Capítulo 25: La cuenta regresiva - Parte I
(Últimos capítulos)
Ya solo faltaba una semana para la boda entre Kanda y Sanae. Kanda a diferencia de su prometida, se le notaba muy tranquilo, a excepción de las veces que tenía que cruzar alguna palabra con Larissa, o con su socio, quién parecía muy interesado en la joven brasileña, produciendo con su interés un ligero malestar que Kanda no quería aceptar, y disimulaba con indiferencia hacia la joven, a pesar de ello, Larissa se mostraba siempre amable con él, y dispuesta a darle su apoyo si lo necesitaba.
Por el lado de Sanae, la castaña se encontraba muy ansiosa, a las justas dormía por 3 horas, pues se le dificultaba poder conciliar el sueño, incluso había decidido usar maquillaje para disimular las terribles ojeras que se le habían formado debido a sus consecutivas noches de insomnio, que no pasaron desapercibidas por sus padrinos, ni por Kumi, quienes incluso le aconsejaron que visite a un médico para que le recete algo que le ayude a poder dormir mejor.
Tsubasa estaba abocado a su trabajo en la federación de fútbol de su país, eso sí, él todos los días llamaba a la castaña, para saber cómo estaba y si no necesitaba de su apoyo en algo. Ellos tras el último almuerzo que compartieron no volvieron a comer juntos, solo platicaba si se encontraban en el edificio, sea en el ascensor o en el pasillo, como ese día.
Ascensor:
Llegando del trabajo, dijo Tsubasa, al ver a la castaña entrar al ascensor donde él estaba.
Sí, y por lo visto, tú también, contesto la castaña con la mayor tranquilidad que tuvo.
Así es, contesto con calma el joven de cabello desordenado, mientras el ascensor se cerraba, haciendo que el corazón de ambos latiera a velocidad, al darse cuenta que eran las dos únicas personas que irían esta vez juntos en el ascensor.
¿Cómo te fue hoy?, agrego la castaña para liberar la tensión.
Bien, hay mucho talento en nuestro país, dijo Tsubasa, mirando con calidez a la castaña, al tiempo que agregaba: ¿No has estado durmiendo bien?
¡Eh! contesto nerviosa la castaña, al tiempo que la puerta se abría.
Te salvo la puerta, dijo Tsubasa, con una cálida sonrisa, que estremeció el corazón de la joven.
Estoy durmiendo menos horas de lo acostumbrado pues tengo mucho trabajo en estos días, pronunció Sanae, mientras salía del ascensor.
Comprendo, contesto el joven de cabello desordenado, haciendo una pausa para acotar: No es bueno sobre esforzarse, las horas de sueño son importantes para nuestra salud, por ello, procura dormir las horas adecuadas para que te sientas bien.
¡Gracias! tratare de dormir por más horas, dijo la castaña, luego de ello continúo su camino, mientras el joven de cabello desordenado la veía alejarse.
En tanto:
Debes estar contando los días, decía Larissa, tras recoger unos papeles de la oficina de Kanda.
Tú también, ¿no?, respondió el joven.
No, no me gusta hacer ello, porque solo me generaría tensión, contesto la joven.
¿Por qué no aceptaste la propuesta de mi socio?, dijo el joven de porte atlético.
Una vez que se cumpla mi contrato me embarcare en crucero, respondió Larissa.
Ah, ya tienes un nuevo empleo, contesto Kanda con cierta nostalgia.
No precisamente, me embarcare en un crucero no en plan de trabajo, sino en plan de relajación, pronunció la joven.
Claro, ¿y cuándo acabe el crucero volverás a Japón?, agrego el joven de porte atlético en tono curioso.
No lo sé, aún no he pensado en ello, dijo Larissa.
¿Cuánto tiempo durará tu crucero?, contesto Kanda, intrigado.
Un año, respondió Larissa, dejando sorprendido a su jefe.
Luego de algunos minutos, la joven salió de la oficina, dejado pensativo a su joven jefe.
Al día siguiente:
Solo 6 días, decía la castaña, mientras miraba un calendario.
De repente su pensamiento se vio interrumpido por el sonido de una puerta. La castaña salió de su habitación y fue abrir la misma.
Me preguntaba si ya desayunaste, decía Tsubasa que estaba fuera del departamento.
¿Qué?, pronunció la castaña.
Es que hice un pedido para desayunar y como estaba de promoción me trajeron dos desayunos, y pensé que tal vez aún no había desayunado para dártelo, contesto el apuesto joven, mientras le mostraba una bolsa de papel.
Bueno, aún no desayuno....., decía Sanae.
Entonces toma, pronunció Tsubasa, colocando la bolsa en la mano de la castaña.
¡Gracias! pronunció la joven.
¡Qué tengas un buen día! acoto el joven, luego de ello se retiró del lugar.
En tanto:
Un joven de porte atlético platicaba por celular con alguien.
A las cuatro de la tarde, escuchaba.
¿Sí puedes verdad?, o si no tu di la hora, pronunciaba Kanda.
Está bien a esa hora, escucho.
Entonces nos encontramos en ese café a esa hora, agrego Kanda.
Bien, fue lo último que escucho.
2 horas después: "Oficina de Sanae"
Una castaña ingresaba a su oficina, mientras otra hermosa mujer la observaba.
Pensé que no vendrías, decía Kumi, con cierta preocupación al ver el rostro de la joven. ¿No dormiste bien de nuevo?, agrego.
No, respondió la castaña.
¿No fuiste con el médico que te aconsejo mi padre?, acoto Kumi.
Sí fui, me dio unas pastillas, pero ayer me olvidé de tomarlas, añadió la joven.
Pediré que traigan un café bien cargado, agrego Kumi.
¡Gracias! dijo Sanae.
Minutos después:
La castaña bebía una taza de café, mientras platicaba con otra joven.
Pensé que sabías el motivo por el cuál Kanda quiere hablar conmigo, pero por lo visto no sabes nada, decía Kumi.
Pues no sé nada, respondió la castaña.
De seguro quiere que le apoye en alguna sorpresa para ti, contesto Kumi sonriendo.
Horas después:
Kanda y Kumi se reunían en el lugar acordado.
¿Cómo has estado?, ¿Cómo está tu familia?, decía Kanda.
Estoy bien, mi esposo y mi hijo también, respondió Kumi, haciendo una pausa para agregar: ¿Me invitaste a tomar un café para que hablemos de nuestras familias?
No, claro que no, pero es parte de la cordialidad, ¿no?, contesto el joven de porte atlético.
Siempre te riges de las reglas, pronunció Kumi.
¿Qué?, dijo Kanda.
Siempre eres correcto, contesto la joven.
Trato de ser lo más correcto posible Kumi, respondió Kanda, haciendo una pausa para añadir: Te pedí que vinieras pues....
Minutos después:
Kumi con la mirada conmovida decía: Cuenta con mi apoyo.
¡Gracias! respondió Kanda.
Creo que nunca dejaras de sorprenderme, pronunció Kumi, haciendo sonreír al joven de porte atlético.
Al día siguiente:
Solo 5 días, decía Larissa, tras mirar la fecha en la que se encontraba en su celular, luego de ello tomo un vaso con jugo que estaba sobre una mesa y lo llevo a sus labios, mientras pensaba: ¿Cómo estarás Tsubasa?, por el trabajo ya no hemos podido platicar mucho.
La joven, tomo su celular en sus manos y marco el número de su amigo, quien tras algunos segundos contesto.
Al fin te acuerdas que tienes un amigo, escucho.
Tsubasa, no digas eso, pronunció con nostalgia Larissa.
Es una broma, comprendo que ahora que estás trabajando andas ajustada con tus tiempos, escucho.
Así es, dijo la joven, haciendo una pausa para acotar con la mayor calma que pudo: ¿Cómo estás?
Tranquilo, escucho.
Me alegra oír ello, agrego Larissa, haciendo una pausa para acotar: ¿Cenamos juntos hoy?
Claro, escucho.
Mientras tanto:
Una castaña desayunaba con su prometido en un café que estaba cerca del lugar donde trabajaba.
¿Te gusto lo que pedí para el desayuno de hoy?, decía Kanda.
Sí, contesto la castaña.
¡Qué bueno! respondió el joven de porte atlético, haciendo una pausa para agregar: Desde que empezamos a salir siempre fui yo quien hizo los pedidos cuando desayunamos, almorzamos o cenamos, y ello, aunque en parte es positivo, pues tú has conocido más de mis gustos, yo de tus gustos a pesar de conocernos desde niños se muy poco, pues aun cuando compramos algún pastel, siempre eliges él que me agrada a mí.
Ya te he dicho que lo que pidas estará bien, pues no soy exigente para las comidas, y en cuanto a los pasteles, me agradan los pasteles que sueles consumir, dijo Sanae, con una ligera sonrisa en su rostro.
Sí, si me los has dicho muchas veces, y me agrada que tengamos los mismos gustos para la comida, pero me encantaría comer algo que tu elijas para los dos, yo sé que por allí debe alguna comida que sea de tu agrado y que yo no la he probado, respondió Kanda sonriendo, haciendo una pausa para agregar: No es bueno hacer siempre lo que los demás esperan, a veces es bueno tomar nuestras propias decisiones, pues ello nos hará disfrutar mejor, en este caso de la comida.
Claro, contesto Sanae, haciendo una pausa para agregar: Yo haré el pedido para el almuerzo.
Perfecto hermosa, pronunció Kanda, al tiempo que un mensaje interrumpió su plática con su prometida, el joven abrió el mismo, mientras la castaña consumía sus alimentos.
El joven de porte atlético tras leer el mensaje, respondió al mismo y lo envío, luego de ello prosiguió consumiendo sus alimentos.
1 hora después:
Kanda llevo como de costumbre a la castaña a su trabajo y de allí este fue al suyo.
¡Buen día! escucho el joven de porte atlético, mientras iba caminando por el pasillo.
¡Buenos días Larissa! respondió Kanda, luego de ello continuo su camino.
Me contesto el saludo, dijo para sí la joven, en tono sorprendido.
Minutos después:
El joven de porte atlético se encontraba platicando con su socio, quién lo escuchaba atentamente.
Y es lo que quería comentarte, decía Kanda, mientras su socio lo miraba sorprendido.
Me has dejado sin palabras, contestaba su socio.
Lo imagino, pero....
En tanto:
Una castaña recibía en su oficina a un apuesto joven de cabello desordenado.
Estoy aquí por un asunto laboral, pronunció Tsubasa, ante la mirada sorprendida de la castaña.
¿Qué?, dijo Sanae.
El proyecto de la construcción del nuevo estadio de la selección juvenil de Japón, la adjudico esta constructora, y me pidieron que venga a ver cómo va el proyecto, y como tú..., contestaba Tsubasa.
Comprendo, toma asiento, ahora te muestro los archivos de los avances, dijo una nerviosa castaña.
Ya falta poco, ¿verdad?, agrego el joven de cabello desordenado.
Sí, contesto la castaña, lo más calmada que pudo.
Kanda es un gran tipo, dijo Tsubasa.
¿Qué?, pronunció Sanae.
Él te ama tanto como yo, respondió el joven de cabello desordenado.
¡Tsubasa! dijo la castaña.
¿Ya encontraste los archivos?, añadió el joven.
Sí, contesto la castaña, mientras trataba de controlar sus emociones, al igual que el joven de cabello desordenado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro