Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33

Janeth Blythe.

—Tienes hasta las nueve, tienes dos horas —sonreí como una boba cuando escuche las palabras de papá.

Sabía que me darían permiso, ya estaba lista solo era de convencerlos.

Soy muy sutil cuando quiero.

—Llevas un abrigo, afuera esta helado —asentí a las palabras de mamá.

—Noah te irá a traer.

—¿Qué? Ay no ¿yo por qué? —Noah se quejo y dejó de beber su Coca-Cola.

—Porque yo quiero —Jaciel sonrió cuando papá le respondió a Noah.

—¿No la pueden venir a dejar?

—Noah, cariño —mamá le acariciaba su cabello rubio —, Janeth es tu hermana tienes que cuidarla, sabes que no te molestamos pero es mejor que vayas por ella.

—¿Saben? Un taxi hace ese trabajo, un taxi puede venir a dejarla.

—Muy tarde para que ella ande en un taxi.

—Su novio también puede servir de chófer —rodo sus ojos.

—No quiero a ese chico tan tarde en mi casa.

—¿Pero yo si puedo ir a traerla?

—Es diferente.

—Tengo entrenamiento muy temprano.

—Noah, tu entrenamiento es a la una de la tarde.

No quiero que Noah me vaya a traer, pero es muy tarde para que yo ande sola en la calle. Sé que Isaí vendría sin dudar pero papá no lo quiere aquí hasta que andemos con su permiso, hasta que él le diga que sí acepta que tengamos una relación.

De lo contrario no lo quiere ver ni en pintura, mamá le dijo que era un exagerado y dramático.

—Janeth —mire a Noah —, quiero me llames media hora antes para salir con tiempo, soy muy puntal y papá dijo que te quiere aquí a las nueve, ni un minuto más ni un minuto menos.

—Quiero ver a Noah como padre —se burló Jaciel —¿Cómo será con la hija?

—Horarios —papá y Noah dijeron al mismo tiempo.

—Yo seré el tío buena onda y les cubriré todo.

Mire la hora en mi celular ya eran más de las siete y solo tenia poco tiempo. Si quiero irme tengo que dejar en claro las cosas y salir de aquí.

—Yo te llamo Noah, me tengo que ir —dije caminando a la salida.

—Janeth, tu abrigo —mamá me recordó.

Agarre mi chaqueta que había dejado en el sillón y me la puse.

—Ten cuidado con lo que haces, y avisas cuando llegues —papá es tan sobreprotector.

Sonreí y dije adiós con mi mano pero Jaciel me detuvo cuando grito:

—Límites, Janeth.

—Que sí los tengo, chaito —dije.

Di pasos rápidos para llegar a la puerta, el aire nocturno me recibió, mi cabello se levantó por el viento.

Isaí me había dicho que él vendría por mí y que me estaría esperando en la vuelta de mi casa. Camine un poco hasta llegar donde le dije que me esperará.

Fruncí mi ceño cuando lo vi vestido de negro y su celular en sus manos, pero lo que me dejó nerviosa nuevamente fue su moto.

La primera vez que me subí me dio un pánico horrible, había sentido en mi estómago un hoyo espantoso.

—Isaí —dije para llamar su atención, él levantó su mirada —¿en serio?

—Sí, es que no tengo auto.

—¿Eh?

—Mi mamá tiene auto y ella se lo llevó.

Le di un vistazo a la moto, dos cascos estaban allí, mire a Isaí él ya me estaba viendo.

—Te ves como un chico malo —dije, viéndolo.

—¿Chico malo? Ya deje eso atrás.

—Claro, recuerdo cuando usabas esas chaqueta y todos te miraban como si tuvieras no sé, algún pokemon encima.

—Siempre me sonreías cuando pasaba a tu lado —asentí orgullosa —. Tengo la duda del saber si yo ya te gustaba o algo.

—Siempre te me hiciste interesante.

—Que honor. Bueno, es que quería verme interesante para llamar tu atención.

—¿Lo lograste? —cruce mis brazos y arquee una ceja.

—Heme aquí, viendo como tiemblas del frío.

—Ah, Isaí, ¿por qué no eres romántico?

—¿Romántico? —hizo un gesto de disgusto —¿Quieres que sea más cursi?

—Sí.

—Tengo que ver películas románticas para aprender ¿Dónde iremos?

—A ver una película. —dije acercándome dudosa a la moto.

—Si, claro, películas ¿Ya planeaste la noche? —Isaí agarro un casco y me lo dio, él agarró el de él y subió a la moto, quedé viéndolo con el casco en mis manos —¿Dónde veremos esa película? ¿Sería de miedo? Me gusta las de exorcismos y esas cosas.

—Creó, que mejor deberíamos de ir a algún parque cercano contar historias de terror y esperar las dos horas que me dieron de permiso e irnos caminando —enfatice caminando.

—Mi casa esta sola.

Su casa esta sola, eso implica una cosa:

Peligro.

No podemos ir a su casa, la ultima vez que fui su mamá estaba allí, casi me muero de la vergüenza. No, ¿y qué le diré a Noah cundo me vaya a recoger? Cuando le diga: oye me vienes a recoger aquí a la casa de Isaí, sí la casa de Isaí está sola, solo él y yo.

—Pero luego tienes que ir a dejar a un lugar transitado porque me irán a traer —dije —antes de las nueve.

Isaí asintió y me hizo señas con su cabeza indicándome para subir. Agarre aire y me puse el casco para subir a la moto.

Otra vez esta sensación de miedo y un enorme hoyo, soy una exagerada lo sé, pero ahora mismo es de noche y es obvio que con más razón tenga pánico.

Tranquila Janeth, ¿confías en él?

Sí confío en él, y mucho.

Hice lo mismo que la primera vez que me subí con él, pasé mis manos alrededor de su cintura.

—Confía en mí Janeth —dijo él antes de encender la moto e irnos.

Las calles transitadas era lo único que podía ver, las luces de la ciudad iluminando todo, y Isaí conduciendo como si fuera el dueño de la calle.

Cada vez me aferraba más a su cintura como que si mi vida dependiera de ella.

Y bueno ahora mismo mi vida si depende de él.

La casa de Isaí no se sentía tan lejos, pero los nervios de estar con él siempre están ahí, aún no me acostumbro a tener esta atención y aunque no me molesta me pone nerviosa.

Yo nunca tuve a alguien que me tratara como él, nunca he sabido cómo era este afecto, este tipo de compañía hasta que llegó él.

Rayos, ¿Dónde estuvo todo este tiempo? ¿Por qué no llegó antes?

Reaccione cuando sentí la moto más lenta, observe el lugar, oh no, llegamos.

Él estacionó la moto enfrente a su casa que estaba obscura, cuando baje quite el casco, Isaí solo me miró y tenía una sonrisa.

—¿Pasa algo? —pregunté.

—Tu cabello está desordenado.

Le extendí el casco y trate de arreglar mi cabello, no fue mucho así que me di por vencida y lo deje como estaba.

—¿Mejor? —pregunté ya que no podía verme y sé que no se ve bien.

Asintió.

Lo seguí, él abrió la puerta y encendió las luces, y su casa es muy linda. No es elegante pero tiene ese toque de que alguien con un buen gusto la decoro.

—¿Mala impresión? —preguntó

—No, tu casa es muy linda —confesé.

—Mamá dice que le faltan unas plantas allí —señaló una ventana que estaba en la cocina —, a ella le gusta el color blanco ¿Se nota?

—Algo, pero si ella se encargo de decorar la casa tiene un buen gusto.

—Eso le dijo papá.

Oh, ahora qué se supone que diga, no puedo darle el pésame o hacerlo sentir mejor diciendo lo siento, cuando no he sentido ese dolor de perder a mi padre o algún pariente amado.

—¿Quieres hacer algo? —preguntó, asentí —. Dijiste que quería ver una película ¿Cuál miramos?

—Dijiste que querías ver una de terror.

Camine detrás de él, me senté en el sillón y él agarro el control del televisor y se sentó a mi lado.

¡Dile Janeth!

No seas tan imprudente conciencia, sé cuando decirle, largo de aquí.

—Janeth, ¿qué veremos?

—Isaí, tengo que hablar contigo —dije, vamos entre más rápido mejor.

—¿Es algo malo?

—Cincuenta y cincuenta.

—Entonces sí es malo —se quito su chaqueta y la tiro al otro sillón.

—Mi papá quiere que vayas a hablar con él y si no lo haces no te quiere ver ni en pinturas, ah, creo que tampoco querrá verte conmigo.

—¿Era eso? Eso no es tan malo, pensé que dirías que..

—¿Terminaríamos? —dije.

—No, pensé que dirías que querías ver la Bella durmiente.

—¿Qué? No, esa película ya la mire.

—Lo sé. ¿Entonces tengo que ir a hablar con tu papá? Eso me da mucha pereza.

—Es eso o nada.

—Bien.

—¿Sí iras?

—Tengo que ir, si no voy perderé lo único bueno que he conseguido —encendió el televisor.

Deja de verlo como si fuera un trozo de pizza, Janeth mira la pantalla.

¡Si irá a hablar con papá! Eso es tan aterrador y emocionante porque realmente no sé qué dirá papá y que responderá Isaí.

Observe la casa de Isaí, es muy bonita, las paredes en color banco con celeste se ven bien, pero mi mirada quedo en las fotos familiares.

La familia Müller.

Ello se miraban tan felices juntos, Isaí se miraba muy diferente, más tierno, juro que si él leyera mi mente odiaría que lo haya llamado tierno.

Pero ellos estaban alegres, no tenían problemas, sus hijos tenían los padres perfectos, sus padres tenían los hijos perfectos.

Mire a Isaí, él estaba viéndome.

—¿Dirás algo? —él preguntó.

—Eh... ¿Estas seguro que tu mamá no vendrá? No quiero que me vea aquí.

—No vendrá hoy.

No sé si fui yo quien hizo el momento tan incómodo o fue él al responderme de una manera tan simple.

—¿Estas bien? —le pregunté.

—Sí ¿Por qué no debería de estarlo?

—No quiero sonar como una entrometida, pero ¿estas bien? Por lo de tu papá, nunca me hablas de él.

Isaí solo siguió viéndome, no mostró ningún interés, no sé si estaba molesto, si quería correrme de su casa. Y lo entendería si dijera: “largo de mi casa”.

Le dio una ojeada rápida a la fotografía de su papá y volvió a mirarme.

—Disculpa si fue muy inoportuno de mi parte —dije —, sé que te duele y no quier...

—Una vez le hable a mi papá de ti, me dijo háblale y cuando la conquistes quiero conocerla, te conquiste Janeth, pero él no te conoció.

—Oh.

—Me dijo que me arriesgara, que si en algún día llegara el momento de dar mi cara y decir que quería algo serio que lo hiciera —sonreí cuando giro su cabeza a otro lado para no verlo, él estaba muy vulnerable para hablar de este tema —, lo haré porque mi papá no me enseñó que era la cobardía.

—Isaí...

Él me volvió a mirar, sus ojos estaban cristalinos, solo quiero tirarme encima de él y abrazarlo y pedirle perdón por haberle preguntado algo sobre su papá, cuando sé que ese es un tema muy delicado para él.

—No te disculpes de nada —dijo.

—Es que no debí preguntar nada, es algo muy personal.

—Janeth, ya deja de sentirte así.

—Perdón.

Observe todo los detalles de su rostro, quiero abrazarlo, quiero recordar bien lo que dijo. Él simplemente no me miró, su vista estaba en el suelo, pero yo quería recordar todo.

Solo lo quedé observando incluso abrí mis ojos con asombro cuando dijo:

—Te amo.

Me acerque a él y estire mi mano para hacer que me mirara, sus ojos evitaron verme, pero yo sí quería que me mirara.

—Isaí, yo...

—Tranquila.

Agarre su rostro con mis dos manos y estampe mis labios con los de él. Beso que él siguió, sus labios como siempre eran tan cálidos y el contraste que sentíamos era el mismo.

Lo mire con una sonrisa, él solo me miró esperando saber que diré, pero no sé que decir.

—No te sientas presionada, no es necesario que me respondas. —contesto y me dio un beso corto en los labios.

—Isaí, estas loco.

—¿Te gusta la locura?

—Me encanta.

—Pues que suerte.

Mire mi celular que sonó, era Noah, decía:

Te pasaste de la media hora ya no iré, no avisaste.

Estaba apuntó de escribirte y decirte que ya era hora.

Claro, como no ¿Dónde te espero?

Mire a Isaí que había ido a la cocina por algo, me levante para ir donde él. Estaba tomando jugo, ladeo su cabeza cuando me vio.

—Noah vendrá por mí y quiere saber dónde me va esperar —dije.

—¿Tan rápido? Todavía falta para ser las nueve.

—Mi papá me quiere exactamente a las nueve, Noah saldrá media hora antes, enserio ellos son muy estrictos y puntuales.

—Bien, iremos al centro comercial a esperar a Noah, ¿no quiere que venga a traerte aquí? —sonrió burlándose.

—No.

Le volví a escribir a Noah diciendo que en el centro comercial.

Isaí dejó el vaso vacío sobre el lavaplatos y empezó a apagar todo en su casa, a excepción de la luces de la sala.

No quise preguntar el por qué así que simplemente lo dejé así, y con el miedo de volver a ir en su moto de noche. Subí y coloque el casco de seguridad.

El viento nuevamente chocaba con mi cabello haciendo que se levantará, odie no haberlo amarrado porque todo me caía en la cara.

Me sorprendió el hecho de que las calles estuvieran tan transitadas a esta hora. Pero lo que más me sorprendió fue el te amo de Isaí.

Me sentí tan tonta cuando no supe que decir, y aunque él dijo que no respondiera y que no me sintiera presionada, fue inevitable no sentirme culpable por no responder.

Sentí que la velocidad iba disminuyendo, salí de mis pensamientos para ver la entrada del centro comercial que estaba a lo lejos.

Me agrada que la casa de Isaí está muy accesible a todos estos lugares.

Caminamos hasta llegar a un local dentro del centro comercial, fuimos directo a la cafetería. Nos sentamos esperando que llegarán por mí.

—¿Le dijiste que era aquí?

Asentí a la pregunta de Isaí.

—No vimos películas —dije.

—La platica fue mejor, tal vez en otra ocasión, una donde no te estén apurando.

—Sería de día, de noche mi papá es más estricto, no sé como me pudo haber dejando venir.

—No puedo creer que enserio tenga que ir a hablar con tu papá ¿tengo que irme en traje? No tengo trajes elegantes, creo que usaré uno de papá.

—Isaí, no —sonreí viéndolo —relájate.

—¿No me hará nada, verdad?

—No, tranquilo, solo relájate.

—Sí, Isaí, relájate —ambos dirigimos nuestra mirada a Noah —no sé de qué hablan, pero relájate.

—Llegaste muy rápido —dije.

—Estaba por aquí, ¿Querías que llegara dos horas después? No iba a hacer eso.

Silencio mientras mirábamos a Noah escribiendo algo en su celular, él levantó su mirada.

—Ah, ya entiendo, quieren que me vaya para así ustedes, bueno... iré a comprar un helado, ahí —señaló otro local que estaba enfrente de donde estábamos nosotros —¿Quieres uno? Sí, perfecto. Rápido, Janeth.

Mire como Noah se alejaba con su celular en mano, su platica está muy interesante por lo que veo. Volví a mirar a Isaí, él ya me estaba viendo, juro que eso me pone nerviosa.

—Tengo que irme —me levante —, nos vemos en clases.

—Janeth, somos un asco con las despedidas.

—Pues espero que seamos más creativos.

Se acercó a mí, nunca he demostrado este tipo de afecto en público, y aunque no me molesta e incómoda me pongo muy nerviosa.

—Tus uñas se ven bonitas en rosa.

Baje mi mirada a mis manos, observe mis uñas recién pintadas y lo mire a él.

—Que observador.

—Solo en cosas que me interesa.

—Eso se escucho muy tentador.

—¿Lo fue?

—Un poco.

—Seguirá diciendo cosas, pero Noah esta allá viéndonos, con dos conos de helados, uno en su mano izquierda y el otro helado se lo come, parece un chico salido de una película de terror.

Mire a Noah, le daba una mordida a su cono y el otro lo sostenía con su otra mano, nos miraba muy serios. Le sonreí y mire a Isaí.

No pude reaccionar en nada, porque sus labios estaban sobre los míos. Un beso tierno.

—Cuidate, bonita.

—Cuidate... ¿Por qué yo no te he encontrado un apodo bonito?

—Ya lo encontraras, ve con tu hermano.

—Cuidate, Isaí.

—Cuidate, Janeth.

Me aleje de él, caminaba hacia Noah, él aparecía muy serio mientras comía... un momento.

—¿Y el mío? —pregunté.

—Es este —señaló el que se estaba comiendo.

—¿Por qué te lo comes? Es mío.

—Se estaba derritiendo.

—Noah.

—¿Quieres? —señaló el helado mientras caminábamos.

—No, ya no.

—Te lo pierdes.

—Bueno sí, pero solo la galleta que trae.

—Ya te la doy.

Mientras caminábamos miraba como él comía la bola de helado.

Cuando llegamos afuera el aire nocturno nos recibió, el aire estaba muy fuerte y levantó mi cabello haciendo que este me golpeara la cara. Escuche a Noah reír.

—Aquí esta —Noah me dio parte del helado —mamá tenía razón, me dijo que estaría haciendo frío.

—No hiciste caso.

—Me dijo: lleva un abrigo estará helado.

—Desobediente.

Subimos al auto, y no tardó mucho para ponerlo en marca y como es normal en Noah la música nunca falta. Twenty one pilots sonaba en todo el auto.

Y el te amo de Isaí sigue divagando en mi mente, quedé tan asustada, no supe que decir, nunca pensé que él iba a ser el primero en decirlo, pensé que iba ser yo, porque él siempre era tan reservado con algunas cosas.

Pero no. Él me lo dijo, y por primera vez me sentí especial y amaba de esa forma tan simple, hermosa y única.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro