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Jungkook.

La veía moverse sobre mí y me era imposible separar los ojos de su rostro contraído por el placer. Tampoco podía evitar los gemidos y jadeos que escapaban de mí cada que la sentía rasguñar mi pecho, odiaba el hecho de ser tocado cuando tenía sexo con alguien, pero las manos de Kim Adara se habían vuelto doradas para mí, donde sea mierda que tocara, yo tenía una reacción.

Como esa tercera regla absurda de Newton; toda acción tiene una reacción.

—Lento, nena, lento... —Dije con la voz temblorosa. El cuerpo de ella temblaba con cada movimiento que hacía, resultado de seis orgasmos en total, el temblor en mi voz era resultado de cuatro orgasmos, en mí, eso ya era un récord. Mi cuerpo se quemaba, pero no sentía alivio en cada ocasión que terminaba, necesitaba más y ella no se negaba —Aun no quiero terminar... lento, Adara.

Tomé sus caderas y la obligué a ir lento. Ella soltó un suspiro tembloroso mientras su cabeza caía hacia atrás, sonreí con suficiencia al ver su cuello, clavículas y pechos llenos de mordidas, chupetes y rasguños accidentales.

La última semana nos habíamos puesto algo... intensos, había sido imposible mantener mis manos lejos de su cuerpo, y había sido algo brusco con las mordidas, aunque ella no se quedaba atrás, mi espalda ardía cada que tomaba un baño o cuando me vestía.

Desde que habíamos tenido sexo aquella primera vez en mi oficina, habíamos adquirido cierto gusto por tenerlo en donde fuera, no era difícil, vivíamos en el mismo lugar...

—¡Jungkook! —Alzó la voz cuando subí sus caderas y la dejé caer fuertemente sobre mi miembro, la sentí temblar. Volví a alzarla y ahora fui yo quien comencé a elevar mis caderas para embestirla rápidamente, el sonido húmedo provocaba más excitación.

La escuché gritar, la vi temblar justo cuando sentí como su interior me apretaba. Fue cuando tuve mi quinto orgasmo, gruñí fuertemente sintiendo como me dejaba ir dentro del condón, mis piernas temblaron cuando me quedé quieto sobre mi cama.

—Dios... —Exhalé con la respiración agitada. Cuando la miré le sonreí cansado, había comenzado a llamarme por mi nombre y no se lo había negado, había dejado que entrara a mi cama —Tiemblas.

—¿Por qué será? —La ayudé a alzarse para que yo saliera de su interior, solté una risilla cuando fui consciente de cómo sus fluidos se escurrían por sus muslos hasta terminar sobre mi abdomen —Lo siento...

—Está bien —Me arrastré hasta un costado de mi cama para tomar mi camisa y limpiarme con ella, Adara se sentó sobre la orilla de la cama y peinó sus cabellos negros.

La había notado así varias veces.

—¿Qué pasa?

—Nada. Voy a bañarme y a dormir, son las cuatro de la mañana... —Intentó tomar su blusa, se la quité de las manos y volví a acostarme —No comiences, es muy tarde para tus juegos.

—Piensas en Libia, ¿no? —Ella me miró.

—No va a volver.

—Va a volver, eso te lo prometo. No sé por qué, pero eras importante para ella...

—Pero no como su hermana ¿cierto? —Sus ojos se pusieron brillosos.

Aclaré mi garganta.

—No puedo contestar esa pregunta. Sabes que nosotros conocemos a dos personas distintas, desde donde yo lo veo; no, no como su hermana. Desde donde tú lo ves, sí, quizás como su hermana...

—He tenido recuerdos sobre ella. En ese tiempo era una niña y no lo notaba, pero decía cosas que... —Se quedó callada.

—¿Cosas que qué?

—Me manipulaba y lavaba el cerebro sin que yo lo notara, sobre como que salir de casa era peligroso o sobre que ir a la Universidad ya no era una opción para alguien como yo...

—¿Alguien como tú? —Me senté en la cama y la miré por encima de su hombro desnudo.

—Sí, alguien diferente, alguien especial y extraña.

Eso me dejó pensando. ¿Acaso Roma sabía algo sobre Adara que nosotros no?

—Definitivamente acertó en lo de extraña —Bromeé mientras me acercaba a besar su hombro, mordí levemente y después lamí lentamente. Su cuerpo se estremeció y a mí eso me llevó una corriente hasta mi miembro —Ve a bañarte y después regresa a dormir aquí...

Me miró mal.

—Idiota —Le lancé un beso. Se levantó, me arrebató la sábana de encima para enrollarse con ella y caminó a la salida, la miré irse.

Me acosté en mi cama y cerré los ojos...

"Alguien diferente, alguien especial y extraña".

•·.·''·.·•

—Así que, ¿qué insinúas? ¿Qué Roma se encargó de ella veinticinco años porque hay algo en Adara que desconocemos? —Namjoon caminaba de un lado al otro.

—Es una teoría, los siete sabemos qué clase de persona es Roma, nunca se haría cargo de Adara de no serle útil —Recargué mi cuerpo al escritorio —Adara le era útil...

—Pero ¿útil para qué? —Cuestionó Taehyung —¿Qué tiene Adara que Roma necesite?

—Eso voy a preguntarle cuando vuelva por ella —Dije.

—¿Cómo estás tan seguro de que volverá?

—Porque dejó cosas que eran importantes para ella en esa casa, si las dejó es porque pensaba volver. Además, si necesitaba a Adara para algo, volverá a hacerlo y es cuando regresará...

—Finalmente se te hará, volverás a verla cara a cara —Yoongi me miraba serio —¿Adara sabe cómo es que conoces a su disque hermana?

Le advertí con la mirada que no siguiera por ese rumbo.

—No tiene por qué saberlo, y ustedes no tienen por qué decirlo. Es irrelevante...

—Depende... —Agregó Jimin. Lo miré confuso.

—¿Depende de qué?

—Depende de qué tipo de relación tengas con ella, porque si se llega a enterar, no va a querer volver a tener nada contigo... —Fruncí mi ceño —Es su hermana, aunque no de sangre, para ella es su hermana, es la única persona que conoció y con quien convivió constantemente desde que nació, es normal que se preocupe por ella, tienes que entender que ella no siente lo mismo que tú sientes hacia Roma...

—¿Qué se supone que sienta hacia ese monstruo? ¿Amor?

—Solo tú sabes, aunque si te digo una cosa, Adara no es como Roma, Adara es inocente, es un alma pura, así que es mejor que dejes de jugar con ella. Vas a herirla...

—Inocente, dices —Bufé con sarcasmo. Si tan solo hubiera visto como me montaba durante la madrugada, no volvería a decir que Adara es inocente.

—Si ya hasta han tenido sexo —Aseguró Yoongi —Mírale el cuello...

Me puse de pie y evité darles la cara.

—Eso no les concierne.

—¿Te gusta? —Preguntó SeokJin.

—No me necesita gustar alguien para poder tirármela. Nos llevamos bien, eso es todo.

—Pero sí necesita gustarte lo suficiente como para tirártela sin parar toda una semana... —Fulminé con la mirada a Yoongi.

—Recuérdenme por qué es importante lo que sienta por Kim Adara...

—Es importante porque si no le dices ahora cómo y por qué conoces a Roma, te lastimarás y la lastimarás a ella, y mucho.

—Solo estén al tanto de todo, puede volver en cualquier momento y quiero estar preparado para cuando eso suceda... —Zanjé el tema y me tiré sobre el sofá. Todos ellos salieron, SeokJin me miró desde lejos...—Si vas a decir algo, dilo, si no sal.

—Tienes que saber que no todos funcionan como tú funcionas, el hecho de que a ti no te duela algo no quiere decir que a los demás tampoco. Te estas acostando con ella, sé que es lo que más disfrutas y lo haces para escapar de la eterna vida que tienes, pero Adara solo tiene una, si no sientes nada por ella, deja que la chica aproveche la única vida que tendrá... no la hagas perder el tiempo.

Y se fue.

Ese era el maldito problema con los humanos comunes y corrientes; con el paso del tiempo desaparecen. Había vivido lo suficiente y había visto a muchas personas morir como para saber que es algo verdaderamente común, algo natural, y a pesar de eso se sufre.

Hace mucho tiempo vi a mi familia envejecer y morir, y yo no cambié, solo pude quedarme ahí, viendo como a ellos se los llevaba el tiempo, y por otro lado yo, sin la capacidad de envejecer ni morir nunca.

En parte, pensar en ver a Adara envejecer me causaba rechazo, no quería ser parte de eso. Pero tampoco quería alejarme, era tan hermosa y sexy que solo quería quedarme...

—¿Te encuentras bien? —Ella asomó su cabeza por la puerta. Cuando me vio tirado sobre el sofá no dudó en entrar —Vi a los chicos irse con caras de enfado. ¿Volviste a hacerlos enojar?

—¿Por qué siempre tengo que ser yo el que los haga enojar, no pueden ser ellos a mí? —Me quejé. Se sentó a mi lado y me miró en silencio.

—Tienes un don para enfadar a la gente...

—Cierto. Por eso te vuelves una fiera cuando te hago desear más, ¿verdad? —Ronronee mientras me acercaba a besar sus labios. Gemí gustoso cuando sentí su lengua jugar con la mía. Tomé su cintura y la llevé hasta dejarla sentada sobre mis muslos —Me apetece tenerte como en la madrugada, justo ahora y aquí mismo.

—No puedo, tengo que ir a mi casa —Cuando dijo eso tuve que separarme de su cuello para mirarla a los ojos.

—¿Por qué?

—Necesito ropa, la que tengo en tu departamento ya me la he puesto repetidas veces, nec...

—Eso se puede arreglar, te daré una de mis tarjetas y podrás ir a comprar ropa. Así aprovecho y te doy unos cuantos consejos —Recorrí su cuerpo con la mirada —Quizás me des el gusto de verte en un sexy vestido corto y pegado, o quizás lencería —Acaricie su cintura con mis manos —¿Qué dices si hoy vas a comprar y aprovechas a comprar algo bonito para estrenar esta noche?

—¿Algo como qué?

—No sé, tu decide. Sorpréndeme, eres experta en eso... —Sonreí antes de besarla.

Digamos que la sentía moverse sobre mí y volvimos a sucumbir al deseo, tuvo que ser un rapidín ya que no teníamos mucho tiempo, pero igual fue placentero escucharla gemir y verla deshacerse sobre mí.

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Siempre pensé que lo había visto todo. Que haber vivido tanto tiempo en este mundo ya no dejaba nada a la imaginación, pero esta noche me había dado cuenta de que estaba equivocado.

Mucho...

—Mierda, Adara, si sigues mirándome de esa forma, voy a levantarme, voy a desgarrar esa tela de encaje y voy a follarte tan duro, vas a gritar tanto que quedaras afónica, y yo muy satisfecho... —Le dije mientras me encontraba sentado en el sofá de mi habitación, mi mano se movía rápidamente sobre mi miembro, causando un sonido húmedo.

—Eso suena como si fueras un hombre con complejo de dominante.

—Pensé que lo era —Jadeé. La observé caminar hasta donde yo estaba, se hincó frente a mis piernas y quitó mi mano para rodear con la suya mi miembro.

Comenzó con lentas caricias, no dejaba de verla, tenía una lencería roja sobre su cuerpo, toda transparente menos en los lugares exactos para dar espacio a la imaginación y al deseo.

Estaba muriendo.

Gemí fuerte cuando sentí su boca entrar al juego, con una de mis manos agarré todo su cabello y la miré hacer su trabajo.

—No uses tus dientes, no querrás arrancarme el pene a mordiscos ¿o sí? —La sentí reír.

Debió estar minutos de esa forma, minutos en donde yo me sentía desfallecer, me estaba volviendo adicto a Adara, tan adicto que comenzaba a pensar que después no podría dejarla ir.

—Ven, no quiero correrme así hoy —La tomé de los brazos y la obligué a sentarse sobre mí, solo que esta vez dándome la espalda —Quiero probar algo distinto... —Le susurré en el oído mientras acariciaba sus brazos.

—¿Qué?

—Quiero que lo hagamos así, pero no quiero que me toques, no me mires ni hables hasta que yo te lo pida —Ella no dijo nada por varios minutos — Está bien si dices que no, nena...

—¿Por qué? —Giró su cuello para verme. Sus oscuros ojos brillantes me ataron a esta realidad.

¿Por qué, por qué no deseaba que me tocara, por qué deseaba que no me mirara ni hablara? Quizás porque quería probarme a mí mismo que nada de ella me era necesario, que nada de ella me gustaba lo suficiente como para necesitarla...

Pero no quería decirle eso, no quería decirle que necesitaba asegurarme de que no me estaba acostumbrando a ella y a su olor indescriptible.

Depende de lo que sucediera ahora decidiría lo que pasaría en el futuro...

Así que le di la primera mentira.

—Un nuevo fetiche... —Le sonreí ladinamente, en un intento de esconder mis verdaderas intenciones.

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¡¡¡Nuevo capítulo debido a que finalmente llegamos a 90 seguidores!!! Muchas gracias a las personas que comenzaron a seguirme, mejoraré...

Gracias por votar, por leer y quizás comentar...

Esta noche se estrena 3D de Jungkook, así que quizás muera. Démosle mucho amor.

Nos leemos pronto :3