Capítulo 23
Janeth Blythe
Alcohol.
Música.
Drogas.
Oscuridad.
La combinación de una fiesta.
No sé para qué vengo aquí dije que no quería volver a poner un pie en una, y aquí me ven arriba del techo de la casa de donde es la fiesta ¿Haciendo el que? No sé.
Cierto, estoy con Isaí pero él está hablando por teléfono con su mamá.
Y ha pasado un mes que hemos estado juntos, y yo no he vuelto a preguntar por su familia porque me da mucha vergüenza.
—¿Todo bien? —pregunté cuando él se sentó a mi lado.
—Sí, mi mamá me preguntó a qué hora iba llegar a casa —tecleo algo en su celular y después lo guardo —le dije que antes de media noche estaría en mi cama durmiendo.
Recosté mi cabeza en su hombro.
Y mirábamos todo a nuestro alrededor, los autos que venían y otros que se iban, las personas entraban y salían, los gritos, la música electrónica sonaba por todo el vecindario, y el viento fuerte y movía mi cabello que puedo jurar que le cae en la cara a Isaí.
—Janeth, tu cabello —él lo apartaba.
Me separe de él y rayos aquí vamos otra vez sus ojos azules que sólo me lo imagino como un océano y aquí vamos con las ballenas.
Tengo que dejar tanto documentales de animales acuáticos.
—¿Tienes frío? —pregunto.
—Un poco. —Isaí se levantó y me extendió su mano.
—Entremos —tomé su mano.
Volvimos a entrar por la ventana a la habitación, estaba oscura y lo único que iluminaba eran las lámparas, la habitación era muy grande tenía una cama, un televisor, mesitas de noche donde estaban las lámparas y un baño. La habitación era sencilla pero bonita.
—Cuando estoy solo contigo y más en una habitación, solo me acuerdo cuando entraste borracha —dijo Isaí y le puso seguro a la puerta.
¿Por qué?
Siento que me falta el aire.
Las paredes se están acercando.
Janeth relájate no va pasar nada, tranquila, no seas paranoica.
Estas bien aquí.
—No me acuerdes de eso. —mire como se sentaba en la cama.
Y efectivamente se me vino a la mente cuando casi lo violo, poresito, y ahora él esta sentado en la misma posición. Que vergüenza.
—Isaí, ¿Te han dicho lo guapo que eres? —quiso fingir mi voz. No le salió.
—Cállate, no lo repitas. —mordí mi labio de la vergüenza.
—Eres muy guapo.
—No. Isaí, no sigas, cállate.
—Oblígame —ladeo su cabeza. —recuerdo todo lo que me dijiste esa noche. —él sonrió —tus ojos me ponen...
Estampe mis labios con los del él, habiendo millones de maneras para evitar que siguiera hablando fue lo primero que se me cruzó por mi loca cabeza.
Pero él no lo rechazo, él me siguió el beso y vaya que me hace mal, su beso fue diferente sentí su lengua rozar con mi labio, y fue cuando perdí el equilibrio y me senté sobre él.
¡No!
¡Otra vez No!
¡Janeth reacciona!
Gritaba mi vocecita angelical.
¡Sí!
¡Solo recuerda sus ojos color océano!
¡Janeth sigue!
Y ahí esta esa vocecita diabólica.
—Siento un deja vu —dijo cuando nos sepamos y nuestros pecho subían y bajaban recuperando el aliento.
—¿Es bueno o malo? —paso sus manos por mi cadera para acercarme más a él.
—Es excitante —apartó mi cabello para besar mi cuello y incline mi cabeza.
¿Por qué hice eso?
—Cualquiera en su sano juicio se volvería loco por ti.
—Solo quiero volverte loco a ti —respondí.
—Lo estoy, y mucho.
Acarició mi mejilla y me dejó un beso corto.
—Te apuesto que beso mejor que tú — dijo y lo mire sonreír.
—Yo beso mejor que tú —dije. —¿Qué apostamos?
—Qué en nuestros días malos nos apoyemos el triple.
—Hecho.
Y unimos nuestros labios, una pelea de besos era presente, él resbalan su lengua por mis labios y los mordía delicadamente.
Sus manos acariciaba mis piernas y mis manos estaban sobre sus hombros unidas para que no se apartará de mí.
Rayos Isaí si que sabe besar.
¿Qué rayos estoy haciendo?
Estas besando a Isaí, él chico por el que estas enamorada y si no te detienes ahora vas a acabar bajo él. Mi conciencia decía.
Pero por otro lado quería saber cómo iba a acabar todo esto.
—Espérate —detuve el beso.
—¿Demasiado rápido? —preguntó.
—No es eso, ¿Qué estamos haciendo?
—No es claro, Janeth —lo sé.
—Pero alguien puede entrar.
—Le puse seguro a la puerta, nadie va entrar —acarició mi mejilla —creó que no te has dado cuenta del paquete de condones que hay en la mesa.
Giré mi cabeza a la mesa ¿Por qué hay condones aquí?
—Todos saben que si la puerta está con seguro es más que claro lo que está pasando. —recostó su espalda en la cama.
Su playera blanca le queda perfecta y sus brazos están cruzados mientras sostenían su cabeza, sus ojos estaban cerrados y una sonrisa en su rostro, y yo sentada a horcadas sobre él.
Divino ¿Verdad?
—Debería ser un delito que nos vayamos y dejemos esto para otra ocasión cuando es obvio que nos tenemos ganas —abrió sus ojos. —¿No quieres, Blythe?
—¿Me estás manipulando? —él se levantó y quedó frente mío y acarició mi pierna y con su otra mano mi mejilla.
—No, te estoy excitando —susurro en mi oído y una voz ronca le había salido.
Mi corazón palpita rápido, mi estómago está revuelto, mis manos sudan, mis piernas tiemblan y mi intimidad ¡No!
Me siento defraudada.
—¿Qué dices, Blythe? ¿Lo hacemos? Usaremos protección. —mire la caja que estaba en la mesa —¿Tú quieres?
Sería mi primera vez, y esto me da mucho pánico, aunque sabía que algún momento esto pasaría, pero no pensé que tan pronto, y mucho menos pensé que mi primera vez sería con Isaí.
—Pues a la mierda todo —dije, nuestros labios se unieron.
Y de algo estaba segura. Hoy será el día que pierda mi tarjeta.
Soy tan novata en esto ¿Que hago? No creo que esto parezca como en los libros lo describen. Tengo que dejar de leer tantos libros de ese tema.
La lujuria no es buena, es un pecado y yo me voy a ir directo al infierno pero me iré satisfecha.
¡Janeth! Gritaba una voz en mi mente la cual ignore.
Mis manos levantaron la playera de Isaí y él acariciaba mis piernas y subía mi vestido hasta a mi cadera.
Santa Catalina, me esta viendo en pantis.
Su mano ¡Oh su mano! Esta subiendo por bajo mi vestido hasta mi espalda y como a mí todos me traicionan me arquee y un suspiro pesado salió de mí.
Sacó su mano y las dejó en mi cadera para acercarme más a él y pude sentir su... ¡Oh su entrepierna!
De él salió un gruñido cuando mi intimidad rozó la de él y no sé porque pero eso me satisfacía, tener aunque sea poder en él en este momento.
Levante mis manos cuando él me quito mi vestido y ahora si me estaba viéndome casi desnuda, se alejo de mí y me observó acarició mi cuello para bajar hasta el tirante de mi sostén y empezó a jugar con el y una sonrisa está en su rostro.
Y la lujuria estaba dominándome baje mi mirada hasta el botón de su pantalón y mis manos acariciaban su pecho hasta llegar abajo y desabrocharlo y Isaí me levanto y me recostó en la cama y así el bajar su pantalón.
Ahora solo estábamos en ropa interior y yo estoy nerviosa, se acercó a mí y se puso encima y sus brazos lo sostenían para que no me aplastara, me beso frenéticamente, y sus besos bajaron por mi cuello, por mis pecho que aun tenían mi sostén, y él se apartó de mí y bajo hasta mi pies.
Con la yema de sus dedos le dio un toque a mi pierna y sentí que caía en un agujero esto se sentía increíble pero aun el miedo me carcomía.
Separó mis piernas y dejaba besos húmedos en ellas. Mordí mi labio cuando sentí su respiración en mi intimidad y sus manos jugando con el elástico de mi panti y fue cuando sentí que la bajaba lentamente y di un suspiro.
No sé qué pasará esta noche, pero será inolvidable.
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