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Capítulo 2*

JANETH

—Hola, si vinieron. —salude a Carla, la chica que me convence para teñirme el cabello en negro.

—Sí, aunque creo que ha sido un grave error venir —ella suspiro, viendo a su alrededor muy asustada —, Bianca nos preguntó que quien nos había invitado.

—¿Le dijiste que fui yo?

—Sí, le dije: Janeth Blythe nos invitó ¿tienes algún problema, perra?

—¿Le dijiste perra? —pregunte, sorprendida.

—No, no le dijo perra. —Franco mi compañero, bufo molesto e irritado.

—Pero estuve cerca de decírselo, pero ya sabes, hubiera estado muy épico si le hubiera dicho eso.

—¿Y luego que dijo Bianca? —seguí preguntando.

—Nada, solo cambio su expresión de malvada a princesa y dijo: Oh, me alegra que los haya invitado. Disfruten la fiesta.

—La hipocresía en persona, eh.

—Pero nos alegra haber venido, es muy tranquilo, pensé que las fiestas serían más intensas —Carla sonrió —, aunque se me hizo raro ver como se metían sal por la nariz.

Franco la miro con confusión, está claro que le causa gracia la inocencia de Carla. Ella era una chica muy tierna que usaba lentes, tenía unos ojos color miel muy bonitos, tenía su cabello teñido en negro con rayitos morados.

Franco por otro lado era alto y de textura delgada, era completamente serio, pero con Carla él sonreía. Parecía perder la paciencia con todos, pero con ella no, e incluso la miraba mucho cuando ella hablaba.

—Bueno, me alegra que hayan venido ustedes.

—Los demás también vinieron. —Franco suspiro.

—Sí, están dispersos, quien sabe que estén haciendo. —le siguió Carla.

—También me alegra que se la pasen bien, pero yo me tengo que ir. —les dije —. Por cierto ¿han visto a Noah?

—No, bueno, subió a una habitación con Bianca, seguramente está ocupado.

Rodé mis ojos con molestia.

No es que me moleste que Noah este con Bianca, aunque podría ser así, Noah me ha comentado que quiere terminar con ella, pero cada que lo miro esta con ella.

Le di un consejo como chica y hermana de él: Si sigues estando cerca de ella la harás crearse falsas ilusiones.

Y yo no me equivoco cuando de consejos se trata, pero Noah es muy terco que hace lo que al final se le da la gana, así que luego espero no me esté diciendo que no sabe cómo deshacerse de su novia.

Yo lo único que haré es decirle: Te lo dije.

Me siento muy orgullosa cada que le digo eso.

—Bueno, no pienso interrumpir —sonreí —. Nos vemos el lunes, me hacen un espacio para sentarme con ustedes.

—Claro. —Carla sonrió y me dijo un adiós con su mano.

Me aleje de Franco y Carla para adentrarme a la casa. Todos estaban muy ebrios, la música estaba tan fuerte que podía escuchar como mis tímpanos querían reventar, podía sentir las palpitaciones de la música, choque con muchas personas ebria.

La casa por dentro era muy grande, las luces estaban apagadas y las luces de colores alumbraban cada rincón del lugar.

El calor que se sentía aquí era horrible, e incluso yo estaba sudando y apenas acabo de entrar, el olor era horrible, había una combinación de perfume, sudor, alcohol y humo de cigarro.

—Discúlpame —me dijo alguien.

Suspire tranquilizándome.

Un ebrio choco conmigo, era pesado y lo empuje molesta, él se quejó, pero antes de actuar impulsivamente se detuvo cuando me miro.

Sonrió y arqueo una ceja.

Estaba borracho.

Es asquerosa la manera tan morbosa con la que me ve de pies a cabeza.

—Fíjate para la próxima. —me queje.

—Fue mi culpa, lo siento. —se disculpó.

—¿Te quitas?

—¿Dónde vas tan de prisa?

—¿Te importa?

—Pregunto.

—Impides la pasada —me queje, tratando de pasar, pero él me detuvo.

Lo empuje rápidamente cuando sentí sus manos en mi trasero, mi impulso fue rápido, cerré mi mano en un puño y le golpee la cara.

Mis nudillos dolieron cuando hicieron contacto con su cara sudada, hasta mi mano quedo sudada, me quede sorprendida, nunca había actuado de esa manera, jamás había golpeado a alguien en la cara, menos a un hombre.

Me aleje cuando el chico me miro, me tense porque se miraba molesto y divertido a la vez. Se paso su dedo pulgar por su labio donde lo golpee y se limpió la sangre que le había sacado.

Di un paso hacia atrás y solo maldecí a todos porque nadie se da cuenta de todo lo que está pasando porque están muy metidos en su mundo.

Jóvenes hormonales.

Cuando me aleje él me jalo y me acerco a su cuerpo, era más fuerte que yo, eso era obvio, pero me sentía asqueada y pequeña, está claro que tiene la misma edad que yo tengo, lo conozco, pero jamás había cruzado una sola palabra con este chico. Ni siquiera sé cómo se llama.

Hice todo para alejarlo. Pero me beso.

Sus labios se apretaban con fuerza con los míos, me empecé a quejar y a patalear para separarme, pero él me apretaba más, me sentí asqueada cuando sentí su miembro.

Esta muy borracho y no me soltaba, así que uno de todos mis golpes hizo que al menos me lograra separar, cuando pude hacerlo le di una cachetada y me aleje corriendo.

Mire hacia atrás y note que él venia detrás de mí.

Acelere mis pasos cuando lo sentí detrás de mí, golpee a muchas personas cuando pasaba, los empujaba, pero no fue suficiente porque él me agarro.

Me jalo del brazo.

—Te gustan las cosas fuertes ¿no? —dijo él.

Negue.

—No intentes nada, porque si lo haces créeme que gritare. —amenacé.

—Nadie te hará caso, estas en una fiesta donde si escuchan un grito todos lo siguen.

—Déjame. —dije —Porque si no lo haces créeme que te arrepentirás.

—¿Que me harás? —se burló —¿Le dirás a tu hermano que venga a defenderte? Porque yo no lo veo por aquí.

—No me molestes, solo déjame, borracho de cuarta, asqueroso, apestas a alcohol.

—No me dan miedo tus amenazas ¿quién te crees para golpearme así? —su mano apretó más mi brazo —Tu hermano tampoco me da miedo, si me enrolle con su novia podría hacerlo con su hermana también.

Me sorprendió lo que dijo.

Él y Bianca habían estado juntos y Noah no sabía.

Una molestia se me instalo y solo quería salir corriendo a contarle a Noah.

—Estas muy ebrio. —dije, tratando de alejarme.

Él parecía divertido.

—Ya la escuchaste. —me alegro tanto escuchar esa voz irritable.

—Noah —grito él, enserio, ni siquiera sé cómo se llama este chico —, me acuerdo de que dije que cuando te mirara te golpearía.

Mire a Noah arquear una ceja, divertido.

Me trate de alejar, pero su agarre aún estaba muy fuerte.

—Suéltala ahora. —repitió Noah, no se miraba muy amable.

—¡Noah! —gritaron, reconocí la voz de Bianca —No te vayas, hablemos.

—Bianca... —susurro este idiota.

Noah ignoro todo con mucha paciencia y me miro. Yo también estaba desesperada, me sentía sofocada, ya no quería estar aquí.

—Suéltala —repitió Noah haciendo sus manos puños. Parecía muy irritado cuando Bianca le susurraba cosas que solo él escuchaba —. Ahora.

—¿Y si no qué? —dijo este baboso. Tarte de soltarme mientras se las daba de malvado —¿Me harás algo, capitán? Puedo llevarme a tu hermana a algún lugar y enrollármela si quiero.

Me sorprendió su confesión, fue vulgar y asquerosa.

—No seas asqueroso... —dije.

—No me das miedo, Noah.

Noah es alguien paciente, pero su paciencia acabo cuando le agarro la camisa a este chico y lo golpeo haciendo que me jalara, pero Noah me agarro para que no cayera con este borracho.

El chico estaba enojado y sorprendido, se levantó rápidamente para defenderse y me aleje cuando los golpes comenzaron, Noah lo golpeaba y este chico le devolvía los golpes, en repetidas ocasiones Bianca le gritaba desesperada para que lo soltara, pero Noah la ignoraba.

La música se detuvo y todos comenzaron a rodear a estos dos que se golpeaban, las luces se encendieron y las luces de colores se apagaron.

Mire como unas luces alumbraban desde afuera de la casa. Eran azules y rojas, entrecerré mis ojos para ver a través de la ventana el auto que se había estacionado, me tensé asustada y miré a Noah.

—Noah. —grite, él me ignoro —Noah, la policía. —dije más fuerte.

—¿La policía? —varios se sobresaltaron y se alejaban rápidamente.

Se escucho como un megáfono se había encendido, me acerque a Noah para alejarlo, se levantó conmigo y miro la entrada donde los policías estaban agarrando a algunos.

Noah me jalo y le empecé a decir que era lo que le pasaba, aunque básicamente es posible que sepa la respuesta por la que está molesto.

—Agarren el chico rubio. —grito un policía.

Con Noah corrimos más rápido para no ser atrapados. Pero parece que Noah tiene otros planes porque saco las llaves del auto.

Noah abrió las puertas del auto y me las tiro para conducir, lo mire confundida, yo no sé manejar.

No supe que hacer cuando un policía agarro a Noah de la playera y lo dejo caer al suelo, obvio que quise bajarme, pero Noah me lo impidió antes, me había cerrado la puerta de golpe.

—Vete, rápido. —grito Noah en el suelo —Sabes cómo manejar el auto, como te enseñe.

—Noah... —susurre.

—Vete, Janeth. Ahora.

Asentí sin decir nada más e hice lo que Noah me dijo.

Encendí el auto y empecé a conducir dejándolo tirado en el suelo con ese policía.

Estaba muy nerviosa, mis manos sudaban y mi corazón palpitaba rápidamente, no podía controlar mis nervios y comencé a llorar.

Inhalaba y exhalaba por todo el trayecto.

Ni siquiera conozco este lugar, no sé cómo llegar a mi casa desde aquí.

Me limpie las lágrimas con mi antebrazo y me desconcentre de la carretera, cuando me quite el brazo frene de repente cuando mire una silueta enfrente de mí.

Me lleve las manos a mi boca asustada cuando escuche que había chocado algo o alguien.

Preocupada me quité el cinturón de seguridad y salí del auto.

Camine nerviosa acercándome para ver que había golpeado.

Había una persona.

NO.

PUEDE.

SER.

Había atropellado a alguien.

Bueno, no del todo porque estaba sentado en la acera viendo su moto a quien si había atropellado.

Y reconocí esa moto.

No sé ni siquiera lo que pasaría de mí desde ahora, es probable que muera.

Porque no era cualquier moto, ni cualquier persona.

Era la motocicleta de Isaí Müller.

Ignore su presencia, cuando note que el auto de mamá también estaba lastimado, el foco de la derecha estaba roto. Esta vez Noah me va a defender y echarse la culpa.

—Lo siento. —dije, nerviosa.

Su capucha cubría su cabeza, así que solo mire como su cabeza se inclinaba hacia atrás para verme.

Ojos azules.

Ceño fruncido.

Manos hechas puños.

La brisa caiga sobre él.

Una imagen que para mí era atractiva.

—Pagare los daños. —dije, viendo la moto en el suelo.

—Aléjate. —fue lo único que dijo. Su voz se escuchaba tranquila, pero está claro que está muy molesto.

—Discúlpame.

Él no dijo nada, solo se levantó de la acera y se acercó a su moto, la levanto y encendió la linterna de su celular verificando que no tuviera algún rasguño.

Me preocupe cuando también el foco del enfrente estaba roto.

—Juro que lo pagare. —repetí.

Isaí apago la linterna y se acercó a mí. Di un paso atrás cuando sentí su aura tan intimidante, choque con el capo del auto y me quedé viéndolo.

Él me miro analizándome, parecía que verificara de que todo estuviera bien conmigo, sus ojos eran penetrantes, azules y chocaron con los míos. Bajé mi mirada cuando no pude sostener la suya.

Me pasé un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y volví a mirarlo, encontrándome con esos ojos los cuales siempre quise que me vieran.

Un poste de luz parpadea en querer estar prendido o apagarse del todo.

Mis ojos lo detallan lentamente, solo para verificar sus cambios.

Es alto, hombros anchos y lleva una sudadera oscura mientras que el gorro le cubre el cabello negro de la brisa, su cuello esta rígido, su pecho subía y bajaba cada que respiraba.

Aunque la sudadera cubre su cuerpo no puedo verlo bien, pero puedo jurar que esta musculoso, su cuerpo esta más recto y más ejercitado, parece que se ejercita a diario.

Cuando parece que yo he dejado de detallarlo, él arquea una ceja.

Y es cuando me doy cuenta de que de repente estoy viéndolo mucho y se me instala una sensación de culpa porque recordé lo de su moto.

—Ha pasado tiempo, Janeth. —dice.

Mi respiración se entrecorta.

—Hola, Isaí. —es lo único que puedo decir.





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