Capítulo 18
Janeth Blythe
—Isaí Müller ¿En serio él? ¿Janeth cuál tú problema? —eso venía diciendo Noah por todo el camino.
Sigue recordándome lo que pasó detrás de las canchas, y para ser honesta no sé como responder a todo, porqué lo primero que dijo es que mi papá se iba a enojar si se entrará que estaba saliendo con un chico que se drogaba con píldoras, Para mí eso no cuenta.
Sé que Isaí tuvo problemas con todo eso de las drogas, pero él ya no consume nada, lo sé porque yo he estado ahí, he pasado mucho tiempo con él y desde que hablo con él no lo he visto tocar nada de esas que él solía hacer en el pasado.
—¿No piensas decir nada?
—¿Qué quieres que diga? —respondí —¿Por qué te cae tan mal?
—No me cae mal, me da igual, lo único que no quiero es que tú estés con él.
—¿Por qué?
—Él no es bueno para ti.
—¿Y según tu quien es bueno para mi? —Noah detuvo el auto enfrente la casa.
—Alguien que quiera un futuro que no tenga vicios.
—Tú no sabes si él tienen metas si esta planeado su futuro, tú no lo conoces.
—Janeth —lo mire —¿En serio te gusta Isaí?
En estas cuantas semanas me ha demostrado que si valgo la pena, me ha dicho que me ayudara a salir de mi aburrido mundo, que yo he sigo la persona que él a estado esperando, aparté él me confesó que también le gustó.
A mi nadie me ha dicho que le gustó, y él ha sido el primero que no solo me lo ha dicho, también me lo ha demostrado.
—Sí —respondí.
Noah revolvió su cabello con ambas y puso su antebrazo en el volante, se recostó en el mismo.
—¿Qué le dirás a papá?
—¿De que?
—Cuando se entere que quieres salir con él, cuando te diga que se lo presentes, cuando te diga que porque él ¿Qué tal él no lo acepte?
—Él no tiene que enterarse ¿Tú se lo dirás? —recostó su espada en el asiento. —Noah ¿Tú se lo dirás?
Él negó.
—Ese es tu problema.
—Lo sé.
—Quiero que me cuentes como empezó todo entre ustedes. —no lo mire.
¿Cómo le voy a decir veras yo lo besé y desde ahí todo se volvió más intenso entre nosotros?
Según lo que Isaí me contó y las pocas cosas que recuerdo siento que casi lo devoró.
Rayos no puedo decir eso.
—Janeth, quiero escuchar.
—Bien, creo que todo empezó desde la fiesta “de bienvenida” —hice comilla con mis dedos —estuvimos hablando un rato de su estadía en rehabilitación, que le fue bien y que ahora se sentía mejor.
—Él era el de la esquina.
—¿Cuál esquina?
—Olvídalo sigue ¿después que pasó?
—Eh... creo que después fueron los incidentes las llegadas tardes, cuando nos mandaron a dirección él director nos dijo que esperamos dos horas para volver a entrar a clases, y nos volvimos a encontrar en las gradería, también estuvimos platicando las dos horas esperando volver a clases.
—Vaya.
—¿recuerdas cuando no entregue mi tarea?
—Nunca supe porque no la entregaste, te desvelaste y no la entregaste, también entraste enojada y detrás venía él.
—Bueno, venía corriendo porque quería entra temprano a clases, pero él estaba entrando y choque y su jugo cayó encima de mi tarea, por eso él vino a la casa y recuperó el archivo que raramente se borro.
—¿Raramente? —él arqueo una ceja.
—Bueno seguramente, toque algún botón y se me borro.
—¿Qué pasó en la fiesta? —cruzó sus brazos.
—¿Qué fiesta?
Se exactamente que fiesta.
—Donde te emborrachaste —no dije nada —no digas que no paso nada porque sé que así fue, me contaron que te vieron saliendo con él de una habitación.
¡Shit!
—Después te encontré acostada en el sofá y tu labial estaba regado por toda tu cara, y no hablemos de Isaí porque él tenía su cabello hecho un desastre, soy muy observador en las cosas que me interesan.
—No pasó nada de eso que te imaginas.
—Eso espero ¿Algo más que haya pasado?
—He estado saliendo con él.
—Estaba estando que llegaras a este punto.
—Eso a sido todo hablamos, conversamos y salimos y ya, eso a sigo todo.
—¿Y por eso crees que estas enamorada de él?
—No estoy enamorada, solo me gusta, son cosas diferentes.
—Sí, claro. —prendió la pantalla del celular y la apago seguramente estaba viendo la hora —¿Te traba bien?
—Sí.
—Sabía que él siempre estuvo enamorado de ti, siempre te miraba raro —sacó las llaves del auto. —al parecer ahora ya lo tiene, te conquistó.
—¿Qué?
—Hablaré con él para dejarle en claro que si te hace daño le va ir mal.
—Noah.
—Bajemos de aquí.
Asentí y salí del auto, Noah guardo su auto y lo espere para entrar juntos a casa, y muero de hambre, la casa como siempre limpia pero risas se escuchaban en cocina, Noah y yo nos miramos extrañados casi nunca viene alguien aquí, mis padres no son muy partícipes de las visitas, caminamos hasta llegar y ahí estaban.
Esther, Susan, Javier, William mi papá y mamá.
Por lo que nos han contado ellos han sido amigos hace muchos años, cómo se conocieron, quien sabe nunca tocan ese tema, solo las anécdotas de sus vidas y locuras que hicieron, son increíbles.
—¿Cómo están? —preguntó Susan.
Ellos son como unos tíos para nosotros porque pues nos conocen desde niños, aparte de eso son nuestros padrinos, Susan y Javier de Noah y William y Esther míos.
—Bien ¿Y ustedes? —Noah abrazo a Susan.
—Felices de verlos.
Me quede parada viendo como Noah empezaba hablar con ellos, y quedé al lado de papá.
Mis pensamientos volvieron al beso con Isaí, él enserio me dijo que le gustaba, y dijo que no le importaba arriesgarse. Eso fue muy lindo de su parte.
—¿Estas bien? —pregunto mi papá a mi lado y agradezco que solo yo haya escuchando porque los demás estaban en otra platica.
—Sí.
—Te veo distinta.
—¿Distinta como?
—Pensativa.
—No es nada.
Papá no se la creyó, solo me miró sin decir nada.
—¿Y Jaciel? —será mejor que cambie de conversación.
—Se acaba de ir. —respondió papá y le dio un sorbo a su refresco.
—¡aneth, ¿No nos piensa saludar? solo por estar hablando con tu papá, lo miras todos los días.
Avance hasta llegar a abrazar a William y después pase a Esther, y los salude a todos hasta llegar al otro extremo quedando al lado de mamá.
—Cada día están más grandes —dijo Esther.
Nunca pude acostumbrarme a decirles tíos, los considero como unos, pero es algo extraño decirles así cuando ellos aceptan que los llamemos por su nombres.
—¿Y los chicos que se hicieron? —dijo Susan.
—Se fueron con Jaciel y otros andan corriendo por ahí —respondió William, él es tan relajado.
—Más al rato vuelvo a bajar —dije.
—Sí, ya venimos —Noah camino a mi lado.
Y escuchamos que seguían en su platica seguían riendo y bueno los dejamos solos ellos seguramente quieren hablar cosas de adultos.
—¿Sabias que ellos vendrían? —pregunte cuando llegamos al frente de nuestras habitaciones.
—No, pero me gusta verlos, me dan dinero.
—Nos dan —corregí.
—Cierto, nos estamos viendo muy interesados.
—Nosotros no somos así —dije y reímos —bien, Noah por favor no digas nada.
—No lo haré, es parte de nuestro juramento recuerdas. Guardar los secretos del otro sin importar que tan locos sean.
—Lo recuerdo bien.
Los juramentos que tenemos estan desde que tenemos seis años, decidimos hacer una lista de doce juramentos, y si alguien rompe uno tiene que darle un helado al otro, para la edad que teníamos era algo muy serio romper las reglas, pero aún están ahí, los juramentos siguen, y ninguno de los dos nos hemos defraudamos.
Noah asintió.
Entre a mi habitación lo primero que hice fue acostarme en mi cama boca abajo y una sonrisa tonta se formó en mi rostro.
No pude evitar enamorarme, perfecto Janeth ahora vas a tener que soportarte enamorada y eso es frustrante y muy irritante.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro