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Capítulo 10


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❀Adara.









Todo pintaba normal.

La gentuza bailaba al ritmo tranquilo de la música, comían de aquella gigante mesa de postres y también hablaban de negocios.


Las mujeres presumían con quien habían venido a la cena, presumían sus vestidos o las cosas nuevas que tenían. Criticaban cada cosa que veían, ahora mismo nos miraban a nosotros desde lejos...


—¡Deja de reír tan fuerte! —Se quejó Yoongi de Jin, quien reía fuertemente a su costado.

Los demás se burlaban sutilmente de ambos. Yo solo sonreía ante las burlas y bromas entre ellos, Jeon se encontraba a mi lado, bebía de su copa con una mano mientras que la otra descansaba sobre el respaldar de mi silla...

—En verdad son muy divertidos —Le susurré cuando voltee a verlo, sin embargo, me llevé la sorpresa de que no nos miraba, miraba con atención al grupo de mujeres que nos escudriñaban con la mirada desde hace horas, una de ellas le sonreía coquetamente a mi acompañante, él sólo bebía de su copa...


"Puedes ponerlo a prueba..." en mi mente volví a escuchar las palabras de Ayumi. No pensaba hacerlo, quería confiar en lo que Jungkook dijo, pero también sabía que llevaba siglos pasando de mujer en mujer, y aunque no habíamos confirmado nada oficial, él no me había pedido nada exclusivo, de alguna manera teníamos cierta relación en donde él aseguró que solo se metía conmigo en la actualidad...

Quería saber si aún tenía ganas de meterse con alguna otra mujer y saber qué me esperaba de un hombre como él.


Me puse de pie, llamando por fin su atención.


—¿A dónde vas? ¿Quieres que nos vayamos ya? —Dejó la copa sobre la mesa y me miró con atención.

—No, solo quiero ir al baño... —Aclaré.

—Vamos, te llevaré —Hizo el amago de ponerse de pie, lo detuve antes.

—Iré yo, espérame aquí —Estaba por negarse así que me apresuré a desaparecer de su vista.


Los baños estaban un poco alejados del bullicio, cosa que estaba bien porque por fin podía escuchar por lo menos mi propia respiración.

Me metí a uno de los cubículos, hice lo que tenía que hacer y cuando estaba por salir, escuché que la puerta de la entrada se abría, de ella entraron dos mujeres...


—¿Quién se supone que es? —Pronunció una de ella, su tono era de indignación.

—No lo sé. Jamás la había visto... —Contestó la otra.

—¡Viene acompañando al señor In, ¿sabes lo que me costó llamar su atención y acostarme con él? Estuve meses yendo a su restaurante favorito, valió la pena la espera, la manera en la que se mueve, dios mío, aún tengo sueños húmedos sobre ese día... —Escuché que abría el grifo del agua —Pensaba lograr que me invitara a ir a su departamento, y que después me invitara a esta misma cena, pero el desgraciado solo follo conmigo y después se fue... ¡Ahora llega con esa chica!

—Relájate, amiga. Quizás hasta sea un familiar o algo cercano a él...

—Él no tiene familia. Además, tiene una forma extraña de verla, como si fuera la última perra del mundo... Aun así, ya verás como vuelve a caer ante mí.

—¿Qué harás?

—Ya verás... —Estuvieron unos segundos más y después salieron.

Yo salí de mi cubículo y fui a lavarme las manos. Las mujeres de aquí me daban miedo, mira que ir a un mismo restaurante por un mes solo para poder acostarte con alguien.

¿Jeon se acostó con ella? Dios mío, este hombre debía de aprender a saber con qué clase de mujer se metía.

Atrae a pura demente.


Salí del baño y caminé de vuelta a nuestra mesa, sin embargo, me detuve al pasar por un pasillo, alguien hablaba y era la misma voz del baño.

Caminé en silencio hasta asomarme un poco; en medio del pasillo estaba una mujer esbelta vestida con un hermoso vestido color verde pantano, pegado al cuerpo y con miles de piedras brillosas, frente a ella estaba Jeon.


—Tenía un tiempo que no lo veía, señor In —Dijo en un ronroneo —¿Cómo ha estado?

—Vivo, como puedes ver —Le contestó el chico.

—Me preguntaba si quería volver a repetir lo de aquel día... —La vi pegarse por completo a Jungkook, él no pudo alejarse debido a que su espalda chocó con la pared —Veía su rostro de placer, creo que se la pasó muy bien, pienso que podría satisfacerlo de nuevo...

—Que buena oferta, pero vengo acompañado —¡Eso Jeon! Vas bien.

—Sí, lo note ¿se acostó también con ella?

—Eso no te incumbe, linda...

—No creo que lo haga sentir como yo lo hice sentir aquel día —Ella acercó sus labios al cuello de Jeon. Jungkook sonrió ladinamente y se dejó hacer, mi corazón se detuvo en ese momento.


¿Iba a ceder? ¿En verdad?


—No, claro que no, ni cerca —Le dijo, la tomó de los hombros y la alejó de él para mirarla a los ojos, la mujer sonreía con suficiencia —Aun recuerdo cómo se sentía estar dentro tuyo, como me apretabas, o la forma en la que tus piernas se aferraban a mis caderas y lo duro que te embestía —Comenzó a susurrar con su voz ronca, se acercó al rostro de ella, quien tenía una expresión de tensión, como si estuviera sintiendo que podía venirse en ese momento —Y la forma tan irritante que tenías de gemir, parecías un puerco a punto de ser asesinado y tu jodida insistencia con querer tocarme...

—¿Qué?

—No, no me haces sentir como ella. Solo ella tiene el permiso de tocarme cuando se le dé la gana, de follarme en donde sea y como ella quiera. De follarme sin condón ¿sabes cuantas veces me hace correrme? Si te digo pierdo mi dignidad... ella me hace ver estrellas, me hace gemir como enfermo, me hace temblar —Comenzó a caminar lentamente hacia ella, ahora quien quedó entre la pared fue la mujer —Y estoy jodidamente perdido, jodidamente me encanta... y tú, ni nadie de las mujeres con las que me metí se compara con ella...


En ese momento decidí volver a nuestra mesa. Mis mejillas ardían en calor, sentía una presión en el pecho y en el abdomen bajo, caminé con rapidez a nuestra mesa y me senté con fuerza a lado de Jimin.


—¿Todo bien? ¿Por qué estás roja?

—C-creo que ya me está haciendo efecto esas copas que bebí —Mentí.

—Entonces deberíamos irnos —Agregó Hoseok. Al segundo Jeon apareció —Hey tú, lleva a la bonita de Adara a casa, ya se le están subiendo las copas y a toda esta gente también, no querrás que ella esté aquí cuando eso pase...

Jungkook me miró, yo tuve que fingir mirar a los demás.

—Entonces andando, nena —Tomó su saco, me ayudó a ponerme de pie y miró a sus amigos —No quiero que mañana anden todos crudos, los quiero al cien...

Después de despedirme de ellos, salimos por las puertas traseras para evitar a la gente que esperaba afuera.


En todo el camino a su departamento tuve que apretar mis muslos entre sí, no podía decir nada, estaba extrañamente excitada desde que lo escuché decirle a otra mujer todo eso sobre mí. Me había dejado enternecida y deseosa de probar esa exclusividad que él dijo que yo tenía...


"Solo ella tiene el permiso de follarme en donde sea y como ella quiera..."


Eso me había dejado ansiosa por probar eso.

Cuando entramos a su departamento, lo vi ir hasta la sala mientras lanzaba su saco sobre el sillón, aflojó su corbata y se tiró sobre el sofá. Caminé con lentitud hasta donde él estaba.


—¿Sucede algo? —Me preguntó cuando abrió los ojos y me vio delante de él sin decir nada. Noté que su mirada recorrió todo mi cuerpo y eso me encendió más —¿Te sientes mareada?

—Sí, pero no por el alcohol... —Susurré y comencé a deshacerme lentamente de mi vestido justo frente a él.

—¿Qué haces? —Se sentó mejor sobre el sofá y miró cada uno de mis movimientos.

—Solo tomo lo que me pertenece, ya que yo puedo follarte en donde sea y como yo quiera —Repetí sus mismas palabras cuando dejé que el vestido cayera al suelo, me senté sobre sus piernas a horcadas.

—¿Escuchaste eso? —Se notaba sorprendido. Lo había tomado con la guardia baja.

—Ujum... —Ronroneé y moví mis caderas sobre su miembro apenas despierto.

—¿Eso te calentó? ¿Escucharme decirle a otra mujer lo bien que me haces sentir, lo bien que me aprietas? —Sus manos tomaron mi cintura —¿Lo seco que me dejas? ¿Lo enfermo que me tienes? ¿Eso te prendió?

—Sí... —Mordí su cuello.

—Entonces úsame. Úsame para saciar ese deseo... fóllame —Alejó mi rostro de su cuello para mirarme a los ojos —Quiero que me folles sin piedad, úsame...

Y no pude soportar estar más tiempo lejos de sus labios. Los tomé entre los míos con fuerza y un hambre voraz, entre más roces teníamos, más crecía nuestra sed de ambos.

Sus manos subieron por toda mi espalda hasta el broche del sostén, escuché como lo desabrochó y como lo fue quitando con lentitud. Yo estaba hambrienta de él, esperar no era una opción, así que me separé de su boca para quitarle la camisa y con su ayuda bajar su pantalón junto con el bóxer hasta sus rodillas.

—Madre mía, alguien está desesperada... —Su voz sonaba burlona y estrangulada.

No le tomé importancia a su burla y me volví a colocar sobre él, dejando justo mi feminidad cubierta sobre su pene erecto. Ambos suspiramos cuando sentimos el roce...

—Ah... —Jadee con gusto, moviéndome con una lentitud tortuosa.

—Puedo olerte desde aquí —Murmuró, suspiró, sus manos subieron hasta mis pechos en donde pellizcó y jugó con mis pezones —Quítalo ya...

Le hice caso y me levanté un poco para deshacerme de mis bragas, las dejé a un lado de nuestros cuerpos y volví a restregarme contra su miembro, empapándolo de mis fluidos.


—Mierda —Jadeó con fuerza. Me tomó del trasero para poder ponerse de pie y caminar hasta su habitación, en donde nos dejó sobre su suave cama, él recostado en el respaldar.

Yo ya sin saber esperar, tomé con mi mano su miembro y guié el camino de su pene dentro mío.


—¡Oh dios! —Alcé la voz cuando estuve sentada por completo con él dentro.

—No, dios no te está haciendo sentir así de bien —Gruñó, acarició mis piernas —No le des crédito a alguien más...

Y golpeó con fuerza uno de mis muslos.

Comencé a moverme de adelante hacia atrás, comenzando a escuchar ese sonido húmedo que provocaban más que nada mis fluidos.

—Oh, mi sonido favorito —Canturreó.

Yo comencé a gemir bajito sobre sus labios, él sonrió.

—Estás muy caliente ¿mh? ¿Necesitabas así de mal mi polla? —Usó ese tono mimado que me ponía aún más y él lo sabía, la palma de su mano impactó contra mí trasero —Yo también necesito que me ayudes...

Coloqué mis manos sobre sus hombros y con ellos me apoyé para comenzar a bajar y subir por todo su pene.

—¡Oh mi d... Jungkook! —Gemí con fuerza.

—Eso es, eso es nena, grita mi nombre... —Echó su cabeza hacia atrás —Adara, sigue así, se siente tan bien en ti.

Mientras bajaba y subía, me acerqué a su cuello a dejar besos, mordidas y lamidas, él no era fan de las marcas, pero esta vez pareció prenderlo más porque gimió alto. Sentí sus manos pasearse por todo mi cuerpo hasta detenerse en mi trasero.

—¿Quieres que te ayude? —Me murmuró agitado. Asentí rápido. Sus manos tomaron con más fuerza mi trasero y comenzó a moverlo con rapidez sobre su miembro, a azotarlo contra sí mismo —¡Joder!

Yo me abracé a su cuello. Abrí mi boca y comencé a jadear en silencio, sintiendo como la punta de su pene rozaba esa parte dulce de mi interior.

Besó mi cuello por minutos.

Soltó mi culo y me hizo quedar levemente alzada sobre su miembro, pegó sus pies a la superficie suave de la cama y comenzó a impulsarse de esa forma para realizar penetraciones profundas y veloces.

—¡Oh no puede ser, no puede ser! —Grité sintiéndolo sonreír sobre mi cuello —¡más, más, más Jungkook!

La cama comenzó a moverse al ritmo de los incontrolables movimientos de Jeon, podía escuchar como la madera rechinaba o cómo el respaldar de la cama golpeteaba constantemente con la pared detrás de nosotros, incluso era capaz de escuchar el roce de nuestros cuerpos con las sábanas.


—¡Así...! —Comenzamos a perdernos en el otro. Él apretaba con sus manos cada milímetro de mi cuerpo sin saber dónde dejar las manos, gruñía y gemía con fuerza, yo comenzaba a sollozar por las sensaciones sin poder contenerme —Ayúdame...

Al instante comencé a saltar sobre su miembro. Cuando yo subía él bajaba, cuando yo bajaba él subía. Me obligó a alejarme de su cuello para poder observar nuestra unión, le encantaba aumentar el morbo, dejó mis manos sobre sus rodillas y yo comencé a moverme de adelante hacia atrás...

—Mírate... —Gimió, arrastrando sus manos por mi centro siendo penetrado con rapidez por él hasta subir por mi abdomen, costillas, pechos, sobre la cadena y finalmente mi cuello en donde dejó una de sus manos —Mira lo ansiosa que estas por llegar, ¿sabes que eso me prende, ver lo desesperada que estás por mí?

Y mientras dijo eso, apretó con fuerza mi cuello y a la vez alzaba con brutalidad sus caderas.

—¡Joder! —Grité.

—Te quiero solo para mí... —Besó mi cuello y se abrazó a mi cuerpo para comenzar con la recta final. Mis gritos y gemidos comenzaron a ahogar sus gruñidos, como ya acostumbraba, comenzaba a embestirme con esa emoción y esa fuerza tan característica de él, comencé a temblar, anunciando mi orgasmo, al igual que el suyo.

—Voy a venirme, voy a venirme... —Repetía sin parar.

—¡Mierda, mierda! —Rugió, era tanto las sensaciones que por primera vez lo vi desarmado, diciendo palabras sin sentido y blanqueando sus ojos —¡Así, así, joder, dios! ¡Adara, estoy a pun...! ¡mierda! ¡Muy rápido, muy rápido! ¡mierda, estoy enfermo...te quiero maldita sea! —Y justo en ese instante ambos dejamos de movernos para sentir cómo nos deshacíamos en los brazos del otro.

—¡¡Jungkook!! —Fue lo último que alcancé a gritar antes de sentirme morir en paz sobre él.


Mi cuerpo siguió temblando por un par de minutos más, Jungkook seguía alzando sus caderas para soltar todo, suspiré temblorosa escuchando ese sonido morboso que provocaba mi corrida y la suya.

Besó mis labios con ternura. Él casi no sudaba cuando teníamos relaciones, pero esta vez podía apreciar sus mechones de cabello húmedos y pegados a su frente...

—Me pegaste tu calentura —Susurró agotado mirando como gotas de sudor escurrían desde su cuello hasta su pecho, su respiración era igual de acelerada que la mía. Lo miré fijamente cuando él no dejó de hacerlo —Sobre lo que dije... no quiero que pienses que necesitas sentirlo también, o que tienes que decirlo. No importa, estoy acostumbrado a esperar, puedo esper...

—Te quiero —Lo interrumpí. Peiné sus cabellos húmedos y le sonreí. Me devolvió la sonrisa, esa sonrisa de conejo que casi nunca enseñaba.


—Que bien se siente tener sexo salvaje y después declararse —Me reí entre medio del suave beso que me dio.







 

ˏˋ°•*⁀➷








Me desperté de repente. Sentía mi corazón latir con rapidez, todo estaba oscuro y en silencio, miré el reloj en la mesita de noche y me di cuenta de que eran las cuatro con dos minutos de la mañana...

No recordaba haber tenido una pesadilla, mi cuerpo presentaba síntomas de haber tenido una. Me di la vuelta en la cama y el lado de Jungkook estaba vacío, lo tente con mis manos y seguía tibio, me senté en la cama y busqué algún indicio de él en la habitación.

—¿Dónde está? —Me pregunté a mí misma mientras destapaba mi cuerpo desnudo y sacaba los pies de la cama. Hice una mueca de incomodidad cuando me reafirmé al suelo, el malnacido se había puesto agresivo después de nuestro primer orgasmo.

Busqué en sus cajones alguna camisa para poder ponerme, tomé una negra que me llegó hasta debajo de los muslos, iba a salir de la habitación cuando me di cuenta de que las cortinas del balcón se movían por el aire...

Me acerqué hasta ahí y me di cuenta de que las puertas estaban abiertas, asomé la cabeza y entonces lo vi; usaba un pantalón suelto para dormir, sin camisa, de su boca salió humo y entonces, por primera vez desde que lo conocí, lo vi fumar.


—¿Qué haces aquí? —Por fin anuncié mi presencia. Volteó a verme de reojo y volvió a llevar el cigarro a sus labios.

—Se me fue el sueño.

—Hm... —Cuando no dije más fue cuando volteó a mirarme. Extendió una mano y movió sus dedos para que la tomara, no pudiendo negarme, la tomé y él jaló de mí para acorralarme entre el barandal del balcón y su cuerpo.

—¿Tuviste una pesadilla? —Acarició mis mejillas con su pulgar.

—No, en realidad no recuerdo... ¿Tú sí? —Despejé su frente.

Se quedó en silencio, volvió al cigarro y soltó el humo sobre mi rostro, yo tocí y el maldito se burló de mí.

—No. A veces tengo visiones y cuando despierto no puedo volver a dormir... es algo que suele pasarme.

—¿Qué viste? —Pregunté suavemente. Jungkook me miró en silencio, como pensando si era buena idea decirme —Puedes contarme...

—Adara... ¿vas a irte con ella cuando vuelva? —Sus ojos brillaban en la oscuridad.

¿Irme? Al inicio de todo esto estaba segura de que una vez que volviera Libia yo me iría con ella, después de todo el señor In solo me tenía aquí por ella, pero ahora que teníamos una clase de relación, ahora que tenía estos extraños sentimientos por él... ya no estaba tan segura de irme con Libia, después de todo ella me mintió en muchas cosas, me tuvo encerrada sin darme la oportunidad de tener una vida más común como cualquier otra persona...

—No, si me voy con ella no me dejará seguir estudiando la universidad, ni me dejará salir a ningún lado... no me dejará verte —Acaricié sus manos, miré la que sostenía el cigarro —No pensé que fumaras...

—Lo hago muy poco —Lo tiró al suelo y lo pisó para apagarlo, volvió a mirarme —Roma llegará mañana... dijo que llegaría en un mes, pero según mi visión llegará mañana y casi nunca se equivocan...

—¿Mañana?

—Adara, necesito que me prometas algo... —Sus manos tomaron delicadamente mis brazos para hacerme mirarlo.

—¿Sobre qué?

—Hay algo importante que debo decirte, algo que debí decirte desde la primera vez que supe que tenías que ver con Roma, ahora mismo entrará Namjoon por esa puerta para decirnos que Roma envió un mensaje diciendo de vernos y no podré decírtelo todo ahora... —Mordió sus labios con nervios —Prométeme que sin importar que diga ella, sin importar que te diga, vas a dejar que yo te cuente lo que pasó en verdad... prométeme que no vas a dejarme. Al menos no hasta que me hayas escuchado...

No entendía nada de lo que decía, se notaba angustiado y temeroso. Lo podía notar por la tensión en sus hombros y la manera tan profunda de mirarme, como si esa promesa fuera necesaria para él.

Justo cuando estaba por preguntarle que pasaba, tocaron la puerta y de ella entró un Namjoon con pijama.


—Jungkook... tienes que venir —Me miró un segundo y después clavó su mirada en el hombre que aún me miraba con angustia.

—Prométemelo, Adara, promételo —Sacudió levemente mi cuerpo.

—Yo... lo prometo, Kook, te lo prometo —Por primera vez le dije de aquella manera, pareció no molestarle. Asintió con la cabeza antes de dejar un beso sobre mis labios.

—Te quiero —Me susurró —Vendré por ti en unas horas —Y después de dejar otro beso sobre mis labios, se fue con Namjoon dejándome con una incertidumbre en el pecho.

















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¿Por qué la habrá hecho hacer esa promesa? ¿Qué será eso tan importante que debió decirle?

¿Tienen alguna teoría o idea?

Gracias por leer.

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