Capítulo 12*
ISAÍ
Mire la cara del director, tenía ese semblante de idiota en el que estaba viéndonos hasta que alguien se dignara en hablar.
Esto es más que claro que nadie va a decir una sola palabra.
Joel era el típico idiota en el que se va a esconder a las faldas de su mami cuando está en problemas, si el director hace más grande este problema es probable que este imbécil me deje en una mala posición, cosa que no me importa.
Mire el reloj que estaba en la pared habían pasado veinte minutos en los que hemos estado sentados viéndonos la cara como idiotas, estaba aburrido, con las ganas inmensas de levantarme e irme.
—Tengo entrenamiento. —dijo Joel —Tengo que irme.
—En ningún momento dije que te podías levantar. —el director lo miro, mientras que se recostaba en el respaldo de la silla.
Joel suspiro molesto, dejo su mochila en el suelo y se sentó de mala gana.
La verdad, estoy aburrido, pero no me importa estar aquí todo el día, me da igual.
—¿Se van a dignar en hablar o quieren una ficha por mal comportamiento?
—Tengo que tener un buen registro para aplicar a las universidades.
El director miro a Joel, con burla.
—Debiste pensar eso antes.
—No puede hacer eso.
—¿Me estas retando?
—No puede ponerme una ficha.
El director lo tomo como burla, así que se levantó de la silla, se acercó a unos archivos y saco varias páginas. Volvió a su asiento y busco en los listados los nombres de Joel y obviamente el mío.
—Buen promedio, buen rendimiento físico, llevas extracurriculares en las que si tienes una mancha en tu expediente irías a la banca —comenzó a decir el director —. Es una lástima que tuvieras un altercado que incluyeron golpes, a dentro de las instalaciones.
—Acepto un castigo —Joel empezó a decir suplicas ridículas. Lo mire con burla —, enserió, pero no puedo tener una ficha.
—Ya la hice. —dijo el director.
—Que mierda. —susurro.
—Escuche eso ¿quieres una segunda ficha en el mismo día?
Joel se quedó callado molesto, paso su mano hecha un puño por su nariz que seguía sangrando levemente.
Y entendí que seguía yo, el director me miro y como si ya supiera mi nombre completo escribió todo automáticamente en la página.
—Has mejorado en tus notas, Isaí. —dijo el señor, no le puse importancia, pero él parecía sorprendido.
—Mejorar —se burló Joel —, seguramente le pago a los maestros para poder subir de calificaciones.
—Ese método lo usas tú. —hable por primera vez.
—Ya basta. —dijo el director —Ya dejen esos líos de críos. Mejor digan ¿por qué se pelearon?
—Nada. —dijo Joel —Mierdas de partidos.
Está claro que el directo no es idiota y que no se cree nada de lo que Joel esta diciendo, pero por el simple hecho de que no es tan creíble de que yo me pelee por un partido.
—¿Crees que voy a creerme eso?
—Es la verdad.
—¿Cuál es tu excusa, Isaí?
—Esa mierda de que anden diciendo cosas que no son ciertas me pone de muy mal humor, así que simple, dijo algo que no me lo tome para nada bien y lo golpee.
—Son un completo desastre. —el director negó molesto —Tienen suerte que no llamare a sus padres. Largo de aquí.
Me quede sentado esperando hasta que Joel saliera, me estresa verle la cara y no me lo quería encontrar porque soy muy seguro de que podría seguir golpeándolo.
Escuche el timbre sonar y me levante con mucha lentitud y salí de la oficina del director.
Los pasillos estaban vacíos, así que se me haría fácil simplemente no verles la cara a muchos.
Janeth. Janeth. Janeth.
Su presencia apareció, estaba sentada en el pasillo concentrada haciendo algo en su libreta, cuando levanto su mirada al verme, cerro la libreta poniéndose de pie.
—Isaí. —me llamo, como si estuviera desesperada por decir algo.
—Blythe. —la llame.
—¿Que te dijeron? —se miraba tan preocupada que podría ver sus manos temblar —¿Paso algo malo?
—Nada a lo que ya no este acostumbrado —conteste —Ya tengo mi primera ficha de año.
—Discúlpame, me siento culpable.
—No es para tanto.
—¿Que no es para tanto? —su voz cambio a molestia —Tienes una ficha por mi culpa.
—No es tu culpa, yo me lo busqué, yo quise golpearlo y yo empecé.
—Pero fue por mí.
—Podría ser.
Y tenía razón, si ella fuera otra persona que está intentando disculparse honestamente la hubiera ignorado desde el segundo en el que la mire, pero Janeth no es cualquier persona. Así que aquí estoy, escuchando sus disculpas.
—Me siento tan culpable, ¿quieres que haga algo por ti?
—Que no es para tanto, Janeth. Te hubiera defendido de cualquier forma.
—Gracias... —susurro, nerviosa
—Tienes que ir a clases.
—Claro.
Asentí, pasando a su lado, la mire sobre mi hombro y note un gesto de vergüenza en su rostro, sonreí.
—Salgamos. —dijo. Me detuve.
—¿Que dijiste?
La mire.
Janeth pareció darse cuenta de sus palabras y pensó algo rápido para justificarlo.
—Como una disculpa, yo invito.
—¿Así quieres disculparte? ¿Teniendo una cita conmigo?
—No es una cita. —aclaro —Es una salida de amigos, de disculpa.
—¿Somos amigos? —pregunte.
Janeth me miro, note su expresión de querer decir algo que tuviera atorado y quisiera soltarlo, pero asintió.
—Solo somos amigos. —afirmo.
Asentí.
—Si te hace sentir mejor tener una salida de amigos está bien, como sea.
—¿Cuándo será?
—Cuando quieras. —me encogí de hombros, restándole importancia.
—Dime el día, haré espacio.
—Hoy.
—¿Hoy?
—¿No puedes?
—Bueno, es que pensé que dirías el fin de semana.
—¿Entonces el fin de semana?
—Hoy está bien. —Janeth sonrió.
—Después de clases. Te espero en el estacionamiento.
—Está bien. —dijo. Entendí sus nervios —¿Cuál es tu pizza favorita?
—No como pizza.
—¿Que? —su pregunta fue más como una ofensa —¿Como que no te gusta la pizza?
—No dije que no me gustara, dije que no como pizza.
La mirada de Janeth se detuvo en mis ojos, ladeo su cabeza, se miraba pensativa. Y mi mente solo pensó en agarrarla y besarla, volver a besarla, claro que había fantaseado con besar a esta chica quien me tuvo muy jodido por varios meses.
Y es algo malo, porque Janeth Blythe es la chica con las murallas más grandes, podría ser hermosa, con una cara tierna, ojos verdosos y brillantes, esa sonrisa que siempre muestra sus hoyuelos, su manera de hablar, de mirar, sus expresiones, ella, y yo estaba muy jodido por ella, pero ella tenía muchas alertas de advertencias en las que me decía que no puedo acercarme.
Cuando me fui de la ciudad mi primer pensamiento fue, olvidare a Janeth Blythe, yo siempre tuve una distancia prudente con ella, nunca me acerque a más de cinco metros, jamás la había tenido tan cerca como en estas últimas semanas, y ahora no solo hablaba con ella, la había besado.
Me enfoque en Janeth, ella suspiro.
—¿Por qué? —pregunto.
—No sé. —conteste.
—Comeremos una pizza entonces. —dijo, sonriendo.
—Bien, tú pagas.
—Claro, lo debo. Te debo mucho, pero omitamos la parte en la que golpee tu moto.
—Ni recuerdes eso.
Janeth sonrió.
Una sonrisa real.
Lo más cercano que escuche a una carcajada dulce de ella.
—Siento mucho eso, enserió, lo siento.
—Déjalo estar.
Mirandola comprendí que esto era malo, no era correcto.
Éramos dos mundos diferentes.
Dos mundos que no debieron de tocarse.
Dos mundos que no deberían de verse.
Ella es tan delicada.
Yo soy tan brusco.
Ella y yo no debimos chocarnos.
Esto saldrá mal.
Y no quiero que ella salga mal por estar en mi mundo.
—Debemos ir a clases. —dijo —Entregaron las notas. Felicidades, sacaste todos los puntos en el examen de química.
Janeth camino hacia atrás, mientras me miraba, subió sus dos dedos pulgares y me sonrió.
Mostré una sonrisa que borré rápido.
═══════ •♡• ════════
—¿En serio me estas cancelando una partida del FIFA por una chica?
—Sí. —fue mi respuesta.
Darién asintió, ofendido.
Le daba igual una partida del FIFA, pero se había armado de valor al hablarle a una chica para que salieran, la chica dijo que si, pero ahora ella cambio de parecer y dijo que estaba ocupada y que otro día.
Darién se siente molesto porque pues siendo un hombre le tocaron el ego y quiere desquitar su molestia con algo.
Pero ya había quedado con Janeth.
Janeth. Janeth. Janeth.
La chica que me hace estar en problemas.
Estábamos en el estacionamiento, en eso habíamos quedado, que cuando las clases acabaran la esperaría aquí, no sé qué es lo que realmente quiere Janeth, dijo que una salida como disculpa.
Un comentario raro de parte de ella, ya que jamás la he visto relacionarse con un chico en el que no sea un coqueteo fallido y ella huya. Ella siempre es la huye.
Y eso es lo que estoy esperando, que haga lo que quiera, que se aburra y se vaya. Que todo quede como antes. Solo una mirada rápida y ya.
—Está bien, jugare solo. —dijo Darién —Pero dime, Isaí.
—¿Qué cosa?
—¿Sabes en los líos que te vas a meter si te sigues relacionando con la princesa Blythe? —pregunto —Mejor corrijo ¿Ya viste en todos los problemas que te has metido por ella?
—Sí, y estoy seguro de que vendrán más. —afirme —Es Janeth Blythe, ella es un peligrosa.
Error uno.
Sabía que Janeth era una chica que podría causar un holocausto en segundos, y yo estaba ahí, no para calmar el caos, sino para desatarlo más.
—¿Y sabes que hace más peligrosa a Janeth? —mire a Darién, él parecía un hermano protector diciéndome que hacer y que no hacer. Él continúo hablando —Su familia.
—Esas cosas que te estas imaginado no pasaran —dije —. No llegamos ni a amigos.
—Así empezó mi mamá y mi papá y aquí estoy.
Ignore a mi amigo que empezaba a decir idioteces, era mi amigo desde la infancia, somos vecinos y siempre hemos sido amigos, somos un dúo bastante idiota la verdad.
Somos aburridos y nos reunimos después de clases a jugar algo. A diferencia de Darién que él es el más aplicado y siempre hace sus tareas antes, yo por otro lado espero que las termine y me pase las tareas hechas y las hago.
Mientras trataba de ignorar la voz de Darién mire a Janeth, ella hablaba con su hermano, Noah solo negaba con su cabeza y Janeth hacia suplicas con sus manos.
Fue cuando Noah me miro, parecía molesto, este chico siempre camina molesto, tenía un plante en el que odiara a todos los que rodean a su familia.
Y entonces él asintió, y ella sonrió.
Janeth sin decir nada más tiro su mochila dentro del auto y empezó a caminar hacia mientras le decía algo a Noah.
Noah la ignoro y ella se dio la vuelta para caminar correctamente, acercándose a mí.
—¿Ya te vas a callar? —le dije a Darién.
—...pero luego que no diga que no se lo advertí porque si lo hice.
Lo mire confundido, sin saber de qué habla.
—Cosas de hermanos. —dijo.
—También tengo hermanos.
—Cierto, tu hermana es preciosa.
—Y está muy embarazada.
—Lastima, pudimos haber sido familia.
Hice un gesto de desagrado.
—Hola. —Darién y yo miramos a Janeth —Hola a los dos.
—Hola. —contesto Darién —¿Alguna novedad?
—¿Sobre qué?
—Taylor Swift.
Janeth se sorprendió y sonrió.
—¿Te gusta Taylor Swift?
—¿A quién no?
—A mí. —dije.
Janeth me miro, estaba ofendida. Se cruzo de brazos y negó.
—¿Es en serio? ¿Como puedes vivir sin escuchar música de ella?
—Solo respiro.
—¿Saben? —dijo Darién —Yo creo que es mejor que me vaya, tengo algo que hacer.
Janeth le dijo adiós con su mano mientras sonreía.
Darién simplemente decidió irse, no espere menos de él, no es entrometido en cosas que no le importan. Tenía ese carácter de ser tan relajado y dejar que la vida siga su ritmo.
Janeth estaba parada enfrente de mí, su cabello dorado brillaba por el sol, lo traía lizo, algo nuevo en ella. Ahora se alisaba el cabello seguido.
—Así que, Isaí. —su voz se escuchó nerviosa.
—Janeth.
—¿Como estas?
—No me quejo ¿A ti como te va?
—Bien, un poco preocupada, pero estoy bien.
—¿Por qué?
—Porque vamos a salir juntos, como amigos, no pienses mal. Ya te dije que es como un acto de disculpa.
—Me quedo claro, Blythe.
—¿Y dónde iremos?
—Tú me invitaste, tú debes de decir.
—Bueno, yo solo sé que te haré comer una pizza. —ella sonrió.
Agarré el casco y se lo extendí, ella me miro asustada. Como si de alguna manera nunca hubiera visto uno, Janeth lo agarro con nervios.
—¿No caminaremos?
—No, ¿para qué caminar?
—¿Al menos sabes donde me vas a llevar?
—¿Dónde quieres ir exactamente? —pregunté, me subí a la moto y la encendí.
—A un lugar solitario, no malinterpretes mi cometario. Solo digo que sea un lugar tranquilo.
—¿Tranquilo y solitario? —pregunte. Ella asintió —¿Tienes planes de esconder algún cadáver ahí? Solo diré que si esos son tus planes no me anoto para ser cómplice.
Janeth sonrió.
Se subió a la moto después de mí, sus manos se apoyaron en mis hombros y la mire acomodarse.
—El único cadáver que habrá será el tuyo si algo me pasa en esta cosa. —dijo. Se coloco en casco.
Forme una sonrisa que borre rápido.
Empecé a conducir junto a Janeth.
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