Se que es difícil de aceptar, pero esa es la verdadera Libia, es Roma... lo siento —El hombre acarició tiernamente el brazo de la chica y volvió con los demás.
Adara volvió a mirar aquellas puertas cerradas.
Su hermana, Libia...
Finalmente dejó todo atrás y caminó firmemente hasta esas puertas...
Dentro de aquella habitación, los dos cuerpos está vez estaban más juntos.
—Eres una maldita loca —Jungkook señaló con furia a la mujer frente a él.
—Jungkookie, por dios, siempre has sabido que estoy... digamos que por encima de ciertas cosas —Descaradamente ella rió, se acercó a pasos lentos y coquetos hasta el hombre de cabellos negros —Eso solía encantarte, solía prenderte bastante... ¿ya lo olvidaste?
—Ojalá pudiera —Él la miró a los ojos —Arruinaste todo, arruinaste a mi familia y me arruinaste a mí...
—Por dios, tú cediste...
—¡Me sedujiste! ¡me manipulaste! —Jeon alzó la voz con furia.
—Pero te encantaba ¿no es así? —Ella colocó sus manos sobre los hombros del chico.
—Solo era un niño —Él susurró.
—Sí, un adolescente, mi sexy adolescente —Las manos femeninas bajaron por el pecho del perdido chico —Mi sexy hermanito...
—¿Hermanito? —Alguien habló a las espaldas de ambos. Adara ingresó a la habitación después de escuchar aquello, estaba claro, estaba ya claro que aquellos dos habían tenido una relación y Jeon jamás le comentó aquello, sin embargo, lo que más le sorprendió fue saber que ambos se conocían cuando eran jóvenes, y el hecho de que Libia llamara "hermanito" a Jeon —¿Es un apodo? ¿Por qué lo llamas así?
Roma miró con sorpresa y malicia al hombre delante de ella.
—¿No le dijiste? —Le preguntó ella a Jungkook. Él la miró con advertencia, cosa que ella ignoró volteando a ver a Adara —Adita, conozco a Jeon desde hace mucho tiempo. Debió nacer en 1422 en un pueblo a las afueras de la ciudad central, hijo de dos padres pobres pero honrados, un panadero y una costurera. Se amaban, eran el uno para el otro, pero antes de conocerse, ese panadero tuvo una aventura con una mujer a la que se le acusaba de ser bruja, de ese amorío nació una niña en 1408, pero para el momento en el que ella nació, aquel panadero había conocido a otra mujer y se casaron, catorce años después nació un niño...
Adara no lograba comprender.
—Basta, Roma... —Jeon intentó callarla, se acercó a Adara —Yo voy a contarle...
—Bien. Entonces lo podemos hacer ahora, juntos —Se burló del chico y volvió la vista a la joven descolocada —Jeon y yo somos hermanos, Adita... bueno, medio hermanos porque tenemos distintas madres, pero mismo padre.
En ese instante Adara tuvo que sentarse. Jeon la miraba preocupado...
—P-pero antes parecieran haber tenido una r-relación —Tartamudeó la chica.
—Oh, y la hubo —En ese instante Jungkook se abalanzó hacia la rubia.
—¡Basta! —Le exigió.
—No quieres que lo sepa. Por eso le mentiste, no quieres que sepa que fui yo la primera mujer en tu vida... —Le dijo. Adara volvió a mirarlos.
—¿Qué? —Jeon volteó a ver a la de cabellos negros.
Roma se soltó del agarre de Jungkook.
—Cuando Jungkook tenía catorce años, él y yo comenzamos a vernos, a tener encuentros sexuales frecuentes. Comenzamos una relación algo incestuosa, pero que a ambos nos encantaba, claro que nadie lo sabía, pero estábamos enamorados —Adara negó con la cabeza.
—Eso no era amor, Roma, lo sabes —Agregó al instante Jungkook.
—Lo era. Estuvimos en esa relación por mucho tiempo, Adara, yo fui la primera mujer en la vida de Jungkook, la primera mujer a la que amó y probablemente la última... —Jeon se burló ante esas palabras —Puedo mostrarte —Roma le extendió una de sus manos hacia Adara.
—No, no vas a tocarla sin guante —Le recordó el señor In.
—Ella confiaba en mí. Es decisión de ella, tiene derecho a saber, después de todo la estuviste follando mientras la engañabas...
—Yo no la engañé.
—Es tu decisión, Adita —Adara se puso de pie y caminó con lentitud hasta Roma, le quitó el guante y miró a los ojos a Jeon antes de tomar la mano de Roma y comenzar a ver distintas imágenes.
Todo se veía distinto. Las casas, las personas, las ropas e incluso el lugar. De pronto vio una casa, estaba apartada de las demás, era algo pequeña y lucía acogedora, parecía vacía.
Adara comenzó a caminar hacia esa casa, la puerta de la entrada estaba abierta así que fue fácil entrar, estaba todo en silencio hasta que escuchó unos golpes, siguió esos sonidos hasta que llegó a una puerta al final de un pasillo, sin que ella tocara la puerta, esta se abrió lentamente dejando ver el interior.
Adentro había una cama algo espaciosa, las cortinas estaban sueltas y había velas alumbrando el lugar, pero lo que la hizo tensarse fue aquellos dos cuerpos sudorosos. Había una mujer y sobre ella se movía un cuerpo delgado y masculino, le fue posible reconocer ese cuerpo y esos gemidos.
Caminó hasta verlos mejor, verles el rostro y su cuerpo dolió por completo al ver a su falsa hermana y a su Jungkook sobre esa cama.
Ambos lucían más jóvenes, en especial Jungkook. Sus cabellos negros estaban húmedos por el sudor, las mejillas rojas y los labios heridos.
—Eso es Jungkookie —Gimió Roma —Dame más, como te enseñé...
De pronto la mayor cambió las posiciones.
Adara no soportaba más mirar aquello, intentó moverse, pero algo la obligaba a mirar aquello, ni siquiera podía cerrar los ojos.
Así que tuvo que ser testigo de cómo un Jeon adolescente compartía cama con Libia.
De pronto pasaron a otra escena. Esta vez estaban afuera de un establo, era de noche y vio a un Jungkook un poco más maduro entrar a esos establos, el chico debía tener unos diecisiete.
Adara siguió el camino del chico hasta que lo encontró dentro de una caballeriza, siendo acorralado por una Roma rubia.
—Quiero que me tomes, Jungkookie.
—Yo también quiero, pero estamos en la...
—Nadie lo sabrá, es muy tarde y tus padres están durmiendo —Le susurró la rubia al chico.
Y el joven accedió. Ambos se desvistieron, Jeon la dejó contra la madera y su cuerpo, dejando la parte trasera de la mayor a su disposición.
—¡Oh sí! —Gritó la mujer, él tapó la boca de ella con una de sus manos.
—Mierda, se siente tan bien —Jadeó el chico mientras le daba la vuelta a la mujer —Dios, eres hermosa Roma...
La mayor pasaba sus manos por los hombros del adolescente, brazos, cuello, abdomen, nuca, tocaba todo de él mientras se juntaban.
Los vio besarse con hambre.
—Te amo, Jeon. Sabes que te amo con toda mi alma, ¿tú me amas?
—Te amo, te amo.
—Soy la única mujer para ti, ¿no?
—Sí, eres la única mujer para mí. Lo serás siempre, solamente te amaré a ti, Roma... quiero estar contigo, quiero tener algo serio contigo —Adara sufrió brutalmente con esas palabras.
Ambos siguieron hasta que tuvieron que no pudieron más.
Adara vio muchos recuerdos, muchas escenas que no quería presenciar, pero que era obligada a ver.
Jeon y Roma tuvieron esa relación por años, por mucho tiempo. Se veían a escondidas para tener un tipo de relación dura, fuerte y en ocasiones masoquista, era algo terrible de ver.
En el último recuerdo Jeon tenía veinte años. Había crecido y madurado más visiblemente, se veía hermoso, pero Adara no podía sentir alegría al verlo debido a que en el recuerdo se estaba besando duramente con Roma en una habitación desconocida...
—Te amo —Le susurró Jeon a Roma mientras alzaba una de sus piernas desnudas y la penetraba con suavidad.
—Lo sé —Jadeó la mujer.
Jungkook comenzó a mover sus caderas con suavidad mientras miraba directamente los ojos de su acompañante.
Todo empezó lento y suave, pero cuando llegaron a la cama todo se volvió rudo y doloroso.
Veía a Roma gemir y sollozar con dolor mientras que se encontraba sobre sus rodillas sobre la cama, Jeon a sus espaldas la tomaba de los brazos mientras la penetraba sin pudor, sin piedad.
Sus ojos negros estaban irreconocibles, era como si fuera otra persona.
—¿Te gusta Noona? —Rugió el chico mientras la soltaba de los brazos y aplastaba su cabeza contra el colchón.
—Sí, si —Gritó —A mi Jungkookie le gusta mucho follar a su hermana mayor ¿no es así?
Ante esas palabras Jeon la tomó del cuello y comenzó a apretar. Con rapidez le dio la vuelta dejándola boca arriba, no esperó nada para volver a penetrarla y seguir con las manos en su cuello.
—Solo yo puedo tocarte. Recuérdalo siempre, esto es amor, Jungkook. Lo que tenemos es amor... —Le dijo ella mientras que el chico parecía estar a punto de correrse —Yo soy tu otra mitad y tú eres mi mitad, somos el uno para el otro... eres mío.
Jeon se corrió y después lo hizo Roma.
—Seré tuyo por siempre. Estoy enamorado de ti, Roma...
De pronto el recuerdo desapareció y solo quedó oscuridad. Adara finalmente tuvo el control de su cuerpo y cayó al suelo mientras sollozaba...
—¿Recuerdas cuando te dije sobre que eras una romántica ilusa? —Escuchó esa voz a sus espaldas.
La joven destrozada miró hacia atrás y se encontró con la Roma actual. Estaba de pie a sus espaldas, con las manos detrás de su cuerpo, la miraba como siempre hacía cuando estaba por destruir sus ilusiones.
—Te lo dije. Te dije que los príncipes azules no existían, menos en Jungkook, no para ti...
—¿C-cómo pudiste meterte con él? —La menor sollozó —Es tu hermano...
—Nunca lo vi como uno. Es cierto que lo vi crecer, pero me atrajo después de cumplir los trece años, era el niño más deseado por las niñas en ese tiempo. Con sus ojos grandes y su cabello oscuro, era hermoso y yo lo quería para mí.
—Estás loca...
—Quizás, pero es mío —Roma se acercó a la chica hasta quedar a su altura —Él siempre ha sido mío y él lo sabe. Te enamoraste de alguien que ya estaba apartado...
—Jungkook me quiere —Alzó la voz.
—¿Entonces por qué nunca te contó sobre la relación que tuvimos? ¿Por qué nunca te pidió ser su novia? —Adara no supo que decir —No te engañes, Adita. Jeon te retuvo con él porque sabía que yo vendría por ti, él lleva siglos buscándome porque jamás me olvidó...
Adara negó con la cabeza.
—Míralo en esos recuerdos. Tú misma lo escuchaste, me amaba y aún lo hace...
—¡Mientes! ¡me has mentido todo este tiempo! —Le gritó con dolor —¡Ni siquiera eres mi hermana!
Roma se acercó bruscamente a ella.
—¡Sí, te mentí, pero te protegí todo este tiempo, te eduqué, te di un hogar...! —Se puso de pie —¿Y cómo me pagas? Metiéndote con el hombre que aparté para mí.
—¿Cómo iba a saberlo?
—No te ama ¿no lo ves? Yo solo quiero protegerte como siempre lo hice, hermanita.
Adara no dijo nada.
—Tienes que venir conmigo, nos iremos lejos, no tendrás que verlo de nuevo...
—No...
—¿Aun quieres quedarte con él? Te diré esto, cuando salgas de este recuerdo. Ahora que Jungkook confirmó que jamás tendrá una muerte, ahora que tiene lo que quería, te dejará... porque no eres a quien ama. Tienes que venir conmigo, él jamás podrá amarte... nadie podrá amarte.
El cuerpo de Adara cayó de rodillas al suelo una vez que salió de todos esos recuerdos.
Miró sus manos y observó cómo temblaban. Su corazón tenía una extraña sensación, como si estuviera por salirse de su pecho.
—Adara ¿Estás bien, nena? —Jungkook se acercó con rapidez a ella. La tomó de los brazos para ayudarla a ponerse de pie, Adara se soltó de su agarre sintiéndose aún peor —¿Qué...?
—Ella lo vio todo, Jungkookie... —Agregó Roma —Todas esas veces que estuvimos juntos y las cosas que me decías y juraste. Lo ha visto y sabe que le mentiste...
—No. Adara, nena mírame —Jeon volvió su atención a la chica que evitaba mirarlo a los ojos, tomó entre sus manos su rostro e hizo mirarlo a la cara —Prometiste que me dejarías explicarte.
—¿Para qué? Si ya lo ha visto ella misma.
—¡Porque no puedo confiar en lo que sea que le hayas mostrado!
—Son mis recuerdos, es todo cierto. ¿Es mentira que teníamos sexo?
—No, pero...
—¿Es mentira que fui la primera mujer para ti? ¿Es mentira que jamás me dijiste que me amabas durante nuestros encuentros? Anda, atrévete a engañarla de nuevo.
Y Jungkook no pudo decir nada. Miró a Adara cuando la joven por primera vez lo miró.
—¿P-por qué no me lo dijiste?
—Esto era lo que iba a decirte anoche... iba a contártelo todo. Es verdad que Roma fue la primera mujer con la que estuve, que tuve una relación incorrecta con ella durante muchos años, es verdad que creía amarla, pero...
—Me mentiste, pudiste decírmelo cuando supiste que estaba relacionada con ella. Me usaste para volver a verla ¡me hiciste tuya todas esas veces mientras aún sentías algo por ella y ni siquiera te importó lo que yo fuera a sentir! —Adara finalmente estalló.
—¡No! ¡te retuve, sí, pero no porque aún sintiera algo por ella...! ¡no dejes que te controle, no dejes que te manipule, nena!
—¿Manipularla? Yo solo le mostré lo que tú le ocultaste... —La mujer se hizo la buena.
—No quiero verte —Sollozó la menor.
Jeon intentó acercarse a ella.
—No... Ada, déjame explicarte. Prometiste dejarme hacerlo, prometiste no dejarme... —El chico sentía como un sentimiento extraño le abarcaba todo el pecho, su corazón se sentía pesado.
Sentía miedo... miedo a perderla.
—¡No quiero volver a verte! —Fue cuando la joven le tiró aquel collar en el pecho al chico y huyó del lugar.
—¡Adara...! —Tomó el collar e intentó correr detrás de ella, pero Roma lo detuvo.
—Déjala, ya le has dañado lo suficiente. Ella va a venir conmigo, y no vas a volver a verla...
—¿No le mostraste todo, ¿no? —Roma sonrió de esa manera tan macabra que tenía y Jeon lo supo, le había mentido —¡Maldita...!
—Tengo que protegerme, y para hacerlo tengo que protegerla a ella. Tengo que hacer que se quede conmigo, pero no es falso lo que le mostré, Jeon, tú disfrutabas meterte conmigo, me amas...
—Nunca lo hice...
—Ella no querrá volver a verte.
Y la mujer se fue, dejando a Jeon hundido en un mar de dolor.
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Bueeeeno... finalmente se destapo el baño.
Hany_river dio en el clavo con su teoría, aunque creo que no se esperaban que Roma fuera media hermana de Jungkook, ¿o lo sospechaban?
En fin, no al incesto.
Mini maratón.
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