Capítulo 27
Isaí Müller
Nueve de la noche.
Tengo que irme.
Ahora.
Estaba dando vueltas por toda mi habitación esperando que todas las luces de la casa estén apagadas, pero no, todas estaba encendidas, y eso no es todo, mi hermana y su esposo están con mamá hablando.
No me importa tengo que ir a verla.
Agarre mi celular, me puse una sudadera y apague la luz cerrando la puerta, y en cada paso que daba escuchaba las voces más cercas.
Me hubiese tirado por la ventana pero caería en el jardín de mamá y me quebraría algún hueso y después no me podré graduar, ni casar, ni tener hijos.
—¿Vas a salir? —fue lo primero que dijo mamá cuando me miró.
Asentí.
—Quiero respirar. —es la respuesta más estúpida que he dado, pero en las películas siempre funciona.
—¿Respirar? —Marbella frunció su ceño —¿Desde cuándo dices eso?
—En las películas funciona —me encogí de hombros restándole importancia.
—No vas salir, no ahora —mamá se puso sus manos en la cintura —ni siquiera has cenado —cierto.
—¿Dónde vas? —preguntó mi hermana.
—A dar una vuelta —caminé con paso lento para llegar a la puerta —vendré rápido.
—No jovencito, —mamá actuó rápido y me impidió el paso —esta muy helado te vas a enfermar.
Mamá ya lo estoy.
Y estoy jodidamenete enfermo por no saber nada de ella.
Y si no me doy cuenta de como está ella me voy a morir de la preocupación.
Rayos, Janeth porque no me has escrito.
—Voy abrigado, vendré rápido.
—Isaí —Marbella me llamo —se supone que es el cumpleaños de papá, y tú te vas a ir no sé a donde.
—Necesito pensar.
—¿Pensar? —Marbella entrecerró sus ojos —Oh, ¿Pelea de novios?
—No, solo quiero salir un rato —mire a mamá —vendré rápido.
—¿Dónde vas? ¿A qué hora piensas llegar? No me gusta que estés en la calle tan de noche.
—Vendré rápido.
—Isaí, es el cumpleaños de papá, se supone que hoy tenemos que recordarlo.
Solo la mire y no dije nada.
Lo sé, estoy consiente de que hoy es el primer cumpleaños y que él no está con nosotros, pero necesito verla, necesito saber como esta ella, y si no averiguó me voy a enloquecer porque no sé nada.
El esposo de Marbella me da mucha risa, este tipo le vale una mierda las discusiones que están por venir, porque sé que vamos a tener una pequeña, tal vez no ahora pero si cundo vuelva. Él estaba sentado en el sillón viéndonos pero relajado, a él no le importa esa platica.
Mi mamá me tocó el hombro y la mire.
—¿Pasa algo? ¿Por qué te quieres ir así tan rápido?
—Tengo qué ir a resolver algo.
—Déjalo que se vaya mamá, con tal no se esté metiendo drogas otra vez —ella giro sus ojos.
Y mamá rápidamente me miró, sus ojos azules demostraban preocupación y tristeza.
—Aunque no creas tengo otras prioridades, y no me estoy metiendo esa mierda. —eso era todo para hacerme enojar.
—No se peleen, te quiero temprano, lleva el celular te voy a estar llamando. —mamá sonrió.
Asentí.
Ignorando a mi hermana salí de la casa, la casa de Darién estaba enfrente y todas las luces estaban encendidas, fruncí el ceño cuando lo vi entrar a su casa y dándole un portazo. Ese idiota es un pendejo, si llego enojado lo único que se me vino a la mente fue, la cago con la chica, mañana me contaría como fue con su “pequeña cita” corrijo él dijo que no era una cita.
Decidí olvidar todo y empecé a caminar por las calles solitarias, con las manos en los agujeros de mi sudadera negra.
Mi mente sigue en que Janeth tuvo un accidente y eso me pone enojado, pero como pasó, porque no me ha avisado aún.
No sé cuanto llevo caminando pero ya entre al lugar donde viven los Blythe, ya había venido una vez y a mi no se me olvidan las cosas fácilmente, así que ya sé cual es la casa de ella.
Estando frente de la casa, quedé viendo todo, viendo como rayos voy a hacer para verla y la única opción es entrar a su habitación ¿Cómo me voy a subir?
Analicé el ángulo ¡Ja! Ojalá así fuera buena para las matemáticas, la única opción es subirme por la ventana, sé cual su habitación, así que sería fácil. Y bien aquí voy a escabullirme como un ladrón.
Y aquí estoy sentado en el ventanal de la habitación de Janeth, en el interior se miraba oscuro a excepción del televisor que estaba encendido y mientras la película de La bella durmiente estaba pausada.
Empuje la ventana que estaba abierta, eso me facilitó las cosas y cuando puse un pie dentro de la habitación no pude sentir nostalgia al ver a Janeth dormida, su mano estaba con una venda, se miraba cansada, su cabello estaba en un moño desordenado pero aun tiene ese encanto que me gusta.
Una sonrisa se formó en mi rostro y enserio ella me tiene muy jodido.
Me acerque a ella para verla mejor y me senté a su lado de manera de no golpearla, su pecho subía y bajaba lentamente, sus labios rosados se miraban resecos, su cabello rubio igual al sol estaba hecho un desastre y se pegaba a los lados de su rostro.
Empecé a hacerle caricias en sus mejillas, ella se movía pero sus ojos aún estaban cerrados, estaba en un debate de abrirlos o seguir durmiendo.
Y los abrió y los volvió a cerrar, y fue ahí donde los abrió del todo se levantó y me miró asustada, su pecho subía y bajaba rápido, pero cuando se dio cuenta que era yo se relajó.
—Tranquila —dije.
—Casi me matas de un susto —se puso su mano en su pecho, y frunció su ceño —¿Qué haces aquí?
—Vine a verte —acaricie su mejilla —¿No te da gusto verme?
—Demasiado —ladeo su cabeza y una sonrisa se le formó.
Me acerque a ella para envolverla en mis brazos y ella se acurrucó sobre mi pecho.
—No me dijiste nada —dije mientras acariciaba su cabello.
—Se arruinó mi celular, pero mi papá me consiguió uno —con su mano derecha señaló su mesa donde hay una lámpara y había un celular. —Está nuevo, ni siquiera lo he encendido para ver como es.
—¿Cómo estás?
—Me duele todo mi cuerpo.
—Ya pasará. —bese su frente —Ves que yo si cumplo promesas.
—¿Disculpa?
—Dijimos que en nuestros días malos... —ella me interrumpió:
—Nos apoyaríamos el triple. —dijo ella —pero ahora quiero algo más.
—¿El qué?
—Quiero que me beses.
—Lo haré.
Estampe sus labios con los míos, y enserio esto era todo lo que necesitaba, tenerla así de cerca, me hacía falta escuchar su voz, ver sus ojos y hacerla reír cuando digo algo.
Ella es todo lo que quiero, enserio en mi puta vida jamás pensé estar jodidamente enamorado de alguien, y mucho menos de ella, la chica de la que he estado enamorado desde mis quince años.
Nuestros labios se movían juntos, sus labios suaves eran deliciosos, y era como si estuviera ansiosa de querer besarme, cuando me dio acceso para tocar su lengua.
Nos separamos y nuestros pechos subían y bajaban y nuestras miradas aún estaban juntas.
—Tengo tantos defectos y sigo sin saber qué viste en mí, pero no dejes de hacerlo. —acaricie su mejilla.
—Así te quiero sin importar tus defectos, ellos te hacen ser perfecto.
—Me quedaré contigo hasta que te duermas.
Me dio un beso corto en los labios y se acomodo en su cama, y sus grandes edredones la cubrían, y sus hermosos ojos estaban cerrados mientras en su rostro había una sonrisa y mi mano acariciaba su cabello.
—Cuidate y cierras la ventana cuando salgas.
—Lo haré.
—Sabía que ibas a venir —dijo ella con sus ojos cerrados —Te estaba esperando.
Y uní nuestros labios en un beso corto.
—Sabía que me estabas esperando.
Abrió sus ojos, iba a decir algo pero apretó sus labios y después sonrió.
—Eres increíble. —dijo.
—Duérmete, bonita.
Y ella cerró sus ojos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro