JANETH.

—Interesante manera de hablarnos. —dijo Isaí.

—Eso digo yo, pero un mal momento para hacerlo. —conteste —Con lo de tu moto, enserió lo siento, pagare los daños.

—¿Tú pagaras los daños? —se escuchó divertido.

—Claro, bueno, es probable que sea muy caro, así que tendría que darle una explicación muy larga a mi papá para que él termine de ayudarme a pagar.

—Supuse eso. —Isaí asintió y se dio la vuelta agarrando su casco que también cayo y se quebró.

—Pero tienes que aceptar que fue tu culpa. —me encogí de hombros.

Obtuve la atención de Isaí, me miro sin mostrar emoción, es probable que este insultándome en su mente porque está muy claro que quien tuvo la culpa aquí fui yo y no él.

Pero es obvio que tampoco lo dejare que se vaya sin ningún pecado sobre sus hombros, por su moto golpee el auto de mamá.

—¿Que dijiste? —pregunto él.

—Que tú también tuviste la culpa.

—Dame razones.

—Dejaste tu moto en medio de la calle. —dije.

—Que tú no sepas conducir no es mi problema ni mi culpa, jodiste mi moto.

—Deja de quejarte, pagare los daños.

—Tu papi pagara los daños ¿no? —dijo, fruncí mis cejas —Tu padre tiene mucho dinero, le cobrare muy caro la cagada de su hija.

—Mi papá podría comprarte una moto nueva. —dije, con orgullo. Es obvio que mi papá no le comprar una motocicleta —Pero de todos los ángulos posibles es tu culpa.

—¿Yo soy el culpable de este desastre? —se quejo

—Sí.

—Raro, porque yo aquí no veo ningún cartel que diga prohibido dejar motos, estamos en la calle. Aprende a manejar, Blythe.

—A mí no me estés gritando —me cruce de brazos —¿Quién te crees? ¿Mi esposo?

—No, no lo soy, pero si fuera algo parecido a un esposo me desquitaría este desastre a mi manera.

Mi silencio fue una respuesta de completa confusión. Él reviso el casco que estaba roto y muy dañado.

Tengo que confesar que Isaí siempre me ha parecido alguien intimidante, y aunque nunca había cruzado una palabra con él siempre lo miraba pasar por los pasillos.

Y tan solo una mirada de reojo era todo lo que tenía para ponerme nerviosa.

Suspire apenada.

—Perdón, Müller.

—Ajá, como sea, ni pienses que no se me va a olvidar esto.

—¿Quieres que haga algo por ti? —dije —No tengo dinero, y tampoco quiero decirle a mi papá que choque una moto, así que como disculpa podría hacer algo por ti.

—¿Lo que yo quiera? —Isaí se cruzó de brazos y me miro con atención.

—Lo que sea. —sonreí.

Isaí se miraba divertido, parecía detallar su respuesta, en cambio yo estaba muy nerviosa, claro que lo estaba. Ni siquiera sé que es lo que vaya a decir.

Me preocupa que vaya a salir con algo intimido.

Así que antes de que él pueda hablar lo dije:

—Nada que tenga que ver con intimidad.

Isaí suspiro rendido, como si su única oportunidad se fue.

Me preocupe, pero lo deje pasar.

—Ya está.—dijo.

—¿Ya? —pregunte. Él asintió —¿Y bien?

—Quiero que desde el lunes te sientes conmigo. —fue su propuesta.

—Disculpa ¿Qué? —pregunte, confundida.

—Dijiste qué harías lo que sea para perdonarte tu desastre, así que es sencillo para ti, además, no es nada comparado en un regaño de tus padres cuando digas que tienes que pagar una motocicleta.

Manipulador engreído.

Me cruce de brazos y me apoye en el auto, lo mire, estaba procesando todo. Ladee un poco mi cabeza viendo como Isaí esperaba mi respuesta.

Era una mala idea porque Isaí no es el chico con mejor reputación del colegio, que me vean con él solo me traería algo: problemas.

Y está claro que estar cerca de él ya me hizo provocar mi primer problema.

Y sin duda alguna si me ven con Isaí Müller traerá una bola de chismes.

—Estás loco. —sonreí, negando.

—¿Que?

—No quiero problemas si me ven contigo. —confese.

—Vaya que los rumores que dicen de mí me tienen con una mala reputación. —suspiro.

—¿Para qué quieres que me siente contigo?

—¿Como se dice? —Isaí hizo un gesto pensativo —¿Limpiar mi reputación? Sí, eso, para limpiar mi reputación.

—¿Me dice esto a mí solo por tu moto o porque de verdad quieres tener un buen perfil este año?

—Ambas.

—¿No se lo puedes pedir a otra chica?

—No, porque otra chica no choco mi moto.

—No soy buena opción para limpiar tu reputación dañada, mis hermanos dicen que doy mala suerte. Soy como un gato negro, pero a mí me gustan los gatos, así que no tengo problema con ser un gato...

—Bien. —contesto Isaí —Te lo había dejado muy fácil para evitar problemas monetarios, pero tú quisiste, así que ni modo... asumirás las consecuencias.

—Ah ¿me estas amenazando? —di un paso para acercarme a él —Eso habla muy mal de ti.

—Para nada, Yo no amenazo, yo digo las cosas claras antes de actuar.

—Eso en definitiva es una amenaza. —aclare, viéndolo.

Él era más alto, así que estábamos de frente, mientras que él agachaba un poco la cabeza para verme a los ojos.

Quise sentirme poderosa y no intimidarme por él.

—Es un ganar-ganar.

—¿Qué es lo piensas hacer si no te ayudo?

—Pagaras los daños de mi moto, empezaremos por ahí.

Sonrío con descaro.

Rodé mis ojos negando, miré al otro lado de calle y lo volví a mirar a él.

—Yo no gano mucho con esto, aparte de los chismes.

—Los chismes hacen la gente famosa. —contesto, divertido —Así que popularidad, y muy obvio que una deuda muy grande que ya no pesara en tu espalda, porque créeme, te hare pagarme mi moto. 

—Isaí, tienes una reputación muy mala ¿lo sabes? —sonreí, inocentemente —Sin ofender.

—Bien, espero tengas fondos en tu monedero porque tendrás que pagar los daños de mi moto.

Eso es todo lo que él diría.

Isaí se dio la vuelta para acercarse a su moto, me quede viendo su espalda ancha y mi mente comenzó a hacerse una lista de todas las cosas que diré cuando llegue a mi casa empezando con Noah.

Noah.

Saqué mi celular y lo primero que hice fue buscar su contacto para llamarlo, no hubo respuesta, solo me enviaba a buzón.

En un momento ya tenía tantos problemas al llegar a casa,

El auto de mamá.

Noah detenido.

La moto que choque.

La propuesta ridícula de Isaí.

Pero hablando de él es una buena propuesta, sentarme con él por unas semanas seria la paga.

Negue confundid, no es momento para pensar en eso, después me las arreglaría con él.

Subí al auto ignorando que Isaí estaba sobre su moto tratando de encenderla, la brisa era débil, pero se sentía.

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Conduci. Frene. Conduci. Frene. Conduci. Frene.

Saqué mi cabeza por la ventana del auto para ver si me había estacionado bien y sonreí con orgullo cuando lo hice.

Las luces de mi casa estaban encendidas. Apagué el auto y salí corriendo, abriendo la puerta y entre agitada.

Pegue mi frente en la puerta y respire tranquila tratando de normalizar mi respiración que venía agitada por miedo. He estado llamando a Noah, pero no contesta, esa es la sola respuesta de que está muy claro de que lo llevaron detenido.

Tenía que tomar el lugar de él.

De un hermano mayor.

Tenía que darle la noticia a la familia.

—¿Janeth? —me di la vuelta asustada cuando mi mamá me hablo.

—Buenas noches. —salude.

—¿Que paso que viniste sola? —mamá miro mis brazos y levanto su mirada para verme con duda —¿Y Noah?

—Ya saben.

—¿Que te paso? —fue la voz de mi padre.

Se coloco detrás de mi mamá y mi cuerpo se me calentó del miedo.

—¿Paso de qué? —pregunte.

—En los brazos ¿Que te paso? —su pregunta fue directa. Clásico de Jake Blythe.

—Mhu, nada. —negué.

—Janeth —dijo mamá —, si algo paso tienes que decirnos ¿Y dónde esta Noah?

—La noche fue muy larga.

—Janeth. —amenazo mi papá.

Suspire rendida.

Era el momento de la verdad y no iba a mentirle a mis padres por algo tan grave. Así que les contaría todo.

Y lo de mis marcas en mis brazos es algo que me preguntaran si omito esa parte, así que es mejor decirlo todo.

Ni siquiera yo las había visto.

Se ven muy marcadas y obvias.

—Janeth. —repitió papá.

—Un chico trato de ¿sobrepasarse conmigo? —susurre.

Mi mamá se tensó y se miró afectada, preocupada, triste, alterada, nerviosa.

Mi papá frunció sus cejas molesto, mire sus manos hechas puños y su espalda se enderezo.

—La cosa está en que Noah llego y me defendió, el chico se molestó y Noah es un impulsivo, conocen a Noah, bueno empezó una pelea.

—Sigue. —ordeno mi padre.

—Llego la policía, se llevaron detenido a varios, Noah y yo corrimos, pero me dio las llaves del auto porque a él lo atraparon, no sé nada de él, lo he llamado, pero me manda a buzón. Creo que si está detenido. —dije todo muy rápido.

—Janeth —mire a mamá que seguía viendo mis marcas en mis antebrazos —¿Tú estás bien? ¿Te hizo algo ese chico?

Negue.

—Noah llego a tiempo.

Solo me beso...

Asqueroso e idiota chico.

Hare que se arrepienta de haberme puesto sus manos encima.  

—Además me supe defender bien —sonreí —, lo golpeé con mi puño, le reventé el labio porque estaba sangrando.

—¿Sabes cómo se llama ese imbécil? —mi papá se cruzó de brazos, estaba molesto —¿Quién se cree ese tipo para sobrepasarse contigo? Quiero el nombre de ese tipo, se arrepentirá de haberte visto.

—No sé cómo se llama, papá. —fui honesta.

—¿Noah sabe cómo se llama? ¿Lo conoce?

Sí, de hecho, su novia lo engaño con ese tipo imbécil.

—Supongo que sí. —dije.

—Noah, Noah, Noah. —susurro Jaciel quien bajo en pijama.

Jaciel era mi hermano menor por ende el consentido.

Se acomodo en el sillón y me miro, frunció su ceño cuando me miro. 

Miro mi vestimenta, estaba algo húmeda por la brisa, pero Jaciel prefiere no meterse en asuntos que no son de su interés, o simplemente prefiere no opinar nada.

—Lo llamare. —dije.

Mamá asintió.

—Por cierto, no sé manejar a la perfección, así que tu auto tiene un pequeño rasguño. —dije, le entregué las llaves a mamá —, pero lo demás todo funciona bien.

Me di la vuelta antes de que mamá me dijera algo, simplemente me lleve el celular a la oreja, pero la llamada me seguía mandando a buzón.

Escuche a mi mamá y papá hablar de Noah y de que tendrían que ir a traerlo si los llamaban para ir a sacarlo de alguna comisaria.

Y una sonrisa de tranquilidad me recorrió el cuerpo cuando la llamada fue contestada.

—¿Noah? —pregunte.

Mis padres me miraron, se miraban aliviados y tranquilos. Mi mamá suspiro.

—Estoy vivo. —fue lo primero que dijo.

—¿Estoy vivo? ¿en serio? ¿eso es todo lo que dirás? —me queje —¿Sabes todo lo que he pasado esta ultima hora? Atropelle a alguien.

—¿Que? —mi padre y Noah hablaron al mismo tiempo.

Miré a mi padre y sonreí negando.

—Casi lo hago, pero eso no es lo que importa. —suspire —Pero tú también tienes la culpa, me cobrare esto muy caro, chacal.

—Deja de amenazarme, topo radiactivo.

—¿Dónde estás? —pregunte, preocupada.

—Iré a casa ahora.

—¿Estas bien?

—Sí, estoy bien. —dijo Noah —Solo me duele la cabeza porque me golpee al pasar por una puerta.

Después de eso Noah me dijo que venía para la casa y eso fue una respuesta de que no lo atraparon y pudo escapar.

—Papá —dije. Él me miro —No seas tan duro con Noah, él siempre me defiende, y las últimas dos veces que choco tu auto no fue él, fui yo y él se echó la culpa.

—Podría ser un hermano perfecto, pero Noah ha estado muy rebelde últimamente, Janeth. No lo voy a premiar con un auto solo por defenderte, cosa que él lo haría sin dudarlo.

—Solo no le eches la culpa porque él no hizo nada.

—Lo malo de Noah es que él es muy impulsivo y esta conversación que viene terminara en discusión, se portara como un crio y tirara la puerta.

Suspire rendida.

Pero al menos más tranquila al saber que Noah estaba bien.

Y era muy obvio que omití todo sobre que choqué la motocicleta de Isaí Müller.

Isaí Müller.

Engreído.

Ni sé cómo hare para salir del problema con su motocicleta.