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Capítulo 24

Janeth Blythe

Quiero y necesito saber como va acabar esto.

Puedo sentir su miembro duro rozar con mi piel y el aliento caliente que emana de él.

Puedo sentir sus labios sobre mi cuello, mis pechos y una de sus manos empieza a tocar ese punto débil donde millones de sensaciones recorren mi cuerpo.

Siento sus dedos en mi intimidad y lo único que quiero pensar es como se sentirá sentirlo a él dentro.

¡Mierda tengo miedo!

Se separó de mi para verme, sus ojos azules tiraban un destello que me hicieron perder la noción de todo. Se levantó y empezó a sacar el sobre con el condón y lo único que se me vino a la mente.

Janeth, perderás tu virginidad con Isaí Müller.

Cuando él se coloco el condón volvió a mí, sus labios estaban rojos y apuesto que los míos también, se coloco encima de mis piernas y las separó, y sentí su miembro en mi muslo.

—¿Puedo? —me miró a los ojos.

—Sí —afirme.

Y senti como entraba lentamente en mí y un gemido de dolor salió de mi labios y sentí como lágrimas salieron de mis ojos.

Esto duele.

—Isaí —jadeo su nombre.

—Tranquila, solo bésame —dijo él.

Ponía sentirlo pero no se movía, solo sentía sus labios dejando besos por toda mi cuello y mis pechos.

Él seguía su camino de besos y no se movía solo estaba dentro, y mi éxtasis aumentaba más, y sus labios atrapaban los míos dándoles pequeñas mordidas. El dolor seguía pero no tanto solo sentía un ardor de que algo se ha roto y sé exactamente que fue.

Quiero saber que sigue.

Y como si leyó mis pensamientos él empezó a moverse lentamente, siento que arde pero ahora estoy tan ansiosa de saber como terminara esto que ignoro el dolor mientras él entra y salía lentamente.

Millones de sensaciones recorriendo mi cuerpo, miedo, excitación, esa lujuria y las ganas de que ahora vaya más rápido, pase mis manos por su cuello para profundizar el beso y sentir como entraba y salía y solo sentía lo duro que estaba dentro de mí.

—Isaí —susurre en su oído —más rápido.

—¿Te gusta? —empezó a moverse mas rápido.

—¡Oh Santa tierra! —me aferré más a su espalda y Isaí río por lo que dije.

Suelo decir muchas idioteces cuando estoy nerviosa, y ahora también digo cuando me siento extrañamente excitada.

Y es aquí donde puedo sentir el famoso orgasmo venir, salió un gemido de mí y Isaí lo ahogo con un beso, mi cuerpo se apoderó de un chasquido caliente desde mi cabeza hasta la planta de mis pies, una inmensa ola de placer me arrullo, los movimientos de Isaí siguen siendo los mismos pero cayó sobre mí y escondió su cara en el hueco de mi cuello.

Nuestras respiración son un desastre poníamos sentir el palpitar de nuestros corazones, cuando mi mente vuelve a la realidad siento el miembro duro dentro de mí mientras mi intimidad está completamente mojada.

¡Oh santa tierra!

Esto fue increíble.

Soy una novata en esto, pero esto estuvo genial, y yo no hice nada solo dejaba a él que se encargará de la situación.

Isaí me dio un beso en mis labios y se levantó para salir de mí, y un ardor recorrió mis piernas aunque no es tan fuerte. Mire como pequeñas manchas de sangre en el condón. Isaí se lo quito y lo tiro a la basura y empezó a poner su ropa y me alcanzó la mía.

Me empecé a cambiar y no recordaba que aún tenía mi sostén, así que me cambié me puse mi vestido ajustado a mi cuerpo y mis zapatos, él me miraba mientras colocaba bien mi ropa y cuando me levante hice una mueca de dolor.

—¿Todo bien? —se acercó a mí.

Asentí.

Me doy vuelta para agarrar mi celular que deje en la mesa que esta al lado de la cama, hasta que bajé mi mirada a las sabanas, tiene una pequeña mancha de sangre.

Miles de preguntas pasan por mi mente ¿Qué vas a hacer? ¿Te vas a ir y vas a dejar tu sangre ahí? ¿Isaí también esta viendo tú incomodidad? Y literalmente él estaba viendo la mancha y eso me da vergüenza.

—Voy a quitarle la mancha —dije.

—¿Cómo?

—Lavare la parte donde está la mancha.

Asintió algo nervioso.

Rápidamente agarré la sabana y empecé a lavar la parte de la manchada, le unte jabón líquido y agua y me alegre cundo la mancha ya no estaba y el agua se llevaba lo sucio, volví a dejar la sabana donde estaba y Isaí solo observaba con mucho interés todo las vueltas que daba.

—Solo espero no entre nadie aquí —dije viendo la cama donde ahora solo hay una mancha mojada.

—¿Estas bien? —se acercó a mí.

—Sí, solo me duele un poco cuando camino.

Y beso mis labios tiernamente.

—Ya pasará —agarro mi cara con sus dos manos y volvió besarme.

También le devolví el beso pasando mis manos alrededor de su cuello y Isaí bajo sus manos a mi cintura para acercarme más a él.

—Te gané —dijo.

—¿Qué?

—Yo beso mejor que tú. —se alejo de mí y le quito el seguro a la puerta.

—Mentiras, yo beso mejor que tú.

Se encogió de hombros.

—Tal vez en otra ocasión tengamos otra pelea de besos. —lamio sus labios.

—Espero sea pronto.

Abrí la puerta para salir y la música se escuchaba más fuerte que por poco podría reventar mis tímpanos. Bajamos a la parte baja y estaba más lleno de gente las luces de colores estaban alumbrando el lugar y mi caminar era lento.

No pensé que me iba a doler, pero no es un dolor que no pueda soportar.

Salimos a la parte de afuera para poner respirar el aire fresco y se sintió tan bien poner aspirar todo ese aire que me hacía falta.

—Hasta que al fin aparece la señorita —escuche la voz de Noah.

¿Por qué siempre tiene que arruinar mis momentos de paz?

—Tengo más de una hora buscando, te llamé y no contestaste —mire la pantalla de mi celular cinco llamadas perdidas.

—Pero aquí estoy —fue lo único que dije.

—¿Que te paso? —frunció su ceño cuando estaba enfrente de mí.

—Nada ¿Por qué? —miró a Isaí que estaba a mí lado.

—¿Dónde estabas?

—Por ahí —quise sonar que nada estaba pasando.

La presencia de Noah me aterra él puede llegar a ser muy sobreprotector y a veces muy intimidante cuando se lo propone.

—¿Qué hay de nuevo, Isaí? —eso me extraño.

—Lo mismo de siempre —él respondió lo más tranquilo posible.

—Que bueno. Janeth, tenemos que irnos ya es medianoche y nosotros en la calle —Noah nos dio una última mirada algo desconfiado —te espero en el auto.

Asentí y Noah se retiro con sus llaves le quito el seguro al auto y subió y encendió las luces del frente.

—Me tengo que ir —me gire para verlo.

—También yo, según mi mamá antes de medianoche estaría en mi cama durmiendo —sonreí y la vergüenza me apoderó —¿Todo bien?

—Creo.

—Tranquila, no te sientas mal por lo que pasó.

—No puedo evitar sentir miedo y un hoyo en mi estómago. —Isaí se acercó.

—¿Quieres decir algo?

—Sí, tengo miedo de que ahora me vas a ignorar, que me vas a dejar sola y que yo solo era algo pasajero.

—Janeth, obviamente no soy tan imbécil para hacer eso ¿Crees que porqué tuvimos relaciones te voy a dejar tirada? No. Janeth, me has gustado desde mis quince años y ahora que tengo tu atención no la voy a desperdiciar.

—Solo quiero que nunca me dejes sola —sentí mis ojos aguarse.

—Me conozco muy bien, nunca te dejaré sola. —unió nuestros labios.

Un beso era todo lo que necesitaba de él, ese que me decía no te vayas, quédate, te necesito...

—¡Que vivan los novios! —nos separamos para ver a Darién borracho.

—Vaya mierda, lo que faltaba —Isaí lo miró y pasó su mano por su cabello.

—Sigan compartiendo sus lenguas, yo me quedaré aquí sentando como niño regañado de cinco años —se sentó en unas gradas y bebió de la botella.

Con Isaí nos dimos una mirada y era momento de que me fuera.

—Tengo que irme —dije.

—Que te vaya bien —dijo Darién.

Me acerque a Isaí para darle un beso el cual no rechazo un beso con ternura y... El auto de Noah sonó y fue inevitable no alejarme para ver a esa dirección. Noah estaba fuera del auto viéndome con cara es hora de irnos.

—Cuídense —dije, y le deje un beso en su mejilla.

—Gracias —Darién respondió y Isaí lo miró mal pero después sonrió y asintió.

Camine con un paso lento y discreto hasta llegar al auto y subir cuando me senté puse el cinturón de seguridad y Noah estaba viendo algo en su celular, levanto su vista a mí y guardo su celular.

—¿En serio estas bien? —con una mano agarraba el volante.

—Sí ¿Por qué?

—Te veo rara, pero voy a culpa al sueño. —asentí y el auto empezó a moverse.

¡Oh santa tierra!

La mejor noche que he tenido y después solo escuchar sus palabras de no te voy a dejar sola hace que sienta un cosquilleo en mi estómago y no lo niego.

Estoy completamente enamorada de Isaí Müller.

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